TOMÁS CASAL PITA
El tejo de Pontedeume, A Coruña
Estas fotos corresponden a un ejemplar de tejo (Taxus baccata), que creció en la villa de Pontedeume (A Coruña). Como sucede con muchos de estos árboles desconocemos su edad, aunque en épocas la familia propietaria llegó a hablar de entre 400 y 500, y alguna publicación los elevó a los 700. Lo cierto es que se le estimaban poco más de 200 años. Según nota de prensa firmada por un arquitecto a mediados del siglo XX (autor del dibujo que acompaña este texto) en 1825, se desplazó “un viejísimo tejo” con la única ayuda de un plano inclinado para colocarlo en el centro de unos banquillos y columnas preexistentes y a partir de entonces se le dio forma y guió hasta formar cuatro niveles (tres pisos y una cúpula) siguiendo el estilo de la topiaria de algunos tejos ingleses, hasta que en 1840 estuvo listo.
Dudosa es la edad estimada y dudoso es que se lleve un árbol al interior de un columnario construido, en vez de construir este una vez arraigado el árbol. Fuese como fuese, el invento prosperó y al abrigo de la finca de la rica familia de los Tenreiro, durante unas décadas el árbol fue imagen de su poderío político y económico. Fuentes locales, a nivel de Internet y de prensa, magnifican sus visitas y circunstancias, llegando algunos a hablar de consejos de ministros o banquetes del gobierno a su sombra.
Cierto es que algunos visitantes de renombre tuvo, conforme a los intereses y amistades de la familia propietaria, pero posiblemente los datos se hayan magnificado, aunque al parecer, Azaña estuvo invitado en la casa y recibió alguna visita bajo el árbol.
Al árbol se accedía por una escalera metálica en forma de caracol, estando formados los pisos por maderas. El primero estaba a 2,65 metros del suelo, el segundo a unos 4,65 metros y del tercero no tengo la medida- pero, naturalmente, de menor diámetro que la superficie de la copa.
En 2007, en base a su particular fisonomía e historia, fue declarado “Árbore Senlleira” de Galicia. La familia, con el tiempo, había perdido parte de su status y en las últimas épocas condenó al abandono a la antigua finca que pasó de ser un semi jardín botánico a un zarzal. Por su parte el ayuntamiento expropió la parte baja de la misma para hacer un paseo peatonal a la orilla del río. Era la época de las vacas gordas: dinero para expropiación, carril bici con aglomerado bituminoso y paseo peatonal a base de planchas de granito que pueden observarse bien en la fotografía donde he “decapitado” a un grupo de personas, fotografía que corresponde al año 2010.
Ahí comenzaron los problemas del árbol. Inicialmente no se percibían pero al cabo de un tiempo marcaron su declive definitivo: empezó a perder ramas y hojas y luego, al parecer, fue atacado por un tipo raro de cochinilla. No hubo tratamiento posible: ni las fumigaciones, ni levantar las planchas de granito más próximas, lo salvaron. Se le dio por muerto, aunque luego tuvo algunos brotes verdes en el tronco (mi última información me dice que continúan). Perdió su consideración de árbol sobresaliente en 2020, cuando ya no era más que un recuerdo de aquel que fue en tiempos mejores.
El tejo de Pontedeume, A Coruña
Estas fotos corresponden a un ejemplar de tejo (Taxus baccata), que creció en la villa de Pontedeume (A Coruña). Como sucede con muchos de estos árboles desconocemos su edad, aunque en épocas la familia propietaria llegó a hablar de entre 400 y 500, y alguna publicación los elevó a los 700. Lo cierto es que se le estimaban poco más de 200 años. Según nota de prensa firmada por un arquitecto a mediados del siglo XX (autor del dibujo que acompaña este texto) en 1825, se desplazó “un viejísimo tejo” con la única ayuda de un plano inclinado para colocarlo en el centro de unos banquillos y columnas preexistentes y a partir de entonces se le dio forma y guió hasta formar cuatro niveles (tres pisos y una cúpula) siguiendo el estilo de la topiaria de algunos tejos ingleses, hasta que en 1840 estuvo listo.
Dudosa es la edad estimada y dudoso es que se lleve un árbol al interior de un columnario construido, en vez de construir este una vez arraigado el árbol. Fuese como fuese, el invento prosperó y al abrigo de la finca de la rica familia de los Tenreiro, durante unas décadas el árbol fue imagen de su poderío político y económico. Fuentes locales, a nivel de Internet y de prensa, magnifican sus visitas y circunstancias, llegando algunos a hablar de consejos de ministros o banquetes del gobierno a su sombra.
Cierto es que algunos visitantes de renombre tuvo, conforme a los intereses y amistades de la familia propietaria, pero posiblemente los datos se hayan magnificado, aunque al parecer, Azaña estuvo invitado en la casa y recibió alguna visita bajo el árbol.
Al árbol se accedía por una escalera metálica en forma de caracol, estando formados los pisos por maderas. El primero estaba a 2,65 metros del suelo, el segundo a unos 4,65 metros y del tercero no tengo la medida- pero, naturalmente, de menor diámetro que la superficie de la copa.
En 2007, en base a su particular fisonomía e historia, fue declarado “Árbore Senlleira” de Galicia. La familia, con el tiempo, había perdido parte de su status y en las últimas épocas condenó al abandono a la antigua finca que pasó de ser un semi jardín botánico a un zarzal. Por su parte el ayuntamiento expropió la parte baja de la misma para hacer un paseo peatonal a la orilla del río. Era la época de las vacas gordas: dinero para expropiación, carril bici con aglomerado bituminoso y paseo peatonal a base de planchas de granito que pueden observarse bien en la fotografía donde he “decapitado” a un grupo de personas, fotografía que corresponde al año 2010.
Ahí comenzaron los problemas del árbol. Inicialmente no se percibían pero al cabo de un tiempo marcaron su declive definitivo: empezó a perder ramas y hojas y luego, al parecer, fue atacado por un tipo raro de cochinilla. No hubo tratamiento posible: ni las fumigaciones, ni levantar las planchas de granito más próximas, lo salvaron. Se le dio por muerto, aunque luego tuvo algunos brotes verdes en el tronco (mi última información me dice que continúan). Perdió su consideración de árbol sobresaliente en 2020, cuando ya no era más que un recuerdo de aquel que fue en tiempos mejores.
2010 |
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Y otra noticia de 2016...
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