martes, 30 de mayo de 2023

Los árboles de libertad (y3)

PASCUAL ROSSER LIMIÑANA, en "Alicante Plaza", feb. 2022
El árbol de la libertad
La plaza del Portal de Elche de Alicante a finales del siglo XIX

     Ya de por sí suena bien, incluso es simpático. Parece apropiado para reivindicarlo en la actualidad. En breve le digo cuándo, por quien y con qué intención se plantó este árbol en Alicante. Buscaron un lugar apropiado donde echara raíces. Eligieron una plaza donde antes se ahorcaba a los forajidos. Una que tiene actualmente en una esquina la casa del ascensor, llamada así por ser la primera vivienda en Alicante que lo tuvo; en la otra, justo enfrente, hay un noble edificio que construyó Juan Vidal y que actualmente es una sede bancaria. Y, en medio de los dos, había un edificio antiguo (la Aduaneta) que se desmontó piedra a piedra, numerándolas, con la promesa de volver a reconstruirlo después de unas obras, pero que en realidad no regresó nunca y edificaron en su lugar un feo edifico de pisos con un bajo comercial de altos ventanales. ¿Se va situando?
     Otro dato para completar el cuadro. Mire. Le desvelo el misterio. Fue Eleuterio Maisonnave quien plantó el árbol de la libertad en el Portal de Elche de Alicante. Ahora se lo cuento.
     A partir de septiembre de 1868 se produjo un movimiento revolucionario en España. Un pronunciamiento militar trajo lo que se llamó el sexenio democrático, movimiento social que acabó con la Monarquía de Isabel II y que terminaría en 1874 con otro pronunciamiento, esta vez de Pavía, cuya consecuencia fue la Restauración borbónica. Ya ve que en el siglo XIX no se aburrían, fue un siglo convulso en el que hubo de todo y para todos los gustos. Lo peor fue esa inestabilidad política que debilita a un país hasta extenuarlo, para exponerlo y hacerlo vulnerable - sin proponérselo - ante sus peores enemigos. A veces estos son sus propios ciudadanos que se destruyen entre sí. La historia de España, la antigua, incluso la actual, está repleta de casos como este. Basta leer los periódicos o escuchar recientemente los telediarios.
     El sexenio democrático trajo a Alicante la primera elección municipal por sufragio universal masculino (1869). Consecuencia de esas elecciones, el Ayuntamiento fue liderado por el joven Eleuterio Maisonnave, republicano moderado contrario a las políticas reaccionarias. Maisonnave fue un político de acción que prometía, tuvo varios cargos: regidor, diputado a Cortes, ministro y alcalde.
     Maisonave, como alcalde de Alicante, plantó un árbol de la libertad en el Portal de Elche en conmemoración de la Constitución de 1812 y de los valores democráticos que se podían celebrar con ella. Con esta iniciativa Maisonnave quiso también borrar la memoria ciudadana de reconocer a esta plaza como la de las horcas porque era - hasta principios del siglo XIX - donde se ahorcaba a los delincuentes que eran condenados a esa pena.
     En palabras del escritor Gregorio Muñoz, "Maisonnave hizo cosas buenas, especialmente para la ciudad y para los más pobres", añadiendo que "fue fundador de los periódicos más importantes de la época, El derecho y el deber (1869) y La República española (1870); y de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Alicante; luchador por las libertades; masón; filántropo; y un hombre tremendamente comprometido con la ciudad. Maisonnave – sigue diciendo Muñoz - fue uno de los mejores políticos de la historia de Alicante". Admirado por propios y por extraños, por los suyos y por sus adversarios políticos, después de su temprano fallecimiento a los 49 años (1890), el ayuntamiento monárquico de Alicante decidió que una de sus principales calles tuviera su nombre. Así nació la Avenida Maisonnave, hoy muy concurrida, siendo el centro comercial de la ciudad.
Eleuterio Maisonnave
      No fueron imaginativos quienes copiaron la moda de otros lugares para plantar árboles con un contenido concreto. Los primeros árboles de la libertad se plantaron en diversas ciudades norteamericanas para conmemorar la victoria de su guerra de la independencia contra Gran Bretaña (1775-1781). Esta iniciativa la copiaron en Francia después de la Revolución Francesa (1789-1799). Y en España, se tomó esa idea como propia y se plantaron árboles de la libertad repartidos por la geografía española después de derrotar a los franceses en la guerra de la independencia española (1808-1814). Fíjese que en todos estos casos se reivindica la libertad después de un conflicto armado.
     En España se plantaron olmos como árbol de la libertad por ser un árbol fuerte, de altas ramas y largas raíces para asentarse bien allí donde eran plantados.
     Un árbol es un "símbolo hermoso y verdadero de libertad", escribió Víctor Hugo en su discurso durante la plantación de un árbol de la libertad en la place des Vosges en París el 2 de marzo de 1848. Siguió diciendo que "la libertad tiene sus raíces en el corazón de la gente, como el árbol en el corazón de la tierra; como el árbol, levanta y extiende sus ramas en el cielo; como el árbol, crece sin cesar y cubre a las generaciones con su sombra. El primer árbol de la libertad fue plantado hace mil ochocientos años por Dios mismo en el Gólgota. El primer árbol de la libertad es la cruz en la que Jesucristo se ofreció como sacrificio por la libertad, la igualdad, y la fraternidad de la raza humana"
La antigua Plaza de la Constitución, hoy Portal de Elche
     Permita otra curiosidad de lo aquí manifestado. Vea. ¿Sabe por qué se llamó plaza del Portal de Elche? Es sencillo. Desde allí se iniciaba un camino que llevaba a esta cercana localidad. Pero no siempre se llamó así. Esta emblemática plaza alicantina tuvo otros nombres. En recuerdo de las Cortes de Cádiz y del nuevo ordenamiento jurídico legislado en las mismas, se llamó plaza de la Constitución. El 14 de agosto de 1812 la inauguró así el alcalde de la ciudad Nicolás Scorcia, Conde de Soto Ameno. Pero volvió a cambiar de nombre. En 1814 se la llamó plaza de Fernando VII. Pero no terminaron aquí los cambios, unos y otros la habían tomado con esta plaza. Con el Trienio Liberal se volvió a llamar plaza de la Constitución. El 4 de abril de 1824, se le llamó de nuevo plaza de Fernando VII. De nuevo plaza de la Constitución en 1876. ¿Le suena?, cambia el color político y se deshace lo hecho por el anterior para hacerlo de nuevo de otra manera. Tiempo después pasó a llamarse plaza del General Franco, ya en democracia se la llamó plaza de la Estrella y finalmente Portal de Elche, como se llama en la actualidad. Y no hay olmos, pero sí enormes ficus que escalan el cielo para estar más cerca de Dios. Así lleva varios años la plaza y así parece que se queda, que ya está bien de cambiarle el nombre.

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sábado, 27 de mayo de 2023

Los árboles de la libertad (2)

STEFANO MANCUSO
Los árboles de la libertad, de "La planta del mundo", pág. 36

En este nuevo libro, La planta del mundo, Stefano Mancuso nos cuenta maravillosas historias con los árboles como protagonistas. La Tierra es un mundo verde, es el planeta de las plantas. Y sus aventuras están inevitablemente ligadas a las nuestras. Y así nació este libro, espigando aquí y allá historias de plantas que, entrelazándose con el devenir humano se unen las unas a las otras para formar el gran relato de la vida en la Tierra: el papel de los árboles en la Revolución francesa o en el estudio del Sol; por qué cooperan los árboles de un bosque en vez de competir; la relación de los árboles con la música; cuál es el árbol de la sabiduría; cómo la madera de los árboles permitió resolver algunos de los crímenes más famosos; las primeras plantas que viajaron al espacio… Las plantas conforman una nervadura, un mapa (una 'planta') sobre el cual se construye el mundo en que vivimos. No ver esta planta -o peor, desdeñarla- por creernos por encima de la naturaleza constituye uno de los principales peligros para la supervivencia de nuestra especie.

(...) En latín, el chopo se llama populus, "pueblo". El autor de este grabado quería recalcar el valor simbólico del árbol. Dicho de otra forma, la planta del mundo es la planta de los pueblos que han abrazado el espíritu de la Rebolución.
     Ese día terminamos de cotejar la lista de los árboles de la libertad y, con la ayuda del mapa, pudimos añadir muchos otros. Según nuestro catálogo, solo en París debieron de plantarse cientos, tal vez miles de árboles de la libertad. Se distribuyeron de tal modo que siempre hubiera alguno cerca. Cada plazuela, glorieta, patio o pasaje lo suficientemente amplio albergaba uno. Incluso los barrios periféricos de París debían de estar trufados de árboles. En 1792, se plantó un número enorme de ellos por toda Francia. Escribe el abate Grégoire: «En todos los pueblos encontramos árboles magníficos que, alzando su cabeza majestuosa, desafían a los tiranos: el número de dichos árboles asciende a más de sesenta mil, pues hasta la villa más humilde tiene uno que la embellezca, y en muchas de las grandes localidades de los departamentos del Mediodía los hay en cada calle y aun delante de la mayoría de las casas».
     De todos los árboles de la fraternidad que durante una época unieron los distintos lugares de la Revolución mediante una red invisible, no han sobrevivido más que unos pocos repartidos por algunas localidades perdidas de Europa. En las grandes urbes como París, por ejemplo, ya no queda ni uno. Al ser un símbolo tan visible, se convirtieron en blanco de represalias: los mutilaron, talaron, laceraron y les grabaron inscripciones monárquicas. El hecho de que la Convención incluso hubiera promulgado leyes sobre ellos los convertía en uno de los emblemas más visibles de un régimen que muchos detestaban. Ya en 1800 (año VIII de la Revolución) quedaban muy pocos. Los pocos que sobrevivieron fueron rebautizados como «árboles de Napoleón» durante el Consulado y el Imperio, y, finalmente, retirados en la Restauración.
      En 1848 y durante la breve experiencia de la Comuna de 1871, volvieron a plantarse algunos árboles de la libertad, pero cada vez que cambiaba el régimen político, los árboles eran los que pagaban el pato: son fáciles de cortar, producen un gran estruendo al caer y no oponen demasiada resistencia. Por eso son tan pocos los que sobreviven de aquella época en que los árboles unían a los pueblos; además, no están censados y suelen encontrarse en aldeas recónditas de Francia e Italia. En Calabria, por ejemplo, encontramos alguno que escapó a la Restauración borbónica e incluso al urbanismo salvaje. En cualquier caso, están desapareciendo y pronto no quedará ninguno. Convendría protegerlos y contar su historia, antes de que el único árbol de la libertad que podamos contemplar sea el que aparece en las monedas francesas de dos euros. (...)

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miércoles, 24 de mayo de 2023

Árboles de la LIbertad (1), Don Elías nos lo narraba así...

JOSÉ ELÍAS BONELLS
El árbol de la libertad y su simbolismo




Castaño.-Marronnier.-st Christophe a Berry Francia Platano.-St.Guilhem Le Désert.-Place de la Liberté.-Francia

     En una gran cantidad de pueblos de Francia, en la época de la Revolución, se plantaron árboles para recordar, así como monumentos conmemorativos, el advenimiento de nuevas libertades. Esto se llama en el lenguaje de la época , los árboles de la libertad.
     El árbol de la libertad ha sido un símbolo de libertad desde el período de la Revolución Francesa. También simboliza como un árbol de vida, continuidad, crecimiento, fuerza y poder.

Moneda de 1999 en las monedas francesas de 2 euros
     El primero que, en Francia, plantó un árbol de la libertad varios años antes de la Revolución, fue el Conde Camille d’Albon en 1782 en los jardines de su casa en Franconville, en homenaje a William Tell.
     La plantación de los árboles de la libertad se hizo con grandes honores, siempre acompañada de ceremonias y alegrías populares a las que participaron, en el mismo entusiasmo patriótico, todas las autoridades, magistrados, administradores e incluso el clero, los sacerdotes. , obispos constitucionales e incluso generales ,no faltándole solemnidad.
Los árboles de la libertad fueron considerados monumentos públicos. Mantenido por los habitantes con cuidado religioso, la más mínima mutilación habría sido considerada una profanación. Las inscripciones en verso y prosa, versos, estrofas patrióticas dan testimonio de la veneración de la gente local por estos emblemas revolucionarios.


     El regreso de la República en 1870 fue una oportunidad para plantar nuevos árboles. Sin embargo, el contexto (la guerra franco-prusiana de 1870, luego la comuna de París y, finalmente, la república conservadora) no se prestaba a ello. Las plantaciones son más frecuentes en 1889 (centenario de la toma de la Bastilla), luego en 1892 (centenario de la Primera República Francesa). Otros árboles fueron plantados en 1919-1920, para celebrar la victoria de la ley y la liberación de Alsacia y el Mosela, y otros en 1944-1945, con motivo de la Liberación. Otros aniversarios (1939, 1948, 1989) son otras ocasiones. También sucede que replantamos un árbol nuevo cuando restauramos el viejo muerto.

     El roble, árbol de la libertad por excelencia, simboliza en la cultura europea la durabilidad, la virilidad, el poder, la estabilidad y la unidad.

Víctor Hugo: Discurso durante la plantación de un árbol de la libertad en la Place des Vosges, 2 de marzo de 1848
"¡Es un símbolo hermoso y verdadero de libertad un árbol! La libertad tiene sus raíces en el corazón de la gente, como el árbol en el corazón de la tierra; como el árbol, levanta y extiende sus ramas en el cielo; como el árbol, crece sin cesar y cubre a las generaciones con su sombra. El primer árbol de la libertad fue plantado hace mil ochocientos años por Dios mismo en el Gólgota. El primer árbol de la libertad es la cruz en la que Jesucristo se ofreció como sacrificio por la libertad, la igualdad y la fraternidad de la raza humana."
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domingo, 21 de mayo de 2023

ARMAND PAZ RICO, facebook marzo-2023
La maderada de Cofrentes
 

La “Maderada” era la conducción de troncos desde la zona de tala por el agua de los ríos a los lugares donde se requería la madera. En Cofrentes está documentada desde el siglo XII. Se mantuvo hasta la primera mitad del siglo XX. Desapareció, por el abaratamiento del trasporte por carretera y la construcción de los embalses.
     Este oficio, el de ganchero, como se llama aquí, fue la principal actividad de la localidad. Junto con los de Chelva, en el Túria, y Antella aguas abajo, en el Júcar, eran los más valorados, llamados para trabajar también en ríos de Aragón o Navarra.
     Los ríos Júcar, Cabriel, Tajo o el Turia, son suficientemente caudalosos para permitir la flotación, pero no la navegación libre, de manera que, a diferencia del Ebro, no se conducían las maderas en rais, navatas o almadías, sino los troncos sueltos se dirigían, saltando peligrosamente sobre ellos, organizados en cuadrilla. El «maestro de río», reunía esa cuadrilla que subía a pie hasta las cabeceras para aprovechar el deshielo de marzo. Después de varias semanas, casi dos meses, cuando llegaban a Cofrentes, las familias bajaban al río, en un día festivo y de descanso. Después seguían ellos y la madera su camino hasta Cullera donde se embarcaba hacia València, que era el mayor consumidor en España de madera por su numeroso y potente gremio de carpinteros. Las Fallas p.e. eran su fiesta, y san José su patrón (no lo es de la Ciudad).
     Por el Túria bajaba directamente la madera desde Albarracín y Ademuz (las rampas de subida aún existen en el jardín del Turia) pero el insuficiente caudal se completaba con la que se bajaba de Cuenca por el río Cabriel, todo él mucho más forestado que el Júcar con el que confluye en Cofrentes (cofluentes’)
     Desde hace más de 15 años se celebra en su recuerdo una fiesta el primer fin de semana de mayo. En diciembre de 2022, la UNESCO reconoció al transporte fluvial de la madera como Bien Inmaterial de la Humanidad. La candidatura fue conjunta de varios países europeos, en la de España, Cofrentes junto con Antella, formó parte de la misma.
Fotos de "Levante"
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jueves, 18 de mayo de 2023

Takahashi en Fukushima, el cronista de Japón (101)

TAKAHASHI HIROSHI (1960, Japón)
El Cerezo-Cascada de Miharu-machi (prefectura de Fukushima)

El 80 % de los cerezos sakura que engalanan Japón pertenecen a la especie someiyoshino, que fue creada mediante cruces en épocas históricas recientes. Pero una búsqueda más detenida por el país nos deparará la sorpresa de encontrar enormes cerezos de gran fama que han estado ahí a lo largo de siglos y siglos. La belleza que alcanzan estos ejemplares cuando sus copas se cubren de flores escapa a cualquier posible descripción. 

Los japoneses y los cerezos sakura
     Antiguamente, los japoneses se valían de la floración de las plantas y de la llegada de las aves migratorias para juzgar en qué momento del ciclo estacional se encontraban y establecer un plan para las labores agrícolas. A estos fines, el cerezo sakura funcionaba como un calendario natural muy eficaz, pues les informaba con gran precisión sobre las pequeñas variaciones de temperatura que se daban cada año. El momento de la floración del sakura, cuyas flores preceden a las hojas, era el criterio más adecuado para juzgar cuándo plantar el arroz.
     Esto explica que a lo largo y ancho del país encontremos ejemplares de sakura que son llamados cariñosamente por los lugareños “el cerezo del sembrado” o “el cerezo del trasplante (de los plantones de arroz del vivero al campo)”. Incluso ahora, cuando su función como especie indicadora está llegando a su fin, el sakura sigue siendo objeto de un trato esmerado y respetuoso, lo cual tampoco es de extrañar si pensamos que desde tiempos antiguos esta especie se ha considerado morada de dioses. La costumbre de comer y beber a la sombra de los cerezos en flor tiene su origen en las ofrendas de alimentos y sake que se hacían a los dioses cuando, según se creía, estos descendían de las montañas a las zonas habitadas por los humanos, un rito cuya finalidad era rogar por una buena cosecha.
     El sakura, además, ha estado tradicionalmente vinculado a los muertos. Esos sakura que florecen exuberantes en los cementerios de cualquier región del país fueron plantados, en su día, para marcar la existencia de una tumba. Los sakura de mayores proporciones, muchos de ellos centenarios, tienen en muchos casos numerosas tumbas a su alrededor. Por lo visto, en todas las épocas históricas ha habido personas que deseaban dormir el sueño eterno a la sombra de uno de estos árboles.
     Esta vez vamos a dejarnos guiar por los sakura gigantes en plena floración para asomarnos a ese misterioso mundo de insondable profundidad.

Especie: Shidarezakura (Cerasus spachiana f. Spachiana), familia de las rosáceas, género Cerasus
Dirección: Aza-Sakurakubo 296, Ōaza-Taki, Miharu-machi, Tamura-gun, Fukushima-ken 963-7714 Perímetro del tronco: 7,9 m.
Altura: 19 m.      Edad: 1.000 años      Designado Monumento Natural Nacional 
Tamaño ★★★★★   Vigor ★★★★    Porte ★★★★★    Calidad del ramaje ★★★★
Majestuosidad ★★★★★

     El municipio de Miharu-machi, en la zona central de la prefectura de Fukushima, es un vergel donde florecen al unísono ciruelos, melocotoneros y cerezos sakura. El significado de la palabra miharu es “tres primaveras” y, efectivamente, es como si tres primaveras ocurrieran simultáneamente. Y el mejor representante de esa belleza floral es el cerezo conocido como el Takizakura o Cerezo-Cascada. Este ejemplar se considera uno de los integrantes de la trinidad de grandes cerezos sakura de Japón, junto al Usuzumizakura de Gifu y al Jindaizakura de Yamanashi. Y entre los shidarezakura (Prunus pendula) del país, se jacta de ser el de mayor tamaño.
     Las ramas de esta especie de sakura describen una suave curva descendente en todas las direcciones, y sobre esa pendiente parecen deslizarse sus rosadas flores como si de una cascada se tratase. Su nombre está, pues, perfectamente justificado. Durante su periodo de floración, a mediados de abril, visitantes llegados de todo Japón se congregan a su alrededor, en número que algunos años supera los 200.000. Cuando la floración es plena, el árbol permanece iluminado por las noches, adquiriendo un aspecto fantástico que no puede verse durante el día.
     Sakurakubo, nombre de la zona donde se encuentra el árbol, significa “hondonada del cerezo”, reflejando muy bien la topografía del lugar, que tiene forma de un suave cono vuelto del revés. Esta ubicación le reporta protección frente a los fuertes vientos y un buen drenaje de agua. Y nada impide que el árbol reciba también una buena insolación. Tampoco hay que olvidar que su ubicación es la ideal debido a que, estando más bajo que el resto, le llegan fácilmente los nutrientes aportados por los campos de labranza de las cercanías. El Cerezo-Cascada está rodeado por un camino que lo circunda y permite disfrutar de su belleza desde todos los ángulos. Cuando uno penetra bajo sus ramas péndulas, aproximándose desde el acceso frontal, tiene la sensación de estar entrando realmente bajo una cascada.
     Si en 2002 un tifón causó daños en su ramaje, en 2005 fueron las copiosas nevadas las que se cebaron en él aunque, por suerte, no afectaron demasiado a su porte. Hoy en día sigue teniendo una figura de gran belleza y elegancia.
     En Miharu-machi hay muchos otros cerezos sakura, en total cerca de 10.000. Unos 2.000 son shidarezakura y de ellos se dice que son “descendientes” del Cerezo-Cascada. En 1990 el conjunto de los shidarezakura de Miharu-machi fue incluido en la selección de los 100 paisajes con cerezos sakura más bellos de Japón. Y siendo el conjunto de este municipio lo que fue objeto de tal reconocimiento, es una verdadera pena que muchos grupos de visitantes dejen Miharu-machi habiendo visto solo el Cerezo-Cascada.


Nº 101

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lunes, 15 de mayo de 2023

TAMARÁN - Pasión por Gran Canaria
Palmera del Paquesito de la Villa de Ingenio

En el parque municipal Néstor Álamo, en el sector conocido popularmente como “Culo Pesao”, encontramos esta palmera singular, símbolo de Ingenio. 
     Aunque se le llegó a reconocer como la palmera más alta de Canarias con sus 33 metros, una algo más alta la destronaría, la palmita de Tenoya con 36 metros. Eso no le resta alcurnia a la Palmera de Paquesito, que se yergue orgullosa desafiando a la gravedad. 
     Los terrenos y la palma pertenecieron a Doña Mariquita Díaz del Pino quien ha dado testimonio sobre la tradición oral que afecta a la palmera. Hay quienes relacionan a dicha palmera con las brujas, de quienes dicen raptaban a los recién nacidos y los abandonaban en lo alto de su copa. 
     El nombre que toma la palmera, Paquesito, hace referencia a un jornalero del siglo XX que vivía en una chocita muy cerca de su base. D. Paquesito iba con su burro y unas pocas herramientas por el pueblo haciendo arreglos para ganarse la vida. El hijo de D. Paquesito, D. Andrés Afonso, que nació en Ingenio en 1913 cerca de esta palmera, recordaba que cuando era un niño existían dos palmeras gemelas, la actual y otra que se llevó el barranco cuando se produjo un temporal. Quien se encargaba de podar la palmera era D. Rafael Hernández quien la trepó muchas veces. Una vez arriba tenía por costumbre de sentarse en su cogolla y encender un cigarro.

DATOS GENERALES
Nombre local: Palmera de Paquesito
Nombre científico: Phoenix canariensis
Localización: Ingenio
Espacio protegido: No
Propiedad: Público
Visitable: SÍ
Características morfológicas: Diámetro base: 0,7 m - Diámetro 1,30: 0,7 m - Perímetro 1,30: 2,2 m
Altura: 33 m - Diámetro copa: 7 m
Edad estimada: > 250 años

PALMERA CANARIA
Phoenix canariensis es la única palmera, de las más de dos mil trescientas especies que existen, endémica de las Islas Canarias, donde se le considera símbolo vegetal. Es una especie protegida muy longeva, tanto que los ejemplares más altos llegan a superar los dos y quizás tres siglos de edad, de gran tamaño, algunas pasan los 30 metros de altura, y no presenta retoños. Su tronco es muy grueso.
     Es una de las especies propias de la zona de bosque termófilo. La palmera canaria, o palma, se distribuye ampliamente gracias a que es capaz de adaptarse a condiciones ambientales muy diferentes. Se encuentra en todas las islas, en poblaciones aisladas con mayor o menor número de ejemplares según la zona. Es más frecuente en La Gomera y Gran Canaria y escasa en El Hierro. En el resto del mundo se utiliza como árbol decorativo y también se encuentra de forma natural en varias zonas del Mediterráneo, Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Argentina, Chile o Venezuela.

 
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viernes, 12 de mayo de 2023

La vida de un manzano que terminó en junio de 2020

FRANCESCA GIULIANI-HOFFMAN, en CNN junio 2020
Murió un manzano de 194 años, el patriarca de la industria de la manzana del Noroeste
El "Old Apple Tree" en Vancouver, Washington, en una imagen histórica sin fecha, a la izquierda, y en 2020
Un manzano que se cree que era el más antiguo del noroeste del Pacífico murió este verano a los 194 años. El Viejo Manzano en Vancouver, Washington, fue plantado en 1826 cuando los comerciantes de pieles de la Compañía de la Bahía de Hudson se establecieron en el área. Se le consideraba la matriarca de la próspera industria de la manzana de la región y producía una manzana verde que tenía un sabor amargo pero era excelente para hornear.
     “Si bien sabíamos que llegaría este día, esperábamos que aún faltaran años”, dijo a CNN Charles Ray, guardabosques urbano de la ciudad de Vancouver. Alrededor de 2015, el equipo de expertos que cuidaba el árbol notó que la capa de cambium, la parte en crecimiento del tronco, estaba comenzando a morir, explicó Ray. Eso contribuyó a la creación de una grieta en espiral en el tronco, que se ahuecó con el paso de los años. El árbol finalmente murió en junio."
     “El árbol mismo adquirió su propia personalidad. Era un organismo vivo, como nosotros, y se ha enfrentado a toda una vida de desafíos”, dijo Ray. “Estuvo allí durante generaciones y fue testigo del cambio del mundo a su alrededor”.
     "Old Apple Tree" soportó innumerables tormentas y la construcción de vías férreas y carreteras en sus cercanías, convirtiéndose en un hito querido por la comunidad.
     “Las escuelas locales hacían viajes al árbol, ha impactado a generaciones de personas en todo el noroeste y probablemente en todo el país”, dijo Ray.
     El árbol era una celebridad muy conocida entre los expertos en manzanas patrimoniales, que están interesados ​​en preservar y estudiar tipos antiguos de manzanas plantadas originalmente por los primeros colonos.
     “Cuando alguien habla del manzano más antiguo del noroeste, todos saben que era ese manzano”, dijo a CNN David Benscoter, un agente retirado del FBI que ahora dirige “The Lost Apple Project”. “Estoy seguro de que la gente nunca pensó que podría llegar a esa edad”, dijo Benscoter.
     En 1984, se construyó un parque público alrededor del árbol y, desde entonces, cada octubre la ciudad organizaba un festival para celebrarlo. La edición de este año fue cancelada debido a la pandemia de coronavirus.
     El domingo, los miembros de la comunidad de Vancouver realizaron un homenaje al árbol en Facebook, compartiendo historias y recuerdos.

Arraigado en la historia

The Old Apple Tree in a picture from 1940.
     Se cree que en 1826 el teniente de la Marina Real, Aemilius Simpson, recibió unas semillas en una cena en Londres antes de partir hacia el puesto de comercio de pieles de Hudson's Bay Company en el noroeste del Pacífico. “Una mujer joven que estaba allí con él, mientras se despedía de él, deslizó algunas semillas de manzana de su postre en el bolsillo de su chaqueta y le sugirió que las plantara cuando llegara al noroeste”, dijo Brad Richardson, director ejecutivo de el Museo Histórico del Condado de Clark. Después de llegar a Fort Vancouver, Simpson entregó las semillas al Jefe Johnba McLoughlin, quien supervisaba el establecimiento de huertos y jardines locales para el sustento. Sin embargo, cabe destacar que el árbol no está ubicado dentro del perímetro del histórico huerto de Fort Vancouver, sino a media milla de distancia, en lo que habría sido la vivienda de los trabajadores del Fuerte. Específicamente, es posible que el árbol creciera inicialmente en el patio de una casa donde John Johnson, un tonelero británico, vivía con su esposa, según una historia del Viejo Manzano escrita por el arqueólogo del Servicio de Parques Nacionales, Robert Cromwell. Más tarde, el Fuerte se convirtió en una base del Ejército de los EE. UU., y entre los que sirvieron allí estaba Ulysses S. Grant.
     Esa no es la única vez en su larga vida que el Viejo Manzano tuvo un roce con la historia presidencial. Richardson dijo que en 1934, el presidente Franklin Delano Roosevelt, de visita en la zona, recibió un pastel horneado con manzanas del árbol. El pastel fue horneado por la Sra. Fay Peabody, la “panadera oficial de tartas de manzana” de Oregón y Washington, según informes de prensa de la época.
     Un descendiente del Viejo Manzano fue plantado cerca del Museo Histórico del Condado de Clark en la década de 1950, según Richardson. “Arrojará un montón de estas manzanas verdes sobre nuestra caminata todos los años”, dijo Richardson. “Produce muy prolíficamente”.

Un árbol 'único'

     Las manzanas producidas por Old Apple Tree se denominaron "English Greenings", una clasificación genérica utilizada para describir las manzanas del viejo mundo, según Charles Ray. Un análisis de ADN realizado por expertos del departamento de horticultura de la Universidad Estatal de Washington reveló que el viejo manzano es genéticamente único. “El Old Apple Tree no es idéntico a ninguna otra variedad nombrada en un conjunto de datos de colaboración mundial de varios miles de perfiles de ADN de variedades de manzanas”, dijo a CNN Cameron Peace, profesor de genética de árboles frutales en WSU. “The Old Apple Tree es, por lo tanto, único, único en su tipo. Contará con factores genéticos que no están presentes en otras reliquias o cultivares modernos”, agregó Peace.
     Los científicos pudieron establecer que el viejo manzano es casi seguro un nieto de la Reinette francesa, una variedad de 500 años apodada "la abuela de todos los cultivares de manzana", explicó Peace. La Reinette francesa es un antepasado directo cercano de la mayoría de las variedades modernas y también padre o abuelo de muchas variedades tradicionales.

Un nuevo comienzo

     A medida que el tronco del Viejo Manzano se estaba muriendo con el tiempo, varios "retoños de raíces" (o nuevos brotes) comenzaron a salir de su sistema de raíces.“Tomamos la determinación de comenzar a nutrir a estos retoños de raíces para que en el futuro tuviéramos un nuevo árbol”, dijo Charles Ray a CNN. “Sigue siendo el mismo sistema de raíces, el mismo árbol que crece dentro de ese lugar”, agregó Ray. Uno de los retoños permanecerá en el mismo lugar para convertirse en el "nuevo" viejo manzano a lo largo de los años. Se quitará parte del tronco original para permitir que entre más luz al nuevo árbol, pero parte permanecerá en el lugar para que se deteriore e ilustre el ciclo de vida de los árboles. “Todavía se lo llamará el Viejo Manzano para garantizar que este legado perdure”, dijo Ray.
     Los otros árboles jóvenes se trasplantarán al huerto histórico cercano de Fort Vancouver administrado por el Servicio de Parques Nacionales, según Ray.

¿Tienes un trozo del Viejo Manzano?

     Si asististe al festival anual Old Apple Tree en Vancouver a lo largo de los años, es probable que estés en posesión de una parte viva del Old Apple Tree. Desde 1984, los visitantes del festival recibían esquejes del árbol en cada edición para ser plantados en sus patios traseros. Según la estimación de Ray, se habrían regalado alrededor de 200 esquejes cada año. “A lo largo de los años, la gente volvía y nos contaba historias, sus recuerdos del árbol, y si sus esquejes crecieron o empezaron a crecer, de todo el Pacífico, todo el oeste”, dijo Ray.     Ray anima a todos aquellos que tienen un trozo del Viejo Manzano en su jardín, o algún recuerdo para compartir sobre el Viejo Manzano, a participar en el programa "Letters to Trees" de la ciudad de Vancouver. Cree que involucrarse con los bosques comunitarios y plantar árboles es una excelente manera para que las personas de todo el país hagan historia, “para que en 20 o 200 años, haya árboles patrimoniales para que otros los disfruten e historias que contar. ”

Lo hemos leído aquí

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martes, 9 de mayo de 2023

SOPMAC NEBUR, en Facebook febr-2023
La madera que permitió navegar el mundo

Los agrimensores eran los encargados de seleccionar y dirigir en los montes la corta de las maderas que iban a emplearse en la construcción de los barcos. «Un cometido sumamente difícil y delicado, porque se solían aprovechar las formas naturales de los troncos y ramas de los árboles para hacer las principales piezas de los navíos. Además de tener presente la orientación de los árboles a la hora de su tala —eran preferibles los que estaban al norte por tener una mayor durabilidad en el agua—, los peritos agrimensores eran los encargados de dar la forma de todos los ángulos que formaban las curvas de los «árboles tiernos y fáciles de doblar». Para todo ello, estos peritos contaron con la inestimable ayuda de los aserradores y de algunos carpinteros de ribera».
     “Lo más sorprendente para todo el que sube a la réplica de estos barcos es su reducido tamaño, entre 25 y 28 metros de eslora, muy pequeños para las travesías tan importantes que hicieron. Algo muy curioso también es el sistema de gobierno, de pinzote, en vez de rueda, que es un palo vertical que sale por la cubierta de mando, la que está en popa por encima de la cubierta principal. Este palo de madera va articulado, unido a la máquina del timón de la cubierta principal, situada por debajo de la de mando. Este artilugio se empleó para sacar el gobierno del barco hasta la cubierta principal, que tiene más visibilidad».
Otra cosa que puede llamar la atención, son los instrumentos de navegación tan rudimentarios, como astrolabio, cuadrante, ballestilla, «que permitía tomar la altura del sol, referencias al norte, o la sonda para asondar fondos, correderas para medir los nudos… que hoy nos parecen muy rudimentarios para navegar por rutas desconocidas».
     Las condiciones espartanas de la vida a bordo: «En la Nao, y en contra de lo que se puede pensar, para una nave de 85-90 toneles y una media de 40 tripulantes, la vida a bordo se hacía en la cubierta principal, porque las bodegas iban llenas repletas de víveres, toneles, fardos, todo el almacenaje del agua… Los marinos buscaban acomodo done podían. Se calcula que el espacio habitable por tripulante podía ser de un metro cuadrado».
A esto se unían las dificultades de una travesía en barcos de madera, para la que entonces apenas existían tratamientos que permitieran resistir la corrosión. El agua, el aire y los insectos o gusanos vermiculares eran los causantes. «Por ello, los carpinteros y aserradores de maderas adoptaron una serie de medidas preventivas que las aprendieron de la observación de la naturaleza. Una de ellas era cortar los árboles robles y trasmochos en los cuartos menguantes de los meses de noviembre, diciembre y enero de cada año. Se desconoce cuáles eran las causas de los efectos positivos que la luna generaba sobre la corta del maderamen en estos meses; pero los robles talados en estos meses solían tener una mejor calidad y durabilidad que los cortados en los otros meses del año», puede leerse en libros que recogen la historia de la construcción de esos navíos.
     Otra medida preventiva era la de emplear en las fábricas navales «las maderas de los árboles plantados en la parte norte de los bosques. Estas piezas eran las más afectadas por las inclemencias meteorológicas, en concreto, por las lluvias, lo cual les hacía tener un tratamiento natural para la humedad. Y en definitiva, una mayor perdurabilidad en todas las fábricas navales.
     «La madera de roble se utilizaba para la estructura las naves y el pino era el forro del barco, y para detalles, desde barandillas a las piezas del equipamiento. Cómo se conseguía que aguantaran, lo único que les daban, como protección era brea, muy buena para la obra muerta, lo que estaba fuera del agua, y sólo relativamente, porque en zonas cálidas como El Caribe, donde navegaban tanto, casi se derretía por la temperatura. Pero en la parte sumergida daba poco resultado, porque se iba cayendo al navegar».
     Otro enemigo de los barcos de madera era la broma, que, pese a su nombre, suponía un grave inconveniente. Era el Teredo navalis, un molusco capaz de horadar la madera reblandecida de los barcos. Para evitarlo, «dos veces al año sacaban el barco, para dejar la parte sumergida al aire, limpiarla de moluscos a y volver a darle brea. En la primera vuelta al mundo, harían esta operación cuatro o cinco veces. Había muchos sistemas, además recurrían a un procedimiento que consistía en recubrir con láminas de plomo, de lo que se encargaba el emplomador. Todos los barcos salieron con plomo en la bodega. Daba resultado».

Paco Simó Argudo: Real cédula de 1770, de mi colección privada que espero algún día poder exponer, sobre condiciones y obligaciones de la tala de árboles para la Real Armada de Cartagena
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sábado, 6 de mayo de 2023

El pino de las 10 pesetas, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, "Pellagofio" nº 46
El Pino de Santo Domingo, a salvo de la tala por 10 pesetas

El Pino de Santo Domingo se encuentra en el Paisaje Protegido de Tamanca, a 800 metros de altitud sobre el extremo sur insular de la isla de La Palma. | FOTO JUAN GUZMÁN

La relación entre la religión, la cultura de los pueblos y el mundo forestal es tan antigua como la propia historia del mundo. A lo largo de la misma han existido varios especies y/o ejemplares sagrados como son el roble (género Quercus) para los celtas, la ceiba (género Ceiba y Chorisia ) para los mayas, el árbol de las salchichas (Kigelia pinnata) para buena parte de las etnias africanas o, sin ir más lejos, el ejemplar Garoé (Ocotea foetens) para los bimbaches herreños.
     Las razones por las que estos seres vegetales saltan del espacio terrenal hacia la divinidad responden, por lo general, a circunstancias como encontrarse en los territorios de ritual y ser a su vez ser un ejemplar notorio; o bien ser productor de agua o alimento, en zonas donde estos recursos esenciales resultan escasos. Mención aparte lo constituye el punto de vista de la cultura indoamericana, en la que es toda la naturaleza la que tiene un carácter sagrado: la carta que escribió el jefe de la tribu suquamish en 1885 sigue siendo, y con razón, una de las enseñas del ecologismo moderno.Por su parte, en nuestra cultura el carácter sagrado de los árboles se identifica a menudo con la aparición de la imagen mariana en las primeras ramas de ejemplares sobresalientes, coincidiendo normalmente con periodos de colonización y refuerzos de la fe cristiana. Significativos son los casos de la Virgen del Pino, en Teror (Gran Canaria) o del Pino de la Virgen (La Palma), pero además existen más árboles santos en las Islas.
     Más extraño resulta que estos santos vegetales no hagan mención directa a la Virgen. Es el caso del Pino de Santo Domingo localizado ( 28º30´11″ N y 17º 50´51″ W) en el Paisaje Protegido de Tamanca, a 800 metros de altitud sobre el extremo sur insular de la isla de La Palma.

Encrucijada de caminos
      Este singular icono fuencalentero es hoy legado forestal, ya que logró superar el intenso proceso deforestador del pasado siglo, cuando los pinares se transformaban en viñedos prácticamente al mismo ritmo que marcaban los hachazos. Quizás las razones de este hecho guarden relación con que La Palma sea hoy una referencia mundial del senderismo. El ser humano siempre ha necesitado orientarse y nunca ha desagradecido la sombra de los árboles, en especial cuando el calor del camino obliga.
     El Pino de Santo Domingo es el centro de una encrucijada de cuatro caminos: el sendero GR-130 y los ramales que parten para Los Canarios, Los Quemados, La Fajana y Las Indias. Como nos dice Juan José Santos, eminente estudioso de la cultura palmera, “esta es una de las causas de la importancia de este lugar, además de sitio de encuentro y descansadero de las personas que iban y venían de las labores del campo; era revolcadero de burros o terrero de luchadas improvisadas. Yo recuerdo descansar cargado de pasto en la pared norte del camino junto al pino”.
     Hoy en día el pinar reivindica su espacio y el Pino de Santo Domingo se ve acompañado de numerosos congéneres entre fincas de viñedos separadas por muros de piedra. Respecto al nombre del árbol, la tradición cuenta que un tal Domingo Díaz fue el dueño del árbol y que, incluso, a principios del pasado siglo llegó a pagar 10 pesetas de la época para que el árbol no fuera talado. Quizás fuera él mismo quien promoviera la santidad de este individuo, a fin de eliminar para siempre el yugo de su tala. Sobre esa época debió de practicarse también la excavación del hueco en la madera, sobre la cara oeste.

400 años

      El Pino de Santo Domingo siempre ha recibido luz hasta su base, motivo por el cual ha conservado sus primeros frondes, concediéndole un aspecto faldero. En cuanto a su biometría, destacamos un perímetro normal de 4,60 metros y un altura promedio de 25 metros. Se bifurca profundamente a unos seis metros sobre el suelo y resultan muy características las formas quebradas de varias de sus ramas. Una de sus ramas bajas llega a tocar el suelo y luego vuelve hacia arriba. Esta rama es mal usada frecuentemente por los visitantes a modo de columpio. La edad del ejemplar seguramente se sitúe entre los 350 y los 400 años de edad.
     Sin duda el aspecto faldero ayudó a que tanto el incendio forestal de 2009, como el del verano de 2016, alcanzaran a éste árbol, siendo más intensa la afección del primero de ellos. El color negruzco es patente entre las escamas de toda su corteza. En el invierno de 2009, tras las lluvias torrenciales y ante la ausencia de la capa de pinillo, se produjeron importantes riadas que obligaron a restituir el entorno.
     En 2011, con la ayuda del Área de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma y gracias al empeño del Ayuntamiento de Fuencaliente, se concluyeron las obras del área recreativa anexa al Pino de Santo Domingo, con capacidad para unas 70 personas. Dicha inauguración fue aprovechada para reponer una pequeña imagen de Santo Domingo de Guzmán, el gran predicador que formó la Orden de los Dominicos.
      Cuando fuimos a visitar el árbol nos llamó la atención la grandeza local concedida a este singular símbolo vegetal y su entorno, en contrapunto a la fragilidad y vulnerabilidad a la que actualmente se expone. Pudimos observar camiones de gran tamaño circulando junto a la misma base del árbol, vehículos que aflojan de modo evidente la fina tierra y que, además de ejercer un importante peso sobre el sistema radicular, también han roto algunas ramas con sus altas cajas.
     Observando en detalle la hornacina, labrada a modo de capilla, comprobamos la escasa altura a la que se encuentra del suelo, aproximadamente un metro, lo que nos hace pensar que quizás el árbol debe tener varios centímetros enterrados; también es fácil de apreciar cómo el proceso de cicatrización va engullendo poco a poco el enrejado, hasta el punto de que actualmente éste no puede abrirse sin causar un daño al vegetal; por último, a través del cristal vemos cómo la imagen se encuentra impregnada de numerosos goterones de la resina que es exudada desde el corazón del árbol.
     Entre los iconos que acompañan al santo también se aprecia el libro en mano, como símbolo de predicación y un pequeño perro a los pies de la imagen. El pequeño animal no porta en la boca la peligrosa antorcha de fuego que pudiera prender al pino, aunque sea en sentido retórico. Al parecer, este símbolo animal responde a la explicación de un sueño que la madre del beato, de origen burgalés, recibió de Santo Domingo de Silos.
     El cuidado y mantenimiento de este tipo de árboles resulta a menudo mínimo y sencillo, por ejemplo un desbroce puntual y periódico de la vegetación circundante evitaría la afección del posible incendio, cuasi mortal en ejemplares muy longevos. En el caso del Pino de Santo Domingo, además de estas medidas debería evitarse el tráfico de vehículos junto a su base, así como buscar una solución definitiva al sangrado de resina. Desde aquí queremos animar a las instituciones públicas para que implementen medidas de bajo coste pero de largo recorrido al permitir alargar la vida de los increíbles seres vegetales que destacan en la simpar Naturaleza Canaria.
Nº 8 de La Palma

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miércoles, 3 de mayo de 2023

En Macedonia, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
De árboles y perlas



En el suroeste de la actual Macedonia del Norte, que antes perteneció a la desaparecida Yugoeslavia, hay una vieja ciudad llamada Ohrid (en español y otros idiomas es conocida como Ocrida u Ojrida) que está en la orilla de un lago del mismo nombre que hace frontera con Albania. Ohrid, fue llamada la “Jerusalén de los Balcanes”, porque se dice que llegó a tener 365 iglesias, una para cada día. Es patrimonio de la humanidad declarado por la Unesco, única representación en ese país. Combina restos arqueológicos y culturales de las épocas griega, romana, otomana, etc. siendo toda la ciudad un auténtico museo (y sospecho que también un gran cementerio, pues desde el siglo III A.C., ha habido continuos “cambios de propietario”, a base de liquidar al anterior).
      En el centro de la ciudad, en la Plaza de la República, existe desde hace siglos un plátano oriental que los locales dicen que fue plantado en el año 868 por San Clemente de Ohrid (primer arzobispo de Bulgaria e inventor del alfabeto cirílico), hace pues algo más de 1150 años. La “Fundación de Árboles Gigantes” por su parte, le otorga al menos unos 800, pero también advierte de que carece de cualquier medio para aseverarlo. Sea como sea, el tronco del árbol tiene una forma casi cónica, hueco en su interior y reforzado últimamente con diversos medios. Tiene un perímetro de 18,81 metros a 1,3m de altura. Una medida del año 1967 era tan sólo un centímetro menor, lo que sugiere que en los últimos 50 años prácticamente no ha crecido nada. La foto en blanco y negro de 1900, muestra que aunque haya cambiado el entorno, el árbol no lo ha hecho. Curiosamente, frente a otros árboles de estas características, no hay una relación conocida de posibles usos de su interior, ni leyendas asociadas, así que les contaré una realidad de la ciudad. 
      Desde hace unos 85 años, pese a que está en un lago de agua dulce, la ciudad es conocida por sus perlas. Importa productos nacarados de escaso valor de diversos lugares del mundo que son cubiertos, cada 45 minutos, por varias capas de una emulsión obtenida con las escamas de un pez que vive exclusivamente en el lago (lo llaman “Platica”-la que tiene miedo- y es de la familia de los Ciprínidos, igual que las carpas) de entre 5 y 15 cm y un intenso color plata. Una vez aplicada la emulsión (cuya fórmula es secreta) se almacenan en condiciones especiales (también secretas) durante seis semanas. Las perlas son baratas frente a las auténticas (de 5 a 35 euros unidad) se venden bien y son apreciadas. Incluso hay una lista de celebridades que las poseen, encabezadas por la mismísima Reina de Inglaterra. El origen de tal formula procede de la zona del lago Baikal, en Rusia, y fue traída por un antiguo soldado. Según alguna versión cedió su fórmula por amistad, según otras, la familia propietaria de la misma pagó todo su dinero, 25 monedas de oro, por ella. Sea como fuere, le han sacado rendimiento



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