sábado, 29 de agosto de 2020

El teixo dos Tenreiro

SILVIA R. PONTEVEDRA
Teixo dos Tenreiro (en el año 2013)

No está muerto todavía, pero se debate desde hace años entre este mundo y el otro. Ha pasado ya más de una década desde que su suerte empezó a ser pisoteada, reiteradas veces, por las llamadas exigencias del progreso. Después de siglos de paz, rodeado de huertas, maizales y jardines al borde del río, en poco tiempo acabó cercado por las obras de una autopista, un paseo marítimo de cemento y un suelo de pesadas losas de granito que ahogaron sus raíces.
      El monumento natural de Pontedeume que aparece registrado en el Catálogo de Árbores Senlleiras como Teixo dos Tenreiro semeja ya un espectro de sí mismo, de aquellos años de gloria en que vivía mimado como la mayor joya de la casa, moldeado por podas (no las comparto) al gusto de la alta sociedad de principios del siglo XX. Las ramas, sometidas a serias amputaciones terapéuticas por orden de la Xunta, responsable de todo el tratamiento desde que el mal se hizo patente allá por el año 2003, no sostienen ya aquellas hojas verdes de antaño. Están todas secas en el suelo, dentro de la jaula metálica que se instaló a su alrededor para evitar actos vandálicos, en una actuación pública que costó 36.000 euros. Pero efectivamente, si uno se aproxima, puede comprobar que de la base del tronco asoma un brote nuevo, y que alrededor, de la propia tierra, nacen unos cuantos más.
      El tejo del caserón que mandó construir en torno a 1.870 la familia Tenreiro en una ladera que muere en el estuario del río Coves ya estaba en el lugar cuando se diseñaron los jardines. La mayoría de la gente suele decir que el árbol tiene medio milenio, pero algunos más cautos solo se atreven a echarle 300 años. Su espectacular porte (en los buenos tiempos 15 metros de altura y 20 de diámetro máximo) inspiró a los dueños del terreno un mirador sobre la ría que se hizo famoso entre los botánicos europeos. Instalaron junto al tronco principal una escalera de caracol que llevaba a la copa, donde se colocó una plataforma.

     A la sombra de los cuatro pisos de árbol podados en forma de anillos, de menor diámetro conforme se acercaban al cielo, se llegó a celebrar un consejo de ministros cuando era presidente del Gobierno republicano Santiago Casares Quiroga. Pero, como recuerda la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), que ha dado la enésima voz de alarma sobre el estado del tejo, aquella copa imponente dio cobijo a numerosas tertulias culturales y políticas en las que participaron “Valle Inclán, Azorín, Emilia Pardo Bazán o Manuel Azaña, que era pariente de los Tenreiro”.
      Con la Guerra Civil, la posición aventajada de los dueños de este árbol magnífico y de varias especies exóticas (como una araucaria que también es senlleira) con las que completaron el jardín se pierde. Un hermano muere en Suiza, adonde había sido destinado como diplomático; otro es represaliado por Franco, que le prohíbe ejercer su profesión de arquitecto. La familia es despojada de parte de sus propiedades y termina marchando del palacete.
     Pero lo malo, para este tejo que aparece en muchos tratados de jardinería y botánica del siglo XX, no fue perder aquellas sesiones de peluquería que le regalaba el jardinero. Lo malo empezó después, según la SGHN desde los años 60, con un relleno para instalaciones deportivas y la “progresiva degradación y desnaturalización del borde de la ría”.
      El grupo ecologista habla siempre de “los hombres que no amaban los árboles”, y de hecho, cada vez parece más evidente que ha sido el urbanismo, o eso que se da en llamar “humanización”, lo que ha puesto al borde de la muerte al Teixo dos Tenreiro. En 1995 comenzó la construcción del paseo marítimo, pavimentado con cemento, que probablemente aplasta buena parte de las raíces del árbol. “Casi en la misma época, en un despacho de Madrid”, rememora la SGHN, “se diseña la autopista A Coruña-Ferrol, ubicando uno de los viaductos sobre un extremo de la finca señorial. En una de las fases de construcción del paseo, la tierra sobre la que crece el tejo pasa a dominio público. El suelo que dista entre el árbol y la senda se cubre de enormes losas, y se refuerza el cierre que cerca el tronco para que las pandillas no suban a la copa, como explica un concejal, “a hacer botellón”.
     De la vieja gloria del tejo, ahora, solo perdura un cartel que advierte al visitante de que ese esqueleto de árbol que ve es una senlleira. Demasiado joven para morir dentro de su especie. Claro que los tejos, pese a longevos, son extremadamente sensibles a los cambios en las condiciones ambientales. Otro mucho más nuevo que también es famoso en Pontedeume, junto a la gasolinera, empezó a morir hace un lustro, cuando se construyó una rotonda, y ahora el Ayuntamiento ha encargado a un técnico que le levante acta de defunción. Las raíces de estos árboles necesitan oxigenarse, recibir a través de la superficie del suelo el agua de la lluvia y los nutrientes, y mantener una temperatura consonante con la copa. (?)

     Según Javier Crespo, concejal de Medio Ambiente, con el Teixo dos Tenreiro aún hay esperanzas de “regeneración”, porque los técnicos de Conservación da Natureza, en colaboración con la Estación Fitopatolóxica do Areeiro, llevaron a cabo “varias podas, la última bastante acentuada, analizaron diversas partes del árbol y vieron que había savia; vida”. Primero se achacó “a un hongo” el deterioro, pero ahora se tiende a pensar que lo peor fueron las losas, así que “hace año y medio se quitaron” y se ha “aireado” la tierra. También “se está estudiando si hay que retirar la escalera de hierro” que lleva a la copa.

La SGHN critica la forma de actuar de la Xunta: “Poda va, poda viene; insecticidas y fungicidas a discreción”. Y ahora el concejal popular lo tiene claro: “Los tejos no quieren grandes aventuras cerca de ellos”.
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Hace tiempo que estaba interesado en este árbol. Tomás Casal Pita me indicó que daba signos de ir recuperándose y me envió estas fotos en septiembre del 2018, gracias inmensas. 
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jueves, 27 de agosto de 2020

Excursión a las Islas Canarias

ADOLPHE COQUET
Una excursión a las Islas Canarias, 
de Javier Lima


“Muy cerca de allí he admirado, en casa del Marqués de la Candia, otro fenómeno vegetal. Es un castaño enorme, cuyas ramas pesadas rompen y se separan del tronco carcomido que no las puede soportar ya. Es el árbol que reproduzco aquí, según el croquis que le hice en La Orotava. En estos jardines todavía existe la palmera de 30 metros de altura que los primeros conquistadores nos señalaron. La araucaria, importada en la isla, extiende sus ramos majestuosos. Allí se encuentran mil arbustos de diversas especies que se desarrollan muy bien. La hierba se salpica de flores y se escalona en anchas graderías donde los arroyos de la montaña vienen a multiplicar sus cascadas. Esta Naturaleza vigorosa forma un contraste sorprendente con las calles desiertas y silenciosas y las viviendas cerradas de La Orotava. Este aspecto triste, en medio del más imponente espectáculo de la Naturaleza, parece una antítesis inexplicable. Aquí no existe ningún comercio: el terreno es suficiente para alimentar a los habitantes. El campesino habita en cabañas, cultiva la tierra, vive con poco y permanece miserable. El suelo no le pertenece; está repartido entre las familias antiguas, cuya inmensa mayoría hace remontar su origen a la época de la conquista”.


Texto e imagen: Adolphe Coquet. “Una excursión a las Islas Canarias”. Traducción de José A. Delgado, pp. 32-33-34.

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lunes, 24 de agosto de 2020

Guía del lector de árboles

MIGUEL ORTEGA

(...) a través de la forma del árbol podemos hacernos una idea de las condiciones en que vive y, por lo tanto, de algunas de las características de su territorio, sin tener que acceder a la información del interior del tronco. Esta manera de ver los árboles no es una ciencia exacta, pero es un forma sencilla de aproximarnos a un conocimiento más cercano de la naturaleza. Esperamos que esta publicación sirva para observar los árboles de otra forma, ya sin la excusa de decir que sus formas son “caprichos de la naturaleza”, mucho más cercana a su propia realidad y así poder disfrutar aún más con ellos

Toda disposición natural, por caprichosa que parezca, obedece a un fin utilitario.
 SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL


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viernes, 21 de agosto de 2020

Un radar para los bosques

Un radar espacial para contar cuántos árboles hay en la Tierra

Misión Biomass de la ESA
     La ESA tiene previsto lanzar en 2022 la misión Biomass, equipada con un radar pionero que permitirá conocer cuántos árboles hay en la Tierra.
     El radar, basado en nitruro de galio (GaN), enviará señales desde la órbita espacial y registrará la retrodispersión resultante para crear mapas de la altura y el volumen de los árboles, mejorando así las estimaciones de las reservas mundiales de carbono.
     La misión, que tendrá una duración de cinco años, contribuirá así a la comprensión del cambio climático y sus efectos en el sistema de la Tierra a través del ciclo global del carbono.
Un radar espacial para contar cuántos árboles hay en la Tierra

Para ver a través de las frondosas copas de árboles hasta los árboles, Biomass empleará un 'radar de apertura sintética' de 'banda P' de longitud de onda larga, que nunca antes había volado en el espacio.

Leer más: https://www.europapress.es/ciencia/misiones-espaciales/noticia-radar-espacial-contar-cuantos-arboles-hay-tierra-20181017184851.html

(c) 2020 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.

Un radar espacial para contar cuántos árboles hay en la Tierra

Para ver a través de las frondosas copas de árboles hasta los árboles, Biomass empleará un 'radar de apertura sintética' de 'banda P' de longitud de onda larga, que nunca antes había volado en el espacio. Tendrá sus señales amplificadas para viajar desde una órbita de 600 kilómetros de altitud hasta la Tierra y volver.

Leer más: https://www.europapress.es/ciencia/misiones-espaciales/noticia-radar-espacial-contar-cuantos-arboles-hay-tierra-20181017184851.html

(c) 2020 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.

     Para ver a través de las frondosas copas de árboles hasta los árboles, Biomass empleará un 'radar de apertura sintética' de 'banda P' de longitud de onda larga, que nunca antes había volado en el espacio. Tendrá sus señales amplificadas para viajar desde una órbita de 600 kilómetros de altitud hasta la Tierra y volver.
     Estos transistores están basados en nitruro de galio (GaN), considerado como el semiconductor más prometedor desde el silicio. La naturaleza versátil del "ancho de banda" del GaN significa que tiene el potencial de proporcionar 10 veces más potencia de salida de radiofrecuencia que los semiconductores tradicionales, mientras que también opera a temperaturas mucho más altas. Como ventaja para el espacio, también es inherentemente resistente a la radiación, por lo que puede hacer frente al entorno espacial, incluido el clima espacial impredecible causado por el Sol.
     "Hace más de una década, la ESA vio el potencial de la tecnología GaN y la importancia de desarrollar una cadena de suministro confiable para el uso del espacio", dice en un comunicado el ingeniero senior de tecnología de la ESA Andrew Barnes. El primer producto de GaN voló a bordo de la misión Proba-V de la ESA en 2013. Esa demostración de vuelo le mostró al equipo de Biomass que el nitruro de galio estaba listo para siguientes misiones.
     Un año después, en 2014, continuó el trabajo. Los lotes de obleas de GaN se sometieron a pruebas de radiofrecuencia y eléctricas, y fueron sometidos a temperaturas extremas y aplastados o separados. Como paso siguiente, las muestras de circuitos funcionales se sometieron a pruebas de vida útil aceleradas, que se ejecutaron durante más de 3.000 horas sin degradación de la potencia de RF para pasar las "pruebas de aceptación de lotes". También se hicieron varias pruebas para asegurar un sellado sólido, desde la inspección de rayos X hasta el golpe y la detección del nivel de eco.
     Los dispositivos también han completado las pruebas de radiación, simulando la interacción con las partículas cargadas encontradas en el espacio, así como para varios efectos destructivos que se sabe que se activan al operar sistemas de radio de alta potencia en vacío.
     "Como resultado, estos transistores GaN están totalmente autorizados para integrarse en el diseño final del instrumento de radar de Biomass", comenta Barnes, proporcionando así la tecnología adecuada en el momento adecuado para esta misión crucial de observación de la Tierra. "Y también están disponibles para otras misiones europeas y de la ESA en el futuro".
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martes, 18 de agosto de 2020

Paisaje sin canción

FEDERICO GARCÍA LORCA, Granada (1998-18 de agosto de 1936)
Paisaje sin canción
Dedicado a Luis Buñuel

Paisaje sin canción

Cielo azul
campo amarillo
Monte azul
campo amarillo.
Por la llanura desierta
va caminando un olivo.
Un solo
olivo

En el "Libro de poemas" (1921), Lorca escribe la dedicatoria ("Al gran Luis. ¡Siempre!"),
En 1923, Federico le regaló un libro a Luis con dos dedicatorias y sobre el que escribió estos versos:
(Dedicatoria especial)
A mi queridísimo Luis Buñuel. (Acta de eterna amistad)
Dedicatoria 1
Dedicatoria 2






















Un fresco con el poema de Lorca homenajea a las víctimas del atentado en Bruselas. Ha sido pintado en la estación de metro de Maalbeeek, donde tuvo lugar uno de los atentados.
La obra de Benoît van Innis, un olivo con el poema de Lorca, simboliza el árbol de la paz
Información :"En torno a Luis Buñuel"
                       Heraldo de Aragón
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jueves, 13 de agosto de 2020

El aguacate de Porrúa

GUILLERMO FERNÁNDEZ, en "el Comercio", Asturias 
 El aguacate de Porrúa, Asturias
Miguel Bueno Jiménez y su hijo Enrique colocan la placa por delante del gigantesco aguacate de Porrúa. / Fotos: Xuan Cueto
      El malagueño Miguel Bueno Jiménez, de 73 años, catedrático jubilado de Ciencias Naturales y con segunda residencia en el arrabal de Pacanda, en la localidad llanisca de Piedra, cumplió ayer un viejo sueño: «Colocar una placa delante del gigantesco aguacate de Llacín, en Porrúa, para que el visitante conozca que se plantó en 1906 y que lo sembró el emigrante a tierras mexicanas Ángel Sordo Pandal». El malagueño acudió a la finca de Llacín, la que da nombre al museo y a una famosa banda de gaitas, acompañado por dos decenas de amigos y cavó personalmente, con su hijo Enrique, el foso en el que, posteriormente, incrustó el poste con una placa dedicada a Ángel Sordo Pandal.
      Miguel Bueno ya dio probada muestra de su amor por Llanes y los árboles. En marzo de 2015 plantó 20 castaños en la pradería de la iglesia de San Antolín de Bedón. Había comprado los árboles en Galicia y llegaron con un tratamiento específico contra el hongo fitóstera. La finca se llama el Castañéu de San Antolín, pero no tenía ningún castaño.

El aguacate de Llacín fue plantado en 1906 por el indiano Ángel Sordo Pandal, mide 20 metros y la copa tiene 30 de diámetro.
      Explicó Bueno que tiene «especial cariño a los árboles y también a este rincón de Asturias. Les tengo querencia. Cuando camino por el bosque y me encuentro con un árbol de porte distinguido suelo pasar varios minutos abrazado a él». También contó que para el enorme aguacate de Porrúa había solicitado al Ayuntamiento de Llanes, el 24 de septiembre de 2019, que fuera declarado árbol singular del concejo. Y «todavía estoy esperando que me den respuesta», matizó.
      Como memoria para acompañar la solicitud al Consistorio, incluyó Bueno las características del aguacate a fecha del mes de agosto de 2019. Según las medidas efectuadas, se trata de un árbol «con una circunferencia de 8,10 metros, medida a 1,30 del suelo. El diámetro es de 2,60 metros y la altura de 20,10. Presenta quince ramas que nacen de la base del tronco y forman una copa de 30 metros de diámetro». Estima el malagueño que el aguacate «brotó y años más tarde lo cortaron, pero rebrotó y por esa razón se abre desde la base y presenta quince vástagos». Está convencido de que el árbol «se merece un homenaje por sus 114 años de vida» y sostiene que el aguacate «está enfermo» y que su lucha es ahora «intentar curarlo para lo que estoy en contacto con la finca experimental La Mayora, dependiente del CSIC». «Sabemos que los viejos se morirán, pero no por eso dejamos de cuidarlos», concretó.

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martes, 11 de agosto de 2020

La palmera bicolor, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, Ing. Técn. Forestal
La palmera bicolor de Mirca, una caprichosa curiosidad...  
La Palmera Albina de Mirca, en La Palma | FOTO CARLO MORICI
     Si bien una mayor concentración humana ha sido siempre sinónimo de reducida pendiente a la vez que de consumo de bosque y territorio, por el contrario, una pendiente elevada se ha establecido como el mejor baluarte para la defensa y conservación de la naturaleza. En este sentido la isla de La Palma, destacable a nivel mundial por su sorprendente relación entre superficie y grado de inclinación, también sobresale hoy por albergar buena parte de los recursos naturales canarios.
       En los montes de Santa Cruz de La Palma, cerca de la ermita de Las Nieves, siempre me ha llamado la atención la estampa constituida por un pequeño bosquete que mezcla grandes pinos y palmeras. Es precisamente la cuasi verticalidad territorial la que provoca que, en esta isla, se sucedan con rapidez los pisos climáticos y sus ecosistemas asociados. La estrecha banda del bosque termófilo se ve a menudo desbordada por el poderoso pino canario que en ciertas localizaciones llega prácticamente hasta el mar. A tenor de estos motivos, si fuéramos a renombrar esta isla por su árbol más abundante sería más correcto denominarla como la “Isla del Pino”.

Rareza y excepcionalidad
      Aún así, entre los muchos ejemplares de la selvática Isla Bonita, la palmera bicolor de Mirca es, con creces, un individuo a resaltar tanto por su rareza como por su excepcionalidad. Esta palmácea se localiza (28º 42′ 22” N y 17º 46′ 06” W) a una altura de 325 m, en concreto en la parcela anexa a la casa de doña Cecilia Hernández, zona conocida como El Morro, muy cerca del principio de la carretera que discurre hacia las cumbres palmeras.
     La práctica totalidad de los vegetales son, como bien conocemos, de color verde. Algunas teorías postulan que son de este color porque es el verdadero color del sol. El color verde se debe a la presencia de la clorofila, pigmento vegetal por excelencia, pero también hay plantas color púrpura así como las formas llamadas variegadas, donde amarillos y verdes se entremezclan. En los vegetales color púrpura la clorofila queda enmascarada por otros pigmentos más oscuros, pero en los vegetales variegados las partes amarillas se encuentran vacías de clorofila. Las formas variegadas han sido siempre objeto de colección y propagación en viveros, pero en el medio natural tales plantas son muy escasas, raras y, en la mayoría de los casos, se encuentran abocadas a la extinción.
      La palmera bicolor –también llamada Albina– de Mirca no es la única palmera que presenta estas características en las islas Canarias, pero sí resulta ser la más matizada. En La Gomera (barranco de Benchijigua y campo de golf de Playa Santiago) y en Gran Canaria (palmeral de Sataute y palmeral de La Baranda) se conocen unos pocos ejemplares, así como en los Jardines de La Era, en El Paso (La Palma).

      En todo caso, la variegación en la palmera canaria se comporta de un modo aleatorio, es decir, las proporciones entre verdes y amarillos no son constantes, sino más bien caprichosas. En la palmera observada en Santa Brígida, las hojas jóvenes presentan manchas amarillas pero luego, de adultas, acaban tornándose en verde.
 

Foto: Carlo Morici biólogo, experto en palmeras
Sin clorofila no hay crecimiento
      Es importante señalar que la ausencia parcial de clorofila influye sobremanera en el crecimiento, ya que las partes amarillas no colaboran en la fotosíntesis. Por esta razón nuestra palmera de Mirca no presenta un tamaño proporcional a su edad. A pesar de tener una edad aproximada de 55 años, su altura sólo es de cinco metros. En sus primeros años nos recuerdan sus propietarios que el guarda forestal amenazaba con denunciarlos por “tratar de matar la palmera con herbicida”.
      A medida que se fue desarrollando pudo constatarse que era una palmera muy distinta a las que estamos acostumbrados. Pronto su atípico aspecto se hizo popular: sus hojas se usaron para engalanar a los santos locales y sus dueños las utilizaban para adornar el ventorrillo que atendían durante las fiestas. Doña Cecilia nos relata que la gente les comentaba con aire socarrón: “Menuda paciencia para pintar así el palmito”.
En el año 1972, el yerno de doña Cecilia, que se hallaba cumpliendo el servicio militar, recibió una oferta por parte de sus superiores: seis meses de permiso y una cantidad dineraria –ya no recordada– si se trasladaba la palmera a los jardines del cuartel. En el año 1976 un vecino de la zona también ofreció la cantidad de 500.000 pesetas (3.000 euros) a cambio de tan bello ejemplar, acción que solo logró unir más a los dueños con su palmera.
 
Por una mutación genética
      La palmera bicolor de Mirca resulta ser del sexo femenino, por lo que todos los años florece y también fructifica. Esta circunstancia ha sido siempre un recurso extra para tratar de reproducirla. Lo cierto es que, hasta la fecha, las semillas que han logrado germinar han salido siempre de color amarillo por lo que, finalmente, no han prosperado.
      Según el profesor Pedro Sosa, experto genetista vegetal, todas las evidencias parecen indicar que este comportamiento responde a una mutación genética, circunstancia que en todo caso merecería un estudio demostrativo. La palmera de Mirca ha conseguido sobrevivir gracias a sus partes verdes, variando a lo largo de su historia: unas veces más verdes y otras veces más amarillas. Actualmente las proporciones resultan de un 75/25 a favor del amarillo y, según nos cuentan, parece acusarse la tendencia hacia el amarillo en los últimos años.
      La longevidad de la Phoenix canariensis puede establecerse entre los 200 y los 300 años, quizás más. Se nos antoja, por qué no, que el capricho azaroso de una genética tan particular pueda ser capaz de conservar la palmera de Mirca durante muchos años más. Ante la imposibilidad reproductiva y mientras la naturaleza lo permita, disfrutemos de tan infatigable y hermosa luchadora, de esta creación botánica digna de la mejor de las colecciones.
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sábado, 8 de agosto de 2020

¿Por qué no se deben realizar desmoches?

DFM (Directorio Forestal Maderero)
¿Por qué no se deben realizar desmoches?



Foto: Certhia arboricultura.
¡No Desmoche Árboles!

      La vista de árboles desmochados todavía es frecuente en las comunidades y a lo largo de las carreteras de América: troncos con muñones que permanecen desnudos en el paisaje, árboles despojados de toda su dignidad y su gracia. Los árboles se desmochan frecuentemente porque crecen debajo de los cables de servicios, interfieren con vistas o colectores solares, o simplemente, crecen tan grandes que preocupan al dueño. Pero, como dijo un arborista, “El desmoche es lo peor que usted puede hacer para la salud de su árbol.”
 

¿Qué es el desmoche?

      El desmoche es la poda indiscriminada de las ramas de los árboles dejando garrones (o muñones) o ramas laterales que no son lo suficientemente grandes para asumir el papel terminal. Otros nombres para el desmoche son “descopado”, “despuntado”, “descabezamiento” y “terciado”.
      La razón que más se da para realizar un desmoche es la de reducir el tamaño del árbol. A menudo los dueños de casas piensan que sus árboles han crecido demasiado. La gente tiene el temor de que los árboles grandes se pueden volver peligrosos. El desmoche, sin embargo, no es un método viable para reducir su altura y no reduce el riesgo.
      Como consecuencia, el desmoche provoca la emisión de chupones con anclajes débiles y causa múltiples heridas que con el paso del tiempo producirán una degradación de la madera y un decaimiento en el estado de salud del árbol. De hecho, el desmoche hará que un árbol sea más peligroso a largo plazo.
La poda apropiada, una alternativa al desmoche
      Cuando se ha tomado la decisión de reducir el tamaño de un árbol viejo, éste puede desmocharse o podarse de manera adecuada. Aunque la velocidad y la naturaleza del rebrote dependan de la especie y de factores locales, la diferencia entre el desmoche irresponsable y la poda competente será notoria. La “reducción calificada de la corona” del uso de arboristas para controlar altura cuando necesario. Los miembros seleccionados son quitados en su empalme con el tronco o un miembro por lo menos 1/3 el diámetro del miembro quitado.         Diferencia entre un árbol desmochado y un árbol podado. 


Primer año: El árbol desmochado es un feo muñón y un remanente de lo que alguna vez fue un árbol. Si se poda de manera adecuada, el tamaño del árbol se reduce, pero la forma y la belleza se mantienen.

Tercer año
: Los retoños vigorosos han brincado fuera del árbol desmochado en gran cantidad y crecen de manera vertiginosa. El árbol podado favorece el crecimiento, pero crecerá lentamente y de manera más proporcionada.

Sexto año: En un tiempo relativamente corto, el árbol desmochado será tan alto y, por mucho, más denso y peligroso que como estaba al comenzar. El árbol adecuadamente podado es más seguro, más hermoso y su tamaño se controla mejor.
 

Ocho razones para no desmochar los árboles

1. Inanición: El descabezado quita tanto de la copa frondosa, que reduce peligrosamente la capacidad del árbol para elaborar su alimento.

2. Shock: Al quitar la cubierta protectora de la copa del árbol, el tejido de la corteza queda expuesto a los rayos directos del sol. La quemadura resultante puede ocasionar la muerte del árbol.

3. Insectos y enfermedades: Los extremos expuestos de las ramas descabezadas son altamente vulnerables a la invasión por insectos o a la descomposición por esporas de hongos.

4. Ramas débiles: Las ramas nuevas que crecen de una rama desmochada (un muñón) están débilmente unidas y son más vulnerables a romperse por el peso del hielo o la nieve.

5. Rápido crecimiento nuevo: En vez de controlar la altura y diseminación del árbol, el desmoche tiene el efecto opuesto. Las ramas nuevas son más numerosas y frecuentemente crecen más altas que antes.

6. Muerte del árbol: Algunas especies de árbol no pueden tolerar la pérdida de ramas principales, pero aun así sobreviven. En el mejor de los casos, los árboles quedan muy débiles y propensos a enfermedades.

7. Fealdad: Un árbol desmochado es un árbol desfigurado. Aun con el nuevo crecimiento, nunca logrará recobrar la gracia y el carácter de su especie.

8. Costo: El costo verdadero de desmochar con frecuencia está oculto: valores de la propiedad inferiores, gastos de remoción y reemplazo si el árbol muere.

Fuentes: womenarboristsofse, Tree City USA, Certhia arboricultura.

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miércoles, 5 de agosto de 2020

El tejo de Fortingall, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El tejo de Fortingall, Reino Unido

Multitud de personas pisando las raíces, toqueteando y cortando ramas pueden ser estresantes e incluso mortales para cualquier árbol, pero esto es especialmente cierto en el caso del tejo de Fortingall Yew, que se considera el árbol vivo más antiguo del Reino Unido y posiblemente de Europa. Los turistas que visitan el árbol (que podría tener hasta 5.000 años de edad) le han arrancado ramas y han tratado de colgarle objetos y cintas. (...) Toda esta actividad ha causado sufrimientos al árbol, dice Catherine Lloyd, coordinadora de Tayside Biodiversity Community Partnership (un organismo de conservación).
      El Tejo de Fortingall se encuentra dentro del Cementerio de Fortingall en Perthshire, donde su tronco se ha convertido en un cuerpo masivo de al menos 52 pies de ancho y 23 pies de alto (casi 16 metros de ancho por unos 7 m. de alto).
     Se sabe que es el árbol más antiguo del Reino Unido y potencialmente en toda Europa, aunque los tejos son muy difíciles de datar cronológicamente. Desde la época victoriana, está protegido con una pared de piedra y  una puerta de hierro pero eso no ha detenido a los turistas. Dada su edad, y las pudriciones internas típicas de los tejos, en la actualidad la parte aérea la componen varios troncos separados que parecen haberse separado y que han formado un grupo más pequeño de árboles, de tal forma que casi parece un bosque de tejos, un comportamiento que se considera normal.
     (...) Con las mediciones históricas tomadas en el siglo XIX y las posteriores, los expertos estiman que el tejo tiene al menos 2.000 años de antigüedad y podría llegar a más de 5.000 años. Eso significa que el árbol ya podría estar vivo y creciendo cuando se construía la Gran Pirámide de Giza y Stonehenge, como señala el blog del Real Jardín Botánico de Edimburgo. Pero la estupidez de los turistas está poniendo en grave peligro el árbol. Una persona que quería colgar recuerdos en el árbol, acabó pisoteando y destruyendo la placa de metal que había colocado oficialmente el Consejo del Árbol. Este comportamiento tan incívico tiene un precio. 

     Como resultado, el Tejo de Fortingall ha mostrado signos de angustia, uno de los cuales es el sorprendente cambio de sexo del árbol en 2015. Después de vivir durante milenios como macho, el árbol milagrosamente tenía bayas rojas en su copa exterior, un comportamiento distintivo de los árboles femeninos. Si bien el cambio de sexo es común entre los árboles, el tejo solo había estado cultivando bayas en una rama. Esto indicó que el cambio de sexo del árbol fue solo un cambio parcial, una ocurrencia rara entre los tejos y podría ser una señal de que el árbol está bajo presión. Curiosamente, estas travesuras de los turistas ni siquiera son las peores por las que ha pasado Fortingall Yew. Los relatos históricos hablan de hogueras navideñas en la base del árbol y de paseos a caballo por su medio ensanchado. La gente ha sido muy cruel con el árbol durante siglos. En el siglo XIX, se retiraron trozos de corteza para hacer tazas. 
     Ahora, en un esfuerzo por preservar el ADN del antiguo árbol, los cuidadores de Fortingall Yew han lanzado una iniciativa llamada Church Yew Tree Project, que tiene la intención de extenderse durante un período de 10 años para crear y distribuir setos de tejos en otros cementerios. El Real Jardín Botánico de Edimburgo ha plantado su propio seto de tejo con esquejes del antiguo Fortingall Yew, que con suerte tendrá entre 30 y 50 nuevos árboles. El deterioro de la salud del tejo de Fortingall Yew enfatiza la importancia de preservar su linaje biológico ahora más que nunca. "Si tenemos su progenie, y tenemos sus clones creciendo en otros lugares, entonces el ADN estará cuidado y protegido, y tendremos tejos más importantes", opinan investigadores.
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domingo, 2 de agosto de 2020

Árboles resistentes que reforestan el Amazonas

DAN COLLYNS
Esta es la historia de los árboles resistentes que reforestan el Amazonas


     Un vuelo sobre el río Tambopata en un turbopropulsor monomotor Cessna muestra un panorama desolador. Los ríos de la selva se abren en un delta de dunas de arena y de agua turbia y estancada. En este encharcado paisaje salpicado de techos de chapa ondulada, las excavadoras, que a esa distancia tienen el tamaño de una hormiga, trabajan sin parar entre los caminos de barro.
      Con el rugido de las hélices de fondo, Cesar Ascorra nos muestra entusiasmado un conjunto de árboles que ha plantado en la arena. Están todos ordenados; parece un estampado de topos. La zona que cubren es mínima comparada con la extensión destruida por los mineros ilegales de oro.
     "Es un primer paso", indica Ascorra: "Hemos conseguido reforestar 42 hectáreas de tierra que había quedado destruida por la minería de oro".

     De hecho, la extensión reforestada no deja de ser un grano de arena en un desierto de destrucción. En esta región del sureste de Perú, el año pasado la deforestación fue peor que nunca: 9.860 hectáreas o el 38% del total. Según CINCIA Amazon, una institución que investiga el Amazonas, desde 1985, la minería descontrolada ha destruido casi 100.000 hectáreas de selva tropical. Lo cierto es que el daño va mucho más allá de los árboles destruidos. Según varios estudios del Consejo del Oro Artesanal de Perú, todos los años se vierten unas 180 toneladas de mercurio en los ríos, lagos y suelos de este símbolo de biodiversidad, que el Papa Francisco visitó en enero. Como parte del experimento de reforestación, los científicos están probando especies de árboles que pueden sobrevivir en la arena que deja la minería. También están utilizando compost de biocarbono, hecho de cáscaras de castaña de Brasil de cultivo local, para evitar que el suelo absorba el mercurio y lo pase a los árboles, y para regenerar la capa superior del suelo. Entre los árboles jóvenes plantados destaca el imponente shihuahuaco, que podría llegar a ser uno de los árboles más altos del bosque y es el lugar preferido del águila arpía, una especia muy inusual, para anidar. Miles Silman, director del Wake Forest Centre for Energy, Environment and Sustainability (Centro Wake Forest para la Energía, el Medio Ambiente y la Sostenibilidad), que colabora con CINCIA, indica que este es, de lejos, el mayor intento de reforestación en tierras minadas en las llanuras del trópico. 
     La práctica no se limita a Perú, sino que es común en los bosques de Brasil, Colombia y cada vez más en Venezuela; en este último caso, debido a la crisis económica que atraviesa el país. "La minería supone el uso más destructivo de la tierra que te puedas imaginar, exceptuando la destrucción nuclear", explica a The Guardian: "Sin embargo, en algunos casos estamos ante una tragedia que no tiene vuelta atrás mientras que en otros todavía hay la posibilidad de que esa tierra pueda recuperarse y usarse en el futuro". En esta etapa experimental, los científicos están "buscando métodos y tecnologías para abordar el problema a mayor escala", explica. El siguiente paso es trabajar con los mineros y las comunidades para "ponerlos en práctica de forma masiva". La fiebre del oro, que estalló tras la crisis económica mundial de 2008 y el vertiginoso aumento de los precios del metal, ha conllevado a que decenas de miles de migrantes procedentes de las regiones andinas pobres cercanas hayan llegado a la selva en busca de fortuna. El uso de mercurio es una práctica común pero ha sido posible convencer a algunos mineros para que utilicen una nueva tecnología que separa por gravedad y evita el uso del metal pesado tóxico. "Con este método, consiguen más oro", afirma Walter Torres, ingeniero del Instituto Peruano de Innovación y Tecnología CITE, en Madre de Dios. "En la actualidad (los mineros) obtienen cerca del 50% y con estas tecnología pueden aumentar su rendimiento al 80%. Está garantizado". 

Un shihuahuaco, en Madre de Dios. 
Foto: Gianella Espinosa / Arbio Perú.
     El corredor minero se extiende como una herida a lo largo de la cuenca del río Madre de Dios, y ahora ya ha crecido hasta otros ríos. Todavía hay provincias que no se han visto afectadas por la minería, como Tahuamanu, situada entre Perú, Bolivia y Brasil, que se ha convertido en un modelo de silvicultura sostenible. Nelson Kroll, gerente de Maderacre, que tiene una concesión de 220.000 hectáreas para el suministro de madera sostenible, indica que alrededor del 70% de la provincia está dominada por operaciones madereras aprobadas por el Consejo de Gestión Forestal. "La ciencia y la tecnología marcan el camino a seguir", puntualiza Kurt Holle, el nuevo director de WWF Perú que durante dos décadas dirigió Rainforest Expeditions, una empresa de ecoturismo en Madre de Dios. "Tenemos que educar a los ciudadanos para que quieran hacer lo que es mejor para la naturaleza, en vez de sentirse obligados a hacerlo", señala. En este sentido, explica su experiencia pasada para involucrar a una comunidad indígena en el ecoturismo y así conseguir mitigar las prácticas de minería ilegal. El atractivo de la minería es que promete un enriquecimiento rápido y parecería que contra esto no se puede luchar. Sin embargo, algunos lugareños se esfuerzan por conseguir que la región sea sostenible a largo plazo.
     "Acercamos la ciencia a las personas para ayudarles a abordar los problemas del día a día", indica Ascorra. "Todavía hay zona verde y verde es el color de la esperanza".

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