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06 octubre 2025

Las flores de la libertad, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Las camelias de Brasil
 
El día 13 de mayo de 1888, fecha de la abolición de la esclavitud, la princesa Isabel Cristina (hija de D. Pedro II de Brasil y nieta de D. Pedro IV de Portugal) recibió varios regalos, entre ellos la famosa pluma de oro, engarzada de brillantes y rubíes, usada para firmar la Ley Áurea que ponía fin a la esclavitud en Brasil. Sin embargo, el regalo que emocionó a la princesa y llamó la atención de quienes la acompañaban en el acto, consistió en dos ramos de flores de camelia. 
     Exhibidas en los ojales, las camelias funcionaban como una señal para que los abolicionistas se identificaran y por ello se transformaron en el símbolo principal de la lucha por la liberación de los esclavos. Las camelias que la princesa recibió habían sido cogidas en el Quilombo (1) de Leblon, en Río de Janeiro, o sea, en un local de refugio de esclavos negros. El líder y dueño de ese quilombo era el fabricante de bolsas Xosé de Seixas Magallanes, un emigrante portugués que mantenía buenas relaciones con las figuras centrales del movimiento abolicionista y también con la princesa Isabel. 
     Los quilombos eran agrupaciones de antiguos esclavos huidos de sus señores en el período colonial de Brasil y representaban una de las más importantes formas de resistencia a la esclavitud, constituyendo una inmensa red que participaba ya en el juego político de la transición y la participación del pueblo negro en la conquista de la libertad. En verdad, sin la adhesión franca y consciente de los cautivos manifestada por fugas en masa, imposibles de reprimir o controlar, la “avalancha negra”, como se dice ahora, el proyecto abolicionista no habría tenido la mínima posibilidad de éxito. Sus habitantes, los “quilombolas”, intentaron en algunas ocasiones reproducir la organización social africana, incluso con la elección de reyes tribales. 
     La mayoría de los quilombos tuvo una corta duración porque los señores de esclavos de las villas vecinas, en cuanto se asentaban en sus tierras, organizaban expediciones de ataque. Al contrario del modelo tradicional de quilombo, se constituyeron también los llamados “quilombo rotura”, donde los esclavos se escondían en lugares distantes e inaccesibles para fundar otra comunidad o sociedad más agradable para vivir. En Leblon funcionaba el llamado “quilombo abolicionista”, donde los líderes eran figuras conocidas de la sociedad, con un elevado grado de participación política. 
     El nuevo modelo de resistencia, organizado e localizado cerca de las grandes ciudades, funcionaba como una especie de instancia intermedia entre la comunidad de huidos y la sociedad, cuyo objetivo era transformar la vieja sociedad esclavista por dentro, al igual que sucedía en otros quilombos idénticos, o Quilombo da Jabaquara, en Sao Paulo y tantos otros repartidos por Brasil. No se sabe exactamente cómo, pero las camelias se convirtieron en el símbolo del movimiento abolicionista, subterráneo y subversivo. Proteger esclavos huidos o dar abrigo a los quilombolas, iba contra las leyes vigentes y estaba penado con elevadas multas, procesos judiciales y penas de cárcel. Había que encontrar un símbolo y una señal especial, y esa recayó en la camelia, la primera flor después del Invierno, aquella que anuncia el comienzo de la Primavera. No se puede olvidar que “La Dama das Camelias” de Alejandro Dumas Hijo, era una de las piezas de teatro de mayor éxito en Río de Janeiro en esa época. 
     La idea genial de los esclavos huidos de Leblon fue la capacidad de hacer las alianzas necesarias con el mundo político de la época, juntando a los abolicionistas y obteniendo la colaboración de la princesa Isabel, la Princesa Imperial Regente, que llegó a aparecer en público usando en su vestido una camelia producida en el Quilombo de Leblon. El mundo político brasileño se vino abajo y no era para menos.
     La princesa Isabel también protegía fugitivos en el palacio imperial en Petrópolis. De acuerdo con los registros del abolicionista André Rebouças, ingeniero y tesorero de la Confederación Abolicionista (una organización política cuyo programa defendía, simplemente el fin del trabajo esclavo) 14 esclavos huidos de las haciendas próximas a Petrópolis almorzaron en el palacio imperial y todo el esquema de promoción de fugas y alojamiento de esclavos fue montado por la propia princesa Isabel. En vísperas de la abolición, André Rebouças ya tenía contabilizados más de mil fugitivos protegidos por la princesa. 
Princesa Isabel Cristina
     El quilombo de Leblon se especializó en la producción de camelias, flores románticas e inocentes que pasaron desde entonces a ser el símbolo de un movimiento altamente subversivo: la lucha por la libertad inmediata e incondicional. Las camelias eran el símbolo del movimiento abolicionista, en la recta final de la lucha contra la esclavitud. Los abolicionistas las usaban en el ojal, las reunían en ramilletes o las cultivaban en los jardines para sugerir la adhesión a la causa. Este quilombo contaba con la protección de la princesa Isabel y se puede decir que con la discreta (o no tan discreta) simpatía del Emperador D. Pedro II. La princesa recibía en secreto ramos y más ramos de camelias, que sabía muy bien de dónde venían y lo que significaban. Por ser uno de los símbolos del movimiento abolicionista, una de sus mejores bases simbólicas y uno de sus triunfos para la negociación política, el Quilombo de Leblon no pasaba desapercibido y sus líderes hacían además lo posible para que no pasase. Al contrario, promovían confraternizaciones, conciertos y fiestas.
 
(1) La palabra “quilombo” es brasileña, pero de origen africano. Inicialmente significaba “campamento de esclavos huidos”. Actualmente se sigue usando con distintos significados.
(2) Fotos de la Princesa Isabel Cristina “la Redentora” (“Si otros mil tronos yo tuviese, mil yo perdería para poner fin a la esclavitud”) 
Texto de la Ley Aurea.
 
Nota.- Este artículo fue tomado del libro “Camelias... otros olhares” do Ing. Agrónomo D. Jorge Garrido. (Agro- Manual Publicações Lda, Odivelas, Portugal, 2011), y se reprodujo en 2014 con el permiso del autor, en la Revista “Camelicultura” que por aquel entonces yo dirigía. Hoy y siempre, D. Jorge, un abraço.
 Camellia japonica “D. Pedro II emperador de Brasil” y “Emperatriz de Brasil”, obtenidas ambas por Marques Loureiro en 1865.

Texto de la Ley Aurea

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02 septiembre 2025

En el norte de Italia, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El plátano de "Los cien Bersaglieri"

 
 
En el norte de Italia, a medio camino entre Venecia y Milán, existe una localidad llamada “Plátano” (y que antes se llamaba Salgarèa, un puñado de casas y algunas villas a pocos kilómetros de Caprino Veronese) donde crece un plátano oriental -es inútil explicar de quién toma el nombre el lugar en la actualidad- llamado “de los cien Bersaglieri“ y declarado monumento nacional. Los “bersaglieri” son un cuerpo muy especial de la infantería italiana, creado en 1836.
     Cerca del árbol, el mayor de esta especie en Italia, un cartel indica que este mide 15 metros de circunferencia y 24 de altura y cubre un área de 300 metros cuadrados, pero no marca su edad. Se estima que fue plantado en el año 1400 (+/-10), por lo que tiene en la actualidad unos 620 (+/-10 años). El plátano crece en el borde de un terraplén por cuyo fondo pasa un torrente y al que se le supone que debe sus extraordinarias medidas: nunca ha conocido la sequía.
      Los vecinos de la zona conocen bastante bien su historia, a fin de cuentas el árbol da nombre al pueblo, aunque su propio nombre es bastante reciente. Fue en 1937 cuando un compañía de soldados bersaglieri se subió al completo a este árbol
(eran 100), de ahí el nombre que le ha quedado, pero no es este el único suceso que se recuerda de él.
      Hubo otro suceso trágico anteriormente: al terminar la Primera Guerra Mundial quedó algún depósito de armas sin recoger por la zona. Dos muchachos, uno mayor que el otro, robaron explosivos plásticos empaquetados en forma de panes alargados con mechas y se fueron al plátano, dónde el mayor subió y el pequeño esperó abajo. Desde arriba el primero se dedicó a encender mechas y arrojar lejos los explosivos, mientras el pequeño miraba divertido desde abajo. En el enésimo lanzamiento, una repentina ráfaga de viento detuvo el explosivo en el aire, lo hizo girar y lo deslizó, precisamente, dentro de la camisa abierta del más pequeño, pulverizándolo. Durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes tuvieron un cuartel cerca del plátano, así que lo mutilaron drásticamente ya que su exuberancia y su proximidad a la carretera podrían haber sido explotados por los partisanos como excelentes escondites para atacarles. Seguramente muchas de las oquedades que en la actualidad presenta, datan de esa época.

 
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03 agosto 2025

Tejo de Muckross Abbey, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El tejo de Muckross Abbey

Al suroeste de Irlanda, en el condado de Kerry y dentro del actual Parque Nacional Killarney, se encuentran las ruinas de una antigua abadía franciscana, construida entre 1340 y 1448 y que tuvo una historia violenta, siendo dañada y reconstruida en numerables ocasiones. En la actualidad se encuentra sin techo en su mayor parte, pero en general se halla en bastante buen estado de conservación. Su característica más destacada es un patio central con un claustro abovedado que actualmente rodea a un gran tejo. Antes de hablar del tejo, quiero comentar que la abadía se encuentra próxima al lago de Lough Leane en cuyas aguas hay una pequeña isla (Innisfallen) donde también existió, durante casi mil años -hasta que Isabel I de Inglaterra la desalojó- otra abadía, donde se escribió la historia temprana de Irlanda y se educó a uno de sus reyes. 
     Volviendo al árbol, como sucede a menudo con los tejos, su edad es desconocida, pero existen multitud de leyendas y supersticiones en torno a él. Según la tradición, se trajo desde Innisfallen siendo un árbol joven y se plantó en el corazón de la abadía, como si fuese la continuidad de la historia. Otra leyenda dice que debajo está enterrada una imagen milagrosa de la Virgen María y que cualquiera que dañe el árbol morirá en un año. A este respecto, el libro “Heritage Trees of Ireland” de Aubrey Fennell dice que “Esta advertencia no fue escuchada por un soldado, que cortó una pequeña rama que goteaba sangre y que cayó muerto en el acto”. El mismo autor señala que la tradición dice que este árbol se plantó sobre la tumba de un monje que había estado ausente durante 100 años y había regresado allí para morir. 
     Leyendas al margen, una última nota tomada del libro, con la que estoy totalmente de acuerdo : "No existe una fórmula simple para datar un tejo individual, ya que pueden desviarse enormemente del promedio, pero este árbol debe tener al menos 350 años ... esperemos que el árbol reciba el respeto que se merece". El tronco del tejo es recto y sólido y las ramas se extienden desde él para cubrir las paredes circundantes. Al parecer, los monjes mantuvieron el árbol desmochado y con las ramas recortadas mientras residieron en la abadía, pero esta fue abandonada en el siglo XVII y empezó a recibir visitas a mediados del siglo XVIII. Uno de estos visitantes, en 1756, escribió que era uno de los tejos más altos que había visto en su vida. “Sus ramas extendidas, como una gran sombrilla, ensombrecen los nichos del gran claustro”. Y ahí sigue, recibiendo visitas, en la católica Irlanda.
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04 julio 2025

El mayor anacardo del mundo, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El mayor "cajueiro" del mundo
 
Quienes consuman en alguna ocasión anacardos conocerán este fruto, procedente del árbol del mismo nombre (Anacardium occidentale), pero también llamado cajú, nuez de la India, anacardo, merey, marañón, cajuil, caguil, pepa, y algunos nombres más, que es originario de Centroamérica, nordeste de Brasil y sur de Venezuela. Menos personas sabrán que el fruto es doble: un pseudofruto formado por la estructura carnosa del pedúnculo, que se consume en fresco como fruta y la semilla que, cruda o tostada, llega a todo el mundo como fruto seco. 
     Mi intención ahora era hablar del mayor anacardo (cajueiro) del mundo que crece en la playa de Piranji, cerca de la ciudad de Natal -estado de Río Grande del Norte- en el extremo este de Brasil. Según los vecinos más antiguos de la zona, el árbol fue plantado en 1888 por Sylvio Pedrosa, ex prefecto de Natal y propietario del terreno en esa fecha. Aunque el terreno era suyo, sin duda, otras voces apuntan a que la plantación fue obra de un pescador local. 
     Sea quien fuere el plantador, el caso es que desde entonces no ha parado de crecer de modo continuo y en la actualidad cubre un área de entre 7.300 y 8.400 m2, equivalente a lo que ocuparía una plantación de 70 anacardos normales o dos campos de futbol. ¿A qué se debe esto? Según los estudios científicos, el árbol presenta dos anomalías genéticas debido a las cuales sus ramas no crecen en vertical, si no en horizontal, por su propio peso acaban tocando suelo y enraizando formando nuevos troncos. El tronco original, ya casi indistinguible en este laberinto de troncos, poseía originalmente cinco ramas, de las cuales cuatro sufrían esa alteración.
     Convertido en atracción turística de la zona, desde el año 1994 figura registrado en el “Libro Guiness de los Records”. Hay una serie de pasarelas por el interior, preparadas para visitarlo (previo pago, eso sí) y la parte exterior está urbanizada, con lo que posiblemente se detenga su crecimiento, también se ha levantado una torre para hacer un mirador panorámico. Aparte de esto, el anacardo está rodeado por una superficie igual o mayor de tierra dedicada a tiendas de suvenires de todo tipo con temática de anacardos, incluida cachaça (alcohol brasileño a base de caña de azúcar) con sabor a anacardo. De septiembre a diciembre también se pueden saborear sus frutas, que continúa produciendo. En 2010, se recogió la mayor cosecha en época reciente: una tonelada de frutos.







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04 junio 2025

El sueño dorado, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El roble del sueño dorado

Esta historia comienza en 1797 con la fundación de la Misión San Fernando Rey de España en el actual condado de Los Ángeles, en el estado de California, en EEUU. Esta era la misión número 17, de las 21 que llegaron a fundarse allí, y en las que pronto se percataron de que la llegada de suministros era francamente difícil, por lo que deberían ser autosuficientes.
     Cuando los administradores consideraron que necesitarían más tierras para la agricultura y la ganadería, miraron hacia el norte, hacia el Valle de Santa Clarita para establecer allí el rancho de la misión. Después de la independencia de México, 1821, este territorio quedó bajo administración mejicana, las misiones fueron secularizadas y el gobierno mexicano se apropió de las tierras.
     En 1834, se designó al teniente Antonio del Valle para hacer un inventario de la propiedad de la Misión San Fernando (casi 20.000 Ha), y que luego su amigo, el gobernador Alvarado, el 22 de enero de 1839, se lo cedió. Del Valle murió en 1841 y, según reza la leyenda, el 9 de marzo de 1842, Francisco López Arbello (o Arballo), tío de la segunda esposa de Antonio Del Valle, descansó bajo un roble en el cañón de Placerita, en el valle de Santa Clarita, y tuvo un sueño: estaba rodeado de oro y era muy rico. Cuando se despertó, sacó unas cuantas cebollas silvestres del suelo y encontró algunas pepitas de oro en las raíces. Tampoco fue que un granjero encontrara oro por pura suerte, López había estudiado mineralogía en la Universidad de México y había estado buscando activamente oro, porque se decía que ya se había encontrado en esa zona unos treinta años antes.  
     No sabemos si era o no verdad, pero el hallazgo de oro por parte de López fue el primer incidente documentado en ese área. Esto provocó una cierta fiebre del oro, a una escala muy inferior que la del 1848, pero cerca de 2.000 personas, en su mayoría del estado mexicano de Sonora, llegaron al Valle de Santa Clarita para extraer oro. Se extrajo poco oro -unos 57 kg- pero fue el primer sitio en encontrarse. A raíz de la guerra entre EEUU y México, California pasó a ser de los EE.UU -1848-. En esa época se destruyó la mina para que no la encontrasen los norteños y aunque el “Tratado de Guadalupe Hidalgo” aprobó los títulos legítimos de propiedad de los propietarios de la tierra cedida, la mina ya no volvió a abrirse y parte de la historia se perdió. El terreno fue cambiando de propietarios. En 1936 se encontró petróleo y sirvió de plató para la industria del cine de Hollywood.  
     Durante años la historia, real o no, del roble de sueño dorado (del que no he conseguido conocer la especie de entre las 7 ó 8 propias de la zona) quedó medio olvidada hasta que en la década de 1930 varias asociaciones locales se unieron para reivindicar su carácter de sitio histórico.  
     Francisca López de Bilderrain, familiar de Francisco, junto a otras personas se aventuró en el Cañón de Placerita, donde señaló el árbol que se dice que fue el sitio del descubrimiento y que ella conocía por transmisión oral de quien había estado presente allí ochenta años atrás. Desde entonces el sitio ha ganado renombre (y numerosas placas), hasta el punto de que en los últimos años se ha tenido que proteger el roble para evitar la compactación del terreno alrededor del árbol. 

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05 mayo 2025

El tejo de Crowhurst, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El tejo de Crowhurst, Surrey, England
Existen en Inglaterra dos tejos llamados “el tejo de Crowhurst”. Ambos crecen en un pueblo llamado Crowhurst, ambos en un cementerio al pie de una iglesia que en ambos casos se llama St George's. La diferencia estriba en que uno está en Sussex (un condado de la costa sur, en el Canal de la Mancha) y el otro, más antiguo, en Surrey (un condado contiguo pero tierra adentro). Tal vez alguna de las personas que lean este texto recuerde otra publicación mía –La edad de los tejos-, donde decía: “ la única manera de conocer la edad de un tejo es saber su fecha de plantación” y este tejo es una prueba palpable de ello. No sabemos su fecha de plantación y, si los tejos fuesen árboles al estilo clásico, sus medidas podrían darnos una idea, pero eso no vale en los tejos. 
     Fue medido la primera vez en 1630, pero como no se sabe a qué altura, no se considera esta medida. La primera medida que podemos tener en cuenta es del año 1650, cuando fue medido a una altura de 5 pulgadas (127 cm) y dio una medida de 9,14 metros de perímetro -desde entonces se considera esa altura el punto para la referencia de medida comparativa para este árbol en concreto-. Me saltaré las diez mediciones hechas desde entonces, y me centraré en la undécima: en 1994 dicha medida era de 9,60. En 344 años ha aumentado tan sólo ¡46 cm! Es decir unos 13 cm por siglo. Esta referencia de crecimiento perimetral en un determinado período es muy orientativa para otros árboles; robles, hayas, pinos etc… pero no para un tejo. Si fuese constante en el tiempo, este árbol tendría ¡más de 7.000 años! (una medida posterior del año 2000, da una medida menor, pero se debe al desgarro producido por la caída de una gran rama). Claramente se sabe la edad del árbol y su medida no ayuda a nada. 
     Veamos algo de su historia: posiblemente después de varios siglos de pudriciones el árbol quedó hueco (normal en todos los tejos viejos) y los vecinos lo sanearon colocando una puerta de acceso y una mesa con banquillos en su interior, con capacidad para 12 personas -otras fuentes hablan de un espacio de 1,80 metros de diámetro- supuestamente para brindar refugio a los asistentes a la fiesta anual del Domingo de Ramos en el cementerio (noticias de años posteriores hablan de gente bebiendo y divirtiéndose allí, hasta que la llegada de un nuevo pastor que cortó el asunto). Durante la limpieza del interior se encontró una bala de cañón incrustada en el costado (medio cubierta por madera nueva de crecimiento y se decidió dejarla allí) que se suponía que databa de la época de la Guerra Civil (alrededor de 1652), puesto que una mansión próxima fue un bastión realista.
     En 1845 una violenta tormenta rompió numerosas ramas y parte de la copa, lo que llevó a que el improvisado refugio dentro del tejo perdiese su “techo”, aunque este suceso no aparece por escrito hasta 1850. Seguramente por esa época se le colocaron algunos parches de hierro o estaño, cuyos restos aún eran visibles en las primeras décadas del siglo XX. Durante la 2ª Guerra Mundial desapareció la bala de cañón, pero unos años más tarde, durante la evacuación de un campamento del ejército canadiense en las proximidades, la bola del cañón fue encontrada nuevamente y entregada a la iglesia. Evidentemente un soldado canadiense tenía la intención de llevársela a casa como recuerdo. En la actualidad el viejo tejo sigue en su sitio, con pudriciones internas pero en su sitio de siempre. Que sea por mucho tiempo.
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08 abril 2025

El tilo de Collmer, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El tilo de Collmer
 
En el Sacro Imperio Romano, un Gerichtslinde (“tilo de la corte”, el plural de “linde” es “linden”) era un tilo donde se celebraban las asambleas y los tribunales de justicia, de forma parecida a los árboles de junta y concejo (olmos, tejos, fresnos, robles y otros) en España. Los tilos de la corte solían estar situados fuera de los asentamientos, en campos abiertos "bajo el cielo libre". Cuando se encontraba en el centro del pueblo, el árbol también formaba parte de las festividades, en este sentido conocido como Tanzlinde "danza del tilo". Después de la cristianización, el tilo permaneció asociado con la justicia y la protección benevolente, a menudo dedicado a la Virgen María (Marienlinden) o a los doce apóstoles (Apostellinden).
     El tilo cuyas fotografías acompañan el texto –un tilo de hoja pequeña (Tilia platyphyllos)-, está en el cementerio frente a la pequeña iglesia de Collm (en el distrito de Torgau-Oschatz, en Sajonia del Norte, Alemania) y es el más antiguo de ese estado federal. Es un orgulloso árbol de 18 m de alto, con una circunferencia de tronco de aproximadamente 11 m, pero esto es sólo una aproximación, puesto que no hay manera real de medirlo. No está claro si lo que tiene es un tronco, que ha perdido parte de su madera en los siglos, o si son varios árboles unidos ahora en uno sólo. Los locales dicen que es bastante mayor de 1000 años, otros le otorgan una edad de 920+-200 años, con lo que parece que hay cierta unanimidad para considerarlo milenario. 
     En la Edad Media, era un Gerichtslinde y bajo él se administraba justicia. El margrave, como diputado real, ejercía la jurisdicción suprema al aire libre y aplicaba el "Sachsenspiegel" (El “Espejo Sajón” es el libro de derecho y código legal más importante de la edad media en Alemania, fue escrito aproximadamente en 1220 como registro de la ley existente en ese momento y se siguió usando en algunas regiones de Alemania hasta el 1900). Aquí se decidía la vida o la muerte, se resolvieron las disputas por la propiedad, se juzgaron infracciones y se deliberó sobre el bienestar y la desgracia de la gente. 
     En los documentos Collm se menciona por primera vez en 1185 ("in placido Chulmice"). Hasta 1259 se documentan 15 de estas asambleas estatales en la zona que luego se trasladaron a las ciudades que se estaban formando. El silencio se apoderó del tilo. Los señores de la corte local utilizaron más tarde el tilo como picota. Se colocaba un anillo de hierro alrededor del cuello del reo y un papelito describía el crimen que había cometido. Hasta hace unas décadas se podía ver el collar en el tilo. 
     También se dice que Martín Lutero descansó bajo el tilo de Collmer, pero como todo árbol antiguo, algo de leyenda también le hacía falta al tilo. Desde 1877, con el permiso de la Inspección de la Iglesia Real, se colocó una caja para limosnas (cepillo) en el cementerio frente a la iglesia en el Collmer Linde, con una placa de metal que dice: 
 
Soy el viejo tilo de Collm
y llevo muchos años
en este santo lugar
como altar en honor a Dios.
 
Con sus poderosas manos
Dios mismo me construyó
Y proclamo en voz alta su honor
al oído que me escucha. 
 
¿Has oído, vagabundo, mi canción?
Ven, ofrece tu grano de arena 
al gran dios 
en el altar en su honor. 
 
Tu grano de arena sacrificado aquí 
No importa lo pequeño que sea 
para la casa en su honor será 
un bloque de construcción.
 
     Las limosnas recogidas se usaron principalmente para embellecer la iglesia. Entre la iglesia y el tilo se alza una alta cruz de piedra inaugurada el 11 de diciembre de 1921 con la inscripción: "En agradecimiento a los que murieron en la Guerra Mundial, los nombres de los diez caídos de la zona" y una referencia al versículo 15.13 del Evangelio de Juan: “Nadie tiene mayor amor que ese, que da su vida por sus amigos”.
      El tilo fue declarado “monumento arbóreo” en 1949. En 1926 y 1953, se llevaron a cabo trabajos de mampostería con escombros y hormigón para reemplazar el duramen que se estaba desintegrando y rellenar así en hueco del tronco. En 1992, tras la caída del muro de Berlín, este cemento fue retirado durante una renovación de árboles con fondos del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Regional de Sajonia, con la esperanza de que el viejo tilo “se rehabilitara a sí mismo”. El árbol es usado por una colonia de murciélagos orejudos como refugio y colmenas de avispas “capro” anidan allí todos los años. En cualquier caso, para el deleite de todos sus visitantes, el viejo tilo reverdece, brota y florece cada año con una frescura juvenil y una vitalidad inquebrantable.

 
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04 marzo 2025

La sabina de Chirivel, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Una sabina solitaria

Esta es la sabina albar (Juniperus thurifera) que crece en el paraje del Pozo Franco (Ayuntamiento de Chirivel), en el extremo oriental de la Cordillera Bética y dentro ya del Parque Natural Sierra María-Los Vélez, en Almería. 
     Se trata de un ejemplar, declarado Monumento Natural de Andalucía el 1 de octubre de 2003, posiblemente milenario, que crece en un altiplano a más de 1600 msnm, en una región de duro clima continental, con grandes variaciones térmicas y períodos de sequía estivales. Esta especie constituye una reliquia de los bosques esteparios del Terciario. Se caracteriza por su lento crecimiento y sus hojas en forma de escama para evitar la pérdida de agua. Su madera es dura y de buena calidad, rica en resinas y muy apreciada en ebanistería, lo que provocó su tala masiva en el pasado. 
     Su altura total es de ocho metros, con un tronco de dos metros de altura y un perímetro -medido a 1,30 del suelo- de 3 metros. Su fisonomía es consecuencia de las duras condiciones meteorológicas en las que vive, especialmente de la nieve, de forma que para disminuir su exposición presenta un aspecto achaparrado y piramidal. 
     Antiguamente en la zona se cultivó cereal (más de subsistencia que otra cosa) y en la actualidad presenta escasos matorrales y un elevado porcentaje de roca caliza descubierta.


Otra entrada para esta sabina
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02 febrero 2025

La Psila, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
La psila africana

La psila africana (Trioza erytreae) es un insecto hemíptero chupador (como los pulgones) ampliamente distribuido por África donde frecuentemente es portador de la enfermedad HLB, Huanglongbing o «enfermedad del dragón amarillo»,​ una enfermedad provocada por bacterias que afecta a diversas especies de plantas del género Citrus. Esta enfermedad se conoce también por el nombre inglés de Greening o Ex-Greening. Produce, entre otros síntomas, deformación en los brotes, coloraciones variadas en los frutos, mal sabor..., al tiempo que reduce la producción, la inutiliza para el mercado y en casos avanzados puede llegar a matar a los árboles.
     En Florida, EEUU, la producción pasó de 12 a 2 millones de toneladas. Una hoja descriptiva de este insecto puede descargarse en esta dirección: https://www.juntadeandalucia.es/.../56383ad7-224d-4742... Se detectó en Canarias en 2004 y en la península en Galicia y norte de Portugal en 2014. En un principio se decía que atacaba a los limoneros únicamente, luego se pasó al término, ya más amplio, de “cítricos” y en la actualidad se habla de la familia de las “Rutáceas”. En 2017 Galicia renunció a erradicar la plaga y ayer mismo saltaban alarmas desde un ayuntamiento de Santander, aunque me temo que, más pronto que tarde, acabará afectando a la producción del Levante. 
     Según optimistas informaciones de 2019 “en Canarias se desarrolló un programa de control biológico clásico, consistente en la importación desde Sudáfrica del parasitoide Tamarixia dryi , del que se hicieron ensayos de especificidad sobre otras especies de psílidos, y liberó el parasitoide en el archipiélago dando como resultado una disminución drástica de las poblaciones de psila africana prácticamente en todas las islas donde estaba presente y se ha visto que la psila no es capaz de desarrollar su ciclo en otras especies de rutáceas asociadas a la flora espontánea”. Hasta aquí la teoría, en la práctica, desde la entrada del insecto nadie ha conseguido pararlo, pese a las normativas, tanto europeas como nacionales, sobre inspección y control. Lo de que no es capaz de desarrollarse sobre otras rutáceas, mejor lo dejamos. La foto grande corresponde a una hoja atacada del incorrectamente llamado naranjo de México o azahar mexicano (Choisya ternata), una rutácea de jardín. Como sucede con el Covid-19, cualquier cosa puede empeorar.

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