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3/04/2025

La sabina de Chirivel, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Una sabina solitaria

Esta es la sabina albar (Juniperus thurifera) que crece en el paraje del Pozo Franco (Ayuntamiento de Chirivel), en el extremo oriental de la Cordillera Bética y dentro ya del Parque Natural Sierra María-Los Vélez, en Almería. 
     Se trata de un ejemplar, declarado Monumento Natural de Andalucía el 1 de octubre de 2003, posiblemente milenario, que crece en un altiplano a más de 1600 msnm, en una región de duro clima continental, con grandes variaciones térmicas y períodos de sequía estivales. Esta especie constituye una reliquia de los bosques esteparios del Terciario. Se caracteriza por su lento crecimiento y sus hojas en forma de escama para evitar la pérdida de agua. Su madera es dura y de buena calidad, rica en resinas y muy apreciada en ebanistería, lo que provocó su tala masiva en el pasado. 
     Su altura total es de ocho metros, con un tronco de dos metros de altura y un perímetro -medido a 1,30 del suelo- de 3 metros. Su fisonomía es consecuencia de las duras condiciones meteorológicas en las que vive, especialmente de la nieve, de forma que para disminuir su exposición presenta un aspecto achaparrado y piramidal. 
     Antiguamente en la zona se cultivó cereal (más de subsistencia que otra cosa) y en la actualidad presenta escasos matorrales y un elevado porcentaje de roca caliza descubierta.


Otra entrada para esta sabina
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2/02/2025

La Psila, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
La psila africana

La psila africana (Trioza erytreae) es un insecto hemíptero chupador (como los pulgones) ampliamente distribuido por África donde frecuentemente es portador de la enfermedad HLB, Huanglongbing o «enfermedad del dragón amarillo»,​ una enfermedad provocada por bacterias que afecta a diversas especies de plantas del género Citrus. Esta enfermedad se conoce también por el nombre inglés de Greening o Ex-Greening. Produce, entre otros síntomas, deformación en los brotes, coloraciones variadas en los frutos, mal sabor..., al tiempo que reduce la producción, la inutiliza para el mercado y en casos avanzados puede llegar a matar a los árboles.
     En Florida, EEUU, la producción pasó de 12 a 2 millones de toneladas. Una hoja descriptiva de este insecto puede descargarse en esta dirección: https://www.juntadeandalucia.es/.../56383ad7-224d-4742... Se detectó en Canarias en 2004 y en la península en Galicia y norte de Portugal en 2014. En un principio se decía que atacaba a los limoneros únicamente, luego se pasó al término, ya más amplio, de “cítricos” y en la actualidad se habla de la familia de las “Rutáceas”. En 2017 Galicia renunció a erradicar la plaga y ayer mismo saltaban alarmas desde un ayuntamiento de Santander, aunque me temo que, más pronto que tarde, acabará afectando a la producción del Levante. 
     Según optimistas informaciones de 2019 “en Canarias se desarrolló un programa de control biológico clásico, consistente en la importación desde Sudáfrica del parasitoide Tamarixia dryi , del que se hicieron ensayos de especificidad sobre otras especies de psílidos, y liberó el parasitoide en el archipiélago dando como resultado una disminución drástica de las poblaciones de psila africana prácticamente en todas las islas donde estaba presente y se ha visto que la psila no es capaz de desarrollar su ciclo en otras especies de rutáceas asociadas a la flora espontánea”. Hasta aquí la teoría, en la práctica, desde la entrada del insecto nadie ha conseguido pararlo, pese a las normativas, tanto europeas como nacionales, sobre inspección y control. Lo de que no es capaz de desarrollarse sobre otras rutáceas, mejor lo dejamos. La foto grande corresponde a una hoja atacada del incorrectamente llamado naranjo de México o azahar mexicano (Choisya ternata), una rutácea de jardín. Como sucede con el Covid-19, cualquier cosa puede empeorar.

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1/03/2025

Palo de Brasil, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El árbol que le dio nombre a un país


El Palo de Brasil (Caesalpinia echinata), es un árbol de la familia de las leguminosas que puede llegar hasta de 10 a 15 metros de altura, de crecimiento lento y corteza espinosa, cuya madera no flota en el agua. Este árbol, al que también se llama “Pernambuco” por su zona de origen, fue uno de los principales atractivos para los primeros europeos, que llegaron al territorio desde principios del siglo XVI.
     Entre los siglos XV y XVI, un árbol parecido al Palo de Brasil (pero de origen asiático, muy escaso y difícil de conseguir), proveía a la industria textil europea de un tinte rojo que se usaba para la producción de textiles, en especial de terciopelo, de alto valor y muy demandado durante el Renacimiento. Cuando hacia 1500 los portugueses llegaron a Brasil y descubrieron la enorme abundancia del Pau Brasil a lo largo de sus costas, se interesaron rápidamente en su explotación, más que en formar asentamientos humanos y afincarse en un territorio al que llamaron “costa del pau brasil”, por lo que muchos historiadores afirman que fue éste árbol el que dio origen al nombre del país. 

     La palabra “brasil” se supone derivada de brasa, y se llamaba así al palo por el color rojizo tanto de su madera, como de la resina que de ella se obtiene, la cual contiene una tintura roja llamada brasilina y que oxida a brazileína. Desde que lo localizaron, los portugueses iniciaron una explotación intensiva del pau-brasil, porque el tinte obtenido de la especie americana era de mejor calidad y mayor duración que el que se obtenía de la asiática y a su vez, la madera de especial dureza y resistencia del árbol se empezó a usar para la fabricación de muebles de alto valor e incluso para arcos de violín.

Fruto
     La resina rojiza del árbol se convirtió en el “oro rojo” que dio a las telas europeas un mayor valor, naciendo un comercio muy lucrativo para la corona portuguesa, que llevó a la tala indiscriminada de árboles que enviaban por barco a Portugal en cantidades cada vez mayores. Desde el Tratado de Tordesillas entre España y Portugal, países como Francia y Holanda habían quedado fuera del reparto del Nuevo Mundo, así que llegaron como corsarios, piratas y contrabandistas. Incluso un francés llegó a instalar en Río de Janeiro una colonia, llamada “Francia Antártica”, para buscar la explotación del árbol para su país, lo que hartó a los portugueses, que a partir de entonces decidieron entonces establecerse y reconquistar la población.
     La creciente demanda y la corta masiva en tan sólo un siglo, produjo una enorme deforestación y llevó al palo de Brasil al borde de la extinción y no fue hasta el siglo XIX, bajo el gobierno del Emperador Pedro II (su hija Isabel abolió la esclavitud y convirtió las camelias en las flores de la libertad en Brasil) cuando empezó un largo proceso de recuperación. Poco a poco, los brasileños se concienciaron de lo conveniente de preservar sus especies autóctonas, y en 1978 el palo de Brasil fue designado como el árbol nacional. El 22 de noviembre de 2020, se ha localizado un enorme ejemplar, en el sur del estado de Bahía, cuya localización de momento se mantiene en secreto y al que se le calculan unos 600 años. Una joya brasileña recogida en esta foto.

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12/04/2024

Los Tejos de La Haye-du-Routot, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA 
Los tejos de La Haye-du-Routot

Este pueblecito de La Haye-du-Routot, que está en la región de Normandía (Departamento de Eure, Francia), muy próximo a la desembocadura del río Sena, es famoso por los dos tejos de su iglesia. A este respecto hay que decir que, así como Inglaterra tiene un buen número de tejos milenarios, en Francia su número no llega a treinta. 
     Los tejos de La Haye du Routot (escrito con guiones o sin ellos) son anteriores a la existencia del propio pueblo y, como buenos ejemplares de tejo que son, de edad desconocida, aunque hay unanimidad para otorgarles al menos 1.000 años, de ahí en adelante, cada uno con su opinión. Dado que crecen en el centro del pueblo, en el cementerio, entre la iglesia y la calle principal, queda claro que el pueblo se formó alrededor de ellos. Los dos tejos están huecos en su interior (como todo tejo milenario) y para hablar de ellos los nombraremos como tejo de la capilla y tejo del oratorio. 
     Aunque hay diferencias a la hora de otorgarles una medida perimetral, variable en función del punto donde se tome, parece unánime la opinión de que el tejo de la capilla supera los 11 metros y el del oratorio no llega a diez. El tejo de la capilla se llama así por tener en su interior, desde 1866, una pequeña capilla dedicada a Santa Ana. La capilla está abierta todos los domingos por la mañana y el día 16 de julio (en España es el día del Carmen, patrona de los marinos) cuando allí celebran la fiesta de Saint Clair. Este santo, en la actualidad ya no tiene culto en el pueblo, tan sólo un día de celebración y según se dice fue un santo conocido por su piedad, que predicó durante toda su vida, realizando milagros y curaciones, incluyendo dolor de ojos y ceguera. Pero según dice otra versión, Saint Clair fue un monje galés que, después de llegar al pueblo, fue decapitado por sus creencias y, según la leyenda, tomó su cabeza entre sus manos y continuó predicando. En la actualidad tiene estatua en la iglesia del pueblo y en su honor se celebra una antigua ceremonia, de origen desconocido pero que al parecer se remonta al siglo XV y de la que hablaré luego. 
 
     El otro tejo, el del oratorio, también presenta una oquedad interior, que se puso de manifiesto en 1832 cuando una tormenta desgajó una parte del árbol y quedó así expuesta. En 1897 se instaló allí un oratorio dedicado a la Virgen de Lourdes, con un altar completo. Estos árboles fueron en 2015 candidatos a “Árbol del Año”, y aunque no resultaron elegidos, ayudó a darlos a conocer y seguramente, también a su protección. Naturalmente, si la protección a los árboles monumentales siempre es necesaria, más lo es en este caso. En el otoño de 2013 una parte del tejo del oratorio comenzó a morir, lo que se hizo muy evidente por las agujas marrones. El análisis de las mismas mostró un contenido extremadamente alto de glifosato, un herbicida que de otra manera no daña los árboles porque no actúa a través de las raíces, sino solo directamente a través de las partes verdes de la planta. Para causar un daño como este, el veneno tuvo que ser rociado directamente sobre la copa del árbol o inyectado a través de una raíz principal. Si bien se supuso que el autor del atentado fue el dueño de una propiedad cuyo jardín está directamente adyacente a la iglesia, no había pruebas directas y quedó sin castigo. Al menos no siguió haciéndolo, y el árbol está intentando recuperarse. Una consecuencia de esto fue la creación al año siguiente (septiembre de 2014) de la asociación “Los amigos de los tejos”, al estilo de las organizaciones de este tipo existentes en otros países. 
 
     Terminaré hablando ahora de la celebración de Saint-Clair, el 16 de julio de cada año para celebrar el solsticio de verano. La ceremonia comienza con la tala de un álamo el domingo anterior a la fiesta, el jueves siguiente se corta el árbol en troncos. Luego, el día de la fiesta por la mañana, se forma una pira en forma de pirámide de 15 metros de altura que lleva en su centro un árbol recién talado, al que se fija en la parte alta una cruz. La pira permanece vigilada hasta la noche, en la que se celebra la ceremonia religiosa, seguida de una procesión y la bendición de la pira. Luego, con la ayuda de una vela, una personalidad prende fuego a una brazada de paja. Solo el mástil central que lleva la cruz en su parte superior no debe arder, si esto sucede se considera un mal presagio para ese año. Los asistentes tratan de conseguir luego un pedazo de madera carbonizada para llevarse luego a su casa, puesto que se supone que este carbón la protege de los rayos. Por si a alguien le interesa, el año 2019, la cruz ardió. En 2020 no hubo celebración.
 
 
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11/04/2024

Thuja plicata, del narrador de historias

Tomás Casal Pita
Thuja plicata

El árbol que nosotros conocemos como Tuya (Thuja plicata) es comúnmente llamado en EEUU cedro rojo occidental, cedro rojo del Pacífico, cedro gigante, tejas, y a saber cuántas cosas más. Se trata de una conífera siempre verde, pariente de los cipreses y nativa del oeste de América del Norte, pero no tiene nada que ver con los auténticos Cedros (y hace unos días decía yo por aquí, que los nombres comerciales de la madera se las traen). En nuestro país su uso es decorativo y como cierre en verde para setos. Según la Wikipedia, el más alto de estos árboles en la actualidad mide 59 metros, así que la foto de 1906 (si lo que pone era verdad) debía ser un espectáculo. Traducido y pasado a metros dice: 
"Cedro gigante, 87 metros de altura y 4, 46 metros de diámetro, se le supone unos mil años de edad”.

     Por último ese recorte de prensa, publicado en The Mason County Journal, (Shelton, W.T.) el día 14/09/1894 en la página 3, dice más o menos lo siguiente: G. A. Dyer de Tacoma tiene en exhibición el árbol más grande jamás mostrado en el estado. Es un cedro cortado cerca de Ocosta, Washington. Ocho hombres tardaron veinticuatro días en cortarlo y cargar los carros. La parte expuesta consta de unos 4,2 m de la base, junto con secciones de las raíces. La característica  base hinchada. Después de talarlo, se dividió en secciones que podían manipularse y se quitó el centro. Ahora está configurado de modo que desde el exterior parece en su estado original, pero por dentro es hueco, y se entra a través de una puerta. El señor Dyer dice que el árbol tenía 124 m de altura y que mide 21,33 m de circunferencia (esto son 6,8 metros de diámetro). Esto incluye los "entresijos" de la base, mientras que a una altura de 10 m su diámetro era de 4,25 m. Había 18,25 metros hasta la primera rama, que se dice que tenía 2,1 m de diámetro. Los primeros 91,5 m tenían 4,5 m de diámetro, disminuyendo desde ahí hasta los 30 cm. en la parte superior. Este árbol se llevará al este para su exhibición cuando cierre la feria.- West Coast Lumberman.
     Naturalmente después de estos datos, y suponiendo que los americanos de la época no nos hayan tomado el pelo, queda claro que los grandes tuyas ya se extinguieron por obra del hombre y de la sierra y nunca se volverá a ver otra tuya en todo su esplendor y magnificencia.

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10/05/2024

Clavel de aire, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Clavel del aire 

Es una planta de las llamadas epífitas; plantas que se desarrollan sobre un soporte sin que las raíces toquen el suelo y sin parasitar a su huésped. Lo mismo pueden vivir sobre un árbol que sobre un cable, porque lo único que necesitan es un apoyo, no que las alimente otro ser vivo.
     Si la tenemos en una posición más o menos fija, sujeta para que no la mueva el viento, acabará por echar raíces, que sólo sirven como sujeción, sin función alimentaria. Una vez sujeta estas raíces se secan, formando solo el soporte de la planta. Normalmente se conocen como plantas o claveles del aire, su nombre científico es Tillandsia bergeri y procede del centro-este de Argentina, en la provincia de Buenos Aires. De crecimiento muy lento, una planta vieja está formada por cientos de rosetas muy apretadas unas contra otras. Cada una de estas rosetas, vistas de cerca, pueden recordarnos por su estructura una hierba pita en pequeño, pero sin espinas ni dientes o también las de los verdaderos claveles. Si miramos con una lupa las hojas de estas rosetas, vemos que están cubiertas de escamas plateadas (en realidad, son pelos transformados). Estas escamas son capaces de absorber el agua y las sales minerales que escurren por la planta cuando llueve o se moja (riego, heladas, nieblas, etc...) Viendo que come lo que pueden recoger sus hojas es fácil entender que crezcan muy lentamente. En los períodos de sequía estas mismas escamas también tienen una labor de protección contra la desecación, limitando la transpiración y reflejando parte de los rayos del sol.
     Las flores nacen en forma de espiga terminal en las rosetas más viejas y tienen pétalos de color azul o violeta claro. Nunca tienen nada de rojo, lo que la diferencia de un pariente próximo, la Tillandia aeranthos. Se siente bien en zonas húmedas, donde tiene garantizada la humedad ambiental, pero también se da en otras zonas más secas, si están cerca del mar, donde pueden llegar a aguantar sin problemas hasta –10ºC. Si queremos reproducirla, nada mejor y más fácil que tomar unas rosetas de una de las plantas viejas y ponerlas a crecer en una zona alta. ¡Cuidado con ponerlas en tierra!, acaban por pudrirse si las dejamos allí mucho tiempo. A veces podemos querer que crezcan deprisa e intentar fertilizarlas. No es necesario, y menos abono del empleado en huertas y jardines. En todo caso una ligerísima proporción de fertilizante foliar muy diluido. Más bien sería una poca de agua “sucia”. Porque ¿para qué quiere fertilizarse una planta que vive del aire?. Disfrutad de ella.  

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9/08/2024

Historia de un rosal, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Un rosal en el desierto de Arizona

Esta no es la historia de un árbol, si no de un arbusto, pero creo que bien merece la pena que sea contada. Se trata de un rosal de Banks que crece en Tombstone (Arizona, EEUU). Pero antes de hablar de este ejemplar en concreto, veamos antes un par de circunstancias para ponernos en situación.
     El rosal de Banks (Rosa banksiae), al que los anglosajones denominan “Lady Banks rose”, es un arbusto semitrepador originario del centro y oeste de China, a altitudes de entre 500 y 2.200 m.s.n.m. Se considera que crece hasta unos seis metros de altura y, a diferencia de la mayoría de las rosas, prácticamente no tiene espinas. Sólo en brotes jóvenes y fuertes puede presentar algunas pequeñas espinas. Las flores tienen sobre unos dos centímetros de diámetro y un color que va del blanco al amarillo pálido, pasando por un color crema, dependiendo de la variedad. Todas ellas huelen a violetas y el número de pétalos varía, desde las formas simples, con cinco pétalos, a las semidobles o las dobles, con un número amplísimo de pétalos, obtenidos por la transformación de los estambres en pétalos.
     Tombstone es llamada popularmente, «la ciudad demasiado dura para morir», no tiene más de 1500 habitantes. Situada al sur del estado de Arizona, muy próxima a la frontera con México, su estación seca dura diez meses. Según se dice, el nombre procede de lo que un soldado dijo a un minero que encontraría allí: la lápida de su tumba (tombstone). Y así bautizó a la mina que en 1878 el minero que la halló, de ahí el nombre de la ciudad. 
     Tan solo tres años después tenía 8.000 residentes, además de una escuela, un periódico, cuatro iglesias, dos bancos y una sala de ópera. Tombstone se ganó la justa fama de ser de los pueblos más violentos del suroeste de los Estados Unidos (y posiblemente de los más inmundos). En la década de 1890 llegaron a residir allí hasta 15.000 personas, en un paraje semidesértico donde veinte años antes no había nada. 
      La inundación de algunas minas por un río subterráneo marcó el inicio de su declive y en la actualidad vive del turismo, con hasta 400.000 visitantes al año. A fin de cuentas, el famoso duelo tantas veces llevado al cine, del O.K. Corral (Duelo de titanes), tuvo lugar allí.
     Es momento de hablar del protagonista, del rosal más grande del mundo, según el Libro Guinness de los Records. La historia comienza en Escocia en 1884 cuando el matrimonio entre Henry Gee y Mary, al día siguiente de su boda, emigraron a Tombstone al olor de las minas. Hasta poder construirse una casa residieron en la pensión Cochise, donde al año siguiente les llegó una gran caja desde Escocia, en la que les enviaron plantas, bulbos y esquejes. Entre los esquejes había varios de un rosal blanco de Banks que Mary había plantado siendo niña. Uno de los esquejes se lo regaló a Amelia Adamson, la mujer que dirigía la pensión y con la que había hecho amistad. Juntas lo plantaron en el patio trasero, cerca de la leñera, donde sorprendentemente, aquel esqueje de rosal de origen chino procedente de Escocia, arraigó y floreció en el desierto de Arizona.
     En 1920, cuando ya habían pasado 35 años de la plantación, el matrimonio de James y Ethel Macia compraron la pensión y derribaron la antigua leñera, creando un soporte de enrejado de postes de madera y tubos de metal que podría ampliarse a medida que el rosal fuese creciendo. El sombreado del patio en el clima de Arizona, era algo que los huéspedes apreciaban y comentaban, junto a la enormidad del rosal. 
      Sería en 1933 cuando, por vez primera, una columna de periódico le diera el título de “el rosal más grande del mundo”. Tres años más tarde la pensión pasaría a llamarse “The Rose Tree Inn” (la pensión del rosal). Allí se alojó durante una semana un conocido caricaturista y empresario, Robert Ripley, conocido por sus columnas y programas sobre hechos curiosos (Ripley ¡aunque no lo crea!). Ripley llevó la noticia del rosal a sus programas y a partir de ahí, el rosal se hizo definitivamente famoso. 
     En 1953 el edificio dejó de ser pensión y pasó a domicilio privado, pero aún así el patio permaneció abierto al público para que el rosal pudiese ser contemplado. Finalmente, en 1964 los hijos y nietos de los Macia crearon el Rose Tree Museum en la antigua pensión (que aún sigue ofreciendo un par de “suites”) donde pueden admirarse fotos, libros y todo tipo de objetos relacionados con la historia de Tombstone y, por supuesto, del gran rosal que le da nombre. 
     El rosal florece, normalmente, de mediados de marzo a finales de abril, época en la que se celebra el “festival de la rosa”. Aunque nadie ha logrado explicar su increíble supervivencia, se supone que ha logrado llegar con sus raíces a alguna filtración subterránea de agua de la que, en parte, se alimenta. Aquel esqueje llegado de Escocia hace 136 años, tiene hoy un nudoso tronco que sobrepasa los cuatro metros de perímetro y una copa, soportada sobre columnas, que cubre unos 840 m2. No está mal, para vivir casi en el desierto…
 
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8/05/2024

La Perona, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
La perona

En 1947, al terminar la 2ª guerra Mundial, en calidad de primera dama de Argentina, María Eva Duarte de Perón (Evita Perón), visita España. Era una visita eminentemente política, de interés por ambas partes, pero cuyas circunstancias (en 2013 se estrenó una película, “Carta a Eva”, que trata sobre este hecho) son ajenas a esta página.
     Este viaje le permitió a Evita visitar Madrid y, viajar a Galicia, Andalucía y Cataluña. El día 19 de junio, en los Jardines de la Alameda de Santiago de Compostela, en un círculo de la rosaleda y mirando hacia el campus universitario, fue invitada a plantar un árbol.

Foto de la plantación: Herederos de Ramón S. Estalote

      Las autoridades de la época quisieron dar al acto el mayor de los renombres, y para ello se trajo tierra de la Casa de la Matanza (Padrón), donde vivió un tiempo y murió la insigne poetisa gallega Rosalía de Castro. Posiblemente tal plantación no fue del agrado de todos, puesto que el árbol fue arrancado en varias ocasiones y replantado de nuevo, según se dice sin sufrir mayores daños en el proceso, hasta que finalmente los ataques cesaron y el árbol consiguió enraizar y crecer, recibiendo desde el primer momento el sobrenombre de “La Perona”. 
     A día de hoy, sin el equipo adecuado no es fácil medir el árbol, así que tomaremos las dos últimas referencias conocidas de este joven setentón. Una publicación de 2003 le otorgaba una altura de 18,5 metros (aunque no dice la fecha de la medición). Otra publicación de 2008, ya le otorgaba 22 metros. Respecto al perímetro normal del tronco, las referencias según los años son estas: 1,20 (2003) y 1,57 (2008).
    Según parece, La Perona goza de buena salud, continúa creciendo y desde el año 2007 forma parte del catálogo de “Árbores Senlleiras” de Galicia. Intencionadamente, he dejado para el final citar la especie botánica de la que hablamos. Se trata de un abeto del Cáucaso (Abies nordmanniana). Nadie ha conseguido saber porqué se plantó una especie tan ajena tanto a España como a Argentina. Es posible que, como decía el sabio Quino, a través de su personaje de Mafalda, “lo urgente no dejó tiempo a lo importante”.


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7/06/2024

Chapel Rock, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El pino blanco de Chapel Rock

 

 

Foto de 1900
El lago Superior, en la región de los grandes lagos entre EEUU y Canadá, tiene una superficie de unos 82.000 Km² (algo más de 87.000 tiene Andalucía) siendo el mayor de todos ellos. Realmente es un auténtico mar interior de agua dulce, cuya costa sur pertenece, casi toda, al estado de Michigan. Allí, en el condado de Alger, está la conocida como “Roca de la Capilla”.  
     Originalmente, el área fue nombrada por los primeros exploradores franceses y se encuentra en los primeros mapas como “La Chappelle”, debido a su curiosa forma. Luego los ingleses y sus descendientes norteamericanos tradujeron el nombre y pasaron a denominarla “Chapel Rock”. La Roca de la Capilla, está en el extremo de una playa, en una zona conocida como Pictured Rocks National Lakeshore. Para llegar hasta allí, partiendo de la población más cercana, con unos 2.300 habitantes, hay que recorrer unos 24 km por la única carretera estatal de la zona, luego desviarse 8 km. hasta el aparcamiento más próximo y continuar a pie otros 4 kilómetros más por senderos de bosque bien marcados. Normalmente los visitantes no vienen sólo por un día, puesto que es un área de campamentos y mochileros, pero aquellos que si lo hacen, suelen caminar mucho más. La mayoría se desplazan también a ver alguna de las muchas cataratas que hay por la zona con lo que al final, entre ida y vuelta, nadie hace menos de 10 km por los bosques.  
     La Roca de la Capilla, está formada por roca arenisca del período Cámbrico, que une a su curiosa forma, la no menos curiosa presencia de un pino blanco americano (Pinus strombus) que se encuentra cerca del límite norte de su área de distribución natural. Al pino, que tiene su base sobre la roca pero se alimenta desde tierra firme, se le calculan unos 250 años. Parecen muchos para su pequeño tamaño, pero las suyas son también unas circunstancias muy poco corrientes. Cerca hay un cartel interpretativo en el que está escrita una nota tomada del diario de Charles Penny, un miembro de una expedición de 1840 dirigida por Douglass Houghton, el geólogo que exploró la costa sur del lago Superior y que murió ahogado en el propio lago. El texto dice así: “Desayunamos en La Chapelle (Chapel Rock) esta mañana de Pictured Rocks. La Chapelle es una parte de estas rocas; cuyas partes más blandas se han desgastado, dejándolo en forma de costoso templo. … Este techo tiene alrededor de seis pies de espesor y no tiene goteras. Hay algo de tierra en el techo, y en el centro crece un gran pino recto a modo de aguja. Pero creo que todavía no hay ninguna campana que crezca allí". De modo que hace ya 180 años el pino crecía allí, y su tamaño le permitía hacerse notar lo suficiente para que el explorador tomase nota de él. 

     Chapel Rock formó parte, en el pasado, de una zona de costa más compacta, pero la erosión de la arenisca la ha ido aislando de tierra firme. No sabemos cómo era cuándo la vieron los franceses por vez primera, pero sí sabemos que en el pasado más reciente estaba unida a tierra por un arco de roca, como se ve en esta foto tomada en 1900. El arco se cayó en los años 40, quedando la roca casi como una isla en las orillas del lago, cuyo nivel de aguas varía con frecuencia hasta más de un metro. El pino, consiguió sobrevivir a la rotura del arco porque sus raíces estaban en tierra firme, de donde se alimenta, puesto que la roca sólo le ofrece un mínimo apoyo y posiblemente ningún alimento. Alimentado a distancia y sin una buena sujeción, puesto que carece de raíz pivotante, el futuro de este árbol es poco halagüeño. Lleva allí un cuarto de milenio, pero cualquier tormenta puede acabar derribándolo, a él, o al conjunto Chapel Rock, (a la que está prohibido escalar) como sucedió en el pasado con el arco. Siempre nos quedarán sus fotos como recuerdo.


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6/07/2024

Los árboles canoa (y2), del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Los árboles canoa (y 2)

Foto 1
 

(...) Para profundizar algo más sobre los árboles canoa, solicité permisos para poder mostrar fotos que ilustrasen algo más aquello de lo que hablaba. (...) Los árboles de canoa son una parte de los llamados “árboles con cicatrices”, aquellos a los que los aborígenes australianos han quitado la corteza para usarla en otras cosas (las canoas serían el uso de mayor tamaño, pero no el único) y además existen los árboles tallados, creados como una forma de expresión artística y espiritual por algunos pueblos aborígenes, para marcar sitios de importancia como los lugares de enterramiento y lugares sagrados. (En la foto 1 un árbol tallado cerca de Dubbo, en Nueva Gales del Sur, fotografiado por Henry King) En el siglo XIX, muchos de ellos fueron cortados para llevar a museos, pero en la actualidad están protegidos por ley y algunos han sido devueltos a sus antiguos emplazamientos.
      Al hablar de los arboles de canoa, decía que también se sacaban de ellos “coolamons”, pero no dije lo que eran. La mejor definición es la de “recipiente multifunción de lados curvos”, que varían en longitud de 30 a 70 cm, y de forma similar a una canoa. Los coolamons fueron utilizados tradicionalmente por las mujeres aborígenes para llevar agua, frutas, y cualquier otra cosa, así como para acunar a los bebés y se transportaban en la cabeza cuando se viajaba, o debajo del brazo si se usaba como cuna.
   
      He pedido permiso a Karlangu Aboriginal Art Centre (https://karlangu.com/) para poder mostrar las imágenes de los coolamons llenos de frutos y en su función de cuna, y ver así realmente lo que son estos recipientes y el uso que se les daba. Pero sin duda, hablar de canoas hechas con corteza de eucalipto, sin ver una de estas, dejaba mi publicación original absolutamente coja y con poco sentido, por ello me puse en contacto con el Museo Marítimo Nacional de Australia (https://www.sea.museum/) que en una de sus páginas muestra el proceso de corta, extracción limpieza, plegado y atado para formar unas canoas de corteza del estilo de extremo atado o “estilo Gippsland”.
      No era el único tipo, puesto que este variaba con las zonas, y puede que con los diferentes grupos indígenas. Había canoas construidas para durar y otras casi de emergencia, canoas individuales y de diversa capacidad, de hasta una docena de personas. Llegaron a desarrollar sistemas para tener fuego y cocinar dentro de ellas, necesario en las noches de pesca o durante largos viajes. Pero no sólo la fabricación era importante. 
     La capacidad de conducir y navegar canoas, comprender los ríos y las corrientes, y la confianza en el agua, eran habilidades valiosas en el siglo XIX. Aunque en ocasiones pensemos en Australia como un semidesierto (realmente hay de todo en un territorio tan grande), el sistema fluvial formado por los ríos Darling y Murray (el primero y segundo en longitud, que se unen antes de llegar al mar) tiene una longitud de 3.672 km, y baña diversas zonas de los estados de Victoria, de Nueva Gales del Sur y del sur de Queensland. Estos ríos con frecuencia, en época de lluvias se desbordan e inundan enormes extensiones, porque muchas de ellas son absolutamente llanas (el río Murray, a 274 km del mar tiene una altura sobre él de tan sólo 3,6 metros). En estas condiciones saber construir una barca y manejarla, era sin duda la diferencia entre la vida y la muerte.

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