TOMÁS CASAL PITA
El tilo de Collmer
En el Sacro Imperio Romano, un Gerichtslinde (“tilo de la corte”, el plural de “linde” es “linden”) era un tilo donde se celebraban las asambleas y los tribunales de justicia, de forma parecida a los árboles de junta y concejo (olmos, tejos, fresnos, robles y otros) en España. Los tilos de la corte solían estar situados fuera de los asentamientos, en campos abiertos "bajo el cielo libre". Cuando se encontraba en el centro del pueblo, el árbol también formaba parte de las festividades, en este sentido conocido como Tanzlinde "danza del tilo". Después de la cristianización, el tilo permaneció asociado con la justicia y la protección benevolente, a menudo dedicado a la Virgen María (Marienlinden) o a los doce apóstoles (Apostellinden).
El tilo cuyas fotografías acompañan el texto –un tilo de hoja pequeña (Tilia platyphyllos)-, está en el cementerio frente a la pequeña iglesia de Collm (en el distrito de Torgau-Oschatz, en Sajonia del Norte, Alemania) y es el más antiguo de ese estado federal. Es un orgulloso árbol de 18 m de alto, con una circunferencia de tronco de aproximadamente 11 m, pero esto es sólo una aproximación, puesto que no hay manera real de medirlo. No está claro si lo que tiene es un tronco, que ha perdido parte de su madera en los siglos, o si son varios árboles unidos ahora en uno sólo. Los locales dicen que es bastante mayor de 1000 años, otros le otorgan una edad de 920+-200 años, con lo que parece que hay cierta unanimidad para considerarlo milenario.
En la Edad Media, era un Gerichtslinde y bajo él se administraba justicia. El margrave, como diputado real, ejercía la jurisdicción suprema al aire libre y aplicaba el "Sachsenspiegel" (El “Espejo Sajón” es el libro de derecho y código legal más importante de la edad media en Alemania, fue escrito aproximadamente en 1220 como registro de la ley existente en ese momento y se siguió usando en algunas regiones de Alemania hasta el 1900). Aquí se decidía la vida o la muerte, se resolvieron las disputas por la propiedad, se juzgaron infracciones y se deliberó sobre el bienestar y la desgracia de la gente.
En los documentos Collm se menciona por primera vez en 1185 ("in placido Chulmice"). Hasta 1259 se documentan 15 de estas asambleas estatales en la zona que luego se trasladaron a las ciudades que se estaban formando. El silencio se apoderó del tilo. Los señores de la corte local utilizaron más tarde el tilo como picota. Se colocaba un anillo de hierro alrededor del cuello del reo y un papelito describía el crimen que había cometido. Hasta hace unas décadas se podía ver el collar en el tilo.

Soy el viejo tilo de Collm
y llevo muchos años
en este santo lugar
como altar en honor a Dios.
Con sus poderosas manos
Dios mismo me construyó
Y proclamo en voz alta su honor
al oído que me escucha.
¿Has oído, vagabundo, mi canción?
Ven, ofrece tu grano de arena
al gran dios
en el altar en su honor.
Tu grano de arena sacrificado aquí
No importa lo pequeño que sea
para la casa en su honor será
un bloque de construcción.
Las limosnas recogidas se usaron principalmente para embellecer la iglesia. Entre la iglesia y el tilo se alza una alta cruz de piedra inaugurada el 11 de diciembre de 1921 con la inscripción: "En agradecimiento a los que murieron en la Guerra Mundial, los nombres de los diez caídos de la zona" y una referencia al versículo 15.13 del Evangelio de Juan: “Nadie tiene mayor amor que ese, que da su vida por sus amigos”.
El tilo fue declarado “monumento arbóreo” en 1949. En 1926 y 1953, se llevaron a cabo trabajos de mampostería con escombros y hormigón para reemplazar el duramen que se estaba desintegrando y rellenar así en hueco del tronco. En 1992, tras la caída del muro de Berlín, este cemento fue retirado durante una renovación de árboles con fondos del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Regional de Sajonia, con la esperanza de que el viejo tilo “se rehabilitara a sí mismo”. El árbol es usado por una colonia de murciélagos orejudos como refugio y colmenas de avispas “capro” anidan allí todos los años. En cualquier caso, para el deleite de todos sus visitantes, el viejo tilo reverdece, brota y florece cada año con una frescura juvenil y una vitalidad inquebrantable.
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