miércoles, 31 de julio de 2013

WILLIAM OSPINA (Colombia-Tolima, 1954)
En las mesetas del Vaupés

Qué son las canoas sino los árboles cansados de estar quietos.
Qué son los postes de colores sino los árboles hundiendo sus raíces en el cielo.
Qué son los puentes colgantes sino los árboles jugando con el vértigo.
Qué son las fogatas sino los árboles contando su último secreto.

Follaje de las ondas que va quedando atrás con el golpe del remo,
Follaje de sonidos que en torno de los postes enardece al guerrero,
Follaje de invisibles caminos que comienza en el confín del puente,
Follaje de humaredas que ascienden en desorden entre las titilantes orquídeas.

Con granadillo hice el bastón para espantar a los malos espíritus.
Con la madera del caobo hice las cuentas de un collar para tu pecho oscuro.
Con fruto seco del tekiba la copa en la que le ofreciste el agua.
Con la madera del laurel hice esta flecha.

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sábado, 27 de julio de 2013


EL HOJARASQUÍN DEL MONTE 
Cuento del Dpto. de Tolima, Colombia

Los campesinos de las montañas colombianas cuentan muchas historias acerca del Hojarasquín del Monte.
Dicen que se alimenta de flores y de bayas doradas. Más de uno dice haberse encontrado con este espíritu protector de la naturaleza que habita en la oscuridad de los bosques tropicales.
Atento al chillido de las golondrinas en los farallones del río, sabe cuándo se acerca el depredador de la flora y cuándo debe auxiliar al sabanero, anhelante víctima de los perros del cazador. Amante de los vuelos, el Hojarasquín, algunas veces, se cansa de ser árbol y entonces disputa con los loros, intenta saltar con los venados en las tardes de sol.
Los que lo han visto coinciden en que se traba de un árbol-hombre, no está cubierto de pelo sino de musgo y ramitas que cuelgan, y su cuerpo es un tronco viejo a cuyo pie nacen dos horribles pezuñas. Camina rápida y furtivamente entre el follaje, en medio de un atronador ruido de hojas secas. Su aparición causa verdadero espanto, sobre todo a los taladores de bosques y a los cazadores, a quienes nunca se les muestra de frente sino que se les acerca por la espalada como si los siguiera. Esto sucede por lo general cuando el cazador apunta con su arma a un venado o a una danta indefensa -tapir-, o cuando el leñador levanta su hacha para derribar un árbol que no debería derribar. El susto que se llevan es tan grande que nos le quedan ganas de volver por allí, o, por lo menos, no a matar animales o a cortar árboles. Un respeto profundo se apodera de ellos desde entonces, como si comprendieran que con la naturaleza no se puede jugar ni se puede hacer daño porque sí, sólo por diversión o por plata. Sin embargo, y a pesar de su aspecto aterrador, el Hojarasquín es un ser de buenos sentimientos que conduce amablemente hacia la salida del monte a los caminantes que se pierden en él. La única condición es que el caminante extraviado sea de su agrado. El problema está en que no es fácil simpatizarle. Los aventureros valientes no lo conmueven, ni tampoco los exploradores que se adentran en la selva en busca de tesoros ocultos. Antes de ayudarlos en sus propósitos, les juega toda suerte de bromas pesadas que les ponen los nervios de punta y termina haciéndolos desistir de sus planes. Sólo una cosa es precisa para ser del agrado del Hojarasquín del Monte, y es mostrar reverencia y respeto por su entorno natural.
Los campesinos saben de sus movimientos por la algarabía de los arrendajos y pájaros tijeras, por la inmensa batahola de los samanes con el viento. Amo de las hojas y el rumor de las aves en las montañas, el Hojaraquín muere cuando hay talas o destrucción de los montes. En forma de tronco seco, permanece oculto hasta cuando resurge la floresta.

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CELIA BALCÁZAR DE BUCHER (Colombia, 1940)
Hojaraquil*

Hojarasquil del monte
flautista misterioso de la primera infancia
ululaba, fluía con su cortejo de hojas
sinuoso impredecible presuroso partía
en su ballet errático
por la vieja escalera de caracol
y se perdía en el aire
espectro de hojas 
despojado
del lastre de su cuerpo
regados en su zaga después del torbellino
dionisíaco
cascabeles dormidos
calladas castañuelas
inermes, anhelantes
de su próximo vuelo

Celia nos propone este otro nombre "Hojaraquil" en lugar de "Hojarasquín"
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martes, 23 de julio de 2013

PORFIRIO BARBA JACOB (Colombia, 1883-1942) 
Árbol viejo

El árbol que sombrea la llanura
tiene cien años de acendrar sus mieles,
de temblar bajo el júbilo del cielo
alargando sus frutos sazonados,
de escuchar el silencio de la noche,
y de ver a las mozas del camino,
perennemente, sin decirles nada…

Los labradores con el hierro al hombro
llegan en la fatiga de la tarde,
y piensan al mirarlo, simplemente:
‘Ya rindió sus cosechas más jugosas,
y ofrece al hacha los desnudos brazos
para el alimento del hogar, cortémosle.

¡Oh inquietud vespertina! ¡Cómo tiemblan
mis carnes cual las ramas sacudidas
del árbol que sombrea la llanura!
Me duele el corazón… En el lejano
horizonte se encienden los hogares,
y con un ritmo lánguido y liviano
parece que sollozan los palmares.

Me quedo preguntándome a mí mismo:
¿para qué sirve un árbol? ¿para darle
cuatro varas de sombra al césped trémulo?
¿para temblar bajo el azul del cielo
alargando sus frutos sazonados?
¿para oír el silencio de la noche?
¿para sentir la fiebre de la tierra?
¿para ver a las mozas del camino,
perennemente, sin decirles nada?

Me quedo preguntándome a mí mismo
en la fúlgida noche que desciende
y ella, que en paz sus luminares prende,
dilata mi ansiedad con su mutismo…

(Barranquilla, 1906)

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viernes, 19 de julio de 2013

EL ÁRBOL DE LOS FRUTOS/ABUNDANCIA
Cuento Huitoto - Colombia

Uno de los relatos más difundidos entre huitotos (witotos, uitotos), algunas veces llamados muinane-murui cuenta con diversas versiones y recoge diversos temas como el origen del pueblo Amazonas, el origen de las plantas, entre otras. Está basado en el mito de Moniya Amena, llamado el árbol de los frutos. El siguiente fragmento fue extraído de la versión del escritor José Octavio García

     Moniya Tiriza, hermosa hija del jefe Moniya Jurama, tiene como amante a Kuio Buinaima, la lombriz que fecunda la tierra, razón por la cual desprecia sucesivamente a todos sus numerosos pretendientes. Una vez que ha quedado encinta, la madre de Moniya Tiriza descubre al culpable en un hueco debajo del banco en que se sienta su hija. Le echa agua hirviente por lo que el enamorado se va hacia el inframundo (muere) llevándose de paso la fuerza de las frutas.
     Desde ese momento nada fructifica. Sobreviene la hambruna. La muchacha no la padece, pues el demiurgo la alimenta con espumas (yuca) que la bella recoge en la quebrada. Descubierta por sus padres, comparte con ellos el alimento. El jefe alardea ante los demás de cómo ella y su familia sí come alimento de gente, mientras que los demás comen los alimentos propios de las bestias; se termina por intercambiar carne de cacería por la comida cultivada que aporta la joven La muchacha da a luz un árbol que va a crecer en medio del agua, en la quebrada. Este árbol produce toda clase de frutos. Su dueña los baja y con ellos finalmente toda la gente vuelve a alimentarse bien; pero cuando el árbol crece en demasía, ella, que ya no alcanza a bajar los frutos, se ve precisada a revelar su secreto. Llegan todas las gentes y se enfrentan a la necesidad de obtener las frutas. Solicitan la ayuda de las bestias, pero estas, unas tras otras, fracasan. Buscan entonces la forma de derribar el árbol. También recurren a los animales; pero ninguno es capaz de lograrlo. Descubren, finalmente, por medio del tabaco (utilizado como enteógeno) quien es el dueño del hacha. La obtienen intercambiándola por atuendos rituales (en los que reside supuestamente la fuerza de la tribu).
     Tumban el árbol y las astillas originan los peces, el gran tronco se transforma en el inmenso Amazonas, las ramas serán sus afluentes, las hojas y semillas dan lugar a las grandes selvas de donde procede el alimento de los hombres y las bestias.

Versiones de los huitotos y muinanes sobre el origen mítico y la hechura del maguar. Boletín del Museo del Oro, No. 46. Enero.

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lunes, 15 de julio de 2013

EL ÁRBOL QUE DA FRUTOS DE OPINIÓN
Medellín-Colombia

Cuando iba por la carrera 66 de Medellín buscando este árbol del que había tenido noticias, le pregunté a un tendero si lo conocía y me dijo: ¡Ah, usted pregunta por "el árbol escrito"!; expresión que inmediatamente la registré en mi memoria porque en esto del lenguaje los colombianos son excelentes.


Don Guillermo charlando con dos chicas cerquita del falso laurel elegido para su propósito
Guillermo Quintero, el autor de esta iniciativa, tenía en su pensamiento el crear un periódico crítico de izquierdas. La falta de recursos le hizo desistir de su propósito inicial pero no de su convicción.
Hace dos años tuvo la idea de colgar un cartel en un árbol de la 66. Visto el impacto que causaba entre los transeúntes siguió colgando frases, generalmente críticas con el sistema.
No le han faltado apoyos y críticas por igual.

Lectores no le faltan

Su iniciativa tuvo continuidad en la Universidad de Antioquia y en la Universidad Nacional. Se auguraban nuevos retoños de este árbol en otros puntos de la ciudad pero no tengo noticias de ello.

 
Al árbol de la Universidad de Antioquia le han dejado pocos frutos






El árbol de la Universidad Nacional ha perdido sus frutos, me indican que los "gestores"

La noticia que apareció en los periódicos El Tiempo "El Colombiano"
 



En facebook y twiter tenéis el recurso que ha planteado su abogado por una demanda del municipio


En YouTube
http://www.youtube.com/watch?v=UC2xrT1La4c
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viernes, 12 de julio de 2013

DENUNCIA en MEDELLÍN

Los pueblos, sean de un continente u otro, de una raza u otra... todos tenemos los mismos problemas. En este caso nos trasladamos a Envigado, un pequeño núcleo de población pegadito a Medellín.
Estación de Parque Berrío, pegadita al Palacio de la Cultura
La mega-Medellín puso en funcionamiento su primer tramo de Metro Aéreo en año 1995. Desde entonces ha ido ampliando su red mediante nuevos tramos elevados, cabinas y metro bus, todo aéreo. Cuando la línea aérea transcurre a lo largo del río Aburrá no hay problemas. El problema viene cuando esta línea se adentra en el casco antiguo y queda pegadita a las ventanas del tercero. A mi no me hace ninguna gracia ese espantoso mamotreto. Las ciudades que han optado por este metro han visto degradadas las zonas por donde pasa. 
Campamento permanente de protesta
Ahora se está llevando a cabo el proyecto de unir mediante metro-bus Medellín-Envigado. La insistente oposición de los ciudadanos no importa a los políticos que parecen ser la cuerda de transmisión de otros intereses. El metro-bus necesita de un carril exclusivo. La Carrera 43A por la que va a trazarse no tiene espacio. La solución la han encontrado al eliminar la zona ajardinada que, literalmente, es un túnel verde, una zona que se enajenará a los ciudadanos.
Los políticos se niegan a contemplar otra solución.
Soterrar el metro ya se ha inventado, puede ser mas caro, pero evita congestionar las vías de comunicación, reduce la contaminación y no genera ruido.






Túnel verde de doble vía



Condenado por el cemento








Consistorio de Envigado, restos de la manifestación del 29 de Junio
 
Desolación de cemento cuando pasa el Metro-Bus, foto desde Hospital

martes, 9 de julio de 2013

NÂZIM HIKMET (Imperio Otomano-Salónica, 1901-1963)
El Nogal 

Mi cabeza en las nubes pura espuma y espuma
Por fuera y por dentro estoy lleno del mar
En el jardín de Gulhané soy un nogal

Soy un viejo nogal lleno de heridas
de nudos y de heridas cubierto está mi tronco
Pero nadie lo sabe
          tú tampoco
              ni siquiera la misma policía
En el jardín de Gulhané soy un nogal
Todo mi cuerpo vibra
               como el pez en el agua, allá en el fondo
 

Cual pañuelos de seda mis hojas se estremecen
Arráncalas, amor, para secar tus lágrimas
          Mis hojas son mis manos
     Yo tengo justamente cien mil manos
          Y con mis cien mil manos yo te toco
          y yo toco Estambul
              Mis hojas son mis ojos y yo miro extasiado
              o con mis cien mil ojos te contemplo
                   y contemplo Estambul
             o mis hojas palpitan y palpitan
                   Cual cien mil corazones

En el jardín de Gulhané soy un nogal
Pero nadie lo sabe
          tú tampoco
              ni siquiera la misma policía




HABLA NÂZIM HIKMET

«Un poeta comunista, progresista, revolucionario, el término no me interesa. Un poeta ligado al progreso de la humanidad debe crear obras de arte verdaderamente dignas de ese nombre. Sus poemas deben ser, por una parte, comprensibles para el pueblo, incluso si es analfabeto, y poder servir de fondo a la literatura futura, por otra. (...) Un poeta revolucionario es un hombre que actúa: no debe únicamente reflejar el alma de su pueblo, sino que debe darle una dirección. (...) En Estambul, escribía para que me lo imprimieran, para que me leyeran con los ojos. Pero en Anatolia comprendí que era preciso leer los poemas en voz alta, para el pueblo. (...) Entonces me dediqué a escribir poemas sonoros, con rima y expresiones populares (...).  Pero cuando estuve encarcelado, comprendí otra cosa: que se puede tener a un solo hombre por todo auditorio y, a través de él, hablar a toda la humanidad. Sin gritar: en voz baja, con una entonación muy de charla, muy íntima.
»La poesía es tan útil como el pan, la sal y el agua. (...)
»Mi oficio esencial es el de poeta. Hago teatro también y estoy empezando una novela. No existen temas específicos de la poesía, la novela o el teatro, todos los temas pueden ser tratados por uno u otro. Cuando se trata de la poesía, no hago ninguna concesión, quiero decir ninguna concesión formal. Concesiones ideológicas, las hago cuando me equivoco y digo: “tenéis razón, amigos míos”. Pero en el teatro, en la prosa, como son cosas secundarias para mí, puedo hacer concesiones formales, incluso puedo ser conformista. A veces se hacen concesiones sobre las cosas secundarias. La vida es tal que no hay que hacer concesiones en las cosas esenciales».

Fragmentos de la entrevista con Régis Debray y Jean-Marie Villegier para Clarté, nº 48

domingo, 7 de julio de 2013

ÁRBOLES VENERABLES EN ESTAMBUL