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8/08/2024

¿Pueden los árboles paliar la crisis climática? 

El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
      La reforestación es posible tanto en la ciudad como en el campo. En cualquier lugar se puede crear una zona arbolada, incluso entre el asfalto y el cemento. Stefan Scharfe, un científico forestal que ha creado 14 "minibosques" en Alemania y Polonia, sabe cómo hacerlo. Su explicación del concepto de minibosque, creado por el arquitecto japonés Akira Miyawaki para predios urbanos, es entusiasta: "Con el minibosque, traemos la selva a la ciudad". Stefan Scharfe pone una cubierta vegetal, arbustos y árboles nativos junto al estacionamiento de un hospital en Herford. "Lo importante es el tratamiento del suelo. Imitamos el suelo de un bosque de décadas de antigüedad". Así es como se crea una robusta base vital. La arboleda silvestre ofrece sombra y un hábitat para pájaros e insectos además de reducir la temperatura del aire y del suelo en verano.
      En Brasil, Miriam Prochnow y Wigold Schaffer han dedicado sus vidas a preservar la selva tropical atlántica. Miriam Prochnow explica que "estamos atravesando una crisis humana sin precedentes y no podemos darnos el lujo de rendirnos”. En la década de 1970, los dos comenzaron a cultivar árboles de selva en su terraza. Con 25 empleados, actualmente administran una especie de vivero de árboles sin fines de lucro donde cultivan 200 especies, sobre todo variedades tradicionales. Los rescatistas forestales han plantado nueve millones de árboles hasta ahora para compensar la tala.
      Investigadores e investigadoras de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Eberswalde, Alemania, recurren al conocimiento empírico de los pueblos indígenas para comprender mejor el ecosistema forestal enfermo. Por eso invitaron a los kogi, una comunidad colombiana reconocida mundialmente por su visión de la naturaleza. Científicos como Carsten Mann se inspiran en sus opiniones sobre los daños causados por plagas o sequías. "Para mí, el mensaje principal de los kogi es que no tiene sentido luchar contra las leyes de la naturaleza y que perderemos si no lo aceptamos”. Los investigadores e investigadoras ahora quieren proteger mejor los bosques utilizando el conocimiento de los kogi.

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7/21/2024

LAURA ARAGÓ, en la Vanguardia-enero24
La velocidad de un árbol: los bosques huyen del cambio climático
Dolors Rodríguez, guarda forestal del Montseny, observa con prismáticos un grupo de pinos rojos muertos. Foto: Xavier Cervera
En el Montseny hay cadáveres de cinco metros de altura. “Mira, aquí los tenemos”, señala Dolors Rodríguez al doblar la curva. Clava el freno de mano y detiene la furgoneta blanca al margen del camino. En frente, una masa arbolada peina la ladera de la montaña. “Veis esas manchas rojas? —pregunta la guarda forestal mientras señala un puñado de copas desnudas que emerge entre el verde— “son pinos rojos muertos.” La sequía los ha matado. La crisis climática ha iniciado un éxodo silencioso de los bosques europeos: el calentamiento global provoca que las áreas de crecimiento de los árboles se trasladen hacia al norte, según muestran las proyecciones de EU-Trees-4Future, un consorcio de investigación europeo.
     Los árboles no migran como los animales pero se desplazan lentamente a través de su regeneración: los ejemplares en latitudes más bajas mueren y crecen otras más altas, donde sus condiciones para sobrevivir y reproducirse son mejores. Bajo la sombra de esos pinos rojos muertos ahora se asoman pequeños ejemplares de encinas, imperceptibles desde lejos. “No podemos adivinar el futuro, pero el sotobosque nos da pistas de cómo vamos a estar dentro de unos años”, añade Dolors. Y se avecinan cambios. Para finales de siglo, la crisis climática por sí sola alterará sustancialmente la distribución de las áreas adecuadas para la mayoría de las especies de árboles europeos, generando graves desajustes entre los nichos de las especies y las condiciones climáticas locales. El pino rojo es una de las especies que está condenada a desaparecer del sur de Europa antes de fin de siglo.

Cambio de hábitat del pino rojo
Proyección de la distribución del pino silvestre según su hábitat idóneo para finales de siglo



     Los procesos de transformación de los bosques son extremadamente lentos: “las consecuencias de lo que ocurre hoy las vamos a ver dentro de muchos años”, advierte Jordi Vayreda, investigador en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF). Los bosques, como en el Montseny, cubren el 35 % del territorio de la UE y desempeñan un papel económico y ecológico fundamental. Además de su contribución a la biodiversidad, los bosques son grandes sumideros de carbono, reguladores de agua y el hogar de miles de especies.
     Si el aumento paulatino de la temperatura ya dificulta la supervivencia de los árboles, los episodios extremos —como la sequía prolongada de ahora— todavía más. Redefinen a golpe de timón el futuro de los bosques: no dan margen a las especies a recuperarse y provocan la mortalidad masiva de ejemplares. “Estos episodios determinan la supervivencia, la presencia o la ausencia de una especie”, cuenta Michele Bozzano jefe del de los estudios del mediterráneo del Instituto Forestal Europeo (EFI), un organismo que trabaja para convertir el conocimiento científico en recomendaciones para los gestores forestales.
       Estos eventos cada vez más frecuentes, severos y duraderos por el cambio climático, atacan el corazón de los ecosistemas y sacuden su equilibrio. Muchas veces no es el evento en sí sino sus consecuencias: tras tres años de sequía los árboles se debilitan y son atacados por plagas de hongos e insectos.

     “En algún momento el equilibrio se romperá: serán tres meses, de sequía, una helada tardía o un invierno demasiado cálido pero llegará un momento que toda la población de una especie desaparecerá de un día para otro”, advierte Bozzano, desde las oficinas de EFI, en el corazón del Hospital de Sant Pau.
      La clave para evitar que este proceso de transformación de la masa forestal se rompa es hacerla más resiliente. Magda Bou Dagher Kharrat, principal investigadora del área mediterránea del EFI, defiende que hay que asegurar que cada bosque tenga la diversidad que le permita sobrevivir. “Es lo que da a los bosques la capacidad de adaptarse a los golpes climáticos”, explica la investigadora.
     “Sobre terreno la gestión es más complicada”, cuenta Daniel Guinart, biólogo y director de conservación del Parc del Montseny. Desde la masia Mariona, enclavada a los pies del Turó del Home, Guinart defiende un bosque con diversidad de especies autóctonas que resistan el cambio climático y un bosque maduro que necesite menos agua.
     “Somos conscientes que las sequías prolongadas van a ser habituales y por esto promovemos reducir la densidad del bosque”, detalla Guinart. Esto permite reducir la competencia ante la falta de agua y asegurar que los ejemplares que se quedan tengan más posibilidades de sobrevivir.
     A efectos de gestión forestal también significa eliminar las plantaciones de especies exóticas, que al estar menos adaptadas al clima actual resisten peor los episodios de sequía, y reemplazarlos por otras más resilientes. En un parque donde tan solo un 20% de la masa forestal es pública, el margen de acción se complica.
      Durante el siglo pasado fincas privadas del Montseny promovieron las plantaciones de abeto douglas, una especie de Canadá con un gran rendimiento económico. Con el cambio climático, estas especies están teniendo dificultades para sobrevivir y es mejor apostar por otras más resilientes.
     Dolors retoma la marcha y conduce cuesta abajo el camino que serpentea la vertiente sur de la montaña. La fotografía actual del Montseny no se puede explicar sin los cambios de uso tradicional de la montaña. Más arriba de las copas de los pinos muertos, en lo alto de las colinas el abandono de los prados de pastura ha dejado vía libre a los hayedos. “Cada año el bosque, que requiere más agua que un campo, le gana metros a los prados”, cuenta Dolors, que lleva más de tres décadas observando estos bosques. “Somos los ojos, los oídos y la nariz del parque: y ahora el parque tiene sed.”
Metodología

     Para elaborar los mapas de las especies de árboles se han tomado como referencia las siguientes especies: Abies Alba (Abeto), Quercus Ilex (Encina), Quercus Robur (Roble), Pinus Sylvestris (Pino Rojo), Fagus Sylvatica (Haya) y Olea Europaea (Olivo).
     Para hacer la comparación entre sus áreas de distribución, se ha tomado como referencia las proyecciones elaboradas por EU-Trees4F para 2095. En concreto se ha tomado como referencia el modelo "climatic-ensamble" para el escenario RCP 4.5, también conocido por business-as-usual como referencia a que es el escenario más probable si continuan las emisiones actuales.

Lo hemos leído aquí, donde se pueden ver diferentes mapas con el haya, encina, roble, pino y olivo.

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8/10/2019

Instituto Politécnico RENSSELAER
Daños a la capa de ozono y al ciclo de retroalimentación que forma el cambio climático.
(24 de junio de 2019)

     El aumento de la radiación solar que penetra a través de la dañada capa de ozono está interactuando con el clima cambiante, y las consecuencias se están propagando a través de los sistemas naturales de la Tierra, afectando a todo, desde el clima hasta la salud y la abundancia de mamíferos marinos, como focas y pingüinos. Estos hallazgos se detallaron en un artículo publicado en Nature Sustainability por miembros del Plantel de Evaluación de los Efectos Ambientales del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que informa a las partes del Protocolo de Montreal.
     "Lo que estamos viendo es que los cambios en el ozono han cambiado los patrones de temperatura y precipitación en el hemisferio sur, y eso está alterando las condiciones donde están las algas en el océano, lo que altera las condiciones de los peces, las morsas y las focas, por lo que "Estamos viendo muchos cambios en la red alimenticia", dijo Kevin Rose, investigador del Instituto Politécnico Rensselaer que trabaja en el  y es coautor del artículo.
     El Protocolo de Montreal de 1987 sobre sustancias que dañan la capa de ozono, el primer acuerdo ambiental multilateral ratificado por todas las naciones miembros de las Naciones Unidas, fue diseñado para proteger el filtro principal de la Tierra contra la radiación ultravioleta solar al eliminar la producción de sustancias nocivas hechas por el hombre, como la clase de refrigerantes clorofluorocarbonos. El tratado se ha considerado en gran parte como un éxito, ya que se prevee que la media global de la capa de ozono se recuperará a niveles anteriores a 1980 para mediados del siglo XXI.
      Sin embargo, a principios de este año, los investigadores informaron haber detectado nuevas emisiones de sustancias que dañan la capa de ozono provenientes del este de Asia, lo que podría amenazar la recuperación de la capa de ozono.
      Desde hace tiempo se sabe que el dañar la capa de ozono aumenta la radiación UV dañina en la superficie de la Tierra, su efecto sobre el clima se ha hecho evidente recientemente. El informe apunta al hemisferio sur, donde un agujero en la capa de ozono sobre la Antártida ha empujado la Oscilación Antártica, el movimiento de norte a sur de un cinturón de viento que rodea el hemisferio sur, más al sur de lo que ha estado en aproximadamente mil años. El movimiento de la Oscilación Antártica, a su vez, contribuye directamente en el cambio climático en el hemisferio sur.
     A medida que las zonas climáticas se han desplazado hacia el sur, los patrones de lluvia, las temperaturas de la superficie del mar y las corrientes oceánicas en grandes áreas del hemisferio sur también han cambiado, afectando a los ecosistemas terrestres y acuáticos. Los efectos se pueden ver en Australia, Nueva Zelanda, la Antártida, América del Sur, África y el Océano Austral.
En los océanos, por ejemplo, algunas áreas se han vuelto más frías y productivas, mientras que otras áreas se han vuelto más cálidas y menos productivas. Los océanos más cálidos están vinculados a la disminución en los lechos de algas marinas de Tasmania y los arrecifes de coral de Brasil, y los ecosistemas que dependen de ellos. Las aguas más frías han beneficiado a algunas poblaciones de pingüinos, aves marinas y focas, que se benefician de mayores poblaciones de krill y peces.
Un estudio informó que las albatros femeninas pueden haberse vuelto un kilogramo más pesadas en ciertas áreas debido a las aguas más frías más productivas relacionadas con el agotamiento de la capa de ozono.
      Rose también señaló los bucles de retroalimentación más sutiles entre el clima y la radiación UV descritos en el informe. Por ejemplo, las concentraciones más altas de dióxido de carbono han llevado a océanos más ácidos, lo que reduce el grosor de las conchas calcificadas, lo que hace que los mariscos sean más vulnerables a la radiación UV. Incluso los humanos, dijo, es probable que usen ropa más liviana en una atmósfera más cálida, haciéndose más susceptibles al daño de los rayos UV.
      El informe encontró que el cambio climático también puede estar afectando la capa de ozono y la rapidez con la que la capa de ozono se está recuperando. 
      "Las emisiones de gases de efecto invernadero atrapan más calor en la atmósfera inferior, lo que conduce a un enfriamiento de la atmósfera superior. Las temperaturas más frías en la atmósfera superior están desacelerando la recuperación de la capa de ozono", dijo Rose.
      Como uno de los tres planteles de científicos que apoyan el Protocolo de Montreal, el Plantel de Evaluación de los Efectos Ambientales se centró en particular en los efectos de la radiación UV, el cambio climático y el agotamiento de la capa de ozono. Treinta y nueve investigadores contribuyeron al artículo, titulado "Agotamiento del ozono, radiación ultravioleta, cambio climático y perspectivas de un futuro sostenible". Rose, una ecóloga acuática, forma parte del grupo de trabajo sobre ecosistemas acuáticos, que es uno de los siete grupos de trabajo que forman parte del plantel.
      "Esta colaboración internacional centrada en un problema acuciante de importancia mundial ejemplifica la visión de investigación de The New Polytechnic en Rensselaer", dijo Curt Breneman, decano de la Escuela de Ciencias de Rensselaer ".

Versión original
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7/30/2019

ANGEL ENRIQUE SALVO TIERRA
El braquichito rebelde

     Junto a la Estación Universidad (Málaga) hay una higuera y un azufaifo. Una simpática pareja de orígenes orientales, que llevan conviviendo con nosotros muchos siglos. Sus frutos han formado parte de la dieta de nuestros ancestros y de los asientos de nuestras culturas. Era la pareja perfecta que rodeaba cualquier pueblo o morada campesina. Las azofaifas y los higos y brevas garantizaban la dosis vitamínica suficiente de las familias durante todo el año. Entre ellos comentan que nunca vieron un Junio tan caluroso, dando la razón a los datos de la Agencia Americana de Medio Ambiente que acaba de publicar que ha sido el mes dedicado a Juno en el que nuestro planeta, en sus mares y continentes, ha sufrido más altas temperaturas medias desde que se tienen registros, es decir al menos en estos últimos 140 años. Como no cambie la cosa, comenta la higuera, me veo dando cabrahigos. Por su parte, el azofaifo le replica que estando cuajado de frutos presiente que madurarán demasiado pronto, antes de que retornen del norte las aves que se encargan de diseminar sus semillas.
    Debéis ser optimistas, les comento, habéis sobrevivido a peores momentos. Entonces me señalan a un braquichito de hojas de arce que cercano a ellos ha sido talado en pleno centro del inteligente Campus, para mayor gozo de quienes desean aparcar sus coches. El árbol de fuego se ha revelado ante tal mutilación, y ha rebrotado de su tocón con fuerza inusitada. Lo ves, me incide el azofaifo, a pesar de su fuerza está condenado a desaparecer. Esa es la diferencia entre la Ley de la Naturleza y la condición humana. Entonces la higuera me cuenta la historia de un nogal de Pakistán que lleva encadenado desde hace más de un siglo, siendo el reo más antiguo que la humanidad ha conocido. La razón fue que un oficial británico en sus delirios de paranoia etílica pensó que era perseguido por el árbol al sentir la agitación de sus ramas. En su sobervia humana no dudó en condenarlo a estar encadenado de por vida. Al igual que a nuestro braquichito, es el más representativo monumento a la estupidez con la que la humanidad trata a la Naturaleza. Que Agosto se apiade de todos.
Foto: Angel Enrique Salvo Tierra
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3/22/2018

LOS BOSQUES MÁS DIVERSOS SON MÁS RESISTENTES A LA SEQUÍA
Bosques en Borneo (Malasia)
Bosques en Borneo (Malasia) - CSIC
     Un trabajo llevado a cabo por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con científicos del Danum Valley Field Centre y el Forest Research Centre (Malasia), así como de la Universidad de Oxford (Reino Unido), muestra que los bosques más diversos son más resistentes al estrés hídrico causado por la sequía. Los resultados del estudio, que relacionan biodiversidad con una mejor capacidad de afrontar los efectos del cambio climático, aparecen publicados en el último número de la revista Nature Ecology & Evolution.
     Los científicos han empleado plántulas de árboles tropicales, en mezclas y en monocultivo (de una sola especie), procedentes de Borneo (Malasia), y láminas de plástico para excluir la lluvia y simular eventos de sequía similares a los causados por el fenómeno climático de El Niño. El objetivo era alterar la cantidad de lluvia y, al mismo tiempo, la diversidad de las plántulas para probar la relación entre la diversidad y la sequía.
     «Las plántulas respondieron a la sequía severa en todas las situaciones, pero, cuando la diversidad era más alta, se reducía el estrés hídrico en comparación con las plántulas en monocultivo», explica el investigador del CSIC Michael O’Brien, que trabaja en la Estación Experimental de Zonas Áridas (CSIC).
      La menor competencia de las plantas más diversas por el agua permite que se mantenga su crecimiento durante episodios de sequía, mientras que, en el caso de los grupos de la misma especie, la competencia es mayor y, por tanto, el crecimiento se resiente. «La complementariedad entre especies retrasa el punto en el cual el agua se muestra limitante para el crecimiento», agrega el investigador del CSIC.
     Las conclusiones del estudio ahondan en la comprensión de la dinámica de los bosques tropicales. Por un lado, la diversidad promueve la resistencia de las distintas especies de árboles a la sequía, un dato a tener en cuenta cuando las sequías sean más frecuentes según los escenarios de cambio climático previstos para los próximos años. Por otro lado, el hecho de que las plántulas en monocultivo estén más afectadas por la escasez de agua sugiere que la sequía tiene un papel en el mantenimiento de la diversidad en bosques tropicales.
     «Hemos demostrado que existe una retroalimentación por la cual la sequía fomenta la diversidad, al tiempo que los bosques más diversos son más resistentes. Las estrategias de gestión y restauración son, por tanto, clave para mejorar la resistencia de los bosques al cambio climático», concluye O’Brien.
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9/30/2017

JOSÉ UTRERA
El incendio silencioso de la Sierra de Baza, en el periódico "Ideal"

     Un impactante vídeo grabado por la empresa 'Desde el Aire' muestra la desolación de una gran parte de la Sierra de Baza donde millones de árboles se han muerto y continúan muriéndose desde el mes de mayo de 2016. Ese mismo año en el mes de junio ya habían muerto 50.000 árboles, en septiembre ya eran 100.000 y ahora son millones. La superficie afectada según la Asociación Proyecto Sierra de Baza son 80 kilómetros cuadrados, el 15% de la extensión del Parque Natural de la Sierra de Baza.
     La sequía y la procesionaria los ha ido debilitando y desde hace más de un año la cochinilla del pino resinero está acabando con los árboles, matándolos en pocos días. Es un incendio silencioso donde no hay fuego pero sí mucha destrucción. Es un desastre ecológico y forestal sin precedentes en los montes ibéricos. Las imágenes que ha grabado la empresa granadina 'Desde el Aire' no dejan duda alguna sobre la magnitud de lo ocurrido y sigue ocurriendo porque aún no se ha comenzado a actuar de forma contundente. El audiovisual, con una duración de dos minutos y medio, es impactante.
     La Junta de Andalucía ha encomendado a TRAGSA la realización de un proyecto de intervención por importe de casi 3 millones de euros. El inicio de los trabajos está previsto para el mes de septiembre, pero es más que posible que se retrasen hasta el otoño, cuando pase el peligro de incendios.

Actuación de ¿urgencia?

    Borja Nebot, Jefe del Servicio de Gestión del Medio Natural en la Delegación Territorial de Granada y coordinador del Grupo de Trabajo que se creó por la Resolución de la Dirección General de Gestión del Medio Natural de fecha 20 de octubre de 2016 destaca que “dada la importancia del foco se propuso que se declararan de urgencia las actuaciones, diseñando un proyecto de actuaciones en el menor plazo posible”. La Dirección General de Gestión del Medio Natural, por resolución de 1 de marzo de 2017, declaró de urgencia la actuación que tiene que esperar a que pase el período de máximo riesgo forestal, que impide la utilización de maquinaria para comenzar a talar árboles y destruir su madera.
     En la llamada reunión de Caniles, donde se presentó el proyecto a realizar, Nebot, informó que se había desechado la inicial idea de autofinanciar el coste de los trabajos con los beneficios derivados de la extracción de madera, como inicialmente se preveía. El proyecto que se va a realizar tiene tres grandes bloques: Una propuesta de actuaciones silvícolas. Con trabajos forestales de corta y aclareo, que pretende la mejora del vigor de la masa del pinar. La creación de una red de parcelas para el seguimiento y evolución de los procesos de decaimiento forestal y restauración de las áreas afectadas. Y finalmente una tercera que pretende la restauración de los terrenos afectados por la problemática de decaimiento forestal en la Sierra de Baza, para lo que se prevé una actuación diferenciada en función del grado de afección de la zona y de la regeneración de la masa (escala, menos de 100 pies/ha o relevante, cuando sea de más de 100 pies/ha).
     El Jefe del Servicio de Gestión del Medio Natural de la delegación de Medio Ambiente en Granada pone el énfasis en destacar como lo más preocupante en la gestión de esta problemática era los rodales que presentaba una afección extrema, con pérdida en algunos casos del 100 % de los pies del área, en las que será prioritario la protección del suelo, con actuaciones hidrotecnias de corrección hidrológico-forestal, que van a suponer el acondicionamiento de albarradas de tramo medio y de cierre, y también el acondicionamiento de fajinas de acordonamiento por curvas de nivel, especialmente en las laderas con pendiente alta y sin aterrazamientos, que eran las que más podrían resentirse ante una pérdida de la cubierta vegetal tan rápida, como la producida.
     Como criterios de corta, se contiene en el proyecto el de no eliminar todos los pies de las masas afectadas, rechazando tala a matarrasa, sino que se llevara a cabo una corta selectiva que iría desde el 85 % en las zonas muy afectadas, al 50 % en las zonas menos afectadas.

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9/03/2017

CSIC
¿Qué es el decaimiento forestal?

      El aumento en la intensidad de las sequías durante las últimas décadas debido al cambio climático está sometiendo a muchas especies a una enorme presión adaptativa que está repercutiendo negativamente en la salud de los bosques y se ha manifestado en eventos masivos de pérdida de vigor de árboles, defoliación y muerte en todo el mundo (Allen et al., 2010). 
     En el caso concreto del Mediterráneo, sus condiciones de sequía estival se han visto acentuadas por el cambio climático en las últimas décadas, y especies tan adaptadas y resilientes a las condiciones de sequía como es el caso de la encina (Quercus ilex L.) están experimentando un aumento en la tasa de defoliación y mortalidad no registrado anteriormente (Lloret et al., 2004; Carnicer et al., 2011).
      Aún tenemos muy pocos datos sobre la magnitud de este decaimiento de encinar en la península ibérica. Es necesario y urgente el desarrollo de un diagnóstico sólido sobre el estado de salud tanto fisiológico como ecológico de los encinares peninsulares que nos permita entender los mecanismos de vulnerabilidad temprana ante eventos de sequía extremos en todo su gradiente de distribución peninsular.
      Algunos ejemplos de encinares que muestren signos de decaimiento se pueden observar en las siguientes imágenes.

Efectos del decaimiento de encinar

      Debido a la relevancia de los encinares en la península ibérica, donde ocupan una extensión de aproximadamente 5 millones de hectáreas (Rodá et al., 2009; Campos et al., 2013) y son una fuente de recursos importante por su aprovechamiento agrosilvopastoral intensivo ya desde la época de dominación romana (López-Sáez et al., 2008; Campos et al., 2013), la pérdida de vigor y desaparición de estos bosques podría tener, desde el punto de vista cultural y económico, un enorme impacto. Este decaimiento, además, está produciendo cambios visibles en nuestro paisaje, comprometiendo la capacidad de nuestros bosques de conservar su diversidad y en concreto la riqueza de la fauna que lo habita.
      La disminución de la salud y el aumento de la incidencia del decaimiento en encinas pueden, además, ejercer un daño irreversible sobre la capacidad de estos sistemas de proveer otros servicios ecosistémicos clave, como la capacidad de mitigación del cambio climático (mediante su capacidad de sumidero de carbono a largo plazo) o la capacidad de retención de nutrientes clave para la vida, como el Nitrógeno (N), que de otra manera pueden ser emitidos a la atmósfera en forma de potentes gases de efecto invernadero (por ejemplo N2O) o lixiviados, con efectos negativos sobre los suelos y/o el equilibrio de los ecosistemas acuáticos en las cuencas hidrográficas.
      En este contexto, algunos trabajos pioneros han mostrado cómo el decaimiento puede afectar substancialmente tanto a la estructura y diversidad de las comunidades microbianas del suelo (Curiel Yuste et al., 2012; Lloret et al., 2015), responsables de una gran parte de las emisiones totales de CO2 de los ecosistemas terrestres, como a las emisiones totales de CO2 del suelo (Barba et al., 2013). Ya que la respiración del suelo es el segundo mayor flujo de CO2 terrestre (75 a 100 Pg de emisiones de C cada año) y supone una contribución de un orden de magnitud más grande que el total de emisiones de CO2 fruto de la quema de combustibles fósiles (IPCC, 2007), pequeños cambios en la respiración del suelo inducidos por decaimiento pueden traducirse en aumentos substanciales de las emisiones de gas invernadero a la atmósfera, lo que a su vez, se puede traducir en un aumento del efecto invernadero causado por la acumulación de CO2 en la atmósfera.

Causas del decaimiento del encinar en la Península Ibérica

      El decaimiento de las encinas no tiene una única causa sino que existen diferentes agentes que interactuan. Sin embargo, desconocemos el modo en que los múltiples agentes implicados en el decaimiento interactúan, determinando los patrones de asignación de recursos y salud, y cómo estas relaciones se ven afectadas por las tendencias climáticas, la posición geográfica o el tipo de manejo.
      Por ejemplo, si bien existen teorías sólidas que describen las posibles causas fisiológicas implicadas en la pérdida de salud de la vegetación ante el incremento de las sequías (privación de carbono y/o insuficiencia hidraulica; ver por ejemplo Mc Dowell et al., 2011) nuestra comprensión de los mecanismos que conectan las interacciones bióticas entre las encinas y otros organismos del ecosistema, como los micoorganismos con el funcionamiento del ecosistema, son todavía muy limitados.
      En este contexto, en encinares del Sur (Andalucía; Consejería de Medioamniente de la Junta de Andalucía) y Suroeste (Extremadura; Corcobado et al., 2013) de la península ibérica se está observando que una causa importante del decaimiento responde a que los efectos de la sequía sobre la fisiología y salud de las encinas está predisponiendo a esta especie al ataque de patógenos como Phytophtora cinnamoni o Pythium spiculum. Sin embargo, en algunas zonas en el Noreste de la península parece que la causa directa del decaimiento de las encinas es el efecto de la sequía sobre su fisiología, lo que lleva a la pérdida de vigor y su eventual muerte (Camarero et al., 2014). En este contexto, también parece que el grado de manejo al que los encinares han sido históricamente sometidos pueden afectar enormemente a la salud y nivel de vulnerabilidad de los encinares ante el aumento de las sequía al cambio climático. Todos estos estudios señalan la necesidad de tener en cuenta el manejo histórico para entender el comportamiento actual de los encinares.

Bibliografía
    •    Allen CD, et al. (2010) Forest Ecology and Management 259(4):660-684.

    •    Barba, J., et al. (2013) Forest Ecology and Management 306, 79-87.

    •    Camarero, J.J., et al. (2014) Ecosistemas 23(2): 73-81.

    •    Campos, P., Huntsinger, L., Oviedo, J.L., Díaz, M., Starrs, P., Standiford, R.B. y Montero, G. (eds.). (2013). Mediterranean Oak Woodland Working Landscapes: Dehesas of Spain and Ranchlans of California. Springer, New York.

    •    Carnicer J, et al. (2011) PNAS 108: 1474-1478.

    •    Consejería de Medioambiente, Junta de Andalucía. (2007). Procesos de Decaimiento Forestal (la Seca) – Situación del Conocimiento 2000 – 2007: Conclusiones Ias Jornadas sobre Decaimiento 2007

    •    Curiel Yuste, J.,et al. (2012) Ecology and Evolution 2, 3016-3031.

    •    Curiel Yuste J, et al. (2014)  Soil Biology and Biochemistry 69: 223-233.

    •    IPCC 2007. Climate Change (2007): The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Fourth Assessment Reportof the Intergovernmental Panel on Climate Change, edited by S. Solomon et al., Cambridge Univ. Press, Cambridge, U. K.

    •    Lloret, F., Siscart, D., Dalmases, C., (2004) Global Change Biology 10, 2092-2099.

    •    Lloret F, Mattana S & Curiel Yuste J (2015). FEMS Microbiology Ecology DOI: http://dx.doi.org/10.1093/femsec/fiu014

    •    López-Saéz, López, P., López, L., Cerrillo, E., González, A. y Prada, A. (2008). Revista de Estudios Extremeños 40: 493-509.


    •    McDowell, N.G. (2011). Plant Physiology 155, 1051-1059.

    •    Rodá, F., Vayreda, J. & Ninyerola, M. (2009). Encinares de Quercus ilex y Quercus rotundifolia. En Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España. Dirección General de Medio Natural y Política Forestal, Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Madrid.

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8/02/2017

ABC Natural, (Ministerio Agricultura)
Una sequía generalizada amenaza a todos los bosques


     Los bosques de todo el mundo corren el riesgo de morir debido a la sequía generalizada, según han encontrado investigadores de la Universidad de Stirling, en Reino Unido. Su análisis, publicado en la revista Ecology Letters, sugiere que los bosques están en riesgo de manera global debido a la mayor frecuencia y gravedad de las sequías. El estudio encontró una respuesta similar en árboles en todo el mundo, donde la muerte aumenta de manera consistente con el incremento de la severidad de la sequía.
     La doctora Sarah Greenwood, investigadora postdoctoral en la Facultad de Ciencias Naturales de Stirling, alerta: «Podemos ver que la muerte de los árboles causada por la sequía es consistente en diferentes ambientes alrededor del mundo. Los bosques templados, como los que encontramos en toda Europa, tendrán en gran medida la misma respuesta a la sequía y sufrirán inevitablemente como resultado del incremento de las temperaturas y los cambios en los patrones de lluvias en la Tierra».
      Los científicos de este trabajo encontraron características específicas y variadas en diferentes tipos de árboles que pueden alterar su resistencia a la sequía. Las especies con madera más densa y hojas más pequeñas y más gruesas tienden a desenvolverse mejor durante periodos prolongados inusualmente secos.
      «Al identificar los rasgos específicos en los árboles que determinan el riesgo de sequía, podemos comprender mejor los patrones globales de mortalidad de los árboles y cómo están reaccionando los bosques del mundo al aumento de las temperaturas y la reducción de las lluvias», subraya el coautor Alastair Jump, profesor de Ecología en Stirling.
      «A medida que la temperatura del planeta continúa subiendo, la mortalidad de los árboles afectará a más bosques que nunca. Los bosques almacenan una cantidad sustancial del carbono del mundo y la muerte de los árboles elevará el calentamiento global futuro. Esto tiene implicaciones muy significativas para entender completamente el impacto del cambio climático en nuestro planeta», concluye.
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6/13/2017

CHISTOPHER THOMOND & PATRIC BARKHAM
Un año en la vida de un roble
Quien no quiera saber del cambio climático que no escuche a este granjero, Peter Duxbury. Aquí sólamente voy a reproducir las fotos del artículo.










































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7/15/2016

CAMBIO GLOBAL 
Los humanos somos tan culpables como el cambio climático del riesgo de incendio forestal

Un nuevo estudio sobre los incendios forestales en California, publicado en la revista PLOS ONE en el que ha participado Enric Batllori, investigador del CREAF y el CTFC, revela que la actividad humana influye tanto como el clima en la frecuencia y la localización de los fuegos. Los investigadores han valorado conjuntamente el componente humano y el cambio climático. Es la primera vez que se hace un estudio de este tipo en un territorio de estas dimensiones, unas 13 veces Cataluña.
Incendio de la Jonquera en 2012. Autor: CREAF
     Los resultados sugieren que las evaluaciones actuales para saber dónde y cómo de frecuentes serán los incendios forestales no tienen suficientemente en cuenta el factor antropogénico. Esto puede hacer que no se lleguen a considerar todas las causas o desencadenantes de los fuegos. El nuevo modelo desarrollado en este estudio valora tanto los efectos del cambio climático como el comportamiento humano, lo que permitirá a los expertos predecir mejor el área de California que tiene riesgo de sufrir un incendio forestal.
     El cambio climático afecta tanto el rigor de la temporada de incendios, como la estructura y tipo de vegetación de una región, variables principales en la predicción de incendios forestales. Sin embargo, los humanos aportan otro conjunto de elementos que influyen en el fuego en los bosques, como son las infraestructuras construidas y la frecuencia y localización de fuentes de ignición, por ejemplo, cigarrillos o torres y cables eléctricos. La gran ocupación del territorio hace que los humanos sean responsables del inicio del 90% de los fuegos forestales en California.

 “Los resultados observados en California serían bastante extrapolables a muchas otras áreas de clima mediterráneo como Cataluña"
     Enric Batllori comenta que “los resultados observados en California serían bastante extrapolables a muchas otras áreas de clima mediterráneo como Cataluña, donde los humanos también son responsables de la mayoría de fuegos, y donde hay muchas zonas urbanizadas situadas en áreas muy propensas a los incendios”.
     “La sociedad no tiene mucho control sobre cómo los cambios del clima afectarán al riesgo de incendios forestales en el futuro. Sin embargo, tenemos la capacidad de influir en la otra mitad de la ecuación, en cómo modificamos la estructura del paisaje”, dice Michael Mann, profesor de Geografía en la Universidad George Washington, y director del estudio. Por su parte, Batllori añade que “parte de los efectos negativos asociados a los incendios se podrían reducir con una mejor planificación territorial, por ejemplo incorporando el riesgo de incendio en los planes de urbanización e incentivando la gestión forestal”.
Helicóptero en tareas de extinción del incendio de Santa Coloma de Gramanet, en julio de 2007. Autor: Albert Álvarez

     Los investigadores han visto que cuando omitían la influencia humana en el riesgo de fuegos forestales en California, en realidad estaban sobrevalorando la importancia del cambio climático. Por lo tanto, creen que hay que considerar estos dos factores conjuntamente en los nuevos modelos predictivos.
     Se estima que en medio siglo los daños económicos provocados por los incendios se triplicarán, y llegarán a pérdidas anuales de 500 millones de dólares.
     Max Moritz, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Berkeley, explica que “hay un amplio consenso en la importancia del clima sobre el riesgo de incendio a escalas relativamente grandes. A escala más local, puede no ser suficientemente preciso si no incluyes el desarrollo humano en el territorio”. Y Enric Batllori puntualiza que “esto tiene mucha importancia a la hora de predecir los efectos del cambio climático, el estudio confirma que es esencial pensar bien dónde y cómo se construye para minimizar daños futuros”. 

Los incendios forestales suponen pérdidas e inversiones enormes de dinero
     Entre 1999 y 2011, California ha sufrido anualmente daños derivados de los incendios forestales por valor de 160 millones de dólares. Además, durante este periodo, el estado y el Servicio Forestal de los EEUU se han gastado más de 5.000 millones de dólares en la extinción de los incendios. Asimismo, se estima que en medio siglo los daños económicos provocados por los incendios se triplicarán, y llegarán a pérdidas anuales de 500 millones de dólares. “Este tipo de previsiones son esenciales para los políticos, gestores y expertos en incendios forestales para definir los riesgos derivados de los fuegos”, comenta Mann.

Información:
Mann, M.L., Batllori, E., et al. Incorporating anthropogenic influences into fire probability models: Effects of Human Activity and climate change on fire activity in California. (2016) PLOS ONE 11 (4). DOI: 10.1371/journal.pone.0153589

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