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5/28/2024

COLIN URWIN
El árbol de la Armada Española

A finales de mayo de 1588, ciento treinta barcos, conocidos en la historia como la Armada Española, zarparon de Coruña, en la costa norte de España. Fondearon frente al puerto francés de Calais esperando un encuentro con el ejército del duque de Parma cuando debían cruzar el canal e invadir Inglaterra. (1)
      (...) El cuerpo de un joven marinero español arrastrado apareció en una pequeña playa de arena en un lugar llamado Ballygally en el condado de Antrim. Su cuerpo fue llevado una milla tierra adentro y enterrado en el cementerio de Cairncastle.
     En sus bolsillos llevaba castañas, que siguen siendo un aperitivo favorito en todo el Mediterráneo y un regalo navideño para nosotros. Una de las castañas germinó y creció un poderoso castaño español, especie no autóctona de estas costas. El árbol permaneció en pie durante más de cuatrocientos treinta años, hasta junio de 2020, cuando literalmente se derrumbó debido a su vejez.
      Era querido por lugareños y turistas, y se le conocía cariñosamente como el Árbol de la Armada Española. Lo extrañaremos y para conmemorar su fallecimiento he escrito estas pocas líneas de verso desde el punto de vista del castaño y el árbol…

The Spanish Armada Tree

Four hundred and thirty two years ago almost to the day
I was washed up on the sandy shore of Ballygally bay
In the pocket of a sailor fighting for the Spanish king
Against the cruel weather and the English virgin queen

The poor sailor had drowned at sea and never got to taste
My sweet chestnut flesh, but I did not go to waste
I survived that wretched  journey from the sunny coast of Spain
And found myself in Ireland starved by cold and rain

And there I might have died myself, shrivelled in my skin
But they buried that poor sailor and me along with him
I shivered in that cold, wet ground so far away from home
Praying for the sun to warm the fertile, peaty loam

Next spring I poked my head up, I never felt so brave
But I was greeted by a wind that was colder than the grave
How I longed for my homeland of oranges and heat
Where the olive groves are fragrant and all the chestnuts sweet

But here I grew undisturbed, but for the Irish weather
My roots consumed the flesh and bones and boots of Spanish leather
Of my unwitting sailor friend, unworldly and unlearned
Who thought he would consume me, oh how the tables turned

I’ve seen many things in my long life, who hasn’t I suppose
But for every question answered a hundred more were posed
From this tranquil churchyard I saw wars and famine rage
The greed and foolishness of man is etched on every page

Perhaps I should be grateful it was man’s folly brought me here
But so far away from my homeland the price I paid was dear
Alone I stood without the hope that ever there might be
A sapling growing somewhere from seed passed on by me

I am not a common Conker tree that Irish school boys climb
I am a sweet Spanish Chestnut estranged from my own kind
And though from all the native trees I have stood apart
From the singing of the Chaffinch and Blackbird I took heart

The Robin through dark winter days, noisy Rooks in spring
What joy each Sunday morning to hear the people sing
I have stood against the wind and rain my boughs have creaked with snow
But still and all my ancient heart never failed to grow

For no matter where you find yourself you must do the best you can
Be you Sweet Spanish chestnut tree or native Irishman
And now, alas, my time has come, as to everything it must
To you my fellow beings my old wooden heart I trust

Make something useful out of me, a bower or a seat
Where pilgrims take a moment to sit down and rest their feet
And let the children climb and play while you remember me
And tell them all the story of the Spanish Armada Tree

El árbol de la Armada Española 

Hace casi cuatrocientos treinta años al amanecer
Fui arrastrada hasta la orilla arenosa de la bahía de Ballygally
En el bolsillo de un marinero que luchaba por el rey español
Contra el clima cruel y la reina virgen inglesa

El pobre marinero se había ahogado en el mar y nunca pudo probar
Mi carne de castaño, pero no me desperdicié 
Sobreviví a ese miserable viaje desde la soleada costa de España
Y me encontré en Irlanda hambrienta por el frío y la lluvia 

Y allí podría haber muerto yo misma, arrugada mi piel
Pero enterraron a ese pobre marinero y a mí junto con él
Temblé en ese suelo frío y húmedo tan lejos de casa
Orando para que el sol calentase la marga fértil y turbosa 

La primavera siguiente asomé la cabeza, nunca me sentí tan valiente 
Pero fui recibido* por un viento más frío que la tumba
Cómo añoré mi patria de naranjas y calor 
Donde los olivares son fragantes y todas las castañas dulces 

Pero aquí crecí tranquilamente, excepto por el clima irlandés
Mis raíces consumieron la carne y los huesos y las botas de cuero español
De mi involuntario amigo marinero, poco mundano e inculto 
Quien pensó que me comería, oh, cómo cambiaron las tornas

He visto muchas cosas en mi larga vida, quién no, supongo
Pero por cada pregunta respondida, se me plantearon cien más
Desde este tranquilo cementerio vi guerras y hambrunas
La avaricia y la insensatez del hombre están grabadas en cada página

Quizás debería estar agradecido de que fue la locura del hombre la que me trajo aquí
Pero tan lejos de mi tierra natal el precio que pagué fue alto 
Solo me quedé sin la esperanza de que alguna vez pudiera haber 
Un retoño que creciese en algún lugar a partir de una de mis semillas

No soy un castaño de Indias común al que trepan los escolares irlandeses
Soy un dulce castaño español alejado de los de mi propia especie
Y aunque de todos los árboles nativos me he apartado 
Del canto del pinzón y del mirlo me he nutrido

El petirrojo en los oscuros días de invierno, los ruidosos grajos en primavera 
Que alegría cada domingo por la mañana escuchar al pueblo cantar 
Me he enfrentado al viento y la lluvia, mis ramas han crujido con la nieve
Pero aún así mi antiguo corazón nunca dejó de latir 

Porque no importa dónde te encuentres, debes hacer lo mejor que puedas
Sea usted dulce castaño español o irlandés nativo 
Y ahora, ay!, ha llegado mi hora, como todo debo
A ustedes, mis semejantes, mi viejo corazón de madera confío 

Haz de mí algo útil, una glorieta o un asiento. 
Donde los peregrinos se tomen un momento para sentarse y descansar sus pies 
Y deja que los niños trepen y jueguen mientras tú me recuerdas
Y cuéntales toda la historia del Árbol de la Armada Española
 
Traducción de Rosa Rincón
*Cambio de género de castaña a arbolito
(1) Abajo se cita el artículo. No lo reproduzco completo porque incide, según otros historiadores, en inexactitudes, comprensivas porque se escribe desde el punto de vista inglés. En este blog ya se ha abordado este hecho en entradas de  2023  y  2018
 
 Lo hemos leído aquí
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2/28/2024

Castaños españoles en el Reino Unido

La avenida de las castaños españoles, castillo de Croft, Herefordshire, UK

El castillo de Croft, en Herefordshire, Welsh Marches, ha sido el hogar de la familia Croft desde la conquista normanda, allá por el siglo XI, salvo por un intervalo de poco menos de 200 años. Primero fue un castillo, luego una casa isabelina que estuvo a punto de ser totalmente destruida en la Guerra Civil -siglo XVII-, posteriormente fue restaurada, y una remodelación gótica a mediados del siglo XVIII. Se considera un ejemplo temprano del "renacimiento medieval". El interior muestra la historia de la familia Croft y su encanto es indescriptible. La iglesia adyacente de "San Miguel y todos los Ángeles" es anterior al edificio principal. El reloj es inusual ya que tiene una sola manecilla que señala la hora, lo que añade una leve confusión a un lugar donde el tiempo parece como si se hubiera detenido.

La avenida de los castaños españoles

     Podemos hacer un corto paseo al oeste del castillo para visitar la Avenida Spanish Chestnut. Aunque es uno de los varios que hay en la finca (algunos incluyen hayas y robles), es el más conmovedor, ya que está formado por castaños españoles de 450 años de antigüedad. Se dice que la avenida de líneas simples y triples se plantó a partir de castañas recuperadas de un naufragio español en la costa de Gales. Esa leyenda también nos cuenta que el plan de plantación reflejaba la formación de batalla en forma de media luna de la fatídica Armada de 1588.
      Sus troncos y ramas retorcidos realzan un lapso de tiempo inmóvil. Las contorsiones elementales han cerrado rama sobre rama, rama soldada al tronco. Las tensiones de aplastamiento y tensión quedan congeladas en su lugar. Las heridas antiguas se han cerrado sobre sí mismas. Varios veteranos salen del suelo en espiral. Otro parece haber aprisionado a un elefante con el ojo detenido en el tiempo.
     Si visita el castillo de Croft, pregunte cómo llegar a estos árboles, no le decepcionarán.
 
Lo hemos leído aquí
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1/05/2024

Castaño de Ypres, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El castaño de Ypres, Bélgica

Nombrado “Árbol del Año 2020”en Bélgica, el castaño de Ypres o Ieper, como se lo conoce entre los belgas de habla flamenca, es el único árbol superviviente de una avenida de castaños plantada hacia 1860 cuando las fortificaciones medievales de la ciudad se convirtieron en un parque público.
     Durante la 1ª Guerra Mundial, se quedó en tan sólo un tronco, pero las raíces del árbol eran lo suficientemente profundas y fuertes como para volver a renovar el árbol en cuatro troncos separados, como la propia ciudad que fue reconstruida en los años posteriores a la Gran Guerra. Llegó a flanquear la puerta de Menin, a través de la cual los soldados británicos habían marchado en su camino hacia el frente cercano.
      Durante la ocupación alemana de Bélgica en la Segunda Guerra Mundial, sobrevivió a la búsqueda de leña. En esa época la gente de la ciudad cortó muchos árboles porque hacía frío y necesitaban leña para quemar en las estufas. Debido a que el árbol está en una pendiente no se taló porque los troncos amenazaban con caer sobre las casas.
     Ahora el árbol mide 20 metros de altura con una copa de 30 metros de ancho. El tronco tiene una circunferencia de 9,2 metros. Es uno de los dos únicos árboles de Ypres que han sobrevivido a las dos guerras mundiales. El segundo es un avellano de tres tallos junto a las murallas de la ciudad. Tras esa nominación representaró a su país como candidato a “Árbol Europeo de 2021”


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6/12/2023

Un castaño de la Armada

PEDRO LUIS CHINCHILLA
The Armada tree


El castaño centenario que crecía desde el siglo XVI en el cementerio de la iglesia de St. Patrick’s, brotó de la castaña que un náufrago de la Armada Invencible guardaba en su bolsillo.

Así, al menos, dice la tradición local que ha mantenido este suceso en su memoria colectiva desde siglos atrás.
     El 28 de octubre de 1588 La Girona, galeaza de la Gran Armada naufragó en Lacada Point (Irlanda del Norte) provocando la muerte a al menos 1.100 marinos, soldados y nobles.
     Debió de pertenecer a este naufragio el pobre desdichado cuyo cadáver fue a dar en la playa de Ballygaly y que sería enterrado en el cementerio de la pequeña iglesia de St. Patrick’s.
     Las castañas que llevaría en su bolsillo (muy posiblemente como remedio el escorbuto que amenazaba a las tripulaciones marítimas del siglo XVI) hicieron el resto y hoy un precioso castaño crece solitario entre las tumbas del cementerio.
     Este árbol, proclamado uno de los 6 árboles antiguos más significativos del Norte de Irlanda en 2017 por el North Ireland Woodland Trust, puede ser visitado hoy en día. El lugar donde podéis visitarlo ha sido introducido en nuestro mapa interactivo del legado de la Armada Invencible en Irlanda.
     Los estudios realizados al árbol datan su nacimiento en el siglo XVI lo que refuerza la credibilidad de la tradición local aunque, como todo este tipo de historias, puede no ser más que eso…leyenda.
     Lamentablemente, tenemos que actualizar este artículo ya que «The Armada Tree» se venció por su propio peso el 29 de junio de 2020. La madera del mismo fue recogida por el artesano Gerard Gray con el propósito de realizar una obra que recuerde la historia de este monumento natural.
El castaño caído por su propio peso.
La madera del «Árbol de la Armada» Previous Story
Pedro Luis Chinchilla, creador de armadainvencible.org es profesional del marketing, divulgador histórico e investigador independiente de la Armada de 1588. Es colaborador habitual de la Spanish Armada Ireland y La Girona Gold de Irlanda del Norte y ha realizado intervenciones, podcast, conferencias y artículos para numerosos medios hablados y escritos divulgando la historia de la Armada Invencible (Muy Historia, EsRadio, Cope, ABC, etc.) Fue nombrado en 2019 "Colaborador distinguido" de la Asociación de amigos del Museo de Anclas Philippe Cousteau y en 2023 ha publicado su ensayo «Los prisioneros de la Armada Invencible» editado por Ediciones B de Penguin Random House.
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2/21/2022

Entre la magia y la leyenda, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El castaño de Aníbal

Entre los años 218 y 210 A.C. el general cartaginense Aníbal Barca estaba atacando el imperio romano en la propia península italiana, tras cruzar los Pirineos y los Alpes con su ejército y sus elefantes. Según la leyenda, entre batalla y batalla, pasó por la Garfagnana (un área histórico-geográfica de la provincia de Lucca, en la Toscana, entre los Alpes Apuanos y la principal cadena de los Apeninos, en la Toscana) y ató un elefante enfermo a un castaño, que desde entonces es conocido como el “Castaño del elefante” y también como el “Castaño de Anibal”. 
      Naturalmente la leyenda es falsa, y nadie sabe cómo nació, pero parece destinada a permanecer viva mientras viva el árbol, y seguramente también hasta mucho después. Ni el árbol estaba allí hace 2230 años, ni tendría posibilidad de retener a un elefante, pero la leyenda acerca a numerosos visitantes al árbol (y al restaurante que está enfrente) en la placita del Eva, en Renato di Barga, en la citada provincia de Lucca. El árbol es majestuoso y vigoroso; en el lado que da a la carretera hay una fisura evidente. La copa está compuesta por ramas jóvenes que emergen del tronco a unos 2 m por encima de la base y de las ramas viejas todavía cubiertas por una vegetación exuberante. Ciertamente no es una gran belleza aunque las dimensiones sean respetables, con más de siete metros de perímetro. Respecto a su edad tampoco hay unanimidad, se opina entre los 520 años y los 700, llegando alguno a decir hasta los 800, pero siempre lejos de hablar de “milenarios” que suelen opinarse en nuestro país. 

La 1ª foto es de Verónica Marchi para “Il Giornale di Barga e della Valle del Serchio” y las otras dos de Saro Sciuto.

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6/29/2020

El castaño de Istán necesita ayuda

PLATAFORMA SIERRA BERMEJA PARQUE NACIONAL
El castaño de Istán necesita ayuda
      El pasado 31 de octubre de 2017, la Comisión de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía aprobaba la propuesta del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida LV-CA para que el Castaño Santo de Istán fuese declarado Monumento Natural de Andalucía. Esta declaración de urgencia tenía su especial importancia dado que el más longevo árbol del traspais montañoso de la Costa del Sol requería una intervención diligente para su saneamiento, vallado perimetral y el tratamiento de su afección por la avispilla del castaño, ante el grave estado en que se encontraba. Catorce meses después de este acuerdo político andaluz, la situación de desprotección del castaño sigue igual y sus afecciones han empeorado aún más.
      Si bien el árbol está afectado por la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus), la pérdida de tierra en su entorno durante décadas con la consiguiente exposición al aire de sus raices, la falta de un mantenimiento necesario acorde a su edad (algunas fuentes lo datan en 800 años de antigüedad) y las afecciones por las numerosas visitas que recibe que no dudan en subir a las ramas para sacar la fotografía que estiman de rigor, han tenido como consecuencia su decadente situación actual.
      Distintos colectivos sociales llevan un tiempo alertando sobre el mal estado del Castaño Santo. Existe en la Plataforma Change.org una iniciativa lanzada en agosto de 2017 que exige a la administración medidas de protección para este patrimonio natural, una campaña que lleva recogidas más de 11.000 firmas. Por otra parte, el grupo de Patrimonio Etnológico y Natural de la asociación vecinal Istán Ahora ha realizado en diciembre de 2018 una actividad de senderismo para llamar la atención sobre la pasividad de la administración andaluza en relación a los acuerdos aprobados por sus diputados en octubre de 2017.
      Desde la Plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional nos sumamos a estas llamadas de atención a la administración andaluza, para que realice las medidas aprobadas por el Parlamento andaluz para la conservación de este popular árbol, tan arraigado en la cultura inmaterial costasoleña, por ser un importante testigo de nuestra Historia, porque moralmente es nuestra obligación conservarlo para las generaciones futuras y porque así fue aprobado por los representantes políticos en la pasada legislatura.
El Castaño Santo, la alquería de Arboto y Sierra Bermeja
      Este monumental ejemplar de castaño (Castanea sativa), cuyo tronco mide 14 metros de circunferencia y tiene una copa de más de 27 metros de diámetro, está situado en término municipal de Istán, en la vertiente este de la sierra de las Apretaderas, a 700 msnm. Crece sobre suelos de gnesises granitoides y micaesquistos de la cuenca del arroyo Hoyo del Bote, pero está integrado en las peridotitas del macizo ultramáfico de Sierra Bermeja, que lo enmarcan paisajísticamente. Su larga historia está asociada a la de la alquería de Arboto, uno de los poblados andalusíes situados más al norte de la Tierra de Marbella.
     La fundación de Arboto está relacionada con los banū buth, la gran división de los beréberes donde se incluían los nafza (Martínez Enamorado, 2009), de donde devienen tanto el topónimo Arboto como el hidrónimo Hoyo del Bote.
      Aunque existe muy poca información al respecto de esta alquería en época andalusí, las fuentes documentales de finales del siglo XV (Urbaneja Ortiz, 2013) refieren algunos datos que apuntan a una población que debió autoabastecerse con la agricultura (15 fanegas de huertas y el resto de secano), en tierras de labor diseminadas por los alrededores de la alquería, junto a la explotación del bosque de alcornoques, quejigos y castaños, y la práctica de la ganadería de cabras y vacas. De su producción de secano destaca el cultivo de cebada, cereal con el que probablemente elaboraban el pan, además de los viñedos. También elaboraban miel y cera para cubrir las necesidades del autoconsumo.


      Capitulación de las alquerías de Marbella, en 1482: 


«Don Fernando por la gracia de Dios rey de Castilla, de León, de Aragón, de Seçilia, de Toledo, de Valençia, de Galizia, de Mallorca, de Sevilla, de Çerdeña, de Córdova, de Córçega, de Murçia, de Jahén, de los Algarves, de Algezira, de Gibraltar. Conde de Barçelona; señor de Vizcaya e de Molina; duque de Atenas e de Neopatria, conde de Rusellón e de Çardania; marqués de Oristán e de Goçiano, señor de Ronda e de Marbela e de todas sus villas e serranías. Las cosas que con vos las aljamas, alcaides, alguaciles, viejos e buenos ombres de las villas de Montemayor e Cortix e Alfarican, e Cariad y Foxay, e Ysten e Daydín e Almachar e Arboto e Beniabes e Tramourix, tierra de la mi çibdad de Marbela, yo mando asentar a vuestra suplicaçión çiertos capítulos fechos en esta guisa:…» (Urbaneja Ortiz, 2011)

     La alquería de Arboto empezó a deshabitarse por el descontento generado ante las presiones que la Corona ejerció sobre los mudéjares, a finales del siglo XV y principios del siglo XVI. El censo de población en 1497 cita en Arboto a 25 vecinos, lo que permite estimar su población en unos 125 habitantes. La alquería fue despoblada entre 1501 y 1506, tras las revueltas mudéjares de Sierra Bermeja (Urbaneja Ortiz, 2013).
     El cronista Mármol Carvajal describe a finales del siglo XVI lo intrincado de este lugar andalusí del macizo de Sierra Bermeja y el episodio de la rebelión mudejar:

Luego que don Antonio de Luna partió de la ciudad de Ronda, como dijimos en el capítulo ni del noveno libro, los soldados que quedaron desmandados en compañía de la gente de la ciudad comenzaron a salir por la tierra a robar las alcarías y lugares; y los moros, por huir estos daños, indignados y persuadidos de los que iban huyendo de la Alpujarra, hallándose libres de todo embarazo, comenzaron a hacer la guerra descubierta. Recogieron las mujeres y hijos y los bastimentos que les habían quedado; y subiéndose a lo más áspero de la Sierra Bermeja, se fortificaron en el fuerte de Arbote cerca de Istán, tomando la mar a las espaldas para recebir el socorro que les viniese de Berbería

 

Croquis de Marbella. Indice de las relaciones geográficas enviadas a Tomás López para el Diccionario geográfico de España (1780)
     Parte de la leyenda asociada al Castaño Santo relaciona el sobrenombre de este árbol con un posible episodio histórico por el que «á su sombra se dijo una misa de campaña cuando fueron expulsados los moros de Sierra del Real» (Vázquez García, 1904), si bien el topónimo Sierra del Real sería posterior a este hecho histórico de la expulsión pues, de nuevo Mármol Carvajal en el siglo XVI, cita la montaña a finales de la Edad Media como la Sierra de Arboto, inicio por el este del macizo de Sierra Bermeja.

Este río [río Verde] baxa por unos valles muy hondos, y sale á las guertas de Ístan; y dexando el lugar á la mano izquierda, y la sierra de Arbóto, principio de Sierra bermeja, á la derecha, se mete en la mar, una legua á poniente de Marvella

 
Fuentes documentales:
Mármol Carvajal, L. Historia del rebelion y castigo de los Moriscos del reyno de Granada. (Imprenta de Sancha, segunda edición, 1797)
López, Tomás. Diccionario geográfico de España (1780). Biblioteca Nacional de España, MSS.Micro/14496

Referencias bibliográficas:
Martínez Enamorado, V. Cuando Marbella era una tierra de alquerías (2009). Ayto. de Marbella, Real Academia de San Telmo, Cajamar. 389 pp
Urbaneja Ortiz, C. «Marbelíes. Los últimos musulmanes de Marbela«. Revista Cilniana 24/25 (2011-2013), pp.31-46
Urbaneja Ortiz, C. Mudéjares y moriscos en Istán (2013). CEDMA, 291 pp

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5/22/2020

El castañeiro de Bembibre, del narrador de historias

TOMÁS PITA CASAL
El castiñeiro de Bembibre

Foto tomada alrededor de 1910. Médicos de As Frieiras (Gudiña-A Mezquita) y Viana do Bolo posan en la foto a la sombra del majestuoso árbol
Foto de 1936
(...) Este era el “castiñeiro de Bembibre”, que fue famoso por sus dimensiones. Según notas de la época se necesitaban once hombres para poder abrazarlo, por lo que se estimó que tendría unos 20 m de circunferencia; pero según el texto que acompaña a la segunda foto, el tronco, perfectamente sano medía 13 metros de perímetro. Estaba en el balneario de Bembibre, en el Ayuntamiento de Viana do Bolo, en la provincia de Ourense y tuvo la misma suerte que los castaños centenarios famosos por sus grandes dimensiones. En la Guerra Civil fue abatido y con él desapareció sabe Dios cuánta historia del balneario o del propio lugar, narrada mil y una veces bajo la sombra acogedora del viejo castaño. Según referencias de D. Antón Fraguas, fue cortado porque desde una de sus ramas D. Ramón Otero Pedrayo pronunció un discurso en favor del Estatuto Gallego en 1936. Fuese ese el motivo o no, hay que hacer notar que a principios del siglo XX, en Galicia desaparecieron muchísimos soutos (plantaciones de castaño) por efecto de la tinta (Phytophthora cinnamomi). En la actualidad no se puede (no se debe) plantar castaño (excepto el híbrido resistente) por debajo de los 800 m. de altitud.
Foto de 1908, publicada en la Rep. Argentina
Coordenadas: 42.14396, -7.141649  --   N42º 8.638 W7º 8.499  --  42° 8' 38.26" N, 7° 8' 29.94" W
Altitud: 779,45 m

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6/10/2018

LEYENDA DEL CASTAÑO DE LA ARMADA INVENCIBLE
Carncastle, Irlanda del Norte 
Información de: La Armada Invencible 

El Árbol de la Armada Invencible
The “Armada tree”, el castaño en el cementerio de la iglesia de St. Patrick’s

 

     El 28 de octubre de 1588 La Girona, galeaza de la Gran Armada, naufragó en Lacada Point (Irlanda del Norte) provocando la muerte de al menos 1.100 marinos, soldados y nobles.
     Debió de pertenecer a este naufragio el pobre desdichado cuyo cadáver fue a dar a la playa de Ballygaly y que sería enterrado en el cementerio de la pequeña iglesia de St. Patrick’s.
     Las castañas que llevaría en su bolsillo (muy posiblemente como remedio al escorbuto que amenazaba a las tripulaciones marítimas del siglo XVI) hicieron el resto y hoy un precioso castaño crece solitario entre las tumbas del cementerio.
     Este árbol, proclamado como uno de los 6 árboles antiguos más significativos del Norte de Irlanda en 2017 por el North Ireland Woodland Trust, puede ser visitado hoy en día. El lugar donde podéis visitarlo ha sido introducido en nuestro mapa interactivo del legado de la Armada Invencible en Irlanda.
     Los estudios realizados al árbol datan su nacimiento en el siglo XVI lo que refuerza la credibilidad de la tradición local aunque, como todo este tipo de historias, puede no ser más que eso…leyenda.

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Árbol caído: fotografía de Mal McCann, en The Irish News, el 9/9/2020
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3/28/2017

CASTAÑAR DEL TIEMBLO, Ávila
Plataforma “Salvemos el Castañar de El Tiemblo"
De... A21.es

La mañana del 19 de marzo ha quedado constituida en El Tiemblo la Plataforma “Salvemos el Castañar de El Tiemblo”. Tras una exposición de los motivos que han llevado a esta convocatoria, se ha pasado a las exposición de las propuestas y a un intercambio de opiniones entre los más de 100 asistentes.
     Motivados por la masificación que sufre desde hace años el Castañar de El Tiemblo y el deterioro que ello implica, un grupo de ciudadanos decidió impulsar una plataforma para urgir a las instituciones implicadas en la aplicación de una serie de medidas urgentes para conseguir la protección del Castañar, que supongan un primer paso hacia un modelo distinto de la administración de los recursos naturales. Un modelo, que partiendo del punto de partida, irrenunciable de la supervivencia y conservación del bosque para las generaciones futuras, sea capaz además de hacer del mismo un motor de desarrollo local.
Algunas de las propuestas que se han acordado han sido:
– Establecer un número máximo de visitas por día.
– Realización de las visitas en grupos, con horarios establecidos, siempre con un guía acompañante.
– Implantar sistema de cita previa, reservando un porcentaje para las visitas del día, pases para el sector hostelero y de rutas turísticas de la zona y pases para los naturales y residentes en El Tiemblo.
– Reservar un día laborable para la visita de colegios, asociaciones, etc. , siempre respetando las mismas condiciones establecidas para las visitas generales en cuanto a número máximo de visitantes y acompañamiento de guía.
– Mejora de los senderos establecidos, señalizando las distintas especies de flora que se encuentran dentro de las sendas con carteles explicativos de otras especies (robles, alisos, ulagas, peonías, etc) y acotarlas físicamente en los casos en los que se considere necesario (pradera de narcisos).
– Posibilidad de crear un centro de información para la acogida de los visitantes dentro del pueblo, donde se recojan los pases, se pueda conseguir toda la oferta de alojamientos y restaurantes, y que tenga capacidad para orientar y en su caso redirigir a los visitantes que no hayan podido acceder, ofreciendo rutas alternativas.
– Elaborar las rutas alternativas antes mencionadas, que amplíen la oferta para aprovechar el flujo de visitantes y darle continuidad a lo largo del año
-Visitas adaptadas a la función educativa en el caso de colegios
– Rutas alternativas aprovechando el patrimonio histórico, natural y etnológico de la zona ( Pozo de la Nieve, Barrancas, Toros de Guisando, Monasterio de los Jerónimos, Puentes medievales, Hornos de las Tinajas, Ruta Jaras en flor (abril/mayo), bodegas, queserías, etc.). Estos itinerarios pueden servir para atraer y mantener la atención de diferentes tipologías de visitantes, multiplicando las posibilidades de desarrollo que un turismo responsable puede ofrecer.
     La plataforma, un vez constituida, pretende continuar con las acciones necesarias hasta conseguir , un Plan de Uso público, que adopte las medidas urgentes que garanticen la conservación de El Castañar de El Tiemblo, que haga que las autoridades orienten su esfuerzo a una gestión distinta y sostenible de los recursos naturales.

7/02/2016

ANTONIO MARTÍNEZ RON
El 'bichito' que mató 4.000 millones de árboles
Información

Chestnuts 
Castaños americanos en las Smokey Mountains hacia 1910 (Forest History Society, Durham NC)

      En 1904 un guarda llamado Hermann Merkel se dio cuenta de que en los castaños del zoo del Bronx, en Nueva York, estaban apareciendo unas extrañas manchas naranjas que no le gustaban nada. Tomó unas muestras y las llevó a analizar al micólogo William Murrill, quien identificó un nuevo hongo al que bautizó como Endothia parasitica y demostró que al inocularlo en las plantas estas enfermaban. Pero entonces ni siquiera estaba cerca de imaginar la capacidad destructiva de aquellas criaturas.
      El hongo, que provoca una enfermedad conocida conocido como el chancro del castaño, se expande por el aire a gran velocidad y penetra en el árbol por las heridas o fisuras que éste tenga abiertas. En pocos días penetra en las ramas y el tronco y empieza a producir algunas sustancias, como el ácido oxálico, que resultan letales para el árbol. El pH del castaño americano (Castanea dentata) cambia en unas semanas de 5.5 a 2.8, lo que le condena a una muerte segura. En los siguientes 40 años tras el descubrimiento de Merkel, aquel hongo que había llegado a Estados Unidos a través de los castaños importados de China y Japón, viajó por aire y se extendió de un árbol a otro por todo el país hasta acabar con una población de 4.000 millones de árboles. En algunos lugares, como los bosques de los Apalaches, los castaños americanos eran un 25% de la población de árboles, que cayeron fulminados por aquella enfermedad traída por el hombre del otro lado del mar. Y con ellos desaparecieron al menos cinco especies de ardillas que vivían en este tipo de árbol.



mapacastaños
La zona por la que se extendían los castaños antes de la plaga

      Los castaños chinos y japoneses habían desarrollado resistencia a este hongo, pero al llegar a EE.UU. los árboles no tenían ningún mecanismo de defensa contra él. Los científicos y las autoridades probaron todo tipo de técnicas para detener el avance de aquella plaga; se cruzaron con las especies asiáticas para formar una variedad resistente, se les inoculó con un virus que acabara con el hongo, se probaron fungicidas, fumarolas de azufre y radiación. Según cuenta Nature, hasta se llevaron a cabo ceremonias religiosas con los árboles porque algunas comunidades consideraron que aquello era consecuencia de sus pecados. Nada funcionó.
      Hoy en día la población de castaños ha desaparecido prácticamente del noreste del país, salvo algún reducto aislado que está lo suficientemente lejos de otros árboles como para poder enfermar, y en zonas de la costa oeste donde el clima es más frío. Pero los esfuerzos por recuperar los castaños americanos, tan altos y majestuosos que se los llegó a conocer como las "secuoyas del este", continúan. Una de las estrategias, además de las hibridaciones o el uso de sustancias químicas que acaben con el hongo, es crear un castaño americano modificado genéticamente para resistir a la plaga. Al contener sólo genes de los propios castaños, los investigadores esperan que no despierte tanto rechazo entre la población. "El castaño podría ser el primer caso de un árbol modificado genéticamente que es reintroducido", asegura el investigador Douglass Jacobs. "Si eso sucede podría ser el camino para otros árboles". Aún así, deshacer el desastre provocado por la introducción de especies foráneas es toda una odisea y, como plantean algunos, está por demostrar que reintroducir los castaños americanos en los bosques que ahora se han amoldado a la situación no provoque otro problema peor.

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7/24/2012

EL CASTAÑO
Cuento japonés

     En el tiempo en que los príncipes gobernaban las tierras del Japón, había un pobre pescador llamado Saburo que vivía en una aldea junto a la playa con su mujer, Hana, y su preciosa hijita, Aiko. La casa de Saburo era sencilla y humilde -dañada por muchos años de sol y de lluvia- y dentro prácticamente no tenían nada. Los tablones de madera de las paredes no estaban bien clavadas y en las noches de viento era como si toda la casa y la familia que en ella se refugiaba temblaran.
     En la temporada de pesca, Hana se levantaba pronto para preparar albóndigas de arroz para Saburo, quien se adentraba en la bahía con la barca y se quedaba allí hasta la tarde echando las redes para pescar. Hana y Aiko esperaban intranquilas a que él regresara. De vez en cuando, si Saburo había pescado una pieza grande, Hana preparaba una espesa sopa con trozos de pescado de verdad en vez del caldo aguado que comían todos los días, y también le hacía pastelillos de arroz a Aiko. Para la niña, aquellas comidas tan especiales junto a sus padres eran los mejores momentos. Quería a sus padres con locura.
     Pasaron los años y Aiko se convirtió en una joven muy hermosa, tan delicada que los vecinos no podían evitar hacer comentarios. Un día, durante la temporada de pesca, Saburo salió con la barca como siempre. El cielo estaba cubierto por unas nubes oscuras y amenazadoras. Como el día se oscurecía cada vez más y Saburo no volvía, Hana y Aiko se preocuparon. El viento no paró de soplar en toda la noche, pero Saburo tampoco volvió. Hasta la mañana siguiente Hana y Aiko no supieron que Saburo se había ahogado. Un gran barco había chocado contra su barca y ésta se había hundido. Aquel día, la vida de las dos mujeres cambió para siempre. Los vecinos las ayudaron a sobrellevar su dolor tras la muerte de Saburo, y les llevaban pequeñas bandejas con comida y cuencos llenos de arroz, porque eran buenas personas y sabían que la mala suerte puede tocarle a cualquiera. Pero es difícil ser generoso cuando se es pobre y no se tiene casi nada para repartir.
     Cuando se les acabaron los ahorros, Aiko no pudo soportar ver a su madre languidecer de hambre. «Iré a la ciudad a buscar trabajo», anunció. A pesar de las protestas de su madre, Aiko caminó una hora hasta la ciudad más cercana, Uchimira. Llamó a muchas puertas ofreciéndose como sirvienta, pero la mayoría de las casas ya tenían servicio. Al final, llegó a una casa muy rica, en la que se colocó como criada. El trabajo era duro y no se terminaba nunca, y las manos de Aiko se estropearon de tanto limpiar y fregar, cargar leña y barrer suelos. Muchas veces, mientras hacía sus tareas, se le cerraban los ojos de cansancio. Y como prefería volver todos los días a su casa andando que quedarse a dormir en la casa de la señora, como hacían las demás criadas, cada vez se sentía más agotada. A medio camino entre el pueblo y la ciudad, Aiko se paraba a descansar bajo un enorme castaño. En cuanto veía el árbol, a Aiko le invadía una sensación de alivio porque sabía que ya había recorrido gran parte del camino. Se sentaba junto al árbol, acariciaba su corteza marrón y arrancaba las ramillas que nacían del tronco. Después cogió la costumbre de hablar con el árbol y de contarle su vida y la pena que afligía a su anciana madre. Al lado del árbol se sentía muy confortada y ya le gustaba en todas las estaciones. En verano le llevaba a su madre los racimos de pequeñas flores. En otoño, veía cómo las hojas de color verde oscuro se volvían de un bonito color amarillo pálido, y era el momento de coger las bolas cubiertas de espinas que contenían las deliciosas castañas. Tras sus secretos encuentros con el árbol, Aiko siempre se sentía un poco mejor. Era como si el árbol le transmitiera su fuerza y el trayecto transcurriera más deprisa.
     Los años pasaron y Aiko se convirtió en una mujer joven. Una tarde, cuando se detuvo junto al castaño para descansar, captó en el aire un sentimiento de tristeza y se acercó más a su amigo para consolarse. De repente, oyó una extraña voz que venía de más arriba, como si surgiera del árbol. -Aiko, hija mía -dijo la voz-. Ha llegado el momento de separarnos. El príncipe ha ordenado que me corten. Escúchame atentamente. Me convertirán en un barco. Ese barco zarpará de tu pueblo. No me moveré hasta que vengas y me abraces como haces todos los días, y me digas: «Soy Aiko, tu amiga». Aiko miró para arriba. Los árboles no hablan, se dijo. Pero, ¿de dónde sino podía venir la voz? Quizá estaba cansada y se imaginaba cosas. Sintió que el árbol había compartido con ella su tristeza. Confusa y apenada, Aiko partió a toda prisa hacia su casa cuando ya había anochecido.
     Al día siguiente se detuvo junto al árbol y como parecía que nada había cambiado, compartió su secreto con él. «He tenido una pesadilla», le dijo. «He soñado que el príncipe ordenaba que te cortaran. No podría soportar que te llevaran lejos de aquí». Y se abrazó al árbol. El viento sopló entre las hojas y Aiko se fue hacia casa. Al cabo de algunos días, cuando Aiko volvía al pueblo, la sorprendió una gran tormenta. La estación de las lluvias era la más difícil. Hacía frío y siempre estaba oscuro. Al oir el estallido de un trueno, Aiko echó a correr para guarecerse bajo el frondoso follaje del castaño. Con horror vio que el árbol ya no estaba. Había desaparecido. Tapándose la boca con las manos, fue corriendo hacia el lugar donde antes crecía el árbol. La lluvia lo mojaba todo a su alrededor y ella, abrazada al tocón, se puso a llorar como si hubiera perdido a un amigo querido. Al final no había sido un sueño. El árbol realmente había hablado con ella.
      Aiko recogió algunas hojas secas en recuerdo de su amistad y se encaminó hacia su casa bajo la lluvia, cansada y afligida en lo más hondo de su corazón. Para Aiko, el camino entre el trabajo y su casa nunca volvió a ser el mismo. A medida que pasaban los días, la joven iba palideciendo y perdiendo las fuerzas. Los vecinos ya no hablaban de su belleza o de su encanto. Era como si la muchacha que un día conocieron hubiera desaparecido.
     Una mañana, cuando se iba a Uchimira, oyó que en el pueblo había un gran bullicio. Aquella noche había llegado un gran barco y se estaban haciendo los preparativos para que zarpara enseguida. Había tanta animación, que Aiko decidió que no iría a trabajar y se quedó mirando embobada cómo los vecinos del pueblo se apiñaban en la playa para ver llegar al príncipe en su palanquín real, dispuesto a botar el barco. El príncipe vestía un magnífico quimono negro, con los escudos de armas bordados en el pecho y en las mangas. Los lugareños agacharon la cabeza a su paso. No tardó en llegar el momento de zarpar, pero tal como el árbol había predicho, el barco no se movió. Un montón de hombres intentaron empujarlo mar adentro, pero parecía que había arraigado en la arena. El príncipe, desconcertado, se dirigió a sus hombres y todo el mundo se vio enfrentado al reto. Muchos pescadores, hombres fuertes y bregados, probaron suerte, pero el barco permaneció inmóvil.
     A Aiko el secreto estaba a punto de hacerle estallar el corazón. «¡Dejadme que lo intente yo!», dijo, ruborizada por los nervios. Todos quedaron en silencio. No podían creer que hubieran oído una voz femenina y se volvieron para ver a quién pertenecía. -¡Anda! ¡Pero si es nuestra Aiko! -gritó un vecino, rompiendo el largo e incómodo silencio. Todos apreciaban a Aiko y la admiraban por la devoción que sentía por su madre, ¿pero qué diantre hacía la chica? Cuando vieron la intensidad de su mirada, la gente empezó a animarla. «¡Aiko!, ¡Aiko.» La joven empezó a caminar hacia el barco. Los guardias reales dieron un paso al frente para cortarle el paso, pero el príncipe, haciendo un gesto con la cabeza, les hizo volver atrás. Era la cosa más rara que había visto en toda su vida. La gente volvió a guardar silencio y miró a Aiko de cerca, temiendo por ella.
     Cuando llegó al lado del barco, Aiko lo abrazó como solía abrazar al árbol. Pero no pasó nada. Superada por la emoción, Aiko se dio cuenta de que había olvidado decir las palabras. Sintiendo el nerviosismo de la gente que tenía detrás, abrazó al barco de nuevo y le susurró: «Soy Aiko, tu amiga». Lentamente, el barco empezó a deslizarse hacia el mar. El príncipe la miró sin salir de su asombro mientras la gente gritaba enloquecida. Él les hizo callar y ordenó que llevaran a Aiko a su presencia. Quería ver de cerca a aquella mujer tan fuerte. Pero en vez de una joven corpulenta, vio una muchacha delgada, que irradiaba una serena belleza. Aiko hizo una gran reverencia ante el príncipe. Éste le preguntó el secreto de su fuerza y Aiko contestó que ella no tenía mucha fuerza. Entonces explicó la historia de su amistad con el castaño.
     -¿Cómo puedo recompensarte? —preguntó el príncipe, incapaz de dejar de mirarla. Aiko dijo que no con la cabeza y le respondió que ya se sentía recompensada con el recuerdo de una amistad tan especial. Entonces las lágrimas resbalaron por sus mejillas. El príncipe estaba fascinado. Y más raro es todavía lo que pasó a continuación. El príncipe le pidió que se casara con él delante de todos los habitantes del pueblo. Primero, una ola de estupefacción recorrió a todos los que allí estaban reunidos, pero después empezaron a gritar entusiasmados y a felicitar a Hana, que se encontraba entre ellos. Aiko miró tiernamente el barco y entonces sus ojos buscaron los de su madre. Hana alzó las manos para bendecir a su hija y Aiko sonrió entre lágrimas. La buena suerte fue, sin duda, un regalo de amistad del castaño.

---Fin---

2/09/2010

EL CASTAÑO DE "LOS CIEN CABALLOS"

El árbol, por Jean-Pierre Houël - 1777

El Castaño de los Cien Caballos (en italiano "castagno dei cento cavalli", en siciliano Castagnu dê Centu Cavaddi), Castanea sativa, ubicado en la localidad siciliana de Sant'Alfio, se encuentra en el bosque de Carpineto, en la ladera oriental del Etna. Diversos estudios botánicos -Bruno Peyronel de Turín- constatan una antigüedad superior a los 4.000 años, siendo así uno de los árboles más antiguos de Europa y el más grande de Italia.
Veduta antica della Sicilia: Cappella di Santa Rosalia presso Palermo

     La primera referencia histórica data de 1636, cuando es citado en la obra Il Mongibello de Pietro Carrera.
     Cuenta una leyenda que durante una partida de caza, una reina de Aragón y su séquito de cien caballeros fueron sorprendidos por una tormenta, refugiándose bajo la protección del castaño durante toda la noche.

Situación: N 37º 45' 01" - E 15º 7' 49"
(37'7502 º N  -  15'1302 º E)


El nuevo castaño: Europa pintoresca, 
Ed. Montaner y Simón, 1882                     
El árbol en la actualidad

Entre los diversos vegetales que acusan la maravillosa fertilidad de esta región figuran principalmente los gigantescos castaños del Etna, de entre los cuales el más famoso es el llamado Cas
taño "di Cento Cavalli" (de los cien caballos). Este coloso vegetal tiene ahora cuatro vástagos; contaba con cinco hasta 1852, pero se cortó uno para venderlo. Si efectivamente constituyó en otro tiempo un solo tronco debió medir doscientos cuatro pies [57 metros] de circunferencia, dimensión que excede con mucho a la del mayor de los árboles de California. Asegúrase que se debe su nombre al hecho de haber descansado bajo su frondoso ramaje una reina de Aragón con todo su séquito, que constaba de cien jinetes.
 

El árbol y su leyenda han sido el tema de muchas canciones y poemas, incluyendo la siguiente descripción en siciliano del poeta de Catania Giuseppe Borrello (1820-1894):

Siciliano Español
Un pedi di castagna Un castaño
tantu grossu fue tan grande
ca ccu li rami so' forma un paracqua   que sus ramas formaban un paraguas
sutta di cui si riparò di l'acqua, bajo el cual buscaron refugio de la lluvia
di fùrmini, e saitti de truenos y relámpagos
la riggina Giuvanna la reina Giuvanna
ccu centu cavaleri, con un centenar de caballeros,
quannu ppi visitari Mungibeddu cuando iban a visitar el Monte Etna
vinni surprisa di lu timpurali. fueron sorprendidos por la tormenta.
D'allura si chiamò Desde entonces se llamó
st'àrvulu situatu 'ntra 'na valli este árbol situado entre los valles
lu gran castagnu d'i centu cavalli. el gran castaño de los cien caballos.

 

Otro poeta catanesí, Giuseppe Villaroel (1889-1965), describió el árbol en el siguiente soneto (escrito en italiano):

Italiano Español
Dal tronco, enorme torre millenaria,
Desde el tronco, una enorme torre milenaria,
i verdi rami in folli ondeggiamenti, disparatas onduladaciones en las ramas verdes,
sotto l'amplesso quèrulo dei venti, bajo los quejumbrosos abrazos de los vientos,
svettano ne l'ampiezza alta de l'aria. apreciando la gran amplitud del aire.
Urge la linfa, ne la statuaria Insta a la savia, que la rige
perplessità de le radici ergenti, prudencia de las erectas raíces,
sotto i lacoontei contorcimenti, bajo contorsiones laocoontianas,
dal suolo che s'intesse d'orticaria. a partir de la base se teje la urticaria.
E l'albero - Briareo lignificato - Y el árbol - Briareo leñoso -
ne lo spasimo atroce che lo stringe es la agonía insoportable que lo aferra
con catene invisibili alla terra, con cadenas invisibles a la tierra,
tende le braccia multiple di sfinge cortinas de los múltiples brazos de la Esfinge
scagliando contro il cielo e contro il fato disparándose contra el cielo y contra el destino
una muta minaccia ebbra di guerra.una eufórica amenaza muda de guerra.
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