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9/07/2020

El cardón cuicateco

JOEL Y NELY en CuicatecoSoyYo
El cardón cuicateco

Desde que nací he procurado los días de lluvia y el ligero rocío de las mañanas frescas.
     Con mis grandes raíces me he aferrado al suelo y resistido los intempestivos vientos. Mis brazos de candelabro han soportado el cabello dorado del sol que se funde en la inmensa tierra colorada y mis rígidas espinas han logrado defenderme de los depredadores más feroces.
     He sido hogar de aves y mamíferos, y les he brindado alimento en los días difíciles de su existencia.
     En cientos de años, he visto pasar un sin fin de caminantes y nacer y morir miles de plantas y animales.
     He visto la guerra, la ira del hombre y he contemplado la destrucción de los bosques y los ríos, he llorado y compartido el sufrimiento de mis hermanos, observando cómo han sido heridos de muerte sin razón.
     No veas solo la apariencia de este afable y vigoroso cuerpo, busca en mi interior y encontrarás al ser semejante a ti, que comparte el mismo orgullo de nacer en esta tierra, el que te pide respeto; porque estoy aquí como tu, para enaltecer a mi región; para soñar, sentir y compartir, porque soy Cuicateco y merezco vivir.


Este cardón gigante (Pachycereus weberi) ramifica cerca del suelo y tiene un crecimiento más rápido que el saguaro (Carnegiea gigantea). Resiste hasta -2º.
 Esta foto de 1895 de Leon Diguet es de otro tipo de cardón -Pachycereus plingle- del norte de México - Baja California
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9/05/2020

El sahuaro de la "Expo 92"

 JOSÉ ELÍAS BONELLS
Una joya botánica abandonada a su suerte

Paseando por el recinto actual de lo que fue la Exposición Universal de Sevilla Expo 92 me lo encontré, solo, aislado, triste junto al Pabellón de Méjico, sin ninguna protección, ningún cartel que describiera sus orígenes y su existencia en la ciudad, un “cacto “para muchos, una joya botánica para los amantes de la naturaleza.
      Estas plantas singulares tienen su historia, que debe ser contada a las futuras generaciones. Han pasado solo treinta años de su llegada a Sevilla, se trata de un sahuaro. -Carnegiea gigantea-, procedente del Valle de los Gigantes de Mexicali en Nueva California, México; que fue regalada a la ciudad con motivo de la celebración del certamen, junto al Pabellón que representaba al país en la Exposición Universal.
      Me valgo del reportaje escrito en el blog Esa Sevilla con la colaboración de Dña. Concepción Guzmán (Mexicali, México) por su aportación para la elaboración del mismo para dar a conocer el valor y la importancia de esta joya botánica.
     

El reportaje dice así:
      VINO PARA LA EXPO Y SE QUEDÓ A VIVIR EN LA CARTUJA. -31 de mayo de 2008   

       Pocos saben de su existencia, pero en la Cartuja tenemos un cactus que tiene 14 metros de altura, un peso de 18 toneladas y cientos de años de edad, 1500 según algunas estimaciones.
      El cactus gigante, también llamado Sahuaro o Cardón, fue un regalo del gobierno de México a España y se situó en el hermoso jardín del pabellón mexicano diseñado por Juan Siles Aguilera.
      Trasladar el Sahuaro a Sevilla fue toda una odisea. Primero se seleccionó el ejemplar de entre los cientos que hay en el Valle de los Gigantes de Mexicali, en Nueva California.
      Se escogió el que se encontraba en mejor estado de entre los más esbeltos que además tenía una historia curiosa puesto que en 1975 ya se barajó la posibilidad de trasladarlo al Ayuntamiento de Mexicali por su belleza, aunque se desechó la idea por su coste y su complejidad técnica. En su lugar se erigió una réplica en hormigón.
      El 14 de diciembre de 1991 comenzaron los trabajos para trasladar el cactus a Sevilla. La noticia corrió como la pólvora entre los habitantes de la zona. Muchos se sintieron orgullosos de que algo suyo viajara a España para representar a su país en la Exposición Universal pero también hubo otros que se manifestaron en contra e intentaron impedirlo, incluso se trató el tema en el Congreso del Estado suspendiéndose los trabajos el 23 de enero.
      Un mes después se reanudaron al asegurar los técnicos que el cactus no sufriría ningún daño al ser extraído completo con sus 10 metros de raíces. Para conseguirlo se diseñó una enorme jaula metálica y se trabajó sin descanso, día y noche.
      La extracción del cactus se convirtió en un acontecimiento mediático y prensa y televisión informaban de la marcha de los trabajos. Cientos de personas, muchos de ellos turistas norteamericanos, se trasladaron hasta el Valle de los Gigantes para ver los trabajos in situ.
      La polémica surgida en torno al traslado del cactus provocó que el congreso mexicano declarara el lugar Santuario de los Cardones gracias a lo cual la zona está actualmente protegida y es punto de atracción turística.

Labores del trasplante del sahuaro

            
     El 17 de marzo y con la ayuda de tres grúas se consiguió extraer el cactus. El cajón ideado para las raíces se rellenó de material sintético para mantenerlo húmedo.
Para trasladarlo se utilizó un tráiler de treinta ruedas que sufrió un hundimiento en la arena del que tuvo que ser auxiliado por varias grúas, algunas de las cuales también sufrieron las consecuencias del desierto.
      El día 18 de marzo el cardón llegó a la localidad de San Felipe donde miles de personas esperaban para despedirlo entonando cánticos populares. Algunos grupos ecologistas intentaron boicotear el acto. En la jaula del cactus se leía la inscripción:

“SAHUARO, SAN FELIPE, B. C. PUEBLO NATAL, TE DESEA FELIZ VIAJE A ESPAÑA”
      Si la extracción del cactus fue una odisea, el viaje no lo fue menos debido a la precariedad de las carreteras de la zona, a lo especial del transporte y a la inminente fecha de inauguración de la Expo. Para colmo los ecologistas esperaban en el puerto de Veracruz para sabotear la salida. ¡¡¡NO LLEGARÍAN A TIEMPO!!!
      Pero cuando todo estaba perdido ocurrió el milagro, un avión ruso se encontraba varado en San Diego por falta de dinero. Juan Siles llegó a un acuerdo económico con ellos para el traslado del cactus desde Hermosillo (Sonora) hasta Sevilla.

      El tráiler tuvo que recorrer unas treinta horas más de viaje y la jaula se resintió, por lo que tuvo que ser reparada. El cactus llegó al aeropuerto de Hermosillo el día 21 de marzo escoltado por la policía federal.
      Una vez cargado en el avión éste despegó rumbo a Miami (Florida) donde hacía escala sin percatarse de que dentro viajaba uno de los técnicos del traslado, Alfredo Silvestre, que estaba terminando de ajustar la jaula dentro del avión y que al no hablar inglés no entendió las indicaciones de los pilotos, por lo que se encontró viajando a España sin equipaje y sin pasaporte, ni dinero.
      En la noche del día 22 el avión partió de Miami hacia el aeropuerto de Sevilla donde llegó en la mañana del 23 de marzo de 1992. Las autoridades españolas se encontraron con Alfredo en el avión que les declaró que estaba muy cansado y que había perdido la noción del tiempo, pero que estaba muy feliz de estar en la madre patria a la que traía un presente milenario para la Expo. La policía se hizo cargo de la situación de indocumentación del técnico concediéndole un permiso especial: “Estás en tu casa, como mexicano eres bienvenido a España”.
      Pero los problemas no habían acabado, no se encontró ninguna grua adecuada para descargar el cactus y hubo que hacerlo con las propias del aeropuerto y la ayuda de decenas de voluntarios que arrastraron la jaula fuera de la pista para que el aeropuerto pudiera seguir operando.
      Por la tarde un tráiler trasladó el cactus a la Isla de la Cartuja donde continuaron los problemas al no poder entrar por el puente del Alamillo y tener que desviarse por la recién construida ronda Supermartes. Al llegar al pabellón, más inconvenientes, el acceso a la zona donde debía colocarse estaba bloqueado y había que contratar dos enormes guas para elevar el sahuaro por encima del pabellón de México.
      En la tarde del 23 de marzo el bello ejemplar quedó colocado en su lugar definitivo, momento en el que Alfredo por fin pudo respirar tranquilo. Jacinto Pellón invitó al técnico mexicano a visitar las obras de la Expo y se hizo cargo de los gastos de estancia y repatriación de Alfredo. Pero el pobre hombre al llegar a Estados Unidos fue arrestado por no llevar documentación y tuvo que mediar la embajada española ya que la historia que el hombre contaba de que había llevado un cactus gigante a España como que no era muy creíble. Le dejaron ir no sin antes multarle con con 90 dólares.
      Durante los seis meses de la Exposición Universal el sahuaro gigante lució en todo su explendor junto al pabellón de México donde los visitantes se hacían fotos ignorando la odisea que supuso traerlo a Sevilla. Después, como tantos otros legados de la Exposición, quedó en el olvido…, aunque ahí sigue el sahuaro, aclimatándose como puede al clima sevillano.
      Vino a visitar la Expo y se quedó a vivir entre nosotros regalándonos cada día una de las imágenes más evocadoras de las que se puede disfrutar en la Cartuja. Creo que ya va tocando que las autoridades muestren interés por él y se le dote de unos cuidados periódicos y de un mantenimiento que asegure su supervivencia.

Así finaliza el reportaje, con el comentario de un ciudadano en el año 2013:
Sahuaro recien plantado
     
Desde 1992 vive en Sevilla un saguaro gigante (como los del Coyote y el Correcaminos) trasladado por las autoridades mexicanas por motivo del expo de ese mismo año, desde entonces uno de los pocos saguaros gigantes que sobreviven fuera de su ecosistema sufre la dejadez y desidia de la administración andaluza.
      Hoy doy un toque de atención a quien corresponda para que el sahuaro reciba las atenciones y el mantenimiento adecuado, abonos, oxigenación de raíces, riegos etc… que hagan falta para conservar este monumento vegetal que con tanto cariño nos envió Méjico.
      Vino como cardón Pachycereus pringlei y se le conoce también como “Sahuaro gigante", pero las características son distintas de la Carnegiea gigantea que es el que está plantado en Sevilla, especie endémica del desierto de la Baja California y Sonora.
      La cactácea de mayores dimensiones del mundo, Carnegiea gigantea (Engelmann), Saguaro o cactus gigante, tiene tallos de más de 25 cm de diámetro, más anchos donde surgen las ramas proximales. Flores usualmente terminales, 6.5-8.5 cm diam.; escamas en tubos de flores ampliamente triangulares a redondeadas, verdes con ápices rojos; ovario con lóculo a 25 mm; filamentos blancos, cortos; anteras bronceadas. Semillas: testa delgada. 2n = 22. Floración desde principios de mayo hasta finales de junio. Desierto de Sonora.
      En su hábitat Carnegiea gigantea, el saguaro (también llamado sahuaro) es el cactus norteamericano más conspicuo y más estudiado. Es el cactus más alto de la flora, de hecho, estos son los árboles más altos de los desiertos de los Estados Unidos.
      Sus flores, que se abren dos horas después de la puesta del sol y son visitadas de noche y durante el día por una gran variedad de posibles polinizadores, incluidos aves, murciélagos e insectos, que en conjunto contribuyen a la producción de frutos.
      Las frutas y semillas de Saguaro son alimento importante para la vida silvestre. Los pájaros carpinteros y los pequeños búhos anidan en los tallos. El tejido cicatricial que se forma alrededor de las cavidades de
nidos excavadas en tallos de saguaro se encuentra más tarde entre los restos de un saguaro muerto como una concha dura y marrón conocida como “bota de saguaro” debido a su forma. Las observaciones descuidadas o distantes de los frutos rojos brillantes dehiscentes son responsables de informes anuales y erróneos de “saguaros de flores rojas”. La pulpa de las sabrosas frutas es comestible, y durante siglos los frutos, disponibles durante la mitad del verano, han sido cosechados por los nativos americanos como un alimento anual confiable para producir vino, mermelada y obtener semillas. El saguaro es la flor del estado de Arizona.
     Conocida su historia y sus aventuras para traer tan insigne monumento a la ciudad de Sevilla, bien vale que se identifique con un cartel informativo que relate la trascendencia que supuso el regalo a la ciudad de una cactácea excepcional datada de mas de 1.500 años, que se la proteja y cuide como la joya botánica que es.
LA SEVILLA CULTURAL AGRADECERÁ TODO CUANTO SE HAGA EN BENEFICIO DEL SAHUARO.

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---Foto del 18 de Abril de 2021---
 
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3/10/2013

JONI MICHELL (Canadá, 1943)
Cactus Tree


There's a man who's been out sailing
In a decade full of dreams
And he takes her to a schooner
And he treats her like a queen
Bearing beads from California
With their amber stones and green
He has called her from the harbor
He has kissed her with his freedom
He has heard her off to starboard
In the breaking and the breathing
Of the water weeds
While she was busy being free

There's a man who's climbed a mountain
And he's calling out her name
And he hopes her heart can hear three thousand miles
He calls again
He can think her there beside him
He can miss her just the same
He has missed her in the forest
While he showed her all the flowers
And the branches sang the chorus
As he climbed the scaley towers
Of a forest tree
While she was somewhere being free

There's a man who's sent a letter
And he's waiting for reply
He has asked her of her travels
Since the day they said goodbye
He writes, "Wish you were beside me
We can make it if we try"
He has seen her at the office
With her name on all his papers
Through the sharing of the profits
He will find it hard to shake her
From his memory
And she's so busy being free

There's a lady in the city
And she thinks she loves them all
There's the one who's thinking of her
There's the one who sometimes calls
There's the one who writes her letters
With his facts and figures scrawl
She has brought them to her senses
They have laughed inside her laughter
Now she rallies her defenses
For she fears that one will ask her
For eternity
And she's so busy being free

There's a man who sends her medals
He is bleeding from the war
There's a jouster and a jester and a man who owns a store
There's a drummer and a dreamer
And you know there may be more
She will love them when she sees them
They will lose her if they follow
And she only means to please them
And her heart is full and hollow
Like a cactus tree
While she's so busy being free
Like a cactus tree
Being free

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Joni Mitchell (nacida como Roberta Joan Anderson, en Alberta, Canadá), el 7 de noviembre de 1943, es una cantante y pintora canadiense. Comenzó su carrera musical en Toronto y en el oeste de Canadá, se relacionó luego con la floreciente escena de folk de Nueva York de mediados de los sesenta. A lo largo de los años 70 amplió sus horizontes musicales, dirigiendo su interés hacia el pop y el jazz, para convertirse en una de las cantantes y compositoras más respetadas de finales del siglo XX. Es la autora de la canción Woodstock.