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4/10/2023

Las palmas del Domingo de Ramos, la memoria del bosque

EUGENIO MONESMA MOLINER (Huesca, 1953)
El palmeral. Peligrosa recogida de dátiles y palmas secas para su tradicional artesanía


Por su excelente calidad, la palma blanca de Elche es un producto único en el mundo que, cada año, los palmerers ponen en manos de los fieles que participan en la procesión del Domingo de Ramos. La elaboración de estas palmas es muy costosa y arriesgada para que presenten ese brillante color del marfil. En el año 1999 pudimos conocer cómo se confeccionaban las singulares y esbeltas palmas de Elche (Alicante). 

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2/24/2023

Encomiable trabajo del "Catálogo de palmeras"

JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ DE LORENZO-CÁCERES
Las palmeras cultivadas en España
Catálogo ilustrado

Hemos recopilado en este catálogo 288 especies de palmeras cultivadas en España pertenecientes a 93 géneros. De casi todas ellas existen ejemplares bien desarrollados y establecidos, habiéndose ilustrado 219 mediante una fotografía de su aspecto general. Toda esta información habría servido de base, una vez desarrollada y trabajada, para la confección de la familia Arecaceae del tomo IX de la Flora Ornamental Española. Sabemos de la existencia de muchas más especies en cultivo, pero no tenemos información suficiente sobre la existencia de ejemplares consolidados, por lo que no han sido incluidas de momento en el catálogo. Agradecemos información sobre especies bien establecidas en España y que no hayan sido incluidas. 

Pueden ver el catálogo PDF en... http://www.arbolesornamentales.es/Las%20palmeras%20cultivadas%20en%20Espana.pdf

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6/24/2022

Palmeras del pasado al presente

ARABA INSTITUTE
La palmera de Judea

En los últimos años el cine, la literatura, e incluso la ciencia, le ha dado vueltas a la posibilidad de resucitar especies extintas, como los mamuts o los dinosaurios, mediante la integración de su ADN en embriones de especies similares.
     La resurrección de la Palmera Datilera de Judea no tiene nada ver con esta técnica, pero el resultado es el mismo: una especie que se había extinguido vuelve a la vida gracias a la ciencia... y a la asombrosa capacidad de supervivencia de sus semillas.
     La Palmera Datilera de Judea era muy popular en Asia, hace 2.000 años. Aparece citada en la Biblia y el Corán, y hay escritos en donde se explica su uso como alimento, medicina, construcción, y confección de muebles, ropa y calzado.
     Los historiadores han resuelto grandes misterios de tiempos remotos, como el de los jeroglíficos egipcios o el de los orígenes de la Humanidad. Pero hay otros muchos para los que no hay respuestas. Vamos a echar un vistazo a algunos de los más desconcertantes.
     Era un árbol esencial en la economía de Judea cuando los romanos conquistaron la región, por eso se dedicaron a destruirlo, para acelerar la rendición de sus enemigos. Las continuas guerras en siglos sucesivos y el abandono de las plantaciones hicieron que la Palmera Datilera de Judea se diera por casi extinguida en el siglo XIV, y ya no hay referencias suyas al menos desde el siglo XIX.
     Los biólogos la daban por desaparecida pero en 1963, excavando en una fortaleza que resistió la invasión romana durante años, en Masada, el arqueólogo Yigael Yadin encontró una jarra con semillas que fueron datadas con una antigüedad de más de 2.000 años.
     Las semillas permanecieron en un cajón durante décadas, olvidadas, hasta que en 2005 la botánica Elaine Solowey decidió plantar una, a ver lo que pasaba. Y para su sorpresa, germinó una palmera de una especie que no existe en la actualidad, y que los científicos han confirmado que es la Palmera Datilera de Judea. El análisis también confirmó que era una palmera macho, por eso la bautizaron con el nombre de Matusalén, en honor al personaje de la Biblia que vivió 969 años.
     Para recuperar la especie se necesiban palmeras hembras, así que la botánica Sarah Sallon contactó con arqueólogos para ver si habían encontrado más semillas en otras excavaciones. Aparecieron 30 más en Qumran.
     En 2011 plantaron varias de ellas, y germinaron varias palmeras datileras de Judea, machos y hembras, que también recibieron nombres bíblicos: Jonás, Adán, Judith, Uriel, Booz y Hannah.
     En 2017, cuando los árboles ya producían flores, polinizaron a la palmera Hannah con el polen de Matusalén, y en 2018 germinaron los primeros frutos. Sus semillas ya se han plantado y ya se han obtenido nuevas palmeras. En este vídeo puedes ver la recolección de dátiles de algunas de ellas.
     Ahora el futuro de las Palmeras Datileras de Judea parece asegurado. Todo gracias a unas semillas de hace 2.000 años, que consiguieron germinar dos milenios después de abandonar el árbol. Un auténtico milagro de la Naturaleza, con un poco de ayuda de la ciencia. ¿Ocurrirá algún día lo mismo con los mamuts o los dinosaurios?

Otro artículo
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8/11/2020

La palmera bicolor, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, Ing. Técn. Forestal
La palmera bicolor de Mirca, una caprichosa curiosidad...  
La Palmera Albina de Mirca, en La Palma | FOTO CARLO MORICI
     Si bien una mayor concentración humana ha sido siempre sinónimo de reducida pendiente a la vez que de consumo de bosque y territorio, por el contrario, una pendiente elevada se ha establecido como el mejor baluarte para la defensa y conservación de la naturaleza. En este sentido la isla de La Palma, destacable a nivel mundial por su sorprendente relación entre superficie y grado de inclinación, también sobresale hoy por albergar buena parte de los recursos naturales canarios.
       En los montes de Santa Cruz de La Palma, cerca de la ermita de Las Nieves, siempre me ha llamado la atención la estampa constituida por un pequeño bosquete que mezcla grandes pinos y palmeras. Es precisamente la cuasi verticalidad territorial la que provoca que, en esta isla, se sucedan con rapidez los pisos climáticos y sus ecosistemas asociados. La estrecha banda del bosque termófilo se ve a menudo desbordada por el poderoso pino canario que en ciertas localizaciones llega prácticamente hasta el mar. A tenor de estos motivos, si fuéramos a renombrar esta isla por su árbol más abundante sería más correcto denominarla como la “Isla del Pino”.

Rareza y excepcionalidad
      Aún así, entre los muchos ejemplares de la selvática Isla Bonita, la palmera bicolor de Mirca es, con creces, un individuo a resaltar tanto por su rareza como por su excepcionalidad. Esta palmácea se localiza (28º 42′ 22” N y 17º 46′ 06” W) a una altura de 325 m, en concreto en la parcela anexa a la casa de doña Cecilia Hernández, zona conocida como El Morro, muy cerca del principio de la carretera que discurre hacia las cumbres palmeras.
     La práctica totalidad de los vegetales son, como bien conocemos, de color verde. Algunas teorías postulan que son de este color porque es el verdadero color del sol. El color verde se debe a la presencia de la clorofila, pigmento vegetal por excelencia, pero también hay plantas color púrpura así como las formas llamadas variegadas, donde amarillos y verdes se entremezclan. En los vegetales color púrpura la clorofila queda enmascarada por otros pigmentos más oscuros, pero en los vegetales variegados las partes amarillas se encuentran vacías de clorofila. Las formas variegadas han sido siempre objeto de colección y propagación en viveros, pero en el medio natural tales plantas son muy escasas, raras y, en la mayoría de los casos, se encuentran abocadas a la extinción.
      La palmera bicolor –también llamada Albina– de Mirca no es la única palmera que presenta estas características en las islas Canarias, pero sí resulta ser la más matizada. En La Gomera (barranco de Benchijigua y campo de golf de Playa Santiago) y en Gran Canaria (palmeral de Sataute y palmeral de La Baranda) se conocen unos pocos ejemplares, así como en los Jardines de La Era, en El Paso (La Palma).
      En todo caso, la variegación en la palmera canaria se comporta de un modo aleatorio, es decir, las proporciones entre verdes y amarillos no son constantes, sino más bien caprichosas. En la palmera observada en Santa Brígida, las hojas jóvenes presentan manchas amarillas pero luego, de adultas, acaban tornándose en verde.
 

Foto: Carlo Morici biólogo, experto en palmeras
Sin clorofila no hay crecimiento
      Es importante señalar que la ausencia parcial de clorofila influye sobremanera en el crecimiento, ya que las partes amarillas no colaboran en la fotosíntesis. Por esta razón nuestra palmera de Mirca no presenta un tamaño proporcional a su edad. A pesar de tener una edad aproximada de 55 años, su altura sólo es de cinco metros. En sus primeros años nos recuerdan sus propietarios que el guarda forestal amenazaba con denunciarlos por “tratar de matar la palmera con herbicida”.
      A medida que se fue desarrollando pudo constatarse que era una palmera muy distinta a las que estamos acostumbrados. Pronto su atípico aspecto se hizo popular: sus hojas se usaron para engalanar a los santos locales y sus dueños las utilizaban para adornar el ventorrillo que atendían durante las fiestas. Doña Cecilia nos relata que la gente les comentaba con aire socarrón: “Menuda paciencia para pintar así el palmito”.
En el año 1972, el yerno de doña Cecilia, que se hallaba cumpliendo el servicio militar, recibió una oferta por parte de sus superiores: seis meses de permiso y una cantidad dineraria –ya no recordada– si se trasladaba la palmera a los jardines del cuartel. En el año 1976 un vecino de la zona también ofreció la cantidad de 500.000 pesetas (3.000 euros) a cambio de tan bello ejemplar, acción que solo logró unir más a los dueños con su palmera.
 
Por una mutación genética
      La palmera bicolor de Mirca resulta ser del sexo femenino, por lo que todos los años florece y también fructifica. Esta circunstancia ha sido siempre un recurso extra para tratar de reproducirla. Lo cierto es que, hasta la fecha, las semillas que han logrado germinar han salido siempre de color amarillo por lo que, finalmente, no han prosperado.
      Según el profesor Pedro Sosa, experto genetista vegetal, todas las evidencias parecen indicar que este comportamiento responde a una mutación genética, circunstancia que en todo caso merecería un estudio demostrativo. La palmera de Mirca ha conseguido sobrevivir gracias a sus partes verdes, variando a lo largo de su historia: unas veces más verdes y otras veces más amarillas. Actualmente las proporciones resultan de un 75/25 a favor del amarillo y, según nos cuentan, parece acusarse la tendencia hacia el amarillo en los últimos años.
      La longevidad de la Phoenix canariensis puede establecerse entre los 200 y los 300 años, quizás más. Se nos antoja, por qué no, que el capricho azaroso de una genética tan particular pueda ser capaz de conservar la palmera de Mirca durante muchos años más. Ante la imposibilidad reproductiva y mientras la naturaleza lo permita, disfrutemos de tan infatigable y hermosa luchadora, de esta creación botánica digna de la mejor de las colecciones.
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6/20/2020

La palmera que camina

RENÉ VILLANUEVA MALDONADO
La palmera que camina

     Su nombre cientídico es Socratea exorrhiza, y es una palma que literalmente no se queda en un solo lugar. Puede llegar a desplazarse hasta un metro por año, en busca de nuevas zonas donde haya mejor acceso a la luz o nutrientes. Aún se desconocen muchos aspectos de la biología y ecología de esta especie, lo que representa un enigma botánico que fascina a todos aquellos que la conocen. Existen múltiples teorías respecto a la función de este particular sistema radicular.
     La forma en la que camina esta palmera, se debe a que ella usa raíces zancudas y su tronco o estípite nunca entra en contacto con el suelo. Es entonces que si la palma recibe algún estímulo ambiental que altere o llegue a producir algún estrés, esta producirá nuevas raíces, del lado al que se moverá, mientras que las del lado opuesto, se secarán. De este modo, la palma logra recorrer distancias considerables, y más si se toma en cuenta que alcanza una altura de hasta 25 metros.     
     La palmera es polinizada por escarabajos, y varios organismos se alimentan de sus semillas. Esta especie tiene una fuerte asociación con plantas epífitas.
     Se distribuye en Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador, aunque tiene una amplia distribución geográfica como planta invasora, llegando a encontrarse en países como México.

Referencias:
http://naturacuriosa.blogspot.mx/…/la-palmera-que-camina-so…
http://www.livescience.com/33663-walking-tree-socratea-exor…
https://es.wikipedia.org/wiki/Socratea_exorrhiza


En la Wihipedia leemos...
 
     (...) Se han propuesto otras ventajas de las raíces aéreas en comparación con las demás. Swaine propuso en 1983 que permitiría a la palmera colonizar áreas con una gran acumulación de materia orgánica (por ejemplo, troncos muertos) al poder emerger de ellos usando sus raíces. Hartshorn sugirió en 1983 que las raíces aéreas permitirían a la palmera crecer hacia arriba para alcanzar la luz sin tener que aumentar el diámetro del tronco pues proveen soporte mecánico. 
     Las raíces hacen a la palmera más estable y por lo tanto le permite crecer más alto y rápido que si no las poseyera. También le permite usar menos biomasa en raíces subterráneas en comparación con otras palmeras sin raíces fúlcreas, dejando por lo tanto más energía en crecer por encima del suelo. También le conferiría una ventaja al crecer en una pendiente, aunque no se han encontrado pruebas en este caso (por ejemplo ver Avalos et al. 2005). Esta especie no se mueve hacia abajo en una pendiente, no es capaz de cruzar ríos, o trasladarse a través de grandes distancias durante su vida, a no ser que sufra un daño mecánico que haga caer el tronco y que favorezca la generación de otro cono de raíces adventicias en otra parte del tallo, las cuales vuelven a levantar al tronco. Esta respuesta es una simple estrategia de crecimiento que muestra la gran plasticidad de S. exorrhiza (Avalos 2004) pero no implica que la palma "camine" o se desplace decenas de metros, lo cual es, ante todo, un mito. 

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3/17/2020

La palmera de Judea

Científicos logran germinar palmeras extinguidas con semillas de hace 2.000 años

     Científicos israelitas han logrado cultivar seis palmeras a partir de semillas de palmera datilera de 2.000 años de antigüedad, lo que las convierte en las semillas más antiguas que han logrado germinar en la historia del planeta.

     Según cuentan los investigadores, del Centro de Investigación de Medicina Natural Louis L Borick en Jerusalén (Israel), un centenar de semillas de palmera datilera (Phoenix dactylifera) fueron encontradas en el desierto de Judea, cerca de Jerusalén, y fueron sometidas a la prueba del radiocarbono lo sque reveló que tenían alrededor de 2.000 años de edad.
     Posteriores análisis genéticos, documentados en la revista científica 'Science Advances', revelaron que varias de estas semillas provenían de palmeras datileras, que fueron polinizadas por palmeras masculinas de diferentes áreas. Esto indica que los antiguos habitantes de la zona cultivaban los árboles utilizando sofisticadas técnicas para polinizar las plantas.

6 de 33 semillas sembradas

     Los investigadores, tras el hallazgo de las semillas, las prepararon empapándolas en agua y añadiéndoles hormonas que ayudaran a la germinación y el enraizamiento. Finalmente, plantaron un total de 33, que fueron las que observaron que podían tener más posibilidades de germinar, en el suelo de un área en cuarentena. Una de las 33 fue usada como semilla de control y no recibió el tratamiento fertilizante.
     Según nos cuenta Science Alert, del total de semillas plantadas, seis han logrado germinar y los científicos ya las han bautizado: Jonah, Uriel, Boaz, Judith, Hannah y Adam. A partir de ahora, podrán hacer pruebas y análisis que no podían realizar solo con las semillas. El objetivo es desentrañar cuál es el secreto de la longevidad de la semilla de la palmera datilera y poder aplicar este descubrimiento en otras plantas y, sobre todo, en la agricultura.
     Los cultivos de palma datilera de Judea, según los expertos, comenzaron a extinguirse después de las guerras de la región con Roma en los siglos I y II dC. Los investigadores creen que las condiciones calientes y secas del desierto de Judea probablemente ayudaron a preservar las semillas sobrantes durante tanto tiempo.
     Anteriormente, la semilla germinada más antigua del mundo era una semilla de loto chino de 1.300 años recuperada de un lecho de un lago seco en China. En 2012, investigadores en Rusia cultivaron una flor de tejido frutal de 30.000 años de edad, recuperado de sedimentos congelados en Siberia.

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3/10/2020




Read in English

      El árbol nacional de Colombia está en riesgo. Con el acuerdo de paz firmado entre el gobierno y las Farc, los científicos han redescubierto (y salvan) zonas de palma antes prohibidas.
      En 1991, Rodrigo Bernal, un botánico especializado en palmas, iba conduciendo por la cuenca del río Tochecito —un cañón apartado en la montaña de la zona central de Colombia— cuando tuvo un mal presentimiento.

     Junto a Bernal iban dos expertos en palmas: su esposa, la botánica Gloria Galeano, quien trabajaba con él en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, y Andrew Henderson, quien estaba de visita y trabaja en el Jardín Botánico de Nueva York. Estaban en busca de la palma de cera del Quindío, la palma más alta del mundo.
Desde hace mucho tiempo, las palmas de cera han fascinado a los exploradores y a los botánicos por su altura impresionante, algunas llegan a medir hasta setenta metros. Hasta que se descubrieron las secoyas gigantes de California, en Estados Unidos, se creía que las palmas de cera eran los árboles más grandes del planeta. Una capa gruesa de cera recubre su tronco, algo que no se observa en otras palmas, y habitan donde no deberían vivir las palmas: en las laderas frías de los Andes a una elevación de más de 3000 metros de altura. Esto ha hecho que sea muy difícil su recolección y estudio. “Eran unas palmas emblemáticas enormes de las que no se sabía mucho”, dijo Henderson hace poco.
      La palma del Quindío —la especie que predomina en Colombia— fue designada como el árbol nacional del país en 1985, pero ese reconocimiento no implicó que se le brindara una gran protección. En un artículo tras otro, Bernal y Galeano advirtieron que las palmas de cera estaban en peligro. Muchas quedaron abandonadas en pastizales y campos de hortalizas, vestigios de un pasado boscoso. Ese tipo de palmas no pueden reproducirse fuera de algún bosque, ya que sus plántulas mueren si les da de lleno el sol o son devoradas por vacas y cerdos.

      En el lugar más grande de palmas conocido en Colombia, solo quedan unas cuantas miles de ellas. Pero los científicos habían escuchado que existían muchas más escondidas en la cuenca del río Tochecito, por lo que, si ese rumor era cierto, este era el bosque más grande de palmas de cera del mundo. El problema es que nadie podía llegar a ese lugar con seguridad.
     Al entrar al cañón, Bernal supo que estaba controlado por guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Como científico de campo acostumbrado a trabajar en los rincones más anárquicos del país, ya se había encontrado con grupos armados en el pasado y había logrado salir ileso. Pero ahora, con Henderson en el auto —un extranjero que puede ser un blanco fácil para el secuestro—, estar aislados se volvió aterrador. “Me fui en reversa tan rápido, que el auto se dañó”, recordó.
      Pero se habían internado lo suficiente como para ver y fotografiar lugares exuberantes de palmas que caían de las cimas de las montañas como en cascada y sus troncos pálidos cubiertos de cera se alargaban como fósforos desde el sotobosque oscuro. Era el mismo paisaje que había contemplado en 1801 Alexander von Humboldt, el explorador alemán. Humboldt describió el espectáculo como uno de los más conmovedores de todos sus viajes: “El bosque sobre el bosque, donde las palmas altas y esbeltas penetran el velo frondoso que las rodea”.
     Bernal decidió que, si no podían estudiar las palmas de Tochecito, tendría que olvidarse de ellas, “borrarlas de mi mente”. El conflicto de Colombia tenía la peculiaridad de convertir ciertos lugares en zonas tan prohibidas que debían ser olvidadas, quedaban como espacios en blanco en los mapas y en la mente de las personas.
      Para sorpresa de los científicos, pudieron regresar a Tochecito en 2012, después de que el ejército colombiano expulsó a las Farc. Ya sin las guerrillas, descubrieron que los últimos lugares de palmas de cera se enfrentaban a nuevas amenazas. Ahora, Bernal y sus colegas están intentando salvar las palmas y estudiarlas al mismo tiempo.


“Un lugar al que no se podía ir” 
 
     Para cuando Tochecito se volvió un lugar seguro para las visitas, los científicos tenían una nueva colaboradora: María José Sanín, ahora botánica de la Universidad CES en Medellín. Para Sanín, de una generación más joven que la de sus maestros, Tochecito no había sido más que una fotografía seductora que tomaron de prisa en su viaje frustrado de 1991. “Siempre me lo describieron como un lugar al que no se podía ir”, dijo.
     Casi todo lo que se sabe sobre las palmas de cera es gracias a Bernal, Galeano y Sanín, quienes colaboraban entre sí o con investigadores externos. Galeano murió de cáncer en 2016; desde entonces, el equipo de investigación, que solía ser de tres personas, ha sido, en buena medida, un dúo.
      Pese a todo lo que Bernal y Sanín han contribuido a la ciencia de la palma de cera, conservarla sigue siendo una meta inasible.

      El único santuario de palma de cera establecido en Colombia está cerca de Jardín, un pueblo en la zona cafetera. Está administrado por un grupo de conservadores de aves cuya meta es proteger al loro orejiamarillo en peligro de extinción, una especie que anida en los troncos de la palma de cera. El problema es que las palmas deben estar muertas.

     “Esa población de palmas es vieja y muere de manera masiva”, señaló Sanín. “Así que eso es bueno para los loros y los observadores de aves, pero terrible para los botánicos”.
      En 2012, los científicos emprendieron una iniciativa para proteger cerca de dos mil palmas de cera cerca de Salento, un pueblo muy visitado por los turistas, pero ahí también hay mucho ganado pastando y existe la amenaza constante de la minería. Lograron que, por poco tiempo, se convirtiera en una causa célebre. Pero su detallado plan de conservación no despertó mucho interés entre las autoridades locales y los terratenientes.
      Pronto volcaron sus esfuerzos al recientemente accesible Tochecito, donde había aproximadamente medio millón de palmas que crecían en tierras privadas y menos propietarios que convencer. El valle se había salvado de la expansión del pastoreo y la minería que muy probablemente habría ocurrido si las Farc no lo hubieran aislado durante tanto tiempo.
      En 2016, unos 13.000 miembros de las Farc se desmovilizaron después de firmar un acuerdo de paz con el gobierno colombiano. Pese a que otros grupos armados, incluyendo algunos formados por disidentes de las Farc, siguen siendo una amenaza, el acuerdo abrió el acceso a extensiones enteras del país para la agricultura, la minería y la conservación, y cada bando compite por tener prioridad.
      Ese año, Bernal y Sanín propusieron un santuario de palmas auspiciado por el gobierno que protegiera las 8300 hectáreas de la cuenca del río. Pero tras dieciocho meses de “reuniones en Bogotá, con los propietarios y con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible”, comentó Bernal, casi todos los terratenientes de Tochecito se retiraron de la mesa de negociaciones, pues sentían que sus actividades se verían demasiado limitadas.
      Las vacas no son la única amenaza para las palmas; una empresa sudafricana quiere hacer una mina de oro colosal a cielo abierto al otro lado del valle. Un referendo local frenó el proyecto en 2017, pero muchas personas dudan que pueda resistir las impugnaciones legales, en especial por los grandes recursos económicos de la empresa y el apoyo del gobierno nacional de Colombia. 


Bienvenidos los turistas
      En años recientes, grandes cantidades de comunidades rurales de Colombia han rechazado la minería a gran escala y han optado por la agricultura y, cada vez más, por el turismo.
      Bernal comentó que en los primeros años de su regreso a Tochecito no vio visitantes. La carretera que pasa por ahí no aparecía en los mapas digitales, pues estaba prohibido el paso debido a las guerrillas; había quedado en el olvido.
      Ahora hay camionetas todoterreno llenas de jóvenes aventureros, la mayoría europeos, que transitan por este camino todos los días. Proveedores de la industria del ciclismo llevan a los clientes con sus bicicletas a una granja ubicada en la cima de la colina para que puedan disfrutar de los espectaculares paisajes del bosque mientras descienden.


      En una mañana nublada de agosto, Michael Pahle y Teresa Lüdde, de Berlín, tomaron un descanso sobre el césped de un risco y admiraron una ladera con palmas como parte de su excursión en bicicleta. Posteriormente, Pahle dijo que pensaba que, en comparación con estas, las palmas más famosas de Salento parecían “algo más dispersas y tristes”.
      Algunos terratenientes han convertido sus propiedades en reservas de palma de cera. Uno cobra una pequeña cuota de admisión de 1,50 dólares para que los visitantes admiren el paisaje y tomen refrigerios. Otro está deshaciéndose gradualmente de su ganado y recibiendo a turistas e investigadores.
      Aun así, el fantasma de la minería nunca está lejos. Mientras los científicos salían del valle, Sanín observó agujeros hechos por una retroexcavadora en la alta orilla de tierra que flanquea el camino: evidencia de una exploración reciente.

      Bernal mencionó que cree que la esperanza más viable para Tochecito es comprar tierras para establecer una cadena contigua de santuarios privados. Solo dos grandes tramos albergan una cuarta parte de las palmas, afirmó. Si hubiera cuatro, se podría salvar la mayor parte del bosque.
      Detuvo su auto brevemente en la base del valle, donde solía estar el campamento de las Farc. Prácticamente no quedaba nada, solo vestigios de un jardín que las guerrillas solían cuidar en un claro que usaban como salón de baile
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 Photographs and Video by

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2/05/2020

PASEO POR EL PALMERAL DE ELCHE,
Patrimonio de la Humanidad
Ruta de las palmeras singulares

      El Ayuntamiento de esta ciudad ha editado un plano donde se señalan las palmeras más singulares de la ciudad. Hemos utilizado esta información para nuestro paseo haciendo fotos. 
     En el término municipal de Elche hay 141 palmeras singulares, pero en esta ruta señala las 18 más destacadas de este Patrimonio de la Humanidad. Las palmeras "Golondrina", "Francisca" y "El Centinela" han muerto. 
     Si queréis completar esta ruta id al jardín que hay detrás del Rectorado de la UMH, donde está el "zacate" una Beucarnea recurvata originario de México.



Palmeras que se encuentran en el Parque Municipal

(1) El Tridente: Palmera única en su morfología. Se divide a tres metros del suelo en un mismo plano.  Es una composición vegetal de extraordinaria rareza.
N 38º 16' 7"  W 0º 41' 49"


(2) La Centinela (ha muerto): Dicen que tenía más de 200 años. Ostentaba el record de altura, 25 metros, desde el suelo a la "balona", sin contar las palmas. Recibió el nombre en honor a Pepe Tejera, cantante ilicitano que llamó a las palmeras, en una de sus canciones, "centinelas de mi pueblo".
N 38º 16' 10"  W 0º 41' 54"



(3) La Palmera del Colom (palomo en valenciano): Singular en su forma, a dos metros del suelo comienza a inclinarse  llegando a estar horizontal, para elevarse de nuevo en vertical. Las palomas se posan en su parte horizontal, de ahí su nombre. Esta palmera en muy elegante y es difícil hacerle una buena foto.
N 38º16' 10"  W 0º 41' 51"


(4) El Candelabro: Palmera que a unos cutro metros se divide en cinco brazos, pero en un mismo plano. Toma el nombre de que su forma nos recuerda a un candelabro judío o "memorá". Sólo una de cada 30.000 palmeras presenta este tipo de rareza.
N 38º 16' 11"  W 0º 41' 52"

(5) La Palmera de Don Diego: El propietario de la palmera, Don Diego Ferrándiz Ripoll, alcalde la ciiudad, cedió esta palmera a la ciudad en 1945, un año antes de que se abriera el jardín al público. A dos metros de altura brotan cuatro brazos en círculo (otro más se secó).
N 38º 16' 11"  W 0º 41' 54"

 
(6) La Francisca. Tenía 17 m de altura cuando se tuvo que cortar por estar afectada por el picudo


(7) La Palmera de la Font: La familia Rico Román cedió esta palmera en 2013, emplazándola en el Parque Municipal en su ampliación hacia el este. El conjunto tiene ocho brazos, cuatro metros de diámetro y siete de altura, sujetado por una estructura de hierro.
N 38º 16' 15"  W 0º 41' 49"



(8) El Tirachinas: Esta palmera se bifurca a un metro de altura, estructura muy rara en el palmeral.
N 38º 16' 16"  W 0º 41' 48"



Palmeras que se encuentran fuera del Parque Municipal
(9) La "Bonica": Esta palmera es un modelo en su especie, considerándose la más hermosa del palmeral. Frondosa como pocas y con palmas casi sin curvatura.
N 38º 16' 1"  W 0º 41' 46"


(10) La Pipa de San Plácido: Sujetada por un tocón para que su inclinación no la llevara al colapso, presenta una horizontalidad muy pronunciada para, en el final, conseguir la verticalidad.
N 38º 15' 48"  W 0º 41' 36"



(11) La Cobra: Está, en tres cuartas partes, apoyada en el suelo, después recupera la verticalidad.
N 38º 15' 45"  W 0º 41' 32"

 

(12) La Palmera Imperial: Es la reina absoluta del Huerto del Cura y del Palmeral de Elche. Debe su nombre a la emperatriz Elisabeth de Austria que la visitó en 1894. Tiene un vástago central y siete laterales formando un círculo.
N 38º 15' 52"  W 0º 41' 29"


(13) El Tornillo: Es un capricho el crecimiento en espiral de esta palmera. No se conoce el motivo. Parece muy deteriorada.
N 38º 15' 48"  W 0º 41' 21"


(15) La Pipa de Sempere: Recibe el nombre del huerto en el que se encuentra. Crece oblicuamente apoyada en un puntal. En su parte extrema toma la verticalidad al suelo. La pongo antes porque en el recorrido la encontramos antes que la 14.
N 38º 15' 34"  W 0º 41' 25"


(14) El Araceli: Tiene una forflogía similar a la Palmera Imperial. Debe su nombre al parecido con el aparato del Misterio de Elche, el Araceli, que eleva a la Vírgen al cielo. Sin embargo su forma no es apreciable hasta que no te sitúas justamente debajo del ejemplar.
N 38º 15' 41"  W 0º 41' 27"
 

 

(16) La Pipa Real: Está casi tumbada, unos nueve metros, elevándose en su tramo final. Creció verticalmente pero un día se cayó pero siguió creciendo. Está apoyada en dos puntales.
N 38º 15' 38"  W 0º 41' 33"



(17) La Tombá del Mur: Esta palmera creció inclinada cerca de la tapia del huerto. Se apoya en el muro y continúa creciendo inclinada pero sobre la calle.
N 38º 15' 29"  W 0º 41' 35"



(18) La Palmera del Forat: Presenta un agujero, motivo por el que se visita haciéndose la típica fotico.
N 38º 15' 42"  W 0º 41' 41"


(19) La Palmera Taleb Rifai: Esta palmera recuerda a la Imperial. A medio metro del suelo se divide en siete brazos armónicamente repartidos. Está dedicada a Taleb Rifai, que fue secretario general de la Organización Mundial de Turismo, organismo del que Elche forma parte.
N 38º 15' 46"  W 0º 41' 44"

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María Gil, en Facebook, ha publicado esta foto... me gusta. Me dice que está en la pedanía de Matola, justo detrás del Dialprix, se "asoma" a un camino de tierra.
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9/16/2019


Cae "La Centinela", la palmera más alta de Elche, 15.09.2019 

El ejemplar de 25 metros se ubicaba detrás del Hort del Xocolater y el desplome ha podído venir motivado por la acumulación de agua tras la gota fría.
      Elche ha amanecido esta mañana con una triste noticia, ya que la palmera más alta de la ciudad, la conocida como "La Centinela" se ha desplomado. Este ejemplar de 25 metros de altura se ubicaba en el Parque Municipal detrás de la casa del Hort del Xocolater en el estanque pequeño de patos. Todavía se desconocen alos motivos de la caída, aunque desde el Consistorio señalan que podría deberse a una acumulación de agua en la zona tras la gota fría. Esta palmera tiene más de 200 años y una gran acumulación de agua en el parque ha podido motivar que el tronco haya absorbido mucha agua y al coger peso en la parte superior haya hecho quebrar el tronco, según fuentes municipales.
     Por el momento se descarta que estuviese afectada por picudo, según una primera inspección. Desde el Ayuntamiento señalan que este ejemplar estaba catalogado como palmera singular dentro del Palmeral Patrimonio de la Humanidad, por lo que contaba con una atención especial en su cuidado y revisiones.
      Esta palmera datilera está resquebrajada y tenía una peana que indicaba que era el ejemplar más alto del patrimonio local, después de que cogiera el testigo en 2015 cuando cayó "La Golondrina", de 28 metros y más de 200 años de edad.
      "La Centinela", por su parte, tenía también más de dos siglos de vida y su nombre se le debe al cantautor ilicitano Pepe Tejera, que en una de sus canciones se dirigía al palmeral ilicitano como "centinelas de mi pueblo".

Fuente de la última foto: TeleElx
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3/12/2019

JOSÉ GRASSIA
Ramificación de las palmeras

Phoenix dactylifera. Huerto del Cura. 
     Las palmeras pueden ser unicaules o multicaules según tengan uno o varios estípites. En el primer caso presentan un tronco solitario, más o menos grueso, que puede ser liso, anillado, con restos foliares, fibras o espinas y que crece hasta una altura característica para la especie.
     En cambio, en el caso de las multicaules, desde un mismo sistema radicular prosperan distintas yemas de crecimiento dando origen a un estípite cada una.
     La característica que comparten las unicaules y multicaules es que cada estípite tiene en el ápice una única yema de crecimiento que da origen a las hojas que forman la corona o copa.
     Por regla general, si dicha yema apical se daña, la palma muere al no poder seguir emitiendo las hojas que son las encargadas de realizar la fotosíntesis, el intercambio gaseoso, etc etc .
     No obstante lo antedicho, se presentan casos donde, ante el daño de la yema apical, la palma reacciona, en un desesperado intento de sobrevivir, activando otra célula que procura reemplazar a la dañada para que la palma continúe viviendo.
     En determinados casos de accidentes apicales, se activa una nueva yema de crecimiento, aun cuando la dañada siga viva. En este caso nos encontramos con una palma con dos puntos de crecimiento desde donde se desarrollaran dos coronas de hojas completas que florecerán y fructificaran a su debido tiempo.
     Si bien no esta totalmente claro el motivo, es evidente que algunas especies tienen mayor tendencia a ramificar que otras. Así también algunos individuos son particularmente propensos a activar nuevas yemas de crecimiento ya que podemos hallar palmeras con varias ramificaciones.
     Es posible que esta sea una estrategia de supervivencia de algunas especies sometidas a fenómenos meteorológicos propios de su hábitat como lo son los vientos intensos, rayos, incendios forestales durante la estación seca y/o animales depredadores que coman su cogollo. Por ejemplo, el oso negro (Ursus americanus) se alimenta de los "corazones" (los brotes terminales, palmitos) de Sabal y Serenoa, dañando o matando a las palmas (Roof 1997).
     Afortunadamente muchas especies de palmeras tienen una gran resistencia al fuego y tremenda capacidad de recuperación posterior a los incendios. Especies como Chamaerops humilis, Copernicia alba, Whasingtonia spp. y Butia spp. son capaces de soportar los incendios forestales y sobrevivir renovando su corona de hojas en las estaciones posteriores. A pesar de ello, muchos ejemplares no lo soportan y mueren.
     Es así como es frecuente ver palmas ramificadas de los géneros Sabal y Colpothrinax de las áreas de huracanes del Caribe o de Copernicia y Butia de las extensas llanuras de pastizales en Sudamérica expuestas a los incendios estivales.
     También se da el caso de especies que suelen ramificar, ya sea desde la base como en la parte aérea del tronco, en forma espontánea, sin daño mediante.Tal es el caso de Phoenix dactylifera y Dypsis lutescens, entre otras.
     Aquí es necesario dejar en claro que no debemos confundir las palmas ramificadas espontáneamente o por accidente apical, con aquellas que su crecimiento es naturalmente ramificado en forma dicotómica, es decir, que no solo se bifurcan sino que lo hacen una y otra vez, lo cual es algo totalmente inusual, no solo en la familia de las palmáceas sino entre todas las plantas superiores. Tal es el caso del género Hyphaene que crece en pleno desierto.

Hyphaene tebaica. Especie ramificada naturalmente

Causas de daños en las palmeras
Trithrinax campestris alcanzada por un rayo
Chamaerops humilis dañadas por incendio forestal
Las mismas palmas rebrotadas
Butia yatay después de incendio
La misma vegetacion al año siguiente
Butia yatay que no sobrevivio al incendio
Mauritia flexuosa durante incendio en Brasil
Unos pocos días después
Washingtonia robusta San Diego California
La misma palmera un tiempo después

Palmeras ramificadas

Butia yatay, Corrientes Argentina
Copernicia alba, Chaco Argentina
Colpothrinax wrigthii, Cuba
Euterpe edulis, Brasil
Butia capitata, Rocha Uruguay

Jubaea chilensis, Chile
Livistona chinensis, Tenerife, I. Canarias
Phoenix dactylifera, ramificación aérea. Valencia, España
Phoenix dactylifera ramificación basal. Valencia. España
Phoenix roebelleni. México
Syagrus romanzoffiana. Chaco. Argentina
Roystonea regia, Cuba
Sabal dominguesii
Archontophoenix alexandrae, Ciudad de Resistencia. Chaco.
Washingtonia robusta
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