"Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos, después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser, si no por una vida al menos por un rato..." Mario Benedetti.
A los amantes de los árboles,... localización, poesía, cuentos/leyendas, etc.
ANDREA SAVINI (Italia, 1964) en EL PAÍS, dic-2024
Cuando los árboles tienen geometrías bellas, inquietantes o mostruosas...
Andrea Savini se ha pasado la vida persiguiendo la esencia de los
árboles retratándolos desde arriba al natural, sin retoques. Lo ha
logrado a través de los bonsáis. El resultado: imágenes entre el
realismo y el surrealismo
Tejo
japonés ('Taxus cuspidata'). Un ejemplar centenario, procedente del
vivero del maestro del bonsái Masahiko Kimura, en Japón. Andrea Savini
Rara vez podemos observar un árbol desde arriba. El fotógrafo Andrea Savini (Milán, 61 años) capturó esa perspectiva cenital por primera vez siendo adolescente, desde el octavo piso en el que vivía con sus padres en Madrid. “Cada vez que miraba esa imagen, pensaba en la belleza de ese árbol visto desde arriba, e imaginaba que, si pudiera fotografiarlo sin la acera y el asfalto, se vería aún más hermoso”. A partir de aquí se inicia uno de esos procesos latentes que te acompañan toda la vida, sin urgencia. Hasta que dio con la forma de retratar esa belleza como él pretendía: exuberante, nítida, con texturas que parecen tener volumen y salirse de la foto. Y, sobre todo, en su esencia, sin retoque, como licencia a su trabajo diario. Con árboles a tamaño natural, los detalles se perdían. Por eso, decidió probar con la densidad y escala de un bonsái: arces, olmos, pinos, tejos, acebos, ginkgos, granados, membrilleros, caquis o manzanos cedidos por el Museo del Bonsái Luis Vallejo y el centro Verdecora de Alcobendas (Madrid). Fueron ocho años capturando ejemplares en diferentes momentos, pues en pleno esplendor no se aprecia el patrón fractal de las ramas, los distintos colores de las hojas, los frutos o el romper de las yemas. Siempre intentando ocultar el tronco: ese minucioso ángulo que dispara el carácter monstruoso, imposible o surrealista en ciertas imágenes, más allá de las intricadas formas o texturas.
Arce japonés (Acer palmatum). Destaca por la delicadeza de sus hojas palmeadas cuando se despliegan en primavera. A.Savini
Membrillero
japonés (Chaenomeles japonica). Al acabar el invierno, cobra vida con
un delicado estallido de flores. A. Savini
Árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica). Figuras geométricas a
diferente escala se repiten en la naturaleza: un árbol, unos ríos
confluyendo, o un minúsculo insecto.
Manzano
(Malus pumila). A medida que este árbol envejece, la corteza se
vuelve más texturizada, con fisuras profundas y un tronco retorcido,
creando un aspecto a veces monstruoso.A.Savini
Caqui
(Diospyros kaki). Cuando cayeron sus hojas, este caqui del vivero del
maestro del bonsái Shinji Suzuki dejó relucir la pequeña cosecha de sus
frutos. A. Savini
Almez
(Celtis sinensis). Con su techo arbóreo a medio crecer, todavía se
intuye la delicada estructura del almez. A. Savini
Pino blanco japonés (Pinus parviflora). A pesar de ser perenne, su verde dosel permite intuir su estructura. A.S.
Arce de Montpellier (Acer monspessulanum). Destaca por el verde
brillante de sus hojas y su geometría fractal; este ejemplo fue
recuperado en España en 1991.
Acebo japonés (Ilex serrata). Su tronco retorcido y encorvado evoca, según el fotógrafo, una criatura enfadada.
Stewartia (Stewartia monadelpha). De origen japonés, es admirado
por su corteza anaranjada y la belleza de sus flores en primavera.
Evónimo (Euonymus sieboldianum). “Si observamos un árbol
cuidadosamente es posible que en él veamos algo misterioso, inquietante…
quizás por la sospecha de que sus ramas, tronco y cicatrices nos hablan
en silencio, aunque no estemos seguros sobre qué” (doctor Miguel
Alexiades).
Caqui (Diospyros kaki). El caqui ahora se presenta exuberante,
en un año abundante de frutos. Proviene del maestro del bonsái japonés
Shinji Suzuki.
Olmo chino (Ulmus parvifolia). La fotografía cenital permite
explorar la intricada estructura de este olmo, imposible de apreciar
desde nuestra perspectiva habitual.
Olmo japonés (Zelkova serrata). Regalo del premio Nobel Gabriel García Márquez a su amigo el expresidente Felipe González.
Ginkgo (Ginkgo biloba). Fotografiado al inicio de la primavera,
se captan las yemas apicales, mientras que en otoño es muy apreciado por
la coloración dorada de sus hojas.
Higuera (Ficus carica). Retratado en el profundo invierno, se presenta como una forma supernatural, desafiante…
Arce de Montpellier (Acer monspessulanum). Destaca por el verde
brillante de sus hojas y su geometría fractal; este ejemplo fue
recuperado en España en 1991.