miércoles, 29 de agosto de 2018

NACHO ALEMANY ESTEVE
El Taray de Roquetas, Almería, símbolo y testigo que une en el dolor de su rama a un pueblo entero




     El pasado jueves 23, por la noche, alguien puso por las RRSS que vió que se habían “cargado” el Taray de Los Bajos en Roquetas de Mar. Un árbol centenario que acumula miles de historias y ha sido testigo de todo lo que ha sucedido en Roquetas desde hace muchos años.

     Nada más leer esa publicación corrí a ver que le había sucedido y, si, se lo habían cargado. Le hicieron daño, rompiendo una de sus ramas más grandes y dejándolo apoyado en el suelo, como si estuviera lamentándose o suplicando ayuda.
     Para mí, como para la grandísima mayoría de vecinos y vecinas de este municipio es un ejemplar especial. Por su porte y belleza, por su cercanía al mar y la tranquilidad que ofrece. Pero especialmente por los momentos, cada cual el suyo y por sus motivos, hemos vivido y sentido bajo su sombra y cobijo.
     Cuando llegué allí la rabia y la impotencia se apoderó de mí. Grabé video, eché fotos y llamé a la policía pero ya no había nada que hacer, el daño ya estaba hecho.
     La triste noticia de lo sufrido por nuestro amado Taray hizo que las redes no pararan de mostrar el dolor que todo el mundo ha sentido al enterarse del tremendo daño que le han hecho. El Taray es ya toda una referencia y seña de identidad de todos los que aquí vivimos. Tal fue la respuesta de la gente y tanta la unión en el dolor y la impotencia que el ayuntamiento no pudo más que intervenir, como siempre, con prisas y sin planear nada en condiciones. Había que arreglar ese “problema” como fuere y el resultado no ha podido ser más lamentable.
     No pongo en duda la profesionalidad de los jardineros pero, según contaron a las personas que ya paseaban por allí la mañana siguiente en torno a las nueve, se les había mandado a podar este precioso ejemplar. No, no necesitaba una poda, necesitaba que cortaran la rama dañada para que no llegue a enfermar. El resultado ha sido un mal corte en la rama afectada y recortes varios en el resto para que aparente estar “bonito”. Pues han hecho una chapuza y más daño aún.
     Más grande puede ser la sorpresa cuando, al terminar la poda, vemos que el ayuntamiento hace pública una foto lamentando lo ocurrido, aún sabiendo que desde hace más de una década se está solicitando al equipo de gobierno su protección y una campaña de concienciación y puesta en valor pero siempre han hecho caso omiso y lo han dejado a su suerte.
     El Taray, nuestro amado Taray, nos ha escuchado en nuestros peores momentos, nos ha cobijado en los más maravillosos. Ha sido testigo de miles de historias y lo seguirá siendo. Como está catalogado por la Junta de Andalucía, que tampoco hace nada para su protección, es un árbol singular. ¿Qué digo singular? ES UN ÁRBOL ESPECIAL, que ha hecho de su dolor con este acto vandálico, el dolor de todo un pueblo.

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domingo, 26 de agosto de 2018

INÉS LATORRE GARCÍA y EMILIO BLANCO CASTRO
Árboles monumentales. La fama mata
De
Revista Ecologista nº 96. 

Hemos elegido los árboles monumentales y su problemática, el turismo verde. Queremos exponer una serie de ideas que nos hagan meditar. Es complejo y no tenemos una respuesta definitiva, pero sabemos lo que no hay que hacer.
Emilio Blanco Castro, Etnobotánico y profesor de Biología. 
Inés Latorre García, Ingeniera técnica forestal.


      En la península ibérica existen alrededor de 80 especies de árboles autóctonos, de 30 géneros y 20 familias distintas. En Canarias son 32 las especies autóctonas, 26 de las cuales no son comunes en la península. Los árboles que por circunstancias han llegado a una talla o longevidad considerables son denominados notables o monumentales. Se trata de un patrimonio único de gran valor por haber sobrevivido en su medio natural a todas las vicisitudes y hemos de tratarlos como un patrimonio valioso.
     El concepto de árbol es relativo. Algunos árboles de pequeño tamaño pueden ser muy longevos y viejos para una determinada especie. Y algunos arbustos pueden alcanzar la talla de arbolito de manera excepcional y ser considerados monumentales, como por ejemplo la adelfa, la cornicabra y la hiedra. En este caso, se trata también de seres monumentales, de igual valor que los árboles. Los árboles están para disfrutarlos, pero en algunos casos puede ser aconsejable tomar medidas de moratoria o prohibición de visitas en enclaves sensibles o inaccesibles.

Moral, Morus nigra, en Cozcurrita, Zamora. Foto Emilio Blanco.
A pesar de que hay más información, conciencia y legislación, no disminuyen los problemas ambientales. Quién no ha asistido en los últimos años a la degradación de algún paraje natural al que iba con frecuencia en su infancia o juventud: un humedal, una turbera, un arroyo limpio o un bosquete singular.

Consumo de paisajes
     El consumo de paisajes y la moda de la naturaleza alimenta nuestro voraz apetito de medio ambiente. La divulgación de paisajes sobresalientes ha contribuido a ello. Fotos de paraísos naturales, mostrando solo lo bello ha sido también perjudicial en algunos casos. “Poner en valor” es un arma de doble filo y se refiere, más bien, al valor económico. ¿Qué hay que divulgar? ¿Cuál es el momento de sacar a la luz un paraje ? ¿Es necesario ponerlo en valor y adecuar su visita? Un ejemplo son los árboles monumentales, notables o singulares, ejemplares que destacan por su tamaño, longevidad o historia.
Tejo, Taxus baccata, Iruelas, Ávila. Foto Emilio Blanco.
     Muchos los hemos visto caer o debilitarse después de haberse hecho famosos. La fama que da la divulgación mal entendida ha sido un boom, con visitas masivas, que llevan aparejada la pérdida o el debilitamiento del ejemplar. Estos árboles se han puesto de moda en los últimos 20 años. Han pasado del anonimato y abandono a la fama.
     Todas las personas tienen derecho a disfrutar de estos monumentos vivos, pero hay un código ético que dice que la presión continuada sobre los árboles y su ecosistema no es sostenible. Existe un cierto borreguismo ambiental que lleva a hacer lo mismo a todos. Se quiere coleccionar la foto del paisaje o del árbol singular.

Éxito y declive
     Mientras, los árboles que parecían resistentes e inmutables se degradan sin que lo notemos. Centenario no es sinónimo de inmortal. El decaimiento de algunas de las especies arbóreas ha ido paralelo a su declaración y reconocimiento como árbol singular y a la aparición en catálogos de protección. Su éxito, con mayor número de visitas, ha contribuido a su declive.

Se han descatalogado por muerte en poco tiempo muchos árboles que habían sido declarados monumentales en catálogos provinciales y autonómicos. Con un aumento de enfermedades por hongos u otras causas, con gran pérdida de vitalidad, fragilidad y clareo de su copa, que se vuelve puntiseca. ¡Basta ya de valorar sólo lo grande, lo espectacular! Aprendamos también a valorar lo sencillo, lo pequeño. No busquemos siempre lo más bello y espectacular, interesémonos también por lo normal, lo común…Sepamos apreciarlo.
Castaño, Castanea sativa, en El Tiemblo, Ávila. Foto Catherine Anne Bayle.
     Hay paisajes y lugares que necesitan una moratoria. Lugares cuya naturalidad es grande y la sensación de espacio intocado debe ser mantenida para generaciones futuras. Gobiernos y administraciones deben inventariar también las zonas no divulgables o no visitables, donde “no hacer”, “no visitar”, “no intervenir”.

Educación ambiental
     Por otra parte, las y los buenos educadores ambientales son esenciales para trasmitir estos mensajes. Tienen que aprender a enseñar lo local y a diferenciar entre lo que se debe y no se debe enseñar. No son mejores por llevar a la ruta más alejada y extrema o espectacular. Aquellas personas que saben enseñar lo local, valoran lo común del paisaje y muestran también al visitante los problemas, lo feo (vertederos, basura, desequilibrios, impactos, contaminación…) y sacan enseñanzas ecológicas. Las actuaciones erróneas también enseñan, son formativas y puede tener un cierto valor turístico y reivindicativo.
     Igual que hace ya décadas se decidió que no se podían mostrar fotos de nidos de rapaces, bajo el famoso slogan de “No me toquéis los huevos”, los árboles notables no deberían aparecer nunca en imágenes con personas debajo pisoteando el suelo, ni subidas en sus ramas o el tronco. Pero está Internet y existen cientos de recorridos descritos con coordenadas e imágenes que buscan lo espectacular.
     Ejemplos sobran. En los últimos años hay grandes ejemplares arbóreos en decadencia, desaparecidos o muy debilitados, citaremos algunos (dejando a un lado los olmos o negrillos), como la encina de La Marquesa, en Navalmoral de la Mata, Cáceres; la encina Terrona, de Montánchez, Cáceres; el quejigo de Buenamesón, Madrid; el roble de la Solana, en Barrado, Cáceres o el de Vañes, Cervera de Pisuerga, Palencia; el Souto de Rozabales, Ourense; el Castaño del Abuelo, en la provinica de Cáceres; la Tejeda de Rioscuro, León, o el bosque mixto del paraje de Mácara, en el río Miño, Ourense.
     También los casos recientes de los tejos y tejedas de la Sierra de Madrid, los de Cervera de Pisuerga, Palencia, o de Tartales-Panizares, Burgos, son ilustrativos. Su fama de bosques milenarios o mágicos ha atraído a hordas de turistas y los proyectos de adecuación y mejora no han disuadido a las personas visitantes, al contrario.
     El tejo de Barondillo o Valhondillo, en Rascafría, Madrid, es un escaparate que tiene en la actualidad decenas de caminos nuevos que han surgido de forma espontanea por el paso de la gente. Con rutas detalladas por doquier. Así acaba de aparecer, por ejemplo, en una revista de Segovia, con todo lujo de detalles, sobre su acceso, por si la presión desde Madrid fuera poca…Afortunadamente, el árbol no parece presentar síntomas de debilidad, pero sí el entorno. Sus gestores decidieron, sin pedir opinión a expertos, hacer un vallado quitándole gran parte de su naturalidad y sin considerar el ecosistema en su conjunto.

Tejeda de Panizares
     El caso de la Tejeda de Panizares, Tartales de Cilla, en Burgos, es un ejemplo de lo que está pasando. Es uno de los muchos lugares especiales por la concentración de árboles monumentales, sobre todo tejos enormes, en gran número. El lugar se puso de moda a primeros del 2000. Se produjo una afluencia bastante masiva a la zona, incluso de colegios y grupos de montaña. Hasta esa fecha era desconocido. No podía soporta tal afluencia y, en muy pocos años, se creó un gran impacto sobre el suelo y el arbolado, con compactación y creación de sendas nuevas.
     Los problemas de la Tejeda de Panizares continuaron con pérdida de suelo, una superficie, en este caso, con una pendiente elevada, pisoteo intensivo y compactación del suelo, disminuyendo su permeabilidad y, en algunos casos, las raíces quedaron al aire y las cortezas de los árboles sobadas por los visitantes.
El paso de bicis en lugares sensibles deterioran el suelo. Foto Ecologistas en Acción.
     Al quedar las raíces descubiertas, sufren la presión continua de los paseantes y el descenso de vitalidad de los árboles se hace evidente. Parece una acción inofensiva, pero supone alteraciones, que a la larga, empiezan por roturas de ramas o heridas, una vía de entrada de patógenos y hongos que aceleran el debilitamiento.

Pérdida de suelo
     El paso de bicis de montaña, o BTT, es también muy perjudicial en estos lugares sensibles. Una sola bici en pendiente supone la afección del paso de cientos de personas a pie. Y si llueve, mucho más, ya que la presión mecánica a la que se ven sometido el suelo y las raíces es mucho mayor.
    Y qué decir de la algarabía de los grupos de visitantes. La falta de silencio, además de ser una falta de respeto al paraje y a otros visitantes, genera una extorsión a los pequeños mamíferos y la avifauna. Hay que recordar que cada ejemplar es un microecosistema de vida, con insectos, musgos y todo tipo de seres que allí cohabitan.
     Otro de los temas asociados es lo que podemos llamar el auge del misticismo, espiritualidad y esoterismo en torno a los árboles monumentales. Cada vez es más común encontrar altares, budas o hasta urnas con cenizas junto a árboles señeros en parajes alejados.
 

Misticismo y árboles
     Abrazarse a algunos árboles, sobar su tronco o llenarse de energías extrañas es un sentimiento personal libre, pero, por favor, no elijamos este tipo de árboles para ello; hay otros en medios accesibles y más adecuados. Si te gusta abrazarte a los árboles hay muchos para hacerlo, no precisamente los más longevos y grandes para hacer los ritos, no les estás beneficiando.
      Se confunde un poco el mito con la realidad, se mezclan los sentimientos antrópicos y emociones personales con la naturaleza de los árboles y los lugares excepcionales no tienen la culpa. Junto a todo esto tenemos la moda del trasplante de arbolitos, del monte al jardín, o a la casa…
     Soluciones fáciles no hay. La prohibición, aunque necesaria, es a veces poco efectiva, y surte un efecto llamada. Hemos de aceptar que hay lugares con árboles y seres vivos delicados no visitables que hay que preservar. Las administraciones no deben favorecer ni permitir esos accesos y estudiar cada caso particular. Dejemos tranquilos y en paz los árboles aislados y alejados. Algunos árboles necesitan dejarlos morir en paz. En algunos casos, el olvido es la mejor conservación.

Disfrutar y cuidar la salida al campo


  • No hace falta buscar lo más espectacular de la naturaleza. Valoremos lo común y normal de los paisajes.
  • Demostrar la madurez en la naturaleza es no divulgar sitios cuyas visitas no son nada beneficiosas para el espacio.
  • No llevar gente a estos lugares y no sacarlos a la luz en medios de comunicación es la medida más recomendable.
  • Es necesario controlar nuestras emociones a la hora de dar a conocer rutas, recorridos o coordenadas en Internet.
  • Las personas gestoras y educadoras ambientales no deben precipitarse en la difundir espacios bien conservados.
  • Primero lo cercano, accesible y bien acondicionado para la visita.

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miércoles, 22 de agosto de 2018

DIANE COOK y LEN JENSHEL
WISE TREES, libro

     Los árboles pueden vivir sin nosotros, pero no podemos vivir sin árboles.
     Diane Cook y Len Jenshel, dos de los fotógrafos de paisajes más importantes de Estados Unidos, pasaron más de tres años viajando a más de 70 lugares en los cinco continentes para fotografiar algunos de los árboles más históricos e inspiradores del mundo. En "Wise Trees" presentan estos hermosos árboles, junto con sus notables historias.
      Cada árbol fue seleccionado para inspirar conciencia del papel perdurable que desempeñan los árboles en nutrir y proteger a la humanidad. Desde el manzano de Isaac Newton en Inglaterra que inspiró las leyes de la gravedad, hasta el árbol Bodhi, la higuera sagrada en la India que es descendiente directo del árbol bajo el cual Buda alcanzó la iluminación, Cook y Jenshel describen árboles que han impactado y moldeado muchas culturas e innumerables vidas. También hay árboles supervivientes, incluyendo un árbol de alcanfor en Nagasaki que soportó la bomba atómica, un olmo americano en el Oklahoma City National Memorial y un peral "Callery" en el 9/11 Memorial.     Después de los atentados del 11 de septiembre, los trabajadores de búsqueda y rescate buscaban restos humanos entre los escombros, cuando encontraron parte de un peral Callery, que tradicionalmente es el primer árbol en florecer en primavera y el último en perder sus hojas en otoño. Aunque su tronco estaba quemado y le faltaban muchas ramas, el árbol había sobrevivido.  El peral se recuperó en un vivero del Bronx y, casi una década más tarde, se replantó en el monumento conmemorativo del World Trade Center. Ahora es un símbolo de fuerza y ​​ supervivencia.
       "Estuvimos en Japón documentando un ritual nocturno de los cerezos cuando la Sra. Cook supo que su padre estaba muriendo. Luchando por procesar la información, se encontró mirando los frágiles pétalos de las flores de cerezo que caían lentamente al suelo, uno por uno. Hicimos lo que los japoneses han estado haciendo durante siglos", dijo la Sra. Cook. "Para apreciar esa belleza, apreciar su naturaleza efímera y saber que la vida continúa".
     Su padre murió poco después, pero nació un nuevo proyecto, influenciado por los cerezos en flor y una comisión de la revista National Geographic. "Tomando esa fortaleza de los árboles, tuvimos la idea de obsevar árboles sabios en todo el mundo", dijo la Sra. Cook. "Y la importancia que los árboles han tenido a lo largo de la historia en tantas culturas".

    Algunos árboles han sido parte de crueldades indescriptibles. De 1846 a 1870, en Goliad, Texas, un roble es conocido como "The Hanging Tree", el árbol del ahorcado.
     Uno de los árboles de la lluvia o monkeypod en Camboya (importado de América del Sur o Central), es conocido como "The Killing Tree".
En 1975 cuando comenzó el régimen asesino de Pol Pot, el árbol fue usado para golpear las cabezas de los niños mientras sus madres fueron forzados a mirar. "Nos llevó días recuperarnos de esa experiencia de fotografiar ese árbol", dijo Cook. "Eso nos dejó la cicatriz más profunda".
     Otros árboles parecen viajar o son autóctonos. Es el Adansonia gregorii -o boabab de Australia-.  Un árbol bueno para los aborígenes que usaron el árbol como hogar espiritual y salvavidas, ya que puede albergar hasta 100 litros de agua.

sábado, 18 de agosto de 2018

FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-18 de agosto de 1936)
Árbol de canción  
Música: Stottuth

Hace 82 años...


Caña de voz y gesto,
una vez y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire de ayer.

La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.

¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
Un minuto después.
Sesenta flores grises
enredaban sus pies.

Mira cómo se mece
una vez y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer.

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miércoles, 15 de agosto de 2018


EL CARBAYÓN DE OVIEDO - Asturias
     En 1865 una gran tormenta en el Campo San Francisco -lugar de recreo y paseo de los ovetenses a lo largo de los años- derribó un gran árbol, un negrillo u olmo, tan apreciado por los ciudadanos como su vecino "el Carbayón".
     En 1874 se construyó la estación de ferrocarril de Oviedo, que distaba un kilómetro del núcleo de la población, por lo que se proyectó, en el marco del desarrollo urbanístico en curso, abrir una vía de comunicación entre la ciudad y la nueva estación, la calle Uría.
     Con la apertura de esta vía, una parte del Campo de San Francisco, quedó separada del resto y en la zona aislada, quedó el otro árbol querido y admirado por los ovetenses: el Carbayón. Tras quedar sólo este viejo roble, el cariño por él creció exponencialmente. Pero como contaba el rector de la Universidad de Oviedo Fermín Canella: «El silbido de la locomotora anuncia su caída».
    Y como narraba el Diario el Comercio...

Coordenadas: 43°21′44.63″N 5°50′55.40″O, talado en 1879, Foto: Fernando del Fresno, Fondo Armán
DEL DIARIO EL COMERCIO: 
      El 13 de septiembre de 1879 el jardinero municipal manifestó la necesidad de derribar el árbol, que, informaba, estaba enfermo. «Lo real es que ocupaba parte de la acera de Uría y en lugar de modificar unos metros el trazado, ganó la chapuza como siempre», describe la cronista oficial. Hubo polémica y una discusión entre los ediles, pero el derribo fue aprobado, tras dos votaciones nulas, por 14 votos contra 9. El Carbayón fue subastado y por él que pagaron 192,50 pesetas. El 2 de octubre comenzó la tala «que duró tres o cuatro días». Las raíces estaban bien ancladas: llevaban al menos cinco siglos allí, hasta alcanzar los 30 metros de altura y un tronco de seis. Así era El Carbayón.
1949, una placa conmemorativa se fija en el lugar donde estuvo situado El Carbayón en la Calle de Uría
     Los datos tomados tras su derribo nos hablan de una altura de 30 metros, un perímetro de seis y una antigüedad de 600 años. Un árbol nacido en el siglo XIV que demolió el "progreso" urbano.

Antiguo grabado, el 2 de octubre de 1879 se hizo efectiva la tala.

Actual Carbayín plantado en 1950 a un lado del Teatro Campoamor, como dice la placa... 
 De Jean Laurent, 1862
   "Como continuador de aquel árbol simbólico que nos dio el título de carbayones, el Ayuntamiento plantó este roble el día XI de febrero del año de gracia de MCML"

     Carbayón -aumentativo de carbayu, que significa roble en asturiano- ha dado lugar al gentilicio oficioso de los oventenses, llamados también carbayones por este árbol.
     Después de la tala del árbol se creó el semanario primero y luego diario El Carbayón, que en su primera edición rememoró a El Carbayón de esta manera:

Aquí estuvo el Carbayón,
seiscientos años con vida
y cayó sin compasión
bajo el hacha fratricida
de nuestra corporación.
Este pasquín respetad,
si sois buenos ovetenses,
y en su memoria llorad
todos los aquí presentes
por el que honró a la ciudad.
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sábado, 11 de agosto de 2018

EN LA MENTE DE LAS PLANTAS

     En los últimos años, un pequeño grupo de investigadores de Alemania, Austria, Alemania, Italia, Reino Unido, Japón, Sudáfrica y Estados Unidos ha desarrollado un nuevo campo de investigación: la neurobiologí­a de las plantas. Y lo cierto es que sus descubrimientos están modificando los lí­mites conocidos entre el reino animal y el vegetal ya que han descubierto que las plantas son capaces de desarrollar el proceso cognitivo, algo que hasta ahora sólo se atribuí­a a seres humanos y animales. Según ellos, las plantas son capaces de sentir su entorno y recordar la información proporcionada por sus percepciones y son capaces de reaccionar en consecuencia. Algunas, incluso, pueden comunicarse y defenderse conjuntamente contra los depredadores. Los árboles de Acacia en Sudáfrica, por ejemplo, reaccionan y se defienden contra los depredadores mediante la comunicación con los demás y el desarrollo de una defensa común. Pero, si las plantas pueden moverse y sentir, ¿podrán también pensar? Este documental que Odisea les presenta podría cambiar por completo los conocimientos que tení­an hasta hoy sobre las plantas.

Duracion: 52:17
Fecha de publicación: 19-02-2010

 

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miércoles, 8 de agosto de 2018

MEIKLEOUR BEECH HEDGES 
de Escocia no descubierta
Meekleour Beech Hedge del Norte en julio de 2008
Meekleour Beech Hedge en julio de 2008
      El seto de Meikleour compuesto de hayas, ubicado cerca de Meikleour, Perth y Kinross, Escocia, en la A93 Perth - Blairgowrie Road, fue plantado en el otoño de 1745 por Jean Mercer y su esposo, Robert Murray Nairne en la finca Meikleour del Marqués de Lansdowne. Se dice que el seto crece hacia los cielos porque los hombres que lo plantaron fueron asesinados en la Batalla de Culloden .
     El seto se destaca en los Récords Mundiales Guinness como el seto más largo y más alto del mundo, alcanzando una media de 30 metros de altura (36m en el norte-24 m en el sur) y 530 metros de longitud.Se recorta una vez cada diez años (más o menos).
 
The Hedge from the South Durante el invierno, marzo de 2010
Durante marzo de 2010

Visto desde el norte, marzo de 2017
Visto desde el norte, marzo de 2017
Fotos de la red
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domingo, 5 de agosto de 2018

EL SETO DE TEJO MÁS GRANDE de INGLATERRA
Cirencester, Gloucestershire
     El seto de tejo más grande de Inglaterra se encuentra en una finca histórica en el pequeño pueblo de Cirencester, Inglaterra. Mide 12 m de alto y 140 m de largo de punta a punta. Cada agosto se le hace un "corte de pelo". A los jardineros Jason Buckton y John Rutterford les costó 10 días recortar la colosal muro verde que rodea Bathurst Estate. Asomándose a una pluma de recoger cerezas los hombres usaron cortasetos eléctricos para recortar los aproximadamente 4.000 metros cuadrados de vegetación. Casi una tonelada de recortes cayó en las mantas dispuestas para recogerlos.
     Allen Bathurst, el propietario de la finca y el noveno conde de Bathurst, disfruta cada año al ver la operación desde su ventana. "Debe tener la forma correcta", dice. Su tatara-tatara... plantó los tejos ingleses a principios del siglo XVIII. 
     Cuando era niño, Bathurst recuerda comtemplar cómo tres jardineros, encima de una escalera de 15 m, recortaban el seto enganchando sus piernas a los peldaños para mayor seguridad. La pluma utilizada para recoger cerezas hace que el trabajo, si no más fácil, si más seguro. "Dependiendo del clima, puede ser o muy húmedo o muy caluroso", dice el noveno conde. "A menudo ponemos un paraguas Pimm's en la parte superior de la plataforma para evitar la lluvia o el sol". 
     Los jardineros Buckton y Rutterford que cortaron el seto, recogieron los recortes en enormes bolsas de fertilizantes para evitar que el ganado los devorase. Algunos años los restos se venden para preparar compuestos anticancerígenos, otras, simplemente, se queman en una enorme hoguera. "Arde bastante bien debido al aceite que contiene", dice Bathurst. "Chisporrotea alegremente". 
     El laborioso proceso mantiene el seto en excelente forma para que todos lo admiren. "La gente lo mira y dice: ¡Dios mío, eso sí es un gran seto!", dice Bathurst. "Pero yo lo miro por la ventana y digo: Oh. Todavía está allí. Con ese tamaño ¡cómo podrías no verlo!"

Fotos de la red
https://www.wired.com/story/photo-of-the-week-trimming-the-worlds-biggest-yew-hedge-is-a-righteous-pain/
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jueves, 2 de agosto de 2018

Mil nombres de los pinos canarios (2), del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, Ing. Técn. Forestal
Mil y un nombres de los pinos canarios (2)

     Los ‘Pinus canariensis’ con nombre propio por su forma o aspecto, tal y como han sido bautizados por los isleños a lo largo de los siglos. Como el Pino Bonito que hay junto a la presa de las Niñas, aquí fotografiado por Alejandro Melián durante un vuelo en helicóptero.
    Continuando con la nomenclatura popular con la que nosotros, los humanos, hemos identificado ciertos individuos de Pinus canariensis, consideramos en las siguientes líneas aquellos que por su particular silueta o figura, a veces apreciable a grandes distancias, han sido bautizados con nombre propio.
     La relación entre nombre y morfología suele basarse en el grado de apariencia con el que asimilamos éstos seres vivos a nuestra cultura. No obstante, otras veces, la razón de esta etimología forestal se encuentra en el gran tamaño de los ejemplares en cuestión.
     Como una descomunal mano izquierda de seis dedos encontramos al magnífico Pino de la Mano del Señor (La Orotava, Tenerife), o de nombre más moderno Pino de King-Kong –como indica César Javier Palacios–. Otros pinos notables en el mismo municipio son el Pino Garfiado y el Pino Lerito, el primero por sus curvas imposibles y el segundo para indicar –parece ser que en castellano antiguo– su rectitud.
     El acusado porte tumbado por el viento fue perfectamente adjetivado para señalar al Pino Esrrengao (Arico, TF), pino que también recuerda en su aspecto al ya desaparecido Pino de Tetir en Fuerteventura. Igualmente se secó en pie el conocido Pino Paraguas, figura de bella copa abierta y aparasolada que habitara en Inagua (La Aldea, Gran Canaria). También el especial desarrollo de la parte más alta del árbol ha servido para conocer al Pino Copudo (La Orotava, TF). Sigue siendo la forma, pero en este caso inducida por los huecos del aprovechamiento –agrandados con los incendios– la que ha determinado ejemplares como el Pino de la Catadura (El Rosario, TF), El Pino Furado o Pino Jurado (Icod de Los Vinos, TF) o el Pino Castrado (Tejeda, GC). En este grupo también hay que incluir al imponente Pino Rajado (Mirca, La Palma), destacable de camino a las cumbres palmeras. Sobre estos ejemplares llama poderosamente la atención su particular desafío que mantienen tanto con la gravedad como con su propia supervivencia, especialmente cuando sus cimientos se encuentran atravesados de uno a otro lado.
     Bajo el nombre de pernada, de significado muy alejado al derecho de los señores medievales, se designan a los grandes fustes de pies bi o trifurcados, entre ellos destaca sobre todo el Pino de las Tres Pernadas (Vilaflor, TF), espécimen de mayor altura en su especie.
     Por otro lado una exagerada o atípica ramificación del árbol ha sido la razón para calificar al Pino Ramudo de Inagua (Tejeda, GC) o al Pino Ramullado (La Orotava, TF). Cabe recordar que además del aprovechamiento que antaño se hacía de todo el follaje, también las ramas de grandes pinos fueron aprovechadas en pie para leña o carbón. Como consecuencia del desramado general varió la forma de muchos árboles, caso de los Pinos Mochos (Tijarafe, PA). Otras veces es el peso de la nieve o el hielo el que provoca una inversión o aplastamiento en el crecimiento de las ramas confiriendo un aspecto desgarbado y curioso, quizás la mejor prueba sean los Pinos Gachos observables junto a las cumbres palmeras.
     Un apelativo muy común en los ejemplares de mayor tamaño, aquellos que Sabino Berthelot tachó de “tan gruesos y altos que maravillan”, es el de Pino Gordo. Entre estos destacamos el Pino Gordo del Morcillo (El Pinar, El Hierro) o los Pino Gordo tanto de Vilaflor como de Arico (TF).
     Otros nombres para reflejar la envergadura, majestuosidad o mayor rango de los abuelos forestales son el Pino Rey y el Pino Alférez Mayor (La Orotava, TF). Bajo el nombre de Pino Basto los garafianos (PA) quisieron capturar el carácter primitivo de primer árbol que gira en torno a este singular ejemplar.
     Y terminamos este recorrido por la forma de los pinos isleños con uno de los nombres más cariñosos y sencillos con el que el paisanaje se ha dirigido a una forma natural: el Pino Bonito (Tejeda, GC). Sin embargo pocos conocerán a este mismo árbol por tan elegante seudónimo ya que el urbanita ha preferido reinventarlo como Pino de la Bruja Casandra.

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