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6/27/2024

JESÚS CUENCA
La Ciudad de los Árboles extraordinarios nuevo documental de Jesús Cuenca

Jesús es un biólogo y apasionado estudioso de la botánica, conocido por su trabajo en la promoción y conservación de la naturaleza urbana. Su documental, "La Ciudad de los Árboles Extraordinarios", es un reflejo de su dedicación al estudio y la difusión del conocimiento sobre los árboles y su importancia en las ciudades. Cuenca ha tenido la colaboración,  para llevar a cabo este proyecto sin ánimo de lucro, de Antonio A. Rodríguez Lidón de DHtv Online Dos Hermanas, quien se encargó de los efectos especiales y el montaje audiovisual. Además, el Grupo Drones Vueliting, con Moisés Moreno y Fernando León, aportó su experiencia en la coordinación y la captura de imágenes aéreas espectaculares, lo que añade una dimensión visual impresionante al documental. El documental, realizado en Dos Hermanas (Sevilla), no solo resalta la belleza y diversidad de los árboles en esta ciudad, sino que también busca educar y concienciar sobre la importancia de proteger y mantener los espacios verdes urbanos. La obra de Cuenca Rodríguez es una contribución significativa al entendimiento y la apreciación de la botánica urbana, y refleja su compromiso con el medio ambiente y la educación ambiental.

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6/06/2023

Monte Pelión, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
En el Monte Pelión

      El monte Pelión forma una península en la costa de Grecia donde, según la mitología griega, vivieron los centauros y de donde salió la madera para construir el “Argos”, el barco con el que los argonautas salieron a la búsqueda del vellocino de oro. En la falda de este monte, a 450 metros de altura, está el pueblo de Tsagarada. Su nombre significa "bonita vista" en eslavo, y efectivamente, tiene una vista excepcional sobre el mar Egeo. 
     En Tsagarada, en la plaza de Agia Paraskevi, crece este plátano oriental que mide 14 metros de perímetro y del que se dice que tiene mil años.


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9/14/2020

Takahashi en Kagawa, el cronista de Japón (033)

TAKAHASHI HIROSHI (Japón, 1960)
El gran alcanforero de Shishijima (prefectura de Kagawa, Japón)
Especie: Kusunoki (Cinnamomum camphora), familia Lauraceae, género Cinnamomum)
Dirección: Shishijima 172, Takuma-chō, Mitoyo-shi, Kagawa-ken 769-1109
Perímetro del tronco: 11,64 m.   Altura: 28 m.     Edad atribuida: 1.200 años
Designado monumento natural de la prefectura de Kagawa
 Tamaño: ★★★★★   Vigor: ★★★★★  Porte: ★★★★★   Calidad del ramaje: ★★★★★     Majestuosidad: ★★★★

Shishijima es una isla de 3,8 kilómetros de contorno situada a 5,5 kilómetros al noroeste del puerto de Takuma, en la ciudad de Mitoyo (prefectura de Kagawa). Encontraremos allí el gran alcanforero de Shishijima (Shishijima no Ōkusu), que se ha convertido en el gran símbolo de esta minúscula isla.
      En su momento de mayor auge la isla, en cuyos mares circundantes hay excelentes caladeros, alcanzó una población de 1.000 habitantes, pero desde el periodo de rápido crecimiento económico conocido como el “milagro japonés” comenzó a despoblarse y hoy en día se dice que apenas viven en ella 10 o 15 personas.
      Es, pues, una islita silenciosa, rara vez visitada por forasteros, pero en todos sus rincones pueden verse tableros informativos que nos guían hacia el gran alcanforero, evitando que nos extraviemos, lo cual es de agradecer. Hay que partir del puerto, dejar atrás el viejo caserío y, sin más preámbulo, acometer una dura subida que nos llevará unos 20 minutos a pie. Allí encontraremos el alcanforero, que, con sus grandes ramas que se extienden horizontalmente, semeja una gran mano que estirase los dedos a más no poder. El porte de este árbol es realmente magnífico y en cuanto a vigor tampoco se puede pedir más, pues no presenta ningún hueco. Uno se emociona ante esa figura con la que parece dar la bienvenida al visitante.

      Se dice que, hace mucho tiempo, este árbol fue engullido por un corrimiento de tierras y que los terrenos alrededor de su base se elevaron y todavía se elevan cinco metros sobre su nivel original. Con esto el misterio de su extraña forma, con una rama partiendo horizontalmente desde la misma base, puede darse por resuelto. Cabe pensar que antes de aquel corrimiento fuera un árbol todavía más grande que el actual, un árbol que nos habría gustado mucho poder contemplar, porque probablemente estaríamos ante uno de los alcanforeros más grandes del país.
      Tanto el árbol como sus inmediaciones son objeto de una esmerada atención y la forma en que se ha conservado el entorno es simplemente conmovedora. Dicen que se afanan en su conservación más de 30 voluntarios, que acuden de los pueblos vecinos. Con sus vistas sobre el mar interior de Seto, que son magníficas, se ha conseguido un paisaje realmente soberbio, en el que el tiempo parece haberse detenido. Un alcanforero que, quien no tenga que estar pendiente de los horarios de los barcos, deseará contemplar horas y horas.

Número 033 del mapa  
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6/29/2020

El castaño de Istán necesita ayuda

PLATAFORMA SIERRA BERMEJA PARQUE NACIONAL
El castaño de Istán necesita ayuda
      El pasado 31 de octubre de 2017, la Comisión de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía aprobaba la propuesta del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida LV-CA para que el Castaño Santo de Istán fuese declarado Monumento Natural de Andalucía. Esta declaración de urgencia tenía su especial importancia dado que el más longevo árbol del traspais montañoso de la Costa del Sol requería una intervención diligente para su saneamiento, vallado perimetral y el tratamiento de su afección por la avispilla del castaño, ante el grave estado en que se encontraba. Catorce meses después de este acuerdo político andaluz, la situación de desprotección del castaño sigue igual y sus afecciones han empeorado aún más.
      Si bien el árbol está afectado por la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus), la pérdida de tierra en su entorno durante décadas con la consiguiente exposición al aire de sus raices, la falta de un mantenimiento necesario acorde a su edad (algunas fuentes lo datan en 800 años de antigüedad) y las afecciones por las numerosas visitas que recibe que no dudan en subir a las ramas para sacar la fotografía que estiman de rigor, han tenido como consecuencia su decadente situación actual.
      Distintos colectivos sociales llevan un tiempo alertando sobre el mal estado del Castaño Santo. Existe en la Plataforma Change.org una iniciativa lanzada en agosto de 2017 que exige a la administración medidas de protección para este patrimonio natural, una campaña que lleva recogidas más de 11.000 firmas. Por otra parte, el grupo de Patrimonio Etnológico y Natural de la asociación vecinal Istán Ahora ha realizado en diciembre de 2018 una actividad de senderismo para llamar la atención sobre la pasividad de la administración andaluza en relación a los acuerdos aprobados por sus diputados en octubre de 2017.
      Desde la Plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional nos sumamos a estas llamadas de atención a la administración andaluza, para que realice las medidas aprobadas por el Parlamento andaluz para la conservación de este popular árbol, tan arraigado en la cultura inmaterial costasoleña, por ser un importante testigo de nuestra Historia, porque moralmente es nuestra obligación conservarlo para las generaciones futuras y porque así fue aprobado por los representantes políticos en la pasada legislatura.
El Castaño Santo, la alquería de Arboto y Sierra Bermeja
      Este monumental ejemplar de castaño (Castanea sativa), cuyo tronco mide 14 metros de circunferencia y tiene una copa de más de 27 metros de diámetro, está situado en término municipal de Istán, en la vertiente este de la sierra de las Apretaderas, a 700 msnm. Crece sobre suelos de gnesises granitoides y micaesquistos de la cuenca del arroyo Hoyo del Bote, pero está integrado en las peridotitas del macizo ultramáfico de Sierra Bermeja, que lo enmarcan paisajísticamente. Su larga historia está asociada a la de la alquería de Arboto, uno de los poblados andalusíes situados más al norte de la Tierra de Marbella.
     La fundación de Arboto está relacionada con los banū buth, la gran división de los beréberes donde se incluían los nafza (Martínez Enamorado, 2009), de donde devienen tanto el topónimo Arboto como el hidrónimo Hoyo del Bote.
      Aunque existe muy poca información al respecto de esta alquería en época andalusí, las fuentes documentales de finales del siglo XV (Urbaneja Ortiz, 2013) refieren algunos datos que apuntan a una población que debió autoabastecerse con la agricultura (15 fanegas de huertas y el resto de secano), en tierras de labor diseminadas por los alrededores de la alquería, junto a la explotación del bosque de alcornoques, quejigos y castaños, y la práctica de la ganadería de cabras y vacas. De su producción de secano destaca el cultivo de cebada, cereal con el que probablemente elaboraban el pan, además de los viñedos. También elaboraban miel y cera para cubrir las necesidades del autoconsumo.


      Capitulación de las alquerías de Marbella, en 1482: 


«Don Fernando por la gracia de Dios rey de Castilla, de León, de Aragón, de Seçilia, de Toledo, de Valençia, de Galizia, de Mallorca, de Sevilla, de Çerdeña, de Córdova, de Córçega, de Murçia, de Jahén, de los Algarves, de Algezira, de Gibraltar. Conde de Barçelona; señor de Vizcaya e de Molina; duque de Atenas e de Neopatria, conde de Rusellón e de Çardania; marqués de Oristán e de Goçiano, señor de Ronda e de Marbela e de todas sus villas e serranías. Las cosas que con vos las aljamas, alcaides, alguaciles, viejos e buenos ombres de las villas de Montemayor e Cortix e Alfarican, e Cariad y Foxay, e Ysten e Daydín e Almachar e Arboto e Beniabes e Tramourix, tierra de la mi çibdad de Marbela, yo mando asentar a vuestra suplicaçión çiertos capítulos fechos en esta guisa:…» (Urbaneja Ortiz, 2011)

     La alquería de Arboto empezó a deshabitarse por el descontento generado ante las presiones que la Corona ejerció sobre los mudéjares, a finales del siglo XV y principios del siglo XVI. El censo de población en 1497 cita en Arboto a 25 vecinos, lo que permite estimar su población en unos 125 habitantes. La alquería fue despoblada entre 1501 y 1506, tras las revueltas mudéjares de Sierra Bermeja (Urbaneja Ortiz, 2013).
     El cronista Mármol Carvajal describe a finales del siglo XVI lo intrincado de este lugar andalusí del macizo de Sierra Bermeja y el episodio de la rebelión mudejar:

Luego que don Antonio de Luna partió de la ciudad de Ronda, como dijimos en el capítulo ni del noveno libro, los soldados que quedaron desmandados en compañía de la gente de la ciudad comenzaron a salir por la tierra a robar las alcarías y lugares; y los moros, por huir estos daños, indignados y persuadidos de los que iban huyendo de la Alpujarra, hallándose libres de todo embarazo, comenzaron a hacer la guerra descubierta. Recogieron las mujeres y hijos y los bastimentos que les habían quedado; y subiéndose a lo más áspero de la Sierra Bermeja, se fortificaron en el fuerte de Arbote cerca de Istán, tomando la mar a las espaldas para recebir el socorro que les viniese de Berbería

 

Croquis de Marbella. Indice de las relaciones geográficas enviadas a Tomás López para el Diccionario geográfico de España (1780)
     Parte de la leyenda asociada al Castaño Santo relaciona el sobrenombre de este árbol con un posible episodio histórico por el que «á su sombra se dijo una misa de campaña cuando fueron expulsados los moros de Sierra del Real» (Vázquez García, 1904), si bien el topónimo Sierra del Real sería posterior a este hecho histórico de la expulsión pues, de nuevo Mármol Carvajal en el siglo XVI, cita la montaña a finales de la Edad Media como la Sierra de Arboto, inicio por el este del macizo de Sierra Bermeja.

Este río [río Verde] baxa por unos valles muy hondos, y sale á las guertas de Ístan; y dexando el lugar á la mano izquierda, y la sierra de Arbóto, principio de Sierra bermeja, á la derecha, se mete en la mar, una legua á poniente de Marvella

 
Fuentes documentales:
Mármol Carvajal, L. Historia del rebelion y castigo de los Moriscos del reyno de Granada. (Imprenta de Sancha, segunda edición, 1797)
López, Tomás. Diccionario geográfico de España (1780). Biblioteca Nacional de España, MSS.Micro/14496

Referencias bibliográficas:
Martínez Enamorado, V. Cuando Marbella era una tierra de alquerías (2009). Ayto. de Marbella, Real Academia de San Telmo, Cajamar. 389 pp
Urbaneja Ortiz, C. «Marbelíes. Los últimos musulmanes de Marbela«. Revista Cilniana 24/25 (2011-2013), pp.31-46
Urbaneja Ortiz, C. Mudéjares y moriscos en Istán (2013). CEDMA, 291 pp

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4/27/2020

Un cerezo de mil años


DE... JAPANIZATION
Takizakura, un cerezo de mil años, Japón
     A pesar de que los cerezos comienzan a perder sus pétalos en Tokio, el Hanami aún no está terminado en el Archipiélago. En el norte, solo comienza con timidez. Uno de los tres cerezos gigantes en Japón, el milenario cerezo "Takizakura" ubicado en la prefectura de Fukushima, está en plena floración. Un símbolo de dureza y renacimiento perpetuo para esta región muy afectada en 2011 por tres desastres ...
     Es el tesoro de la ciudad de Miharu que se llama "Miharu Takizakura" (三 春 滝 桜). Un nombre que significa "cerezo en cascada de Miharu" y que encuentra su significado completo cuando las decenas de miles de flores del árbol florecen entre finales de abril y principios de mayo. Aunque el árbol no es muy alto, tiene 12 metros de altura, toda su belleza proviene de su tronco, ¡una circunferencia de 9,5 metros! - que envía enormes ramas cargadas con decenas de miles de flores en todas las direcciones este abril. Por lo tanto, la envergadura del árbol excede en gran medida su altura con 22 metros en dirección este-oeste y 18 metros en dirección norte-sur.
     Inerente al respeto por la naturaleza de la religión sintoísta, los japoneses veneran este árbol y lo designan regularmente en las encuestas como su árbol favorito. Y cuando lo ves majestuosamente en flor, ¡puedes entender fácilmente por qué! El Takizakura es un cerezo llorón perteneciente al género "Prunus pendula", típico de Japón, que mide en promedio 4 metros de alto por 5 metros de ancho. Las medidas de Takizakura son, por lo tanto, excepcionales, como lo es su edad, estimada en más de 1000 años. También es el padre de muchos otros cerezos en los campos que rodean Miharu.
     El cerezo ha logrado cruzar diez siglos de historia sin sufrir los estragos del tiempo o los de la mano el hombre. Es a la nieve a quien este coloso teme especialmente. En enero de 2005, se produjeron fuertes nevadas, cuyo peso rompió varias de sus ramas. Los habitantes de Miharu se movilizaron para quitar la nieve y luego instalar vigas de soporte. Afortunadamente, tampoco el terrible terremoto que sacudió Fukushima el 11 de marzo de 2011 le caus daño alguno. Ha resistido la contaminación nuclear, en una región particularmente contaminada. Los japoneses lo ven como el símbolo del renacimiento de la región, un símbolo tan deseado por las autoridades (aunque no está exento de controversia).
     Su presencia en el pequeño pueblo agrícola de Miharu (al norte de Tohoku) lo convierte en la principal atracción y hay que decir que, es fuente importante de ingresos, más de 300,000 turistas van allí cada año para admirar el cerezo gigante. La visita durante la floración tiene un coste de 300 yenes (2,3 euros) y el dinero recaudado se utiliza para proteger el árbol y los lugares. Hay plataformas especialmente instaladas para tomar fotos grupales. En el lugar, los visitantes pueden comprar recuerdos y productos locales con sabor a sakura-cerezo (helados, té, pasteles).
     Desde 1922 Takizakura ha sido clasificado como un tesoro nacional, que lo designa como "una propiedad cultural importante de valor excepcional y de alcance universal que pertenece al patrimonio cultural tangible de la nación". En Japón las propiedades reconocidas como "tesoros nacionales" se benefician de fondos para su protección y conservación.
Este ejemplar se considera uno de los integrantes de la trinidad de grandes cerezos sakura de Japón, junto al Usuzumizakura de Gifu y al Jindaizakura de Yamanashi. Y entre los shidarezakura (Prunus pendula) del país, se jacta de ser el de mayor tamaño. Para llegar desde Tokio, se toma el JR Tohoku Shinkansen a Koriyama. Desde allí la línea JR Banetsu-to llega a la estación de Miharu, donde un autobús temporal en abril lleva a los curiosos al mítico cerezo. 
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Especie: Shidarezakura (Cerasus spachiana f. Spachiana), familia de las rosáceas, género Cerasus
Dirección: Aza-Sakurakubo 296, Ōaza-Taki, Miharu-machi, Tamura-gun, Fukushima-ken 963-7714
Perímetro del tronco: 7,9 m.
Altura: 19 m.
Edad: 1.000 años

 
Número 101
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3/16/2019

VÍCTOR S. VÉLEZ
Catedrales de madera, raíces de León
En LaNuevaCrónica.com
Ampliar imagen
     La provincia de León cuenta con 46 árboles catalogados como «monumentales», algunos con más de 1.000 años, según la plataforma internacional ‘Monumental Trees’. Repartidos por todo el territorio, su elección se encuentra motivada por su elevada edad, su destacable altura y grosor o ciertos elementos de singularidad que los hacen únicos.
      El Bierzo, especialmente en la zona de los Ancares, y la Montaña oriental son las comarcas que presentan un mayor número de árboles monumentales. La mayoría de estos ejemplares cuentan con apodos y sobrenombres de larga tradición y son reconocidos y apreciados por los vecinos de los entornos en los que echaron sus raíces. Algunos incluso sirven como reclamo turístico y lograr atraer un buen número de visitantes a los bosques en los que habitan.

     Aunque la mayor parte de estas 46 joyas arquitectónicas de la naturaleza leonesa son grandes robles, también se puede encontrar en la lista algún que otro castaño, olmo, nogal, alcornoque, haya o tejo. Otros son incluso más inusuales como el cedro del Himalaya del patio de El Albéitar, único árbol de la capital leonesa en este catálogo.

‘El Cantín’ y otros milenarios

     Uno de los más espectaculares de la provincia y el más ancho, con un grosor de casi 13 metros de circunferencia, es ‘En Cantín’ de Villasumil. Ubicado en el corazón de la reserva de la biosfera de los Ancares leoneses, se trata de una catedral milenaria de espectaculares raíces y corteza que ostenta el honor de ser el castaño más viejo de España.
      En cuanto a la altura el mayor gigante que tiene León, según ‘Monumental Trees’, es un álamo negro que se encuentra en Fabero a orillas del arroyo Coucilleros. Un roble en Oseja de Sajambre, el castaño de Morla de la Valdería en el municipio de Castrocontrigo o la encina carrasca conocida como ‘Xardón de Peruchín’ junto a la cementerio del pueblo berciano de Otero, son otros de los techos vegetales de la provincia.
      Sin embargo aunque su sombra sea más alargada, ninguno puede competir con el habitante más anciano de la provincia: el tejo milenario de San Cristóbal de la Valdueza. También conocido como ‘El Teixo’, los expertos lo catalogan como el segundo tejo con mayor edad de Europa, con al menos 1.200 años sobre sus raíces. Sobre la quinta de los mil años también estarían ‘El Cantín’ de Villasumil de Ancares’, ‘El Mayoral’ de Almanza o el ‘Roblón de la Loma Cueto Rey’ ubicado en el paraje de Las Hormas en Riaño.
      Todos ellos únicos y singulares, se encuentran escondidos en los bosques del territorio leonés como silenciosos testigos del paso de los siglos. El ‘Humeiro da Coutiña Grande’, ‘La Potrona’, el nogal del ‘Tío Eusebio’, el ‘Roble Jatero’, el tejo ‘de Borbonejo’, la secuoya ‘de Villa Clara’ o el ‘Zufreiro del Frade’, son solo algunos de los nombres de estos monumentos naturales que esconden increíbles historias en lo más profundo de sus centenarias raíces. 

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4/15/2018

SARV-E ABARKUH, ¿el ciprés de 4000 años?
     Este ciprés (Cupressus sempervirens) -en Persa: سرو ابرکوه Sarv -e Abarkuh-, se alza en la región de Yazd, en Irán desde hace, se dice, 4.000 años, es decir empezó a crecer cuando los habitantes del Asia central estaban en proceso de inventar las ruedas con radios.
     El venerable ejemplar, también llamado el Sarv zoroastriano, fue reconocido Monumento Nacional por el gobierno, tiene una altura de 25 metros y una circunferencia de copa de 18 metros. Es una importante atracción turística. Este árbol es nombrado como tal por primera vez por el historiador y geógrafo persa Hamdallah Ghazvini, durante el siglo XIV, siglo en que parece que ya era una atracción turística y religiosa.
     Existen varias leyendas sobre el árbol. Una sostiene que Sarv-e Abarkuh fue plantado por Jafet, hijo del profeta bíblico Noé. Otra leyenda incluye a Vishtaspa, que plantó un ciprés en memoria de Zoroastro al que llamó el ciprés de Kashmar, que duró dos milenios hasta que los árabes invadieron Persia en el siglo VII y acabaron con él. Sin embargo, otro ciprés plantado por él mismo Zoroastro en Abarkuh sobrevivió hasta nuestro días.​ En otros mitos, se ha descrito que el árbol tiene un alma que lo mantiene en pie a lo largo de los siglos.

Fotos de la red - Mapa
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3/15/2018

LAURA ALBOR, en ABC natural
El mapa de los árboles más antiguos de España


Farga de Arion
*Pinchar en Mapa para poder ver el mismo.

     Corría el siglo IV, España era conocida como Hispania y el emperador Constantino I se encontraba en el poder, cuando las semillas de estos árboles comenzaban a germinar. La Farga de Arion, el Tejo de Barondillo o los Castaños de Nuestra Señora de la Alcobilla, echaban sus primeras raíces en una tierra que les vería crecer a lo largo del tiempo.
     Ellos son los seres vivos más longevos de nuestro país: han cobijado los encuentros amorosos de nuestros ancestros, han sido testigos de guerras, de celebraciones... Y sin embargo, ahí permanecen, saliendo airosos, al menos de momento, a los ataques de plagas, las inclemencias del tiempo, la acción del hombre...
    «Los árboles aguantan mucho pero como cualquier planta necesitan aire, espacio, un soporte con nutrientes y agua; cualquier merma importante en alguno de esos factores produce un debilitamiento en la planta que es aprovechado por insectos, hongos, virus,…», señala Susana Domínguez Lerena, presidenta de Bosques Sin Fronteras y coordinadora del grupo de trabajo de «Árboles Singulares» de la Sociedad Española de Ciencias Forestales.
     «Uno de los problemas más comunes en los árboles de gran parte de nuestro territorio son las podas abusivas que sufren, algunas sin objetivo y sin sentido, lo que les genera graves problemas sanitarios y estructurales. Muchos de los árboles reiteradamente podados de forma salvaje son auténticos cadáveres en pie», alerta.

El tamaño no importa

     Los distintos puntos en el mapa superior muestran los que son, según diversas fuentes, los ejemplares más ancianos de nuestro país. Sin embargo, es necesario señalar que existe controversia en cuanto a la datación de los diferentes especímenes. «No hay estudios serios y si los hay, no se ponen en conocimiento de los responsables de los catálogos. Cosa que es una pena», lamenta Domínguez Lerena.
     Así, para calcular la edad de un árbol, en muchas ocasiones se recurre erróneamente a su tamaño. Sin embargo, es necesario valorar también otros factores: «la olivera de España, por ejemplo, es un árbol de unas dimensiones impresionantes. Pero hay que tener en cuenta que está al lado del mar, por lo que en esas condiciones su nivel de crecimiento es óptimo», afirma. «Por tanto, en este caso, no podemos basarnos sólo en sus dimensiones para calcular su edad. Ahora bien, otra pista de su longevidad es que se trata de un olivo que cuenta con un tipo de variedad de aceituna que ya no existe».
     Por ello, se debe tener en cuenta que no siempre los árboles más ancianos son los más grandes: «El problema es que la gente confunde tamaño con edad y eso no es así porque no solo depende de la especie sino de las condiciones de crecimiento, el clima, la situación,…»
En el siguiente gráfico se muestran los 12 especímenes que serían los más ancianos de nuestro país:

¿Cuántos años tiene?

     La mayoría de los árboles desarrollan anillos de crecimiento que ayudan a determinar no sólo su edad sino también su 'historial' ya que permiten descubrir los daños que ha sufrido a lo largo del tiempo. «La anchura de los anillos es la clave», explica la experta. «Los de mayor espesor nos indican que las condiciones de vida del árbol fueron mejores. Mientras que los daños producidos por heladas, sequías, plagas o enfermedades pueden estrecharlos e incluso producir anillos dobles en un mismo periodo de crecimiento».
     De este modo, a través de la toma de muestras de madera del tronco (sin dañar el árbol) se puede calcular de manera bastante fiable cuántos años tiene un ejemplar.
     Sin embargo, esa extracción resulta imposible en algunos árboles ya que se encuentran huecos o podridos por dentro. En estos casos se recurre a la realización de estimaciones basadas en su crecimiento o en las historias o leyendas que existen en torno al mismo.
    De hecho, es común que muchos de los ejemplares más antiguos, como el Tejo de Santa Coloma (Asturias) o el Pino de la Virgen (La Palma), cuenten con una iglesia a su lado. Esto se debe a que los cristianos asimilaron el carácter mágico que que se les atribuía a ciertos árboles y por ello edificaban sus templos junto a ellos.

Edad programada

     Además de los factores externos, la longevidad de un árbol va también asociada a su familia. De este modo, aunque la mayoría de especies pueden superar los 100 años sin problemas, hay variedades que están 'programadas' para perdurar en el tiempo.
     «Para una encina no tiene ningún mérito llegar a los tres siglos de vida, a esa edad se encuentra en plenitud de facultades y en uno de sus momentos más productivos. Para un chopo llegar a los 300 años es un logro importante, pues a esa edad se encuentra en la decrepitud de su vida, en la senectud», señala Domínguez Lerena. Otras especies como los olivos y los dragos alcanzan del mismo modo longevidades considerables. No en vano, en 2015 la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) realizó un estudio por el que se determinaba que el olivo monumental de Ulldecona era el árbol fechado más antiguo de la Península, con más de 1700 años.
     «Aunque no hay reglas estrictas y siempre hay una excepción que la confirma, las especies de crecimiento lento suelen ser las más longevas porque desarrollan la estrategia de emplear su energía en construir una madera más densa, dura y fuerte para aguantar muchos años. También hay otras especies que, además de madera densa, pueden perpetuarse mediante brotes de cepa que pueden formar un nuevo árbol, como los tejos», explica la experta.
     
Sea como fuere, todos estos árboles son un legado único, testigos silenciosos de nuestra historia, que se rigen como auténticas catedrales en los bosques.
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2/05/2018

La sabina por antonomasia, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, Ingeniero técnico forestal 
La Sabina de El hierro, un árbol con la ‘peluca’ muy cambiada, En PELLAGOFIO nº 54   
Este ejemplar ha soportado durante siglos el embate endiablado de los vientos alisios, declinando su copa hasta el suelo en la misma dirección eólica.| FOTO JUAN GUZMAN
Quizás por ser la hermana menor de este territorio archipielágico, tanto en edad geológica como en tamaño, la isla de El Hierro alberga una paz excepcional, sentimiento y relax que aumentan a medida que nos desplazamos hacia su parte occidental. Esta área donde abundan más los árboles que las personas es, a su vez, uno de los extremos regionales y el fin del Viejo Mundo.
    
Tras el ocaso del reducido pueblo bimbache, allá por 1405, la isla pasó a repartirse entre los nobles, repoblándose con nuevos colonos castellanos. Tras de los repartos, la masa forestal sufrió una intensa transformación, aunque no tanto en su extremo occidental. La Dehesa engulle la mayor parte de las formaciones espontáneas de sabina (Juniperus turbinata), quedando como pastizales públicos para todos los herreños: esta condición de territorio comunal y la apreciada calidad de la madera han demostrado, con los años, ser una estupenda garantía para su conservación.
    
Y aunque sean miles los ejemplares de sabina que pueblan El Hierro, curiosamente sólo existe un ejemplar conocido como la Sabina de El Hierro (27º 44´56″ N y 18º 07´37″ W). Este individuo constituye todo un símbolo forestal con profundas raíces en la cultura popular. Su estampa, sinónimo de corpulencia y resistencia, aparece por doquier, su aromática resina despide folclore, Virgen de los Reyes, lucha canaria y, en definitiva, canariedad.

Embate endiablado del viento
    
Paradigma del denominado “porte en bandera”, este ejemplar ha soportado durante siglos el embate endiablado de los vientos alisios, declinando su copa hasta el suelo en la misma dirección eólica. Otras sabinas cercanas, al encontrarse más resguardadas por el relieve, no presentan estos portes tan tumbados. Si bien los alisios suelen tener una velocidad constante en torno a los 20 km/h, lo cierto es que esta zona recibe estos vientos con intensidad multiplicada aunque esté a sotavento, ya que vienen encañonados tras chocar y rebasar el enorme semicráter de El Golfo –la otra mitad se hundió en el mar– que conforma el norte insular.
    
La Sabina de El Hierro no responde al típico esquema de un árbol, al contrario, se sujeta al suelo –al menos en esta fase de su larga vida– más por su copa que por su base. A vista de cuervo, uno de los mejores aliados en su reproducción, esta copa resulta ser elíptica. De mitad de copa hacia abajo es un entramado de ramas secas y líquenes verde-azulados, también anaranjados; de mitad de copa hacia arriba encontramos la parte viva del vegetal con sus hojas imbricadas típicas de muchas coníferas. Sus frutos presentan un tamaño medio, lo que denota a priori que no padece estrés hídrico.
    
La altura de esta desmelenada sabina es cercana a los cuatro metros y su base no sigue para nada un patrón cilíndrico. Su fuste, que termina casi en ángulo recto, entremezcla secciones planas y retorcidas, algunas claramente separadas ya del suelo, con gruesas ramas que parten hacia el suroeste. Son fácilmente apreciables ramas desgajadas, antiguos cortes con hacha o machete, o ramas terminadas con sierra ya en época más reciente.
    
En comparación con las frondosas, las coníferas destacan por poseer una mayor longevidad. Tratando de imaginar a la Sabina de El Hierro en apariencia humana aparece ante mis ojos un extraño, anciano y corpulento ser, prácticamente culturista, con una rodilla hincada en el suelo y una mano hacia arriba frenando el viento, mientras sostiene un gesto de apretar de dientes. Con seguridad la Sabina de El Hierro debió nacer hace la friolera de 500 años, y es probable que ya empezara a curvar sus brotes cuando todavía los bimbaches danzaban, agradecidos por el agua, alrededor del Santo Garoé.
    
Si tienes la ocasión de acudir a este lugar no pierdas la oportunidad de contemplar a estos guardianes del viento, la ocasión para mezclarte con estos seres casi mitológicos, la especial naturaleza y, cómo no, con el propio viento.
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3/05/2017

JOSÉ PLUMED(técnico n arboricultura del Jardín Botánico de València)
febrero 2017
Árboles monumentales
 
Los árboles monumentales de nuestros pueblos, nuestros patriarcas, ese patrimonio histórico, social y cultural que tanto estimamos los valencianos, están desde ahora más desatendidos y expuestos a los numerosos peligros que les rodean. Los malos augurios habían estado gestándose diez años, los transcurridos sin que los políticos hayan hecho prácticamente nada por aplicar y desarrollar la Ley que ellos mismos aprobaron por unanimidad en Les Corts. Pero últimamente ya no se limitan a no hacer, sino que parecen haber decidido deshacer lo poco hecho.
      La primera señal de alarma llegó el pasado otoño, cuando la Diputación de Valencia desmanteló el único departamento específico de árboles monumentales en toda España y despidió a su director, el botánico Bernabé Moya. En sus más de 20 años de existencia, el Departamento había realizado una valiosísima labor de investigación, formación y divulgación sobre numerosos temas relacionados con el medio ambiente, la arboricultura ornamental o la palmicultura. En colaboración con diversas instituciones nacionales e internacionales, fomentó de manera decisiva el conocimiento y la difusión de la arboricultura, aportando materiales y técnicas que revolucionaron este sector de tanta importancia en la economía de la Comunitat Valenciana.
      En este terreno, la Diputación y el Jardín Botánico de la Universitat de València´siempre se habían encontrado. Hace ya muchos años, organizaron juntos el primer intercambio europeo de formación, en el que se actualizaron los conocimientos y técnicas para realizar un trabajo de calidad sobre los árboles y palmeras. La labor formativa realizada por Bernabé Moya y el departamento que dirigía ha permitido que numerosos jardineros y podadores que trabajan en nuestros municipios tengan una visión actualizada de la arboricultura, con lo que mejora la calidad de sus trabajos, su seguridad laboral y la salud de nuestros árboles y palmeras.
      Bernabé Moya formó parte también del pequeño grupo de expertos que creó en 1994 la Asociación Española de Arboricultura, organización que ha permitido la difusión a lo largo de todo nuestro territorio de una cultura del árbol bien entendida. Incluyendo a las palmeras, que también estaban abandonadas a su suerte en toda Europa y eran objeto de continuos maltratos por una gestión inadecuada. En 1999, Bernabé, Claudio Littardi y otros científicos y técnicos europeos fundaron en la ciudad italiana de San Remo el Centro Studi e Ricerche per le Palme, organizador desde entonces de una bienal que se ha asentado como el encuentro europeo más importante sobre temas relacionadas con el fascinante mundo de las palmeras.
      Desde el departamento de árboles monumentales, Bernabé ha dirigido diversos proyectos europeos de investigación. Por ejemplo, Big Trees for Life, destinado a divulgar los árboles monumentales españoles y su importancia en la conservación de la biodiversidad. Este proyecto promovía el uso de estrategias sostenibles a aplicar sobre los árboles viejos y los bosques maduros en municipios de la Red Natura 2000, poniendo de manifiesto la importancia de estos árboles como refugios de biodiversidad, testigos del cambio climático, creadores del paisaje, motores para el desarrollo sostenible de las economías rurales y símbolos para el medio ambiente y la educación medioambiental.
      El proyecto más conocido en el que ha participado el Departamento ha sido CypFire-Barreras verdes de ciprés contra los incendios, una solución fiable, ecológica y económica para salvaguardar las regiones mediterráneas. Este proyecto ha sido cofinanciado por fondos de la Unión Europea y se desarrolla en colaboración con 12 centros de I+D+I de 9 países del arco mediterráneo). El proyecto ha presentado unos resultados esperanzadores para un país asolado por los incendios, como es el nuestro. Con el cierre del departamento se abandona el proyecto sin concluir y 7000 cipreses de diversas variedades desarrolladas específicamente para este fin corren riesgo de morir al estar depositados en un vivero desde hace varios años. Sólo faltaba plantarlos en áreas piloto donde comprobar si lo ocurrido en el incendio de Andilla, donde se quemó todo menos una parcela experimental de cipreses, fue un espejismo o puede convertirse en una realidad que genere futuro.
      Y cuando todavía estábamos recuperándonos de la sorpresa y la indignación por la decisión de cerrar el Departamento y despedir a Bernabé, la Generalitat, a la que la propia Diputación entrega las competencias en árboles monumentales, nos vuelve a sorprender. Hace pocos días anunció la inminente reforma de la Ley, pero no para extender la protección sino para restringir el número de árboles y palmeras que se pueden acoger a ella. Varios de los ejemplares del Jardín Botánico, por ejemplo, quedarían fuera, por no hablar de los cientos de olivos multicentenarios que volverían a quedar expuestos a ser arrancados y exportados. Cierto es que ahorraríamos algo de dinero a los maltrechos presupuestos públicos, pero ¿vale la pena abandonar a nuestros patriarcas por un puñado de euros? ¿Es ese el precio de nuestra ética? ¿Es, al menos, una política de futuro?

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1/04/2017

GOBIERNO DE ARAGÓN
Forma a sus técnicos en la protección de los "bosques viejos"

     De acuerdo al Decreto 27/2015, el Gobierno autonómico regula el ‘Catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de Aragón’, que en el mes de julio del año pasado dio lugar a una orden de declaración y protección de 17 ejemplares de árboles de la Comunidad Autónoma. Este decreto define, además, la existencia de lo que debe ser considerado una “Arboleda Singular”, entendiendo como tal al conjunto de árboles de reducida extensión como puedan ser bosquetes, alineaciones o rodales que merezcan un régimen de protección especial por presentar características que les confieren un elevado valor como patrimonio natural y que se debe a diversos motivos como su rareza, edad o bien por su interés científico, histórico o cultural.

     Con el fin de avanzar en este sentido, la Dirección General de Sostenibilidad y el Instituto Aragonés de Administración Pública han organizado por vez primera un curso de formación bajo el título de ‘Identificación y caracterización de rodales forestales maduros-viejos’, destinado a técnicos superiores de la Administración. El curso ha contado con la asesoría y colaboración del personal de la Dirección General de Gestión Forestal, Caza y Pesca y se ha desarrollado en dos jornadas una teórica y otra práctica.
     Los ponentes que han intervenido en el curso han abordado temas como los tipos de hábitats forestales que contempla la Directiva europea 92/43/CE, la ciclogénesis forestal, los elementos de biodiversidad que acogen este tipo de bosques maduros, las características de cara a su identificación y caracterización como bosques viejos o la gestión de espacios protegidos singulares. Mientras que para la parte práctica se realizó una salida de campo, visitando el bosque autóctono de pino carrasco de Villanueva de Huerva (Zaragoza).


La importancia ecológica de los bosques viejos y maduros

     En los pocos bosques viejos y maduros de la Península Ibérica se refugian algunas de las especies vivas más emblemáticas de la Unión Europea. Por ejemplo, en los pinares negros del alto pirineo de Huesca perviven el urogallo, el pito negro o el mochuelo boreal. Lo mismo sucede entre las viejas hayas húmedas en las que aún se pasea el oso pardo o en las que habita un amenazado escarabajo azul que es la rosalía alpina.
     Los bosques viejos y maduros de Aragón, bien conservados a lo largo de los últimos siglos, son arboledas singulares que están siendo inventariadas y que merecen por parte de los servicios técnicos y de la sociedad en general de una atención preferente en lo que a conservación o gestión de los hábitats se refiere.
     En estas masas forestales todavía es posible encontrar una gran diversidad de aves, insectos, flores, hongos y detalles naturales con gran interés científico. También son lugares donde se localizan parte de los árboles de mayor edad, algunos con más de 300 años, muchos de ellos demasiado retorcidos como para aprovechar su madera pero increíblemente valiosos para la vida salvaje y la preservación de los ecosistemas naturales más prístinos de la comunidad autónoma.


Fuente: Aragón Digital
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9/12/2015

AHUEHUETE DEL TULE -"EL GIGANTE"
Oaxaca - México

El ahuehuete es un árbol sagrado para los mexicanos. Es considerado como el abuelo de los árboles nativos de México. Por su fuerte arraigo en las tradiciones populares, su vínculo en la historia y en las leyendas prehispánicas, es considerado como un símbolo de México.
     Entre los individuos de su especie, el más famoso es el Árbol del Tule, Oaxaca, el árbol con el tronco más grueso del mundo, con casi 42 metros, con sinuosidades mide 54 metros, y otros tantos de altura. Dicen que serían necesarias al menos 30 personas, con las manos entrelazadas, para poder abarcar su circunferencia. Será por ello que le llaman El Gigante… y le atribuyen unos 2000 años. El segundo lunes de cada mes de octubre se celebra una fiesta en su honor.
      Dada la pérdida de vigor que aquejaba al árbol hace unos años y puesto que se observaba una bajada en el manto freático de las dos microcuencas que tienen influencia directa en la localidad donde este se encuentra, se creó una asociación civil, "Mi amigo el árbol" que pretendía cuidar este ejemplar único, de alto valor natural, y los que lo circundan, mediante la protección de dichas cuencas y riegos compensatorios. 
     Durante mucho tiempo se consideró que este árbol era el resultado de la fusión de varios individuos cercanos. Pero, en 1996 con evidencia de uniformidad genética de análisis de ADN, las teorías de árboles múltiples contra un solo árbol fueron aparentemente resueltas. La evidencia soporta la teoría de un especimen único y como tal, uno de los árboles más grandes en circunferencia (Debreczy y Rácz, 1998).
     Este majestuoso árbol ha sido reconocido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como el ahuehuete más grande del país y fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el 2003.
     El ronco y ramas presentan variadas y caprichosas formas, alimento para la imaginación popular. Entre las figuraciones destacan una tortuga, un león, un oso hormiguero, un delfín, un elefante, un cocodrilo, un pez, los Tres Reyes Magos, un venado, una cabeza de ajo, una piña y lo que cada uno quiera ver...
INFORMACIÓN:
http://blogs.ua.es/losaztecas/2012/01/02/la-muerte-de-moctezuma/
http://blogdebanderas.com/2014/11/04/10-joyas-desconocidas-de-la-ciudad-de-mexico/
http://www.sopitas.com/site/250723-vagando-con-sopitas-com-presenta-el-arbol-de-la-noche-triste/
http://www.mexicodesconocido.com.mx/ahuehuetes-los-viejos-del-agua.html
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8/21/2014

PANDO, EL ÁRBOL TEMBLOROSO

Este Gigante Tembloroso (The Trembling Giant) se encuentra en el centro del estado norteamericano de Utah, en Fishlake National Forest, y lo llaman Pando (Populus tremoloides). Es un álamo, o mas bien toda una colonia de álamos de un mismo clon. Este bosque de 43 hectáreas y 47.000 troncos proviene de un único especimen que creció desde una sola raíz. Debajo de la tierra todos los árboles están interrelacionados. Acumulan el récord de ser el organismo vivo de más peso del planeta con 6.650 toneladas.

A partir de marcadores genéticos se ha determinado que todo el bosque forma parte de un único organismo viviente con un sistema masivo de raíces bajo tierra. El sistema de raíces de Pando se considera entre los organismos vivientes más viejos del mundo, con una edad aproximada de 80.000 años, aunque no todos los científicos comparten el método utilizado para la estimación de su edad.

Pando fue descubierto por Burton Barnes de la Universidad de Míchigan en la década de 1970 y fue estudiado en detalle por Michael Grant de la Universidad de Colorado en Boulder en 1992.

"Los grupos clonales del P. tremuloides al este de Norteamérica son muy comunes, pero generalmente menores a 1 hectárea en tamaño mientras que en áreas de los grupos de Utah se ha observado que los grupos llegan a una extensión de 80 hectáreas (Kemperman y Barnes). En el oeste semi-árido de los estados Unidos algunos arguyen que su expansión a través de semilla no ocurrió desde la última glaciación, hace unos 10 000 años (Einspahr y Winton 1976, McDonough 1985). Ciertamente, algunos biólogos creen que los clones del oeste podrían ser tan viejos como un millón de años (barnes 1966,1975). Se afirma que un clon nombrado como "Pando" (del latín, "(yo) esparzo"), cubre 47 hectáreas conteniendo más de 47 000 tallos y pesa más de 6 millones de kilogramos, haciéndolo el organismo más grande conocido." 
 Grant et al. 1992, Milton y Grant 1996.

...el álamo temblón se reproduce regularmente a través de un proceso llamado reproducción asexual. Un tallo individual puede mandar raíces laterales esto bajo las condiciones correctas, pueden propiciar el crecimiento de tallos erguidos por encima de la tierra que aparecen como nuevos árboles individuales. El proceso se repite hasta una gran cantidad de tallos aparecen dando la forma de árboles individuales, esta colección de tallos múltiples es llamada ramete, toda ella forma una forma única genéticamente individual, usualmente denominada clon.  
Michael Grant dijo en BioScience
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