domingo, 30 de enero de 2022

La resina, la memoria del bosque

SUSANA GIRÓN, en BBC-travel
El 'oro líquido' sin explotar de España
Durante siglos, la gente ha aprovechado los pinos para extraer resina. Pero en una provincia española, los lugareños creen que esta práctica ancestral podría salvar algunos pueblos y al mismo tiempo ayudar al planeta.

Al norte de Madrid, en la región autónoma de Castilla y León, al noroeste de España, hay un mosaico de vastas cadenas montañosas, altas mesetas y ciudades medievales. Si bien la mayoría de los visitantes vienen a maravillarse con los castillos que dan nombre a la región o admirar las encantadoras catedrales de León y Burgos, gran parte del área está cubierta por matorrales y mesetas de gran altitud que se extienden hasta donde alcanza la vista.
     Pero en las provincias de Segovia, Ávila y Valladolid surge un paisaje drásticamente diferente. Aquí, en medio de las sierras de Tierra de Pinares y Sierra de Gredos, un espeso bosque protegido de 400.000 hectáreas de fragantes pinos resinosos se extiende hacia los pliegues montañosos. Protegida del cálido sol español y bordeado de senderos, esta frontera boscosa es un destino popular para los lugareños y turistas. Y, si lo visita en la época adecuada del año y observa, es posible que vea trabajadores agachados junto a los troncos de los árboles, continuando una tradición centenaria de recolectar el "oro líquido" del pino.
En lo profundo del bosque los resineros sangran los pinos
Un mercado en auge        
     La resina de pino ha sido utilizada por diferentes civilizaciones durante miles de años. En España y en gran parte del Mediterráneo, se utilizó para impermeabilizar barcos, tratar quemaduras y encender antorchas, entre otras cosas. Pero según Alejandro Chozas, catedrático del Departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid, no fue hasta los siglos XIX y XX cuando la extracción de resina de pino se volvió realmente rentable en la región de Castilla y León.
      A medida que la tecnología y la industrialización ayudaron a convertir la savia espesa y lechosa en cosas como plásticos, barnices, colas, neumáticos, caucho, trementina e incluso aditivos alimentarios a mediados del siglo XIX, los propietarios de los densos bosques de Pinus pinaster de Castilla-León vieron una oportunidad. Pronto, los trabajadores estaban cortando la corteza de los pinos de resina en toda la región para recolectar la valiosa savia. Y aunque este proceso lento ha cesado en gran parte del mundo, en la última década ha experimentado algo así como un renacimiento en Castilla-León, que alberga a más fabricantes de resinas que en cualquier otro lugar de Europa y uno de los últimos lugares en el continente donde persiste la práctica.  
Muchas familias de la región exhiben con orgullo sus viejas herramientas
 De la "muerte a la vida" 
      Mariano Gómez, nació en la provincia de Ávila y trabajó durante 32 años como resinero. “Mi padre era productor de resinas y yo aprendí de él. Al principio usaba hachas de leñador, pero me dolían mucho las manos. Hoy las herramientas están mejor diseñadas para cada tarea, pero todavía es manual", dijo. Gómez y muchos otros lugareños guardan en sus casas antiguas hachas y herramientas resineras que pertenecieron a sus antepasados.
     A pesar de que el proceso de extracción se mantuvo prácticamente sin cambios desde que comenzó la industria, los fabricantes de resinas actuales han desarrollado herramientas más eficientes y ergonómicas, así como productos químicos que estimulan la secreción de resina. Como resultado, los rendimientos y la productividad han mejorado enormemente. Sin embargo, si bien el enfoque de los trabajadores en el pasado era extraer los árboles "hasta la muerte" con métodos muy agresivos, desde entonces ha habido un cambio a "la vida", que minimiza el número de incisiones en la corteza y reduce el daño al árbol.
La blanca resina que se utiliza para fabricar barnices, plásticos, cosméticos, trementina, etc.
 "Sangrando" los árboles
     En los meses más cálidos de marzo a noviembre, los productores locales extraen cuidadosamente la resina de los pinos quitando primero la capa exterior de la corteza del árbol. Luego, se clava una placa en el árbol y se cuelga una maceta colectora. Luego, los extractores usan sus hachas para hacer incisiones diagonales en la corteza, "sangrando" los árboles y haciendo que su resina se deposite en la maceta. Cuando éstas están llenas, vierten la savia en recipientes de 200 kg.
     Luego los productores envían los contenedores a las fábricas para comenzar el proceso de destilación, que separa la trementina de la resina. Cuando se quita la trementina líquida, resulta una masa viscosa y amarillenta que se solidifica cuando se enfría y se convierte en piedras brillantes de color ámbar.
El aprendizaje y las herramientas se transmitían de generación en generación
 Orgullo local
     Durante el auge de la extracción de resina de pino en España en 1961, cuando se extrajeron 55.267 toneladas de resina, más del 90% procedía de los bosques de Castilla y León. En las décadas posteriores, la falta de demanda y la fuerte caída de los precios llevaron a que la producción descendiera de manera constante. Casi desapareció en la década de 1990, lo que llevó a muchos a preocuparse porque esta tradición española, profundamente arraigada, estuviera llegando a su fin.
      En Castilla y León la resina no solo ha sido un sustento económico para las comunidades rurales, sino un oficio que se ha transmitido de generación en generación. Si hablas con los lugareños pronto te darás cuenta de que casi todas las familias tienen al menos una persona que ha "sangrado" los árboles o ha participado en su destilación. Gran parte de la actividad económica y social en estos pueblos siempre ha estado marcada por la industria de la resina, y las comunidades mantienen este legado como parte importante de su cultura.
Una alternativa la petroleo, según algunos expertos
 ¿Una alternativa ecológica al petróleo?
      Según varios estudios, al ritmo actual de extracción, se espera que las reservas de petróleo en la Tierra se agoten en algún momento después de 2050. Sin embargo, Blanca Rodríguez-Chaves, vicedecana de la facultad de derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y experta en políticas ambientales, cree que la resina podría ser una alternativa adecuada. Ella sostiene que la mayoría de los productos hechos con petróleo, como el plástico, por ejemplo, que no es biodegradable, también se pueden fabricar con resina y que se descomponen más fácilmente.
     "La resina es el petróleo del mundo de hoy y del futuro. La intención es que todos los usos del petróleo sean reemplazados por la resina", dijo. “Los plásticos ya se están fabricando a partir de resina. Se utiliza en la industria cosmética y farmacéutica además de todas sus aplicaciones en la construcción o en la fabricación de barnices y colas. El bosque es el gran proveedor de recursos renovables y la energía que nos permite sustituir los productos del petróleo, y aquí la resina juega el papel principal ".
     Rodríguez-Chaves también cree que el potencial sin explotar de la resina de pino podría significar grandes cosas para España. "La resina española es la de mayor pureza del mundo y, actualmente, sólo Portugal y España producen resina en Europa".
Se estima que el 80% de los pueblos pueden desaparecer
 Retorno rural
      Además de sus beneficios ambientales, los defensores de la resina de pino también creen que podría ofrecer una solución al éxodo rural de España. Según un informe del Banco de España, el 42% de las localidades del país se ven afectadas por la despoblación, ya que cada vez son más los jóvenes que abandonan el campo para buscar mejores oportunidades laborales en las ciudades. Este fenómeno se agrava en Castilla-León, donde el 80% de los municipios de las 9 provincias se consideran "en peligro de extinción".
     Sin embargo, debido al nuevo interés en la resina de pino, algunos jóvenes han comenzado recientemente a regresar a la región en busca de trabajo. Guillermo Arranz es uno de ellos. Vive y trabaja en Cuéllar (Segovia) y es la cuarta generación de resineros de su familia. “El pinar es mi oficina y me dio la posibilidad de seguir trabajando en el lugar donde nací. Lo que más me gusta de mi trabajo es la libertad de no tener jefe, y por supuesto, el contacto directo con la naturaleza y mi gente".
Hace tres años los hombres pensaban que Isabel sólo aguantaría unas semanas
"Mi reino"
     Vicente Rodríguez, que trabaja como productor de resina en su ciudad natal de Casavieja y es uno de los aproximadamente 30 productores de resina en la provincia de Ávila, se hace eco de los sentimientos de Arranz. "Somos de los pocos que quedan. La gente todavía se sorprende cuando nos ve resinando los pinos. Creen que somos algo del pasado. Pero no entienden que el futuro de estas áreas está conectado a la resina. Regresé a mis raíces y a la montaña porque esto me gusta".
      Isabel Jiménez es una de las pocas mujeres resineras de la zona. Dada la dureza del trabajo, tradicionalmente las mujeres se han limitado a tareas de apoyo. "Todavía recuerdo cuando empecé a extraer resina y los hombres hacían bromas y apuestas sobre cuántas semanas iba a durar. Y aquí estoy todavía, más de tres años después. Soy una mujer físicamente fuerte. Y estoy aquí porque, además de ser un estilo de vida para mí y una fuente de ingresos, este es mi reino. Mi pequeño pedazo de tierra en la Tierra".
El 90% de la extracción de resina se realiza en Castill y León
 Autonomía en el trabajo
      En la actualidad, aproximadamente el 95% de la extracción de resina de pino de España se realiza en Castilla y León, y Arranz y Rodríguez creen que la mejor forma de preservar estos bosques milenarios es dar un mayor control a los propios extractores de pino.
      "El futuro es permitir que los productores de resina administren su propio territorio. Si el gobierno nos diera ayuda a cambio de limpiar o monitorear las montañas, trabajaríamos todo el año y habría muchos más resineros dispuestos a trabajar en las montañas", dijo Rodríguez. Al atraer a más jóvenes a vivir y trabajar en estos pueblos, Rodríguez cree que la región podría ver un aumento del ecoturismo, con más empresas que ofrecen caminatas guiadas por el bosque y museos locales con talleres de resina.
 
Existen varios museos dedicados a la memoria de la resina, así como rutas guiadas
Turismo de resina
      Para contribuir a que esto sea una realidad, la zona rica en resina del Valle del Tiétar (Ávila) ha solicitado recientemente convertirse en Reserva de la Biosfera protegida por la Unesco. También hay varios museos en la zona dedicados a la resina, como el Museo Casillas, el Museo Nava de Oro y el Museo Oña, donde los visitantes pueden ver las tradicionales cabañas de brezos donde dormían los primeros resineros, así como herramientas antiguas que utilizaban para extraer la resina.
      También hay varias empresas que ofrecen recorridos guiados de la "Ruta de la Resina" desde los museos locales al bosque, lo que permite a la gente ver las pegueras (hornos) donde la resina se transformaba en pegamento impermeable y experimentar cómo era la vida de los extractores.  Los fines de semana, estos frondosos bosques pueden llenarse con el sonido de los pasos de los excursionistas que vienen para escapar del bullicio de las ciudades cercanas. Pero si escuchas atentamente, todavía puedes escuchar la gota-gota-gota del oro líquido de España mientras cae en las macetas que cuelgan de los troncos de los árboles.

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viernes, 28 de enero de 2022

Leyenda de Kenia

Leyenda chaga del "Árbol de la Historia"(Kenia)

Una historia Chaga cuenta que una muchacha un día salió con sus amigos a recoger hierba. Vio un lugar donde crecía de manera muy abundante, pero cuando puso su pie allí se hundió en seguida en el barro. Sus amigos intentaron sujetarle con sus manos pero ella continuaba hundiéndose más profundamente en el barro hasta que desapareció completamente. Sus amigas fueron a decírselo a los padres y éstos pidieron ayuda a los vecinos y todos fueron al cenagal. Aquí un adivino aconsejó que se sacrificaran una vaca y una oveja. Cuando esto hicieron comenzaron a oír la voz de la muchacha, pero pasado un tiempo la voz fue oyéndose más lejana hasta que acabó por quedar callada. Más tarde, en el lugar en el que la muchacha se hundió comenzó a crecer un árbol que poco a poco llegó a tocar el cielo. El árbol servía de cobijo a los jóvenes que cuidaban el ganado cuando el sol calentaba, resguardándose bajo sus ramas. Un día dos muchachos subieron al árbol y llamaron a sus compañeros diciéndoles que estaban en un mundo anterior. Nunca más volvieron. Desde entonces, el árbol es conocido como el Árbol de la Historia.

---Fin---

jueves, 27 de enero de 2022

Recuerdo para un peral icónico, de "grande" a villano, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA 
El peral de Cubbington

El pueblo de Cubbington está situado en medio de Inglaterra, y con menos de 4.000 habitantes lo único que llamaba allí la atención era un peral, conocido como el peral de Cubbington. 
     Se trataba de un ejemplar de Pyrus communis var. communis de alrededor de 250 años de edad, siendo el segundo más grande del Reino Unido. Con un perímetro de 3,78 metros, estuvo sano y floreciente hasta el último de sus días, creciendo en un terreno privado, pero cerca de un camino desde el que se le podía admirar. 
   Votado como árbol del año en Inglaterra en 2015, al año siguiente quedó en octavo lugar en el concurso de “Árbol Europeo del Año”. Desde el año 2011 estaba amenazado por el proyecto de construcción de un tren de alta velocidad entre Londres y Birmingham y se barajaron diversas hipótesis para tratar de salvarlo y buscar una alternativa (un túnel, su reubicación, 20.000 firmas de petición al parlamento, etc…) todo ello acompañado de protestas y manifestaciones locales. Finalmente no fue posible por motivos económicos y por su edad y estado (su interior estaba hueco) y tan sólo se hicieron 40 esquejes de él para cultivarlos localmente. Finalmente fue cortado el 20 de octubre de 2020. 

Fotos de Mailonline News de 21/10/2020 y Árbol europeo del año

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lunes, 24 de enero de 2022

No hay razón científíca ni técnica para esos ejemplares totalmente desmochados que vemos en las aceras.

Es posible que el lector urbanita se haya sorprendido en más de una ocasión parado en la acera mirando un árbol ayer frondoso y hoy desnudo, no solo de hojas sino de muchas de sus ramas, incluso mutilado de sus 'brazos' más gruesos. Y que se pregunte si es necesario dejarlos tan indefensos, privándonos del placer de la visión de su copa, refugio de pájaros, de su sombra y del frescor que neutraliza el calor del asfalto. Será así, puede que se responda, mientras casi siente dolor si pilla al operario motosierra en mano. Pero no. José González Granados, decano presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales y experto en arboricultura, dice que «no existe ninguna razón que pueda explicar eso que hacen a algunos árboles».

     Explica que hay muchos tipos de poda. Las que se realizan sobre el arbolado agrícola tienen su técnica propia y su razón de ser, conseguir más frutos. Las de árboles forestales, en montes donde los ejemplares van a ser usados para madera, «tienen otras técnicas diferentes para conseguir, por ejemplo, que la madera tenga menos nudos, porque eso la devalúa». Y luego están los árboles ornamentales de ciudades y pueblos, «los que más maltrato reciben en nuestro país, con técnicas que no deberían darse por culpa de décadas de falta de información y podas realizadas mayoritariamente por personas procedentes del mundo agrícola o forestal. Y ves árboles descopados totalmente sin razón técnica ni científica, lo que supone un trauma para el árbol por mala praxis». La buena noticia es que pasa cada vez menos por la entrada en los ayuntamientos de técnicos forestales que saben de arboricultura.
     Aporta González Granados esta sentencia definitiva: «La mejor poda que se puede hacer es la poda que se puede evitar». Lo más importante, señala, es realizar una correcta selección de los árboles que queremos tener en nuestras ciudades, «porque, tradicionalmente, al lado de las fachadas se han plantado especies que llegan a medir 30 metros de altura». En esos sitios, aconseja, habría que elegir especies más pequeñas:«Se ha hecho mal y ahora se empieza a hacer algo mejor. Existen 250.000 especies de plantas vasculares (árboles, arbustos...), así que hay un gran elenco para elegir teniendo en cuenta sus características morfológicas, de adaptación al clima, previendo las condiciones que van a vivir en la ciudad...».
     Señala que el asfalto se recalienta y a veces el suelo no es el más adecuado para especies que, en ocasiones, no tienen ni espacio, porque los alcorques, los agujeros para la plantación, no alcanzan el metro cúbico mínimo que han de tener para que sean lo más longevos posible. «Nos ahorraríamos la mayoría de intervenciones de poda si eligiésemos la especie adecuada, porque todas al nacer son pequeñas, pero unas se quedan en 3 metros y otras alcanzan 30».
     Reconforta saber que hoy se hace todo lo contrario a lo que se hacía en los años 50, 60 y 70 del pasado siglo, cuando las ciudades se llenaron de olmos de Siberia, que llegan a los 15 metros con un crecimiento rápido en los primeros años, y plátanos, que alcanzan más de 50. «Yo vivo en Aranjuez –dice el ingeniero forestal–, una de las localidades con más arbolado de la comunidad y que tiene los mayores plátanos de España, de más de 250 años de edad, que no han sido podados nunca, con 52 metros de altura. Pues esa es la excepción, porque lo normal es que los plátanos se desmochen y no debería darse, es un grave error. Lo que pasa es que estas especies pueden aguantar tal atropello, pero en el caso de los arces negundos o los cinamomos, especies ornamentales muy usadas también en nuestras calles, cuando se les hacen estas intervenciones, estos desmoches, no los aguantan y mueren antes de tiempo».
     Habla de las podas de formación, que se hacen cuando pensamos que un árbol va a tener problemas por interferencias entre sus ramas: «Pero nos referimos siempre a cortar ramas pequeñitas, por debajo de los 5 centímetros de diámetro, porque hasta ahí la cicatrización es buena. Por encima de ese tamaño podemos tener problemas de enfermedades, porque la cicatrización tarda lo suficiente para dar tiempo a que por esas 'heridas' entren los patógenos. Hay que desinfectar las herramientas de poda, que tampoco suele hacerse, y se contagian enfermedades». Insiste en que ningún árbol necesita ser desmochado, pero a veces, ante las quejas de vecinos a los que se les meten las ramas por las ventanas, se acaban cortando. «Lo que hay que hacer entonces es una poda a la carta, porque cada especie tiene sus necesidades».

Captan menos CO2
     Dice el experto haber visto actuaciones nada razonables y que esos desmochados son denunciables. «No hay justificación técnica para cada año o cada dos o tres podarlos de esa manera para abaratar y evitar otras intervenciones, de limpieza de hojas, por ejemplo. Estás disminuyendo su esperanza de vida, si iba a vivir 80 años, ahora solo llegará a 20 o 30».
     Recuerda que los árboles realizan en las ciudades una importante labor de captación de CO2, «y cuando los dejamos desnudos, captan mucho menos. También dan una buena sombra en verano y beneficios a la salud desde el punto de vista paisajista y de hábitat de aves, así que hay que respetar su crecimiento. Pero se les hacen aberraciones. Si alguien cree en la reencarnación, nunca querría convertirse en árbol de ciudad». 

 

Evita que tu perro orine en el árbol y no tires el cubo con agua de fregar
     Es una estampa completamente habitual ver a los perros orinando en la base de los árboles. «Yo evitaría eso, o llevaría una botella de agua para echar ahí e intentar diluirlo, como hacen ya muchos dueños de animales, porque a veces un mismo ejemplar de ciudad puede tener que sufrir a varios perros en un mismo día, lo que supone una cantidad de ácido úrico importante». También es frecuente ver cómo algunas personas que han estado limpiando los portales o las tiendas a pie de calle lanzan el cubo con el agua de fregar a la tierra donde el árbol hunde sus raíces, «y con tres cubos puedes llegar a matarlo, por la cantidad de químicos que le lanzas».
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sábado, 22 de enero de 2022

La cubierta vegetal en los olivares

LOS OLIVARES Y LAS "MALAS HIERBAS"
Gabinete de Comunicación de la UJA

Investigadores de la UJA consideran esencial el manejo extensivo de las cubiertas vegetales de olivar y la presencia de áreas naturales para incrementar la diversidad de especies y sus funciones

Un estudio realizado, en el marco del proyecto Life Olivares Vivos, en cuarenta olivares distribuidos por las provincias de Jaén, Córdoba, Málaga, Granada, Sevilla y Cádiz permitió detectar 319 especies de plantas, un 7% de toda la flora de Andalucía, incluida una nueva especie para la ciencia, la Linaria qartobensis
El investigador Rubén Tarifa, realizando trabajos de campo.

Un trabajo de investigación liderado por Rubén Tarifa, doctorando de la UJA en el Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología, considera esencial el mantenimiento de las cubiertas vegetales de olivar y la presencia de áreas naturales para incrementar la diversidad de especies y de las funciones que estas desempeñan en el cultivo. Así, los esquemas agroambientales en estos agrosistemas deberían promover prácticas de manejo que favorezcan la diversidad y funcionalidad de las cubiertas vegetales, especialmente en aquellos olivares donde los parches de áreas naturales sean más escasos e incluso inexistentes.
     Así se desprende del artículo ‘La intensificación agrícola erosiona la diversidad taxonómica y funcional en los olivares mediterráneos al filtrar especies raras’ ("Agricultural intensification erodes taxonomic and functional diversity in Mediterranean olive groves by filtering out rare species"), publicado en la revista Journal of Applied Ecology, elaborado
por Rubén Tarifa junto a los investigadores Carlos Martínez-Núñez, Teresa Salido y el catedrático Pedro J. Rey, de la UJA; Juan P. González-Varo, de la Universidad de Cádiz y Francisco Valera, de la Estación Experimental de Zonas Áridas-CSIC.
     Este trabajo señala cómo las plantas arvenses -vulgarmente "malas hierbas"- que componen las cubiertas vegetales del olivar son esenciales para sustentar su biodiversidad, ya que de todas ellas se alimentan multitud de organismos, principalmente aves e insectos (muchos de ellos controladores de plagas). Sin embargo, esta diversidad se ve comprometida por la intensificación agrícola. Por un lado, los paisajes agrarios cada vez están más simplificados y son más homogéneos, y por otro, el uso indiscriminado de herbicidas ejerce fuertes presiones sobre las comunidades de plantas, que acaban por reducir su diversidad de especies.
     “No solo es drástica la pérdida de especies, sino también la pérdida de funcionalidad. Además, hasta ahora, se desconocía si las prácticas agrícolas intensivas podrían estar afectando a las especies más raras, taxonómica y funcionalmente, o por el contrario a aquellas más comunes o dominantes. Se sabe que, en ciertas comunidades, las plantas raras desempeñan un rol muy importante dentro de la comunidad, sustentando funciones irremplazables dentro del ecosistema. Por todo ello planteamos este trabajo”, señala Rubén Tarifa.
     El olivar en Andalucía ocupa cerca de 1,5 millones de hectáreas. Se trata de un cultivo que presenta cubiertas vegetales de especies arvenses nativas que crecen de forma espontánea bajo la copa de los olivos. En el olivar, las cubiertas vegetales se manejan de forma intensiva, usando herbicidas y labranzas recurrentes, o de forma extensiva, desbrozando mecánicamente con ganadería y sin usar herbicidas. Además, a lo largo de la cuenca del Guadalquivir
se encuentran tanto olivares rodeados por un paisaje excesivamente simplificado, como aquellos donde aún son frecuentes los reductos de vegetación arbórea y arbustiva natural, según se recoge en el trabajo.
     Para el desarrollo de esta investigación, realizada a lo largo de la primavera de 2016 en el marco del proyecto LIFE Olivares Vivos, los autores muestrea o la diversidad de plantas de las cubiertas vegetales de cuarenta olivares distribuidos por las provincias de Jaén, Córdoba, Málaga, Granada, Sevilla y Cádiz. Todos se disponían en un gradiente de “complejidad del paisaje”, desde olivares donde apenas quedaban parches de vegetación natural, hasta otros donde aún persisten los parches de matorral o bosque mediterráneo. La mitad de las fincas presentaban manejo de las cubiertas vegetales intensivo mientras que las otras veinte, un manejo extensivo. En cada una de ellas se registraron todas las especies arvenses que se ubicaban en una serie de cuadrados de 1x1 metros, distribuidos dentro de cada olivar.
     De esta manera, se detectaron 319 especies de plantas, un 7% de toda la flora de Andalucía. Incluso una nueva especie para la ciencia, la Linaria qartobensis, en un olivar que respeta las cubiertas vegetales desde hace más de 100 años. Posteriormente, se caracterizó la comunidad de plantas de cada una de estas fincas en base a las funciones que desempeñan en el olivar: si son o no polinizadas por los insectos, el peso de sus semillas, su altura… Así, los investigadores pudieron definir las funciones que desempeñan el conjunto de plantas de cada olivar.
     “En nuestro estudio encontramos que la diversidad de especies y las funciones que estas desempeñan en el olivar se vieron negativamente afectadas por la simplificación del paisaje de olivar y el manejo intensivo de las cubiertas vegetales. Las especies raras fueron las más afectadas en este proceso. Además, detectamos un umbral próximo a las 85 especies por olivar, a partir del cual incrementa la diversidad de funciones desempeñadas por las plantas que componen las cubiertas vegetales. Este umbral solo se alcanzó en olivares que además de mantener las cubiertas vegetales respetaron la presencia de parches de vegetación natural. Nuestros resultados evidencian la necesidad de conservar zonas “no productivas” dentro del olivar para tener cubiertas vegetales más diversas y multifuncionales, esenciales para hacer del olivar un cultivo más respetuoso con la biodiversidad“, explica Rubén Tarifa.

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viernes, 21 de enero de 2022

Agradecimiento y adiós a un gran hombre, de Liverpool a Gran Canaria


DAVID BRAMWELL, el gran sabio de la flora canaria
Deja como legado en las Islas el mayor jardín botánico de España

El naturalista británico David Bramwell, considerado como una de las autorides mundiales sobre la flora de Canarias y el resto de la Macaronesia, ha fallecido a los 79 años, según ha informado el Cabildo de Gran Canaria.
      En 1973, a la muerte de Eric Sventenius fue nombrado director del Jardín Botánico "Viera y Clavijo" de
Gran Canaria, conocido también como El Jardín Canario. Es entonces, con Bramwell, cuando el Jardín Botánico se consolida como un centro de conservación, investigación y educación ambiental. En esta época yo conozco el Jardín, leo los libros de Bramwell y lo visito con frecuencia. Allí conozco a uno de los colaboradores del Jardín, Don Jaime O'Shanahan, que me anima a que los visite con escolares, al principio de su mano. 
     Poco a poco veo cómo se construyen nuevos laboratorios, un herbario y una biblioteca y, un poco mas tarde, se construye un vivero donde mantener las colecciones de plantas vivas.     
     No se puede hacer más que manifestar nuestro agradecimiento a don David por su legado científico, por difundir internacionalmente las peculiaridades de las plantas que solo pueden encontrarse en los archipiélagos de Canarias, Azores, Madeira, Salvajes y Cabo Verde. Galardonado en numerosas ocasiones y con una amplia bibliografía nos deja un gran conocimiento, investigación, conservación y divulgación. Gracias.
Don Eric Sventenius en el Jardín
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martes, 18 de enero de 2022

In memoriam...

LUIS SÁNCHEZ-MOLINÍ, en "diario de Sevilla"
Los olmos de Reina Mercedes

La sentencia ya se está ejecutando: un total de 36 olmos del campus de Reina Mercedes pasarán a mejor vida debido a que su estado puede suponer un peligro para los viandantes. No tenemos nada que objetar a la decisión de los técnicos de la Universidad de Sevilla. Ellos sabrán. Pero eso no debe impedir que entonemos aquí nuestra particular endecha en memoria de un árbol, el olmo, que durante un tiempo fue un símbolo de la vieja Europa y que debido a la grafiosis y a la urbanización indiscriminada ha pasado a ser casi un proscrito en nuestros campos y ciudades. Bajo no pocos olmos o negrillos (como se le llamaba popularmente) se sentaron muchos de los concejos de las aldeas y lugares de España a tratar sus asuntos, y el hecho de que el antiguo y ya desaparecido edificio del gobierno municipal de Sevilla (ubicado en la actual plaza Virgen de los Reyes) se llamase el Corral de los Olmos nos indica hasta qué punto el ulmus romano fue un príncipe en la arboleda ibérica. En alguna otra ocasión ya hemos mostrado nuestra intención de fundar una cofradía para dar culto a la Virgen de los Olmos (quizás con la jubilación), anónima imagen medieval que actualmente se encuentra en la capilla de San Antonio de la Catedral y cuya réplica, realizada por Juan Luis Coto en el último tramo del siglo XX, adorna una hornacina de la Giralda. Entre pocos devotos podríamos proveer las ceras, aceites y latines necesarios para honrar esta imagen de tan bello nombre, factura y significado, patrona y abogada de los bosquetes sevillanos.
     Los niños de la Transición hemos visto crecer poco a poco el campus de Reina Mercedes. Lo vimos pasar de su condición de descampado polvoriento, con cines de verano (Los bingueros, Se acabó el petróleo, etcétera) y algunos edificios aislados (pero de buena calidad arquitectónica, como las escuelas de Ingenieros y Arquitectura), al muy digno campus de carreras científicas y técnicas actual, aunque algo apelmazado y con muchos menos metros cuadrados verdes de los que hubieran sido deseables. Ahora nos enteramos del patíbulo que han levantado a estos 36 olmos, cuya sombra buena y fresca será sustituida por la que proporcionarán otras especies mejor adaptadas a los nuevos tiempos: sóforas japónicas, catalpas y árboles del amor. Son especies hermosas y con floraciones muy vistosas, pero nunca podrán sustituir la compostura del olmo, el árbol que don Antonio Machado eligió para cantar en un conocido poema la dignidad de la vejez.


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sábado, 15 de enero de 2022

Japón y sus tres grandes jardines

LOS 3 GRANDES JARDINES DE JAPÓN, de Nippon.com
La estética de Edo sigue viva

Kairakuen, Kenrokuen y Kōrakuen son todos jardines que siguen el típico estilo de jardín del período Edo llamado chisen kaiyūshiki teien (lit. jardín de estilo de paseo circular con estanque). A diferencia del estilo zakanshikien (lit. jardín de estilo de contemplación sentada), que consiste en apreciar el jardín desde el interior de un edificio como por ejemplo la sala de estudio de la residencia del señor feudal, la característica de este estilo es que se puede disfrutar del paisaje mientras se pasea por el camino del jardín que tiene un estanque en su centro.

Kairakuen

     En 1842, el noveno señor del dominio de Mito Tokugawa Nariaki (1800-1860) hizo construir el jardín. El nombre de Kairakuen está inspirado en un pasaje extraído del clásico chino Mengzi que dice “Los gobernadores de antaño se divertían en compañía del pueblo, por eso su diversión era más plena”. Siguiendo la misma filosofía el fundador de Kairakuen manifestó por escrito: “Yo, Nariaki, también estoy decidido a proceder de igual forma y a divertirme con mis súbditos”.
     Al principio, sólo podían entrar samuráis y personas vinculadas con la religión como sacerdotes sintoístas, monjes de las diferentes sectas budistas, etc., pero poco a poco la gente de a pie llegó a ser admitida.
     Es famoso por sus ciruelos, y en el parque hay plantados alrededor de 3.000 de ellos de unas 100 variedades. Es un deleite para la vista contemplar cómo cambia su vegetación durante las cuatro estaciones: las flores de cerezo en primavera, las azaleas a principios de verano, el bambú verde y el bosque de cedro en pleno verano y las flores de lespedeza y los arces en otoño, entre otros.

  • https://www.ibarakiguide.jp/kairakuen.html
  • Dirección: 1 Chōme Tokiwachō, Mito, prefectura de Ibaraki.
  • Entrada: 300 yenes para los adultos, 150 yenes para los estudiantes de instituto y mayores de 70 años (gratis desde la apertura del jardín hasta las 9:00 a.m.)
  • Acceso: desde la estación de Mito de la línea Jōban de JR, se toma la salida norte y se tarda unos 20 minutos en autobús hasta llegar a Kairakuen.
Fotografías por cortesía de la prefectura de Ibaraki.

Kenrokuen

     Este es un jardín construido por el clan Maeda del dominio de Kaga en el recinto exterior del castillo de Kanazawa cuya superficie es de unos 30.000 tsubo (11,4 ha). Se dice que se necesitaron 180 años para completar el proyecto desde que se inició durante el gobierno de Maeda Tsunanori, el quinto jefe heredero del clan.
     Su belleza natural que cambia de expresión con las cuatro estaciones es muy atractiva, no obstante, resulta particularmente hermosa su tradición invernal de instalar los yukitsuri (una estructura de cuerdas que se colocan sobre los árboles para evitar que el peso de la nieve rompa las ramas). Las linternas de dos patas, que a menudo aparecen en postales y guías, se llaman kotojitōrō porque se asemejan a los kotoji que soportan las cuerdas del instrumento musical tradicional koto.
     Se encuentra en una zona adyacente al castillo de Kanazawa y al Museo de Arte Contemporáneo del siglo XXI de la misma ciudad. La Guía Verde Michelin de Japón le concedió 3 estrellas.

  • http://www.pref.ishikawa.jp/siro-niwa/kenrokuen/index.html
  • Dirección: 1-1, Marunouchi, ciudad de Kanazawa, prefectura de Ishikawa.
  • Entrada: adultos (a partir de 18 años) 320 yenes / niños (6 a 17 años) 100 yenes.
  • Acceso: desde la estación de Kanazawa de JR salen cada 15-20 minutos el Kenrokuen Shuttle y el autobús turístico Kanazawa Loop Bus de Hokuriku Railroad.
Fotografías por cortesía del Ayuntamiento de Kanazawa.

Kōrakuen

     Este gran jardín fue construido por Ikeda Tsunamasa, el segundo señor del dominio de Okayama, como un lugar para relajarse. Se dice que se dejaba entrar a los residentes y Tsunamasa que era aficionado al teatro nōh aparecía bailando en el jardín por iniciativa propia, y que los señores feudales después de Tsugumasa mostraban el jardín en días específicos mientras se tenían que ausentar de Okayama para visitar Edo (actual Tokio) en el sistema establecido de sankinkōtai. Aunque Kōrakuen sufrió daños por una inundación en 1934 y por bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial en 1945, fue restaurado a partir de unos dibujos del período Edo, y se ha conservado hasta la actualidad sin cambiar significativamente la apariencia original de dicha época.
     Un lugar popular para tomar fotos del castillo de Okayama se encuentra al otro lado del estanque. La Guía Verde Michelin de Japón le concedió 3 estrellas.

  • https://okayama-korakuen.jp/index.html
  • Dirección: 1-5 Kōrakuen, Kita-ku, Okayama
  • Entrada: adultos (a partir de 15 años) 410 yenes, personas de 65 años en adelante 140 yenes y gratis para los estudiantes de instituto y menores.
  • Acceso: a 25 minutos a pie desde la estación de Okayama de JR o 10-15 minutos en autobús regular.
Fotografía por cortesía de la Asociación de Turismo de Okayama.
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miércoles, 12 de enero de 2022

El secreto de las higueras

Joan Rallo en su plantación experimental en Campos
JOAN RALLO, por Elena Soto
La sexualidad de las higueras y su insecto polinizador


El libro de Joan Rallo, resultado de diez años de investigación, descubre el sorprendente, complejo y desconocido mundo de las higueras y su reproducción

La higuera (Ficus carica) es uno de los frutales más antiguos de los que tenemos constancia y una de las primeras especies cultivadas. Hace una década un equipo de arqueólogos encontró en el yacimiento de Gigal, en el valle del Jordán, nueve higos carbonizados de este fruto, de unos 11.400 años de antigüedad; al analizar el material se comprobó que los higos pertenecían a una variedad claramente domesticada, ya que al carecer de semillas sólo podrían haberse reproducido por esquejes. Este hallazgo echa por tierra la teoría de que los primeros cultivos fueron los cereales; las higueras estarían en el kilómetro cero de la agricultura y por tanto de la cultura.
      Pero mucho antes de ser domesticada por el hombre, la higuera ya formaba pareja con un pequeña avispa (Blastophaga psenes), una estrecha relación de mutua dependencia que se remonta al menos a unos 60 millones de años atrás, cuando insecto y árbol establecieron un pacto que permitía al primero criar dentro del higo a cambio de la polinización. Un fósil de avispa de la higuera de más de 34 millones de años, hallado en la isla de Wight (Reino Unido) muestra que el complejo vínculo que existe actualmente entre estas dos especies, indispensable para la supervivencia natural de ambas, viene de muy lejos y ha permanecido sin cambios desde entonces.
     Y aunque el ser humano ha cultivado la higuera desde tiempos inmemoriales su conocimiento de la especie es más bien escaso ¿qué sabemos de este árbol? ¿Necesita un insecto polinizador para que maduren sus frutos? Y yendo un poco más allá, los higos ¿son en realidad frutos?
     El libro La sexualidad de las higueras y de su insecto polinizador de Joan Rallo, publicado por la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, a través de la Dirección General de Agricultura y Ganadería y el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de las Islas Baleares (IRFAP), nos adentra en el fascinante y complejo mundo de las higueras en el que pocas cosas son lo que parecen.      «La relación entre la higuera y su insecto polinizador es un tema que siempre me ha llamado la atención y, aunque se cita mucho, hay pocos estudios en profundidad», comenta Rallo. "Esperé a la jubilación para disponer del tiempo suficiente que me permitiera investigarlo, y el libro es el resultado de diez años de observaciones, además de actualizar los conocimientos que hasta ahora tenemos sobre las higueras, especialmente los referentes a su sexualidad, a la falsa partenocarpia que se les adjudica o a su antigüedad como cultivo".
     Para entender al Ficus carica, -higuera de toda la vida-, es conveniente comenzar aclarando que dentro de la misma especie encontramos diferentes tipos; en primer lugar están los cabrahígos o silvestres, que presentan a lo largo de su ciclo anual tres tipos de infrutescencias no comestibles: las mamas, los prohigos y los mamones, y en segundo las higueras cultivadas que, para producir sus frutos (comestibles), pueden precisar o no de polinización y, en este punto es donde el tema se vuelve apasionante.
     Desde hace millones de años -hay quien estima que unos 80- la avispilla Blastophaga psenes y Ficus carica coevolucionan, creando una compleja estrategia que continúan manteniendo en la actualidad. "No se trata de una polinización accidental, como la de las abejas que van a todo tipo de flores, ésta es activa, etodinámica, y exclusiva para la higuera" explica Rallo, "y en esta ayuda mutua hay un toma y daca que permite al insecto disponer de un lugar seguro para realizar la puesta y de alimento para criar a sus larvas y al árbol poder reproducirse al ser polinizado".

     Aunque los llamemos frutos, los higos son en realidad una infrutescencia que alberga en su interior cientos de flores pequeñas encerradas en un receptáculo denominado sicono; y en el caso de los cabrahígos las hay de dos tipos masculinas y femeninas. Uno de los primeros objetivos de la investigación de Rallo ha sido describir el ciclo del insecto en Mallorca y todo el proceso comienza con el cabrahígo.
     La avispilla hiberna en las flores de las mamas y emerge como hembra adulta alada cuando se están desarrollando los prohigos, en los que penetra a través del ostiolo y realiza la oviposición en las flores brevistilas que tapizan el interior del sicono y que pasan a transformarse en agallas tras la intervención del insecto.
     De los huevos, uno en cada flor, salen primero los machos, localizan a las hembras que todavía permanecen dentro de las agallas y las fecundan, además, de abrirles una vía de salida a través del canal ostiolar, conocido también como ojo. Tras esta tarea, mueren sin haber salido del higo. Una vez que las hembras aladas ya fertilizadas emergen, salen del sicono atravesando la capa de flores con estambres que se localizan alrededor del ostiolo, almacenando el polen en unos cestillos ad hoc localizados en la parte inferior del tórax.
     Abandonado el sicono, la avispilla puede introducirse en un mamón de cabrahígo, polinizando sus flores y colocando sus huevos en las flores brevistilas, donde nuevas generaciones se desarrollarán a lo largo del verano, que a su vez acabarán poniendo sus huevos en las mamas, donde los insectos en forma de larva pasarán el invierno hasta la primavera siguiente, en la que comenzará de nuevo el ciclo.
     O bien pude ocurrir que la avispilla visite una higuera "doméstica", y como las flores de sus higos son de pistilos largos no puede realizar la puesta, pero en el intento las polinizará, dando lugar a semillas con lo que la higuera asegura su reproducción sin la intervención humana,
     Actualmente, la mayoría de las higueras de nuestro entorno se propagan por esquejes y los frutos maduran sin polinizarse, sin embargo es de destacar la importancia de la caprificación, ya que sus frutos presentan un mayor tamaño, una coloración más intensa de la pulpa y una mayor calidad gustativa. Cuando Rallo comenzó esta investigación el primer paso fue localizar este tipo de higueras macho (cabrahígos) en la Isla, "una de las primeras la encontré en el talayot de Capocorb, otra en un corral de Sineu, estaban muy dispersas y cada vez que iba a realizar un estudio tenía que desplazarme, así que decidí llevar a cabo mi propia plantación. Sembré higos silvestres o sus semillas, esperé a ver si salía macho o hembra y, a partir de este punto, ya dispuse del material suficiente para poder seguir investigando".
     "Muchas de estas higueras para envejecerlas y ganar tiempo he tenido que irlas injertando sobre ellas mismas", aclara. "Los cabrahígos no producen higos comestibles, pero son necesarios para que críe el insecto, del que en casi toda la bibliografía se citan tres ciclos, pero yo he contado hasta cinco en un año y, haciendo trampa, seis".
     Con este estudio Rallo busca motivar al cultivador para que establezca plantaciones modernas y, también, promover el cambio de cultivos en algunas de las que ya existen, utilizando la práctica de la caprificación que permitiría obtener higos de mayor calidad tanto para el secado como para la alimentación animal. Además de ayudar a crear conciencia sobre la necesidad de establecer una colección de variedades de cabrahiguera que puedan servir de base no sólo para la polinización de los cultivos futuros sino también para proteger y fomentar la biodiversidad de la especie.

     Se trata sin duda de un mundo sorprendente, complejo y bastante desconocido en el que hay higueras como la de tipo Esmirna que necesitan la polinización para obtener su cosecha de higos o como las de tipo San Pedro con dos cosechas al año; en una, la primera, no necesitan polinización, pero en la otra, si no se produce, el higo cae.
     En sus diez años de investigación ha reunido numerosa documentación entorno a esta especie, además de descubrir otros aspectos que han despertado su curiosidad. "Estoy asombrado de su complejidad y no me refiero solo al aspecto reproductivo. Dentro del higo vive toda una serie de fauna y de flora que comienza a citarse a partir de mediados del siglo pasado. La Philotrypesis caricae, por ejemplo, es un parasitoide oportunista que pone su huevo en la misma flor donde lo ha puesto la Blastophaga y cuando eclosionan, las larvas de la intrusa se aprovechan del alimento que debería tomar la avispilla del higo".
     Joan Rallo fue profesor de fruticultura mediterránea en la UIB y ha centrado su investigación en los cultivos realizados en Baleares, desde los olivos a los algarrobos, pasando por almendros, el viñedo o la apicultura. En este libro sobre las higueras y su insecto polinizador aborda una compleja relación que, a pesar de llevar millones de años, es bastante desconocida.

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domingo, 9 de enero de 2022

El aderno de Los Chorros de Epina, del cronista de Canarias

JUAN GUZMAN OJEDA
, Ing. téc. forestal
El legendario aderno de Los Chorros de Epina

Sin hojas en 2014

      Y cierto es que junto al sendero hacia Arure (GR-132) se localiza un viejo aderno (28º 09´48´´ N y 17º 17´ 53´´ W), apenas a 200 metros antes de llegar a oír el borboteo de la fuente. Debemos lamentar que tras la visita realizada en fechas recientes [31 enero 2014], el ejemplar en cuestión no exhibía ninguna hoja y esta especie no es precisamente caduca. Este ejemplar singular que, supuestamente, enlazaría con la cultura oral, probablemente pereciera durante el pasado año. A juzgar por su aspecto, durante su etapa juvenil debió ser víctima de un importante movimiento de tierra o bien puede que viviera subyugado a la sombra de otro gran árbol ya que su tronco, de apenas 6 metros de largo, se encuentra prácticamente horizontal al camino, creciendo desde la pendiente hacia el vacío.
      Ahora, su tortuoso esqueleto vegetal, de más de un metro de diámetro, se encuentra abierto y desgarrado por el paso de los incontables años, sirviendo a modo de gran macetero proporcionando sustrato y soporte a musgos, helechos, líquenes y pequeñas crasas rupícolas.  

Desmitificando su soledad
      Pese a que algunos textos científicos atribuyen la capacidad de esta mirsinácea para emitir brotes de raíz (o geneta), como hace su pariente el marmulán (Sideroxylon canariensis), por nuestra parte no se ha podido advertir la presencia de los mismos, circunstancia que frena la regeneración natural de este individuo en particular. No obstante los guías del Parque Nacional de Garajonay nos confirman la presencia de otros adernos en la zona, desmitificando la creencia popular sobre la solitaria existencia de este árbol en toda la isla.
      Claro está que la causa de la muerte de este ejemplar no debieron de ser las hojas que, como pruebas de fe, les iba regalando a las pobres esclavas del agua que además, a buen seguro, arriesgarían su propia vida para llegar a alcanzarlas. Como recoge José Perera, alguna había más avispada que venía con la hojita del árbol pero con la talla vacía, llenándola en el barranco de Macayo, ya cerca de la entrada a la pedanía urbana de Vallehermoso.
     Y no queremos terminar sin añadir que mientras la bruma siga acariciando y jugando con el monteverde gomero, continuarán manando “las canales” de la fuente para mantener viva tanto la leyenda del único aderno como el sabor también único de la fresca e incomparable agua del monte.

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 César-Javier Palacios también nos habla aquí de este aderno

jueves, 6 de enero de 2022

El tejo de los Tenreiro, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El tejo de Pontedeume, A Coruña


Estas fotos corresponden a un ejemplar de tejo (Taxus baccata), que creció en la villa de Pontedeume (A Coruña). Como sucede con muchos de estos árboles desconocemos su edad, aunque en épocas la familia propietaria llegó a hablar de entre 400 y 500, y alguna publicación los elevó a los 700. Lo cierto es que se le estimaban poco más de 200 años. Según nota de prensa firmada por un arquitecto a mediados del siglo XX (autor del dibujo que acompaña este texto) en 1825, se desplazó “un viejísimo tejo” con la única ayuda de un plano inclinado para colocarlo en el centro de unos banquillos y columnas preexistentes y a partir de entonces se le dio forma y guió hasta formar cuatro niveles (tres pisos y una cúpula) siguiendo el estilo de la topiaria de algunos tejos ingleses, hasta que en 1840 estuvo listo.  
     Dudosa es la edad estimada y dudoso es que se lleve un árbol al interior de un columnario construido, en vez de construir este una vez arraigado el árbol. Fuese como fuese, el invento prosperó y al abrigo de la finca de la rica familia de los Tenreiro, durante unas décadas el árbol fue imagen de su poderío político y económico. Fuentes locales, a nivel de Internet y de prensa, magnifican sus visitas y circunstancias, llegando algunos a hablar de consejos de ministros o banquetes del gobierno a su sombra.  
     Cierto es que algunos visitantes de renombre tuvo, conforme a los intereses y amistades de la familia propietaria, pero posiblemente los datos se hayan magnificado, aunque al parecer, Azaña estuvo invitado en la casa y recibió alguna visita bajo el árbol.  
     Al árbol se accedía por una escalera metálica en forma de caracol, estando formados los pisos por maderas. El primero estaba a 2,65 metros del suelo, el segundo a unos 4,65 metros y del tercero no tengo la medida- pero, naturalmente, de menor diámetro que la superficie de la copa.  
     En 2007, en base a su particular fisonomía e historia, fue declarado “Árbore Senlleira” de Galicia. La familia, con el tiempo, había perdido parte de su status y en las últimas épocas condenó al abandono a la antigua finca que pasó de ser un semi jardín botánico a un zarzal. Por su parte el ayuntamiento expropió la parte baja de la misma para hacer un paseo peatonal a la orilla del río. Era la época de las vacas gordas: dinero para expropiación, carril bici con aglomerado bituminoso y paseo peatonal a base de planchas de granito que pueden observarse bien en la fotografía donde he “decapitado” a un grupo de personas, fotografía que corresponde al año 2010.  
     Ahí comenzaron los problemas del árbol. Inicialmente no se percibían pero al cabo de un tiempo marcaron su declive definitivo: empezó a perder ramas y hojas y luego, al parecer, fue atacado por un tipo raro de cochinilla. No hubo tratamiento posible: ni las fumigaciones, ni levantar las planchas de granito más próximas, lo salvaron. Se le dio por muerto, aunque luego tuvo algunos brotes verdes en el tronco (mi última información me dice que continúan). Perdió su consideración de árbol sobresaliente en 2020, cuando ya no era más que un recuerdo de aquel que fue en tiempos mejores.

2010
 
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Y otra noticia de 2016...
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