sábado, 6 de abril de 2024

El roble Stelmužė-Lituania, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El roble venerado

El roble Stelmužė (que en lituano se escribe Stelmužės ąžuolas) es un roble común (Quercus robur) que crece en el antiguo parque Stelmužė Manor, junto al pueblo de Stelmužė, en el distrito de Zarasai, Utena, en Lituania. Esto, que parece una broma o un trabalenguas, lo he dejado así con toda la intención porque, aunque mi teclado de ordenador seguramente podría hacerlo, yo no sé escribir Stelmužė, simplemente lo copio y pego.
     No es fácil situar esta aldea sobre el mapa (20 habitantes, algunos más en verano), que queda en la frontera con Estonia y su historia ha sido complicada. Lo más antiguo que conserva son las ruinas de una torre de piedra del siglo XVII, de la que se dice que pudo haber sido cárcel o frigorífico, o ambas cosas quizá. También hubo un castillo que fue destruido por los suecos. Entre los siglos XVII y XIX fue propiedad de una familia de origen alemán y luego allí se asentó una familia rusa, uno de cuyos miembros fue ministro de interior con el zar Alejandro II. La zona era parte de Letonia, pero en el otoño de 1920, un árbitro inglés varió la frontera para que pasase a Lituania y allí sigue, en otras zonas fue al revés.
     Cerca del roble hay una iglesia de madera construida por los maestros letones
sin clavo alguno, clasificada entre los edificios de madera más antiguos del país. Fue construida antes de 1650 y reconstruida por los alemanes en 1713. El interior de la iglesia tiene el estatus de “monumento de bellas artes de importancia nacional” por sus tallas barrocas. Normalmente no se usa como iglesia y los turistas visitan el templo como museo de arte sacro de interés.
       Hablando del árbol: tiene una altura de 23 metros y un perímetro es de 9,58 metros, con el interior del tronco hueco, quedándole pocas ramas vivas. Esta falta de soporte amenazaba con derribar el árbol, así que se limpió a fondo de polvo y restos (dicen que fueron necesarios varios viajes de camión), luego fue desinfectado y se tapiaron todos los agujeros con láminas de cobre, apuntalándose las ramas que más lo necesitaban. Si bien los locales le califican de milenario -entre los 1500 y 2000 años- y citarlo como de los más antiguos -sino el que más- de Europa, estos números resultan difíciles de creer y sería preciso conocer los crecimientos de otros árboles en la zona para tener una idea más aproximada. Pese a todo, en 2017 fue candidato a “Árbol Europeo del Año”, citándolo como milenario, hecho que sucede con frecuencia, el impulsor de la iniciativa pone lo que desea y la organización sólo lo transmite.

       En 1960 fue declarado “Monumento Natural Protegido” de Lituania, usándose sus bellotas para propagar muchos robles por el país. En el año 2013 se grabó su silueta en las monedas de 2 litai (2,19 euros).
       No resulta extraño que un árbol así tenga algunas leyendas asociadas: a través del hueco del árbol y conociendo la palabra adecuada, puedes bajar al inframundo. También se dice que bajo sus poderosas raíces hay un tesoro. En el pasado, bajo este árbol, los paganos lituanos y letones, adoraban a Perkünas, el dios del trueno, la lluvia, las montañas, los robles y el cielo. Tal vez este dios haya protegido al roble de Stelmužė hasta la actualidad.

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