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9/05/2023

Etagelinde, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Etagelinde

1900 - Macon, Bélgica

Etagelinde es el nombre dado en los países bajos a un árbol de tilo (“linde” en holandés, y del que se usan varias especies), con una estructura formada por pisos debido a un método de poda y emparrado específico. Cuando los pisos se rompen o se cortan, el resto se llama glorieta. Se desconoce de dónde proviene este uso, pero la creencia general otorga un fuerte simbolismo a la forma del árbol: los tres pisos simbolizan la estructura horizontal y jerárquica de la sociedad. El piso inferior representa al pueblo llano, que es el piso más grande, luego, arriba, el segundo, más pequeño, representando a los poderes eclesiásticos y la nobleza. Y finalmente el último piso que representa a Dios, que está en el cielo. A la vista del árbol sabes de forma inmediata a qué piso perteneces y qué hay encima de ti. 
     Estos árboles, normalmente, estaban próximos a iglesias. Parecen estar relacionados con la costumbre franca de administrar justicia bajo la bóveda del cielo y el rostro de los dioses. Los tilos en pisos, cuidadosamente recortados proporcionaron el telón de fondo rústico ideal para el poder judicial. Carlomagno intentó cambiar esta práctica exigiendo un techo sobre el poder judicial, pero no pudo imponerlo. Con el triunfo de la Revolución Francesa la mayoría de estos árboles fueron talados. Las dos primeras fotos corresponden al de Macon (en Bélgica) con fotos de 1900 y de 2007, el único superviviente de la corta que se hizo en esa zona en 1794, cuando tenía 80 años.
     Las siguientes fotos corresponden al de la plaza de Westerlo, en el mismo país, que cuenta con tres figuras legales de protección, la más antigua desde 1951, pero sólo dos pisos. Plantado en 1630, aparece representado ya en un mapa de 1712, actualmente su tronco mide 4,25 metros de perímetro. El actual soporte de hierro, fue colocado para sustituir al antiguo de madera en 1871 y restaurado en 1988. Pero no son estos los únicos que existen, hay otros viejos que han perdido la parte alta, pero fieles a la costumbre del país, los habitantes también continúan preparando otros nuevos.

2007 - Macon, Bélgica
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9/23/2020

El tilo

IGNACIO ABELLA
El tilo, en "La magia de los árboles"

Acuarela de Ars natura
Soy uno de los árboles más grandes y longevos de Europa, bueno y muchas más cosas.... Se decía que yo soy capaz de crecer durante tres siglos, de vivir también tres siglos y que, tres siglos, tardo en morir. Eso se decía de mí. De mí, que soy el Tilo.
      En muchos pueblos, especialmente de las regiones germanas, yo, el grandioso tilo, presidía, desde la plaza o junto a la iglesia, la vida social que transcurría a mi venerable sombra. Durante las noches de verano presenciaba los idilios, la fiesta y el baile que se celebraba a mi alrededor. Uno de mis nombres alemanes, muy popular, es el de “Tanzbaum, el árbol de la danza. Y es que, durante el mes de junio, hasta las abejas bailan en torno a mis flores que, al atardecer, extienden su delicioso e irresistible aroma…. Sí, esas flores con las que os relajáis en forma de infusión o en modo baño… Tanto da.
     Ay, qué tiempos, cuando el amor nacía literalmente a mis pies. Recuerdo cómo en Nierstein se creía que yo, el tilo, proveía de niños a toda la región. La verdad es que también se me plantaba, tradicionalmente, para conmemorar el nacimiento de un niño, y hasta formaba parte de rituales de amor y fertilidad… Ahí me lo pasaba en grande… Ah, pero en países como Bélgica y Suiza, se me consideraba un símbolo de libertad, ya que a mis pies tenían lugar las deliberaciones y juicios, y los perseguidos podían “acogerse a sagrado”, refugiándose bajo mi porte o en el de los olmos, que también tenían estas funciones.
     Mira, por toda la región cantábrica, a los tilos se nos ha plantado y podado al principio del verano. Lo hacían para recoger la preciada tila, uno de los pocos recursos que permitían obtener algo de dinero en muchas aldeas de montaña. En Picos de Europa se creía que si el hacha toca la “teya”, como también me llaman por allí, dejaré de dar flores durante 10 años… Así que recogían mi tila a mano, arrancando pequeñas ramas de las que se escoge la flor, dejando la hoja para el ganado.
     Sí, también me plantan en jardinería en los parques y grandes espacios haciéndome el encargo de crear una atmósfera agradable y acogedora. Como en el Jardín Botánico de Madrid, donde si algún día tienes la suerte de visitar sus árboles de la mano del gran botánico francés Francis Hallé, terminarás charlando bajo la sombra de una familia de tilos equipada con bancos, de donde saldrás terriblemente relajado y en paz contigo mismo, e incluso sospechosamente feliz…
     Aunque es importante que sepas, que somos los tilos silvestres, los que crecemos en los desfiladeros y en los bosques de ribera, los que verdaderamente mostramos la majestuosidad y la fuerza que podemos tener, sosteniendo cauces y taludes, transpirando y ensanchándonos en el aire, bombeando agua y oxígeno y creando suelos mullidos y fecundos con el diluvio otoñal de su hojarasca.


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4/13/2018

CHEMA CHECA
Los escasos, recónditos y venerables tilos. Usos, toponimia y visión fotográfica

Tilo en el Rincón de Rilaga (Cuenca)
     Cada tilo serrano es un regalo de la naturaleza en forma de árbol. Y es que todos ellos son auténticas reliquias, vestigios de un pasado en el que las condiciones climatológicas les eran mucho más propicias. Muchos los consideran seres sagrados. Para otros, entre los que me incluyo, son míticos. Su escasez, así como su clarísima tendencia a estar en sitios recónditos y de difícil acceso, nos hacen sentir una gran veneración hacia todo lo que representan.
     Desde el punto de vista de la ciencia, el tilo forma parte de la familia botánica de las malváceas (hasta hace poco estaba encuadrado en las tiliáceas, la cual ahora es un género) en la que se incluyen centenares de especies, de las que muchas son formas híbridas. Aquí nos vamos a referir al tilo que puede encontrarse en nuestras tierras creciendo de forma espontánea. Su nombre científico es Tilia platyphyllos. Otros tipos, aunque también en escaso número, pueden observarse en entornos muy humanizados, incluso cultivados con fines ornamentales.
     El majestuoso tilo precisa mucha humedad. Casi siempre crece en profundos barrancos en cuyo fondo suele haber corrientes de agua, normalmente de caudal mantenido de forma permanente, en la mayor parte de las ocasiones correspondientes a algunos de nuestros ríos más grandes. Lo más fácil es que lo haga en la parte superior, justo debajo de la cingle (sucesión longitudinal de rocas formadas en la sección más alta de un barranco, usualmente inaccesible a los humanos en cuanto a su subida o bajada) en la que suelen culminar hoces y barrancos. A veces, sin embargo, se desarrollan en la parte baja, cerca ya del cauce de agua. En el primero de los casos la pendiente de la ladera elegida es con asiduidad muy considerable (y, nuevamente, de acceso particularmente complicado para los humanos), siendo común el crecimiento en una glera (canchalguijarral, cantizal o cascajar, conjunto de piedras sueltas de tamaño pequeño muy propensas a su caída por resbalamiento).
Tilo serrano en otoño
Tilo serrano en otoño
Tilo serrano cubierto de musgo
Tilo serrano cubierto de musgo
Tilo "araña"
Tilo "araña"
Tilo serrano en primavera
Tilo serrano en primavera
     Nuestros tilos son árboles atormentados, con multitud de ramificaciones y troncos con muy diferentes formas. Suelen estar cubiertos de liquen y musgo y tan integrados en la roca que a veces es difícil distinguir el lugar en el que esta acaba y el árbol comienza. Emilio Guadalajara, profesor y experto conocedor de tantos temas serranos, escribió en el gran artículo Dossier. Itinerario botánico del Número 5 de la magnífica Revista Mansiegona una descripción tan perfecta de los mismos que no me resisto a trasladarla aquí:
     Para la persona de ciencia el tilo representa al último superviviente de épocas glaciares. Es normal hablar de tilos en el bosque caducifolio de Suecia o a lo más de la cornisa Cantábrica, pero el tilo en torno al paralelo 40 es algo así como encontrarse un pingüino en Almería. Pueden ser varias las explicaciones para esta rareza. Una tiene que ver con las abundantes precipitaciones, en torno a 1.000 litros/m2 y año. Otra podría ser la ubicación en umbría, propia de una hoz con paredes verticales y múltiples fondos de saco (hocinos). Pero tal vez la más sorprendente haya que buscarla en el tronco del árbol; son los abundantísimos líquenes y musgos quienes den la vida al tilo. Su capacidad de absorber humedad ambiental y fijarla en sus estructuras, añaden agua vital en las prolongadas sequías de verano. Los científicos hablarían de lluvia horizontal e incluiría además la fijación de gotitas de humedad en el transcurso de una débil neblina matinal.
     Pero la mayor sorpresa está por llegar: en épocas adversas tales como las acontecidas en los últimos veranos, el tilo es capaz de perder la hoja en el mismo agosto, momento en que el fruto está completamente formado y seco. Su ciclo vital se restringe a poco más de dos meses y casi diez de parada biológica. No cabría esperar otra cosa de este superviviente antediluviano.
Corteza y musgo en un tronco de tilo
Corteza y musgo en un tronco de tilo
Tronco de tilo (compárese con el tamaño del bastón)
Tronco de tilo (compárese con el tamaño del bastón)
¿Dónde acaba el tilo y dónde empieza la roca?
¿Dónde acaba el tilo y dónde empieza la roca?
     Las hojas del tilo tienen una forma que recuerda a la de un corazón. Sus flores son deliciosamente olorosas y muy atractivas para las abejas, las cuales a partir de esa materia prima fabrican una apreciadísima miel, muy clara, dulcísima y bastante ácida. Forman ramilletes que cuelgan de una hojita llamada bráctea, la cual tiene un color verde más pálido que el de las hojas. Flores y brácteas forman la que desde tiempos inmemoriales es conocida como tila y consumida, una vez desecada, en forma de infusión.
Hoja de tilo
Hoja de tilo
Enramada de tilo
Enramada de tilo
      Desde siempre se ha usado la tila como remedio para problemas de origen nervioso (neurosis, estrés, ansiedad, taquicardia, etc.) y también para conciliar el sueño. No obstante, tiene propiedades analgésicas, es muy buena para combatir algunas enfermedades de tipo reumático, favorece la bajada de tensión sanguínea, se emplea contra la gastritis, mejora los procesos catarrales y, como astringente, es eficaz en el tratamiento de anomalías de la piel.
     La floración sucede a principios del verano. Normalmente a finales de junio y principios de julio es cuando hay que hacer la recolección. La tila comienza a perder sus propiedades en pocos días, motivo por el cual es mejor no retrasar su cosecha. En nuestros pueblos siempre ha sido apreciadísima, por lo que hasta hace algunas décadas se organizaban "expediciones" a los tilos más o menos cercanos a cada uno de ellos. En algunos casos, incluso, había jornales para ganar, dado que esta materia prima tenía interés comercial y en aquellos municipios más próximos a las zonas con más árboles productores aparecían compradores ávidos de convertirla en preparados para hacer infusiones.
Hojas, brácteas y frutos del tilo
Hojas, brácteas y frutos del tilo
Tilo en flor
Tilo en flor
Tila seca
Tila seca
     Nuestro árbol es tan escaso que en ningún caso podemos en nuestra zona hablar de que exista algún tilar (entendido como bosque de tilos). En el mejor de los casos podemos ver algún rodal con varios más o menos próximos. La zona más prolífica es la correspondiente al valle del Río Tajo, único lugar en el que puede verse una cierta abundancia, más o menos entre Collado Manchego y la finca de Belvalle. Aunque existen en las dos orillas, es en la izquierda, zona de umbría, más fría y húmeda (términos municipales de Cuenca y Beteta) en la que más abundan. En la otra (Checa y Peralejos De Las Truchas) son testimoniales. En el artículo El Río De La Hoz Seca: visión geográfica y fotográfica de su tramo final ya hice referencia a algunos de estos tilos.
Tilos en Las Juntas, a la orilla del Río Tajo (en la parte alta de la imagen)
Tilos en Las Juntas, a la orilla del Río Tajo (en la parte alta de la imagen)
Tilo en las Huelgas Del Tajo
Tilo en las Huelgas Del Tajo
Tilo en la Umbría Del Cerro Caja (sobre el Río Tajo)
Tilo en la Umbría Del Cerro Caja (sobre el Río Tajo)
Tilo en la Umbría Del Cerro Caja (sobre el Río Tajo)
Tilo en la Umbría Del Cerro Caja (sobre el Río Tajo)
     En prácticamente ningún lugar, en realidad, es un árbol dominador de los bosques. El Royaume du tilleul (Reino del tilo en francés) está en la Provenza francesa, concretamente en Buis-les-Baronnies. Constituye, con sus treinta mil ejemplares, una de las mejores representaciones que se pueden encontrar de un tilar.
     Los tilos son árboles caducifolios de crecimiento lento. Cambian poco con el tiempo y pueden vivir muchos centenares de años. Conozco algunos desde hace muchos y siempre los veo igual. Eso sí, es asombrosa la diferencia que presentan entre la época en la que tienen hojas y la que no. De ser seres siempre atormentados y que parecen muertos pasan a tener una frondosidad y despedir una fragancia que confortan inmediatamente al que es capaz de llegar a ellos. La razón no puede estar mejor explicada en los párrafos escritos por Emilio Guadalajara. En todo caso, de alguna manera, el tilo casi nunca llega a morir. En muchas ocasiones de sus raíces aparentemente marchitas vuelven a brotar de forma natural nuevos y vigorosos troncos.
Brotes jóvenes de tilo
Brotes jóvenes de tilo
Restos de tilo
Restos de tilo
     Los tilos más conocidos en la zona PuraSierra son, sin duda, los de la Hoz De Beteta. Están muy cerca de la carretera que une Beteta con Puente Vadillos e integrados en el Monumento Natural de la Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos. Su didáctico Paseo Botánico es más que recomendable para quien visite ese maravilloso barranco que ha excavado el bello, profundo y misterioso Río Guadiela. El imprescindible blog Magia Serrana se ha referido a este paraje en varios reportajes, de los cuales en el enlazado es en el que se toca más de cerca el tema de los tilos.
Tilo a la orilla del Río Guadiela (Hoz De Beteta)
Tilo a la orilla del Río Guadiela (Hoz De Beteta)
Musgo sobre un tilo en el fondo de la Hoz De Beteta
Musgo sobre un tilo en el fondo de la Hoz De Beteta
Musgo en un tilo con fondo en los farallones de la Hoz De Beteta
Musgo en un tilo con fondo en los farallones de la Hoz De Beteta
Tilo cubierto de musgo en la Hoz De Beteta
Tilo cubierto de musgo en la Hoz De Beteta
     Otro grupo de tilos bastante conocidos, aunque de acceso más complicado, es el del Monte Garcielligeros. Están entre Uña y Villalba De La Sierra (aunque en el término municipal de Cuenca), en pleno cañón del Río Júcar. Puede parecer fácil llegar a ellos. Sin embargo, dado que crecen en un sitio que cumple a la perfección con el hábitat definido más arriba, teniendo en cuenta que la cingle, en este caso, mide más de siete kilómetros, y que es casi por completo inexpugnable, no están al alcance de cualquiera. En este enlace de Magia Serrana hay un gran artículo referido a este grupo de tilos. Veamos en la siguiente fotografía, tomada desde la propia cingle, algunos de ellos. La misma explica de forma gráfica cómo distinguirlos de los pinos de los que, comúnmente, están rodeados. Es muy simple: el verde de los tilos es más claro que el de los pinos.
Tilos del Monte Garcielligeros incrustados entre los pinos
Tilos del Monte Garcielligeros incrustados entre los pinos
     Para Toni Virtudes, autor de Magia Serrana, el tilo es también un árbol serrano emblemático. Ello conduce a que incluya en este artículo un tercer enlace a este blog. En el mismo puede verse un excelente trabajo sobre los tilos silvestres de la Serranía De Cuenca.
     Sin ánimo de exhaustividad, a continuación se presentan otros lugares de la zona PuraSierra en los que podemos encontrar tilos. Son los siguientes:
  • Garganta de Noguera de Albarracín, por encima del Río Garganta
  • Barranco De Los Avellanos (Griegos)
  • La Modorra (Checa)
  • El Masegosillo (Salvacañete), por encima del Río Cabriel
  • Rincón de Rilaga (en el término municipal de Cuenca), por encima del Arroyo Del Chispo
  • Majadal De La Cabra y Ceja De Los Gavilanes (Zafrilla), por encima del Arroyo Del Almagrero
  • Hoya De Peñarrubia y Hoya De Los Avellanos en la Sierra De Valdemeca (término municipal de Valdemeca)
Tilo en el Rincón de Rilaga (Cuenca)
Tilo en el Rincón de Rilaga (Cuenca)
Tilo en el Rincón de Rilaga (Cuenca)
Tilo en el Rincón de Rilaga (Cuenca)
     En el artículo Una tacita de placer, publicado por la Asociación Cultural San Bartolomé de Checa en el Número 13 de la espléndida revista AguaspeñaAlfredo Luis Chavarría Samper relata una excursión al denominado tilo de La Modorra, impresionante paraje checano situado en la cuenca del Río De La Hoz Seca (recorrido por PuraSierra en el artículo El Río Del Puerto, de Bronchales a Lisboa). Él mismo me dio indicaciones sobre como alcanzarlo y, tras no pocos esfuerzos, pude llegar a abrazarlo. Es este, por varios motivos, un curioso ejemplar. Primero porque es el más alejado de cualquier lugar civilizado que un servidor conoce. Segundo porque está completamente aislado (esto es excepcional dado que los tilos se encuentran habitualmente en rodales). Por último, aparte de su magnífico porte, el árbol ha sufrido el "ataque" de dos de los pinos albares que estaban próximos a él, puesto que se han derrumbado sobre su tronco y ramas. Vayan este par de fotografías que atestiguan que ha resistido junto con mi agradecimiento a Alfredo:
Vista del Tilo de La Modorra (Checa) desde la cingle
Vista del Tilo de La Modorra (Checa) desde la cingle
Tilo de La Modorra (Checa)
Tilo de La Modorra (Checa)
     Posiblemente debido a su escasez, los tilos no han dejado una gran huella en la toponimia serrana. Los pocos sitios referenciados por alguna expresión que derive de la palabra tilo están circunscritos a dos de las áreas citadas anteriormente. En la Hoz De Beteta encontramos el topónimo Fuente De Los Tilos y, en sus alrededores, Presa De Los Tilos y Central Eléctrica De Los Tilos (ambas sobre el Río Guadiela), así como el Área Recreativa De La Fuente De Los Tilos. Próximo al Rincón De Rilaga podemos encontrar la Umbría De Los Tilos, último topónimo encontrado en la base de datos geo-referenciada de PuraSierra.
      Muy cerca de Puente Vadillos, en la propia Hoz De Beteta, al borde de la carretera, está la Casa De La Toba. Vale la pena parar a verla y disfrutar del hermoso tilo que la preside. Estas dos fotografías otoñales tratan de hacer honor a tanta belleza:
Tilo de la Casa De La Toba (Hoz De Beteta)
Tilo de la Casa De La Toba (Hoz De Beteta)
Tilo de la Casa De La Toba (Hoz De Beteta)
Tilo de la Casa De La Toba (Hoz De Beteta)
     Aunque propiamente no es un topónimo, el Hotel Los Tilos de Beteta, hoy tristemente cerrado, ha sido una referencia histórica en el sector de la restauración serrana. Muchos guardamos muy buenos recuerdos de estancias allí en diferentes ocasiones.
Antigua tarjeta del Hotel Los Tilos
     No se me ocurre mejor forma de concluir este artículo, para deleite de sus lectores, que plasmar lo que el gran Gerardo Diego expresó en este poema sobre un tilo y, en su maravillosa última estrofa, sobre la tila:
Tilo
Gerardo Diego (1944)
El tilo aquel de Santa Catalina
en su compás de Siena.
¿No escuchas la cantiga cristalina
que en su copa resuena?

Los ojos cierro en gozos de fragancia.
Tilos de mi niñez.
Cómo salváis el tiempo y la distancia
y estáis aquí otra vez.

Y ya en la pubertad, bajo el celeste
azul, sobre la cal,
el que filtró mensajes del nordeste
en la Rúalasal.

Vosotros, entre abejas monacales
de oro sonoro, tilos
que desde el huerto veis surtir cristales
de mi ciprés de Silos.

Porque tú amas los tilos y la calma
de su flor en tus nervios,
quiero aprender de ti a domar mi alma,
mis ímpetus soberbios.

Lección de serenada mansedumbre,
de paciencia encendida.
Flores de ti, mi lámpara y mi azumbre,
la razón de mi vida.

Como a la flor del tilo en primavera
contra el insomnio torvo,
beberte en infusión, niña, quisiera,
beberte sorbo a sorbo.

Enramada de tilo
Enramada de tilo
Frutos del tilo
Frutos del tilo
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3/25/2012

EL GAROÉ EN LA LEYENDA


     Dos son las leyendas que han llegado a nuestros días en las que se narran sucesos fabulosos, envueltos en una atmósfera de misterio, pasión, intriga y convulsión, de un tiempo pasado testigo del desvanecimiento de la sociedad bibanche. Estos hechos tienen escenario a la isla de El Hierro durante el proceso de conquista y colonización, que abarca los siglos XV y XVI y pone en contacto a dos culturas diferentes, mientras que como protagonistas aparecen el emblemático Garoé o Árbol del Agua y personajes destacados de las comunidades de ambos bandos.

     La trama de la primera de las leyendas, que podría titularse “El secreto del Árbol del Agua”, está recogida en una obra de 1597 y gira en torno a una estrategia de resistencia urdida por los bibanches, con la mayor complicidad y secreto, que tenía como finalidad hacer desistir de su empeño de conquista al invasor ignorante de la existencia de cualquier suministro de agua, mediante el asedio por la sed. Para ello, el Garoé fue cuidadosamente escondido con ramajes, pero pese a todas las cautelas el amor surgido entre una isleña, a la que se le atribuye el nombre de Agarfa o Guarazoca y un soldado español, terminó por desvelar el secreto; la traición de la muchacha a su pueblo la hubo de pagar con su vida.

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     El segundo relato, transmitido por tradición oral, basa su argumento en un drama asociado a una predicción que auguraba la pérdida del Garoé conjuntamente con la del último descendiente de la dinastía de los Armiche.

    
Portada del libro de Torriani  (siglo XVI)
La Dehesa, tras la conquista, se convierte en reducto de la cultura aborigen. Allí Teseida, joven y bella “princesa”, crecía bajo la custodia de un venerable grupo de ancianos que veía en ella a la persona destinada a perpetuar la estirpe bibanche, para ello estaba acordado su matrimonio con un valiente guerrero llamado Tabaldón. Pero el destino cruza en el camino de la joven a Fernando Espinosa de Herrera, hijo de uno de los principales caballeros de la Isla; Teseida será presa de su deseo. Pese a ser un amor prohibido a consecuencia de la tensa situación creada entre vencedores y vencidos, terminan por amarse en secreto, hasta que son descubiertos por Tabaldón, quien mata a Fernando y provoca que la joven, enloquecida de rabia y dolor, se precipite al vacío por el letime de Bascos, desatándose con su muerte un gran temporal de lluvia y viento, que será el causante del derribo del Garoé.
     Y así, de esta manera, se confirmaba el final del protagonismo de la cultura Bibanche, dueña de su propio destino durante mil quinientos años en la historia de El Hierro.

Fuente: El recinto del Garoé en El Hierro. El dibujo de Torriani sirvió para identificar al Garoé como til (Ocotea foetens)
---Fin---

3/22/2012

SIMÓN ACOSTA PADILLA (El Hierro, 1903-1964)
El Garoé

La hojas de tus ramas habrán sido
fuente de cristal resplandeciente,
que dejaban caer en la vertiente
el jugo por tus brazos recogido.

Tú serías un ladrón muy bien querido
que inspiraba devoción siempre creciente,
y el tiempo veloz en su corriente,
no ha logrado sumirte en el olvido.

Si el terrible Huracán fue tu verdugo,
maldición se llevó al que le plugo
derribar para siempre el Árbol Santo.

Tú que llevas una página en la Historia,
une humildemente a tu memoria
esta loa de amor que yo te canto.

Panel de cobre junto a la Alberca de los Deseos, al pie del nuevo til plantado en 1948 en memoria de aquel otro monumental arrancado de la tierra por un huracán en el año 1610. 
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3/17/2012

ALESSANDRO TASSONI (Italia 1565-1635)
Océano Cantó Primero

Ve rústicas casas y habitantes,
Y de agua pide; maravilla extraña,
Encuentra el terreno que no produce humores,
Un gran árbol en su lugar y una fuente;
Apretando a su alrededor todos los vapores
Del lugar, más allá de toda creencia humana,
La virtud de este árbol se deshace
Y destila bajo sus hojas.

De Mitologia de las Plantas, Angelo de Gubernatis, !878
Frontera desde el balcón de Jinama
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