lunes, 27 de julio de 2020

Simbología del ciprés en Cataluña

FRANCESC ROMA i CASANOVAS
La simbología del ciprés en Cataluña
La simbologia del xiprer a Catalunya... (Article sencer)

(...)   El tema de los cipreses fue percibido a finales del siglo XIX por el poeta e historiador Víctor Balaguer a raíz de una visita al macizo del Montseny, pero no consiguió dar una formulación demasiado clara (Balaguer, 1893):
     “Y por cierto que yo ignoraba, y aquí he sabido, el origen de este ciprés aislado y único que con tanta frecuencia se ve en las masías y casas de campo catalanas. Cuando las órdenes religiosas, Briareo de cien brazos, se extendieron por todas partes dominándolo todo, cuidaron de atraerse las familias más importantes de la comarca y de hacerse suyos los dueños de las granjas, caseríos, quintas ó masías. Conquistado ya el dueño de casa, se le nombraba hermano, y pertenecía desde aquel momento á la germandat ó hermandad del convento. Entonces, á la puerta de su casa ó en el sitio más visible de su huerta ó de su patio, allí donde pudiera descollar mejor ó distinguirse más, se plantaba un ciprés. Esta era la señal de que la casa aquella pertenecía á la hermandad y que sus puertas se abrían siempre de par en par para los frailes y monjes transmigrantes ó viajeros que cruzaban por la comarca. También, en cambio, el dueño tenía posada en el convento” (Balaguer, 1893; pàg. 105).

     No sabríamos decir si la información que aporta Balaguer es demasiado fiable, en todo caso, nos interesa explicar que poco más tarde, en 1912, Cielos Gomis afirmaba que en las masías de la Garrotxa el ciprés servía para indicar a los frailes mendicantes que allí les daría acogida gratis (Gomis, 1912). Lo mismo dice la enciclopedia Espasa-Calpe, pero sin precisión geográfica (véase entrada ciprés).
     En este mismo sentido, un trabajo bastante interesante como el de Antoni Noguera y Massa sobre la peregrinación medieval acaba de confirmar que los peregrinos recibían gratuitamente la acogida y la hospitalidad en algunas masías cercanas a las grandes rutas de peregrinación:
     "Eran jornaleros acomodados cuya tarea era dual: cuidar de la masía, de los campos y del ganado, y practicar la caridad a todo peregrino que llamaba a su puerta. Por tan loable costumbre, su masía era llamada "Hospitalet", pues debía alojar un corto número de peregrinos transeúntes. Con seguridad, debían habilitar una cámara en la masía para este fin o bien la paliza. Al abrigo de la masía tenían plantado un ciprés, símbolo de hospitalidad, el cual se divisaba de lejos "(Noguera, 1994; p. 148).
     En cuanto al Montseny -territorio en el que ya hemos visto que ciertos cuentos explican que hay que ayudar a los pobres que llegan a las masias- sabemos que existía un código no escrito a través del cual se sabía lo que se podía esperar cuando se llegaba el portal de una masía. Según Martí Boada (comunicación personal), si había un ciprés ante la casa se tenía derecho a una pequeña comida, el pan y trago, es decir, vino, pan y un poco de embutido. Si había dos, entonces se podía esperar todo una comida completa. Tres cipreses quería decir que, además, se tenía el derecho de pasar la noche. Según Boada, en la mayor parte de las masías se encontraban habitaciones para hospedar a los trabajadores eventuales u otros visitantes. Por otra parte, siempre era posible pasar la noche en el pajar. Hemos de decir que en 1997 se construyó en Granollers, a los pies del Montseny, un centro de atención a los sin techo que se ha hecho decir El Xiprer: incluso se ha plantado uno de estos árboles para de simbolizar su rol social (el 9 nou, 14 de abril de 1997). Nuestra investigación nos indica que esta costumbre es conocido aún hoy en día, como mínimo, en el Bages, Vallès, la Garrotxa y el Montseny, pero que el significado exacto del número de cipreses varía de un lugar a otro.
     De este modo, sabemos que en la entrada de la masía de Coromines (Moianès) hay plantados dos cipreses que aún hoy en día sus inquilinos nos indican que querían decir que en ese lugar se podía pedir caridad. En este mismo lugar nos han indicado (6 de abril de 2000) que tres cipreses hubiera querido decir que, además, los transeúntes tendrían derecho a recibir acogida(...)

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