DAVID GEORGE HASKELL
Canciones de los árboles
En su anterior libro, David George Haskell narraba lo que vio, oyó y sintió tras pasarse un año entero sentándose cada día en la misma piedra del mismo bosque. Inesperadamente, ese libro le hizo ganar fama mundial y los premios más prestigiosos, además de miles de lectores en todos los idiomas.
En este segundo libro, Haskell sigue mirando y escuchando, pero recorre el mundo para relatar las historias de una docena de árboles muy distintos entre sí: en reservas naturales, en parques urbanos, en las aceras de la metrópolis o en un montecillo japonés, encuentra el sonido de la naturaleza comunicándose y creando lo que él llama "la comunidad de los seres vivos". Y con su característica mezcla de poesía y ciencia, nos habla de raíces y recuerdos, de luz y de gravedad, de clima y de minerales, de conservación y de destrucción, y finalmente de lo que importa: de la comunidad de los seres vivos, vinculados por las historias fascinantes que nos cuentan los árboles.
David George Haskell, biólogo y poeta, es profesor en la University of
the South y autor de varios ensayos de divulgación científica. Vive en
Sewanee (Tennessee), donde él y su esposa gestionan una finca dedicada a
la agricultura orgánica.En su anterior libro, David George Haskell narraba lo que vio, oyó y sintió tras pasarse un año entero sentándose cada día en la misma piedra del mismo bosque. Inesperadamente, ese libro le hizo ganar fama mundial y los premios más prestigiosos, además de miles de lectores en todos los idiomas.
En este segundo libro, Haskell sigue mirando y escuchando, pero recorre el mundo para relatar las historias de una docena de árboles muy distintos entre sí: en reservas naturales, en parques urbanos, en las aceras de la metrópolis o en un montecillo japonés, encuentra el sonido de la naturaleza comunicándose y creando lo que él llama "la comunidad de los seres vivos". Y con su característica mezcla de poesía y ciencia, nos habla de raíces y recuerdos, de luz y de gravedad, de clima y de minerales, de conservación y de destrucción, y finalmente de lo que importa: de la comunidad de los seres vivos, vinculados por las historias fascinantes que nos cuentan los árboles.
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