domingo, 29 de agosto de 2021

FERNÁN SILVA VALDÉS (Uruguay, 1887-1975)
Leyenda de la flor de ceibo

Me lo dijo un indio viejo y medio brujo,
que se santiguaba y adoraba al sol:
los ceibos del tiempo en que yo era niño
no lucían flores rojas, como hoy.

Pero una mañana sucedió el milagro
-es algo tan bello que cuesta creer -
con la aurora vimos al ceibal de grana,
cual si por dos lados fuera a amanecer; 

y era que la moza más linda del pago,
esperando al novio, toda la velada,
por entretenerse se había pasado
la hoja de un ceibo por entre los labios.

Entonces los ceibas, como por encanto,
se fueron tiñendo de rojo color ...

Tal lo que me dijo aquel indio viejo
que se santiguaba y adoraba al sol

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miércoles, 25 de agosto de 2021

El pino canario

FENIX GRAN CANARIA
El pino canario


El pino canario es único en su género por contar con estrategias de supervivencia ante perturbaciones extremas, como:

  •  Su capacidad de rebrote y cicatrización tras ser pasto del fuego
  •  Su resistencia y capacidad de colonización
  •  Su adaptación morfológica a condiciones ambientales extremas
     Es el resultado evolutivo de otra especie que se extendía por Eurasia durante el Mioceno (23 - 5,5 millones de años). Durante la glaciación del Pleistoceno encontró refugio en las islas, mientras que en el continente terminaría extinguiéndose.
     Tras su llegada a las islas la colonización fue muy rápida, facilitada principalmente por su capacidad para dispersar las semillas. Los fósiles más antiguos, encontrados en la isla de Gran Canaria, datan de hace 13,5 millones de años, poco tiempo después del surgimiento de la isla.
     El vulcanismo del archipiélago ha tenido un fuerte impacto en su proceso evolutivo, incluso entre diferentes islas. Recientes análisis moleculares han identificado mayor diversidad genética en poblaciones de islas con sustratos provenientes de erupciones volcánicas más recientes.
Este fenómeno podría explicarse por el hecho de que tras cada erupción se extinguía la mayor parte de las poblaciones y la recolonización se producía a partir de aquellos ejemplares más adaptados a estas condiciones extremas.
     Una corteza más gruesa le sirve como aislante ignífugo y la capacidad de emitir nuevos brotes de cepa y epicórmicos (aquellos que crecen de yemas durmientes en la base del tronco o de las ramas) son adaptaciones críticas para la supervivencia.
     La probabilidad de que un territorio pueda ser recolonizado será mayor en la medida que los ejemplares supervivientes tengan una mayor distribución de semillas. Para ello, el pino canario cuenta con semillas con ala que les permiten "volar" a grandes distancias empujadas por el viento.
     La supervivencia de un vegetal en condiciones de sequía extrema estará condicionada por su capacidad para retener agua y continuar fotosintetizando. El pino canario tiene la capacidad de modificar la morfología de su copa, raíces o tejidos para adaptarse a cambios en el entorno.
    Ciertas poblaciones de pino canario sujetas a un ambiente extremo e inestable son únicas. La conservación de estas poblaciones y el conocimiento que rige estas adaptaciones es fundamental para el futuro de nuestro archipiélago.
 
 
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martes, 17 de agosto de 2021

FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-18 de agosto de 1936)
El paisaje es un silencio

El paisaje es un silencio 
Con forma. La tarde muere.
La llanura está amarilla,
Rayada por venas verdes
De los olivares castos
Que en las montañas se pierden.
Manto amarillo reseco
Con los bloques de las mieses.
El cielo piensa amarillo
En un prado pastoril
De tréboles y de hinojos.
Me ayuda a cantar gentil
La ternura verde y seria
De un chopo infantil.

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sábado, 14 de agosto de 2021

El Pino de la Virgen, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El Pino de la Virgen

Estas imágenes son del Pino de la Virgen, localizado en el municipio de El Paso (Ciudad de El Paso, desde el 26/08/1910) en la isla de La Palma, en Canarias.

Foto 1, estado actual. Foto procedente de Monumental Trees

     Está considerado el pino canario (Pinus canariensis) más viejo del mundo y aunque se le estiman unos 800 años, como siempre, hay quien le apunta 1.000. Los primeros datos referentes a él se sitúan en las postrimerías del siglo XV (1492-1493) durante la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla. 
     Según las crónicas, uno de los soldados que acompañaban al Adelantado Alonso Fernández de Lugo en la conquista de la isla de La Palma encontró la pequeña imagen de la Virgen entre sus frondosas ramas, de ahí el nombre que se le da a la imagen y al pino. Durante siglos a la sombra de este enorme pino canario (que llegó a tener unos 300 m2 de copa) se ha mantenido la tradición, la devoción, la historia y la cultura de una isla y sus gentes, en torno a un paisaje que ha inspirado a artistas en todas sus facetas, motivando infinidad de relatos y leyendas, y siendo el árbol protagonista de investigaciones y estudios científicos (en sus proximidades también existen otros notables ejemplares de pinos canarios, como los de Fuencaliente, Puntagorda y Garafía). 
     Al pié del árbol fue construida en 1876 una pequeña capilla de mampostería, en el llamado “Paso de la Cumbre”, a iniciativa de la vecina Magdalena Rodríguez Pérez (“Magdalena la del Pino”), convertida desde entonces en ermitaña del lugar. 

Foto 2 de fotosantiguascanarias.org
Foto 3 de fotosantiguascanarias.org

     La construcción de la actual ermita comenzó en 1927 y en agosto de 1930 fue bendecida la imagen de la Virgen que existe en la actualidad, adquirida por cuestación popular. Desde 1955 se celebra con carácter regular la fiesta trienal de la Bajada de la Virgen del Pino, que fue promovida por un grupo de vecinos de la época. Con el paso de los años, la romería ha ganado prestigio y trasciende las fronteras insulares, convirtiéndose en referencia regional y en señal de llamada de paisanos y amigos de La Palma, que acuden durante esos días a El Paso, convertido en referencia de la vocación mariana y la tradición festiva.     

Foto 4 de El Time.es, diciembre de 2014

     El pino fue declarado “Bien de Interés Cultural” en 2014, con categoría de “Sitio Histórico”, pero llevaba años perdiendo vigor y en 2006 ya se le notaba desmejorado. El motivo fue achacado a las obras iniciadas en 2001 en las que se hizo una plaza en la ermita y dejó al árbol semienterrado en un alcorque.
     El Pino de la Virgen tiene actualmente un perímetro de 6,8 metros y una altura aproximada de 32 metros, estando a 910 metros de altura sobre el nivel del mar. En la parte baja del tronco, en el lado opuesto a la ermita, se observa un gran hueco de casi 2 metros de largo por 50 cm de ancho y unos 40 cm de profundidad en el que, probablemente, se guardaba la primera imagen de la Virgen del Pino, y junto al cual se encuentran otros dos huecos más pequeños a modo de hornacinas talladas en la madera.

Foto 5

     En 2008 fue sometido a un tratamiento biológico en la corteza, a un sellado de los huecos del tronco y a un proceso quirúrgico, pero la obra civil, que contempla el levantamiento de parte del pavimento que lo rodea, el agrandamiento del alcorque y la ampliación de la baranda de protección, no se ejecutaron hasta 2018, en el que se despejaron 721 m², de terreno para permitir la filtración del agua de la lluvia (Foto 5). 
     En ese momento se recuperó el suelo de la primitiva capilla (Foto 6). En 2019 fue candidato a “Árbol Europeo del año”. Quizás a
ún sea pronto para saber si la obra llegó a tiempo, pero tengo la esperanza de que así sea.

Foto 6, Ayuntamiento de El Paso

nº 6 de La Palma -----

miércoles, 11 de agosto de 2021

Pino de la Virgen (1), un venerable en La Palma, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA (Ing. téc. forestal)
El Pino de la Virgen, un coloso forestal de futuro incierto

La disposición con la que el terreno encara los húmedos vientos alisios influye notablemente sobre la distribución y tipología de las masas boscosas. La orografía de la isla de La Palma, en especial la que forma La Hilera, entre Cumbre Vieja y Cumbre Nueva, oferta un afilado perfil a los alisios. Esta interacción clima-relieve es perfectamente apreciable cuando se viaja a través del sorprendente “túnel del tiempo” que conecta una y otra ladera.
     Al pie del Camino de las Vueltas, el protagonista de este articulo (28º 39´ 47″ N y 17º 50´30″ W) goza de una privilegiada vista del efecto föhen que a menudo sucede sobre la divisoria insular. Resulta casi mágico contemplar cómo las nubes desbordan y se desvanecen a toda velocidad, la cascada brumosa recuerda al humo que desprenden las marmitas de los cuentos de brujas.
    Decidir cuál puede ser el árbol más singular entre aquellos que actualmente entierran sus raíces (y a veces su tronco), en esta tierra canaria no es tarea fácil. De cualquier modo, podemos afirmar que de los clásicos árboles de la Historia de Canarias, dígase el Pino de la Virgen de Teror (Gran Canaria), el Drago del Jardín de Franchy (Tenerife), el til conocido como Garoé (El Hierro) o el propio Pino de la Virgen, sólo este último es hoy contemporáneo.

Envergadura, valor cultural y edad
     Son ya casi 150 años desde que el antropólogo francés René Verneau, gran enamorado de estas islas, describiera al Pino de la Virgen como uno de los ejemplares más hermosos de su especie. Los estudios dendrocronológicos, practicados por especialistas forestales en 1995 y en 2004, arrojan una edad de entre 775 y 825 años. Este ejemplar de Pinus canariensis situado en el municipio palmero de El Paso, destaca, pues, no solo por su envergadura (33 metros de altura y 7 metros de perímetro de tronco) y su valor cultural, sino también por su edad.
     Su leyenda mariana se remonta a la propia conquista de la isla, hace poco más de cinco siglos. Una fácil resta nos indica que durante la conquista de Benahoare rondaba ya los 300 años. Junto a los dos gigantes de Vilaflor (en Tenerife) se trata de seres vivos cuasimilenarios.
     La circunstancia de encontrarse en una tierra fértil, con una elevada capacidad para recibir agua de escorrentía a la vez que de captar agua de bruma, aislado de competencia –como así lo atestigua el desarrollo de grandes ramas bajas– unido a una genética de excelente calidad, ha dado lugar, en casi mil años, a un emblema forestal de gran interés. La importancia de este monumento natural ha sido reconocida recientemente (2014) al ser declarado como Bien de Interés Cultural, siendo el único árbol canario que ostenta tal consideración. El fuerte vínculo religioso lo es a la par forestal: no hay otra virgen en las islas que sujete en sus manos unas acículas de Pinus canariensis, toda vez que el niño porta una piña en su mano derecha.

El grabado de Sabino Berthelot
      De este pino –también conocido localmente como el Pino Santo– hay dibujos y fotografías antiguas. El grabado más conocido es el que realizó el gran naturalista y explorador Sabino Berthelot en el año 1839: en el mismo aparece un inmenso pino con una pequeña cueva labrada en la madera, junto a un candil sostenido en el propio tronco. Al tratarse de un grabado, su aspecto parece recordarnos al árbol actual, pero no resultan fáciles las comparaciones. Las fotografías realizadas cincuenta años después (1890 y 1900) revelan un saludable aspecto conservando todas sus ramas bajas. En estas fotos aparece un pequeño santuario –construido en 1876– muy próximo a la cara oeste del árbol.
     Entre 1927 y 1930 se puede decir que el entorno cambia drásticamente. Durante estos años se desmonta el pequeño oratorio y, a unos 15 metros del pino, se construye la ermita que pasará a cobijar a la virgen. La transformación del lugar ocurre sobre todo porque se procede a nivelar el terreno para crear una plaza, obra que, lamentablemente, obligó a sumergir la base del Pino de la Virgen. La profundidad del enterramiento, mayor por la cara Este, se estima que pudo alcanzar los 2,5 metros. Durante más de 60 años el firme de la plaza fue la propia tierra explanada. Hasta cierto punto, el daño causado al árbol no se puede considerar muy elevado, incluso sería equiparable a una perturbación natural.

Longevidad en peligro
      Es en el año 1994 cuando el entorno vuelve a cambiar: se cubre la plaza con una losa de hormigón (dejando un estrecho alcorque para el árbol), se asfalta la carretera circundante y se construyen baños con fosas sépticas muy cerca de la rizosfera del árbol. Junto a las obras arquitectónicas que rodearon al pino ya enterrado, se sumaron los grandes huecos dejados por la pérdida de las ramas bajas, según se cree, como consecuencia de desgajes y podas mal ejecutadas. Estos huecos han constituido puntos vulnerables para la proliferación de hongos y para la acumulación de agua, tierra e incluso basuras.
      Se cree que la cuevacha (palabra palmera) original que se talló en la madera, situada en la cara Oeste –actualmente a la altura del suelo– quedó completamente cicatrizada, posiblemente engullendo la lámina de latón que la forraba. La rama más baja del árbol, situada también en la cara Oeste, pudo cortarse para la construcción de la primera capilla. La cara Sur del árbol es la que presenta las heridas más largas y profundas, desde el nivel del suelo hasta los huecos de inserción de cuatro grandes ramas. Junto a estas largas fendas, aparecen dos pequeñas cuevachas talladas (quizás para depositar ofrendas o velas). La cara Este, la más enterrada, presenta un amplio espacio con la madera desnuda a nivel del suelo, dato que vendría a confirmar la desaparición de la corteza enterrada y la más que posible infección fúngica.
     La cadena del ciclo del nitrógeno, tan necesaria para el desarrollo radicular, se vio directamente interrumpida por la losa de hormigón. A esta falta de respiración del suelo hay que sumar el peso del enlosado y los lixiviados procedentes del alquitrán del asfaltado, además de las posibles influencias negativas si existiera conexión –más que probable– entre las raíces del pino y las fosas sépticas de los baños. Por su parte, la capacidad para acopiar precipitación vertical también se ha visto mermada.
     El debilitamiento de este ejemplar en los últimos años parece, pues, responder a la acumulación de varias causas, entre las que no hay que desdeñar su propia senilidad. El potencial de recuperación en árboles tan longevos (aunque por su tamaño parezca transmitir gran vigor) resulta en realidad muy reducido, son especímenes vulnerables que cada vez crecen menos.
     Además de los análisis dendrocronológicos, desde el Ayuntamiento del Paso se han impulsado diferentes informes técnicos sobre el estado sanitario del árbol, estudiándose distintas soluciones y medidas de conservación. Gracias al tesón de uno de los mejores amigos que este ser vivo posee, nos referimos a Andrés Carmona (concejal de Cultura), en el año 2009 se inician importantes labores de cirugía arbórea que consistieron, básicamente, en raspar las pudriciones y sellar los huecos.

Devolverle su manto de pinillo
      Creemos que las obras más importantes para seguir favoreciendo la longevidad de este célebre icono deberían dirigirse a la restitución natural de un suelo forestal bajo toda la proyección horizontal, es decir, devolverle su manto de pinillo original. Pensar en desenterrar la parte sumergida del árbol pudiera aparejar daños biomecánicos, por eso lo más aconsejable sería erradicar el hormigón, el asfaltado y eliminar las fosas sépticas. En caso de llevar a cabo estas actuaciones, es difícil aventurar cuantos años más pudiera resistir este vetusto y venerable ejemplar, pero al menos la conciencia colectiva quedaría algo más tranquila, en especial para intentar regresar a este coloso forestal a la salvaje naturaleza de la isla palmera.

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En 2018 se efectuó una regeneración del espacio del pino. Ahora cuenta con un alcorque de 700 , gran acción en espera de la respuesta del árbol.
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sábado, 7 de agosto de 2021

Takahashi en Okinawa, el cronista de Japón (043)

TAKAHASHI HIROSHI (Yamagata, 1960)
El Sakishimasuōnoki del río Nakamagawa (prefectura de Okinawa)-Japón

Especie: Sakishimasuōnoki (Heritiera littoralis, familia de la malváceas, subfamilia Stercuioideae)
Dirección: Haemi, Taketomi-chō, Yaeyama-gun, Okinawa-ken 907-1434
Perímetro del tronco: 35, 1 m.          Altura: 18 m.        Edad: 400 años
Tamaño ★★★★★  Vigor ★★★★  Porte ★★★★★  Calidad del ramaje ★★★
Majestuosidad ★★★★

El sakishimasuōnoki (Heritiera littoralis) es una especie arbórea de hoja perenne que encontramos en Japón en latitudes meridionales, a partir de la isla de Amami Ōshima. Un ejemplar que crece en el curso superior del río Nakamagawa, en la isla de Iriomote (prefectura de Okinawa) está considerado el mayor de Japón en su especie. Cada año llegan a la isla cerca de 300.000 visitantes y en los folletos turísticos nunca falta una fotografía de este árbol, que arranca muchas exclamaciones entre quienes ya han tenido noticia de él. Desde su descubrimiento en 1982, su fama ha ido extendiéndose por todo el país hasta convertirse en un elemento imprescindible en la promoción turística de la isla. Junto al carro tirado por un buey que, con la marea baja, lleva a los turistas a la vecina isla de Yubujima, puede considerarse la principal atracción de Iriomote.
    Es una pena que la fotografía no pueda hacer justicia a las proporciones del árbol. Quien visite el lugar se quedará pasmado por lo descomunal de su tamaño. Por el perímetro de su base, no tiene nada que envidiar al famoso Gran Alcanforero de Kamō, considerado el mayor de Japón en esa categoría. Realmente merece la pena rendirle una visita. El aspecto perfectamente normal que tiene el tronco no hace sino acentuar, por contraste, la enormidad y la peculiaridad de sus raíces tabulares. Estas, en número de 10, alcanzan una altura máxima de 3,1 metros y con sus ondulantes formas nos confirman que la naturaleza es un artista inigualable. Las raíces tabulares de esta especie son muy resistentes y se dice que fueron utilizadas por los isleños para construir los timones de sus sabani (embarcaciones tradicionales).
     Las islas Sakishima, que comprenden la de Iriomote, están situadas en el centro de una zona marítima en la que los tifones adquieren su mayor desarrollo. A menudo, los vientos acometen las islas con una virulencia desconocida en las islas principales de Japón. Y ahí tenemos a estos árboles de gigantescas raíces, que han medido fuerzas una y otra vez con los tifones y que, invirtiendo años y siglos, han evolucionado hasta adoptar las formas más adecuadas a las condiciones de la tierra, formas que ahora les permiten mantenerse firmes e inmutables ante los vientos más impetuosos. Contemplando estos árboles se siente, de una forma muy real, que también los vegetales continúan evolucionando cada día.

  Árbol nº 043 -----


martes, 3 de agosto de 2021

Magnolias acodadas I, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Magnolias acodadas (I)

Antes de hablar de las magnolias acodadas, quiero hablar primero del significado que, en ocasiones, damos los humanos a los árboles, un tanto alejada de su verdadera naturaleza. Es el caso de las magnolias en Italia. En los albores del movimiento que llevaría a la unión del país y su independencia algunos consideraron a la magnolia como símbolo de resistencia frente a los invasores (principalmente la casa de Habsburgo), porque en ella se condensaba la bandera de la nueva Italia: verdes sus hojas, blancas sus flores y rojos sus frutos. En este contexto, plantar magnolias era un símbolo de resistencia, plenamente legal y a ojos vista de los enemigos. 
     En la ciudad de Gorizia, Italia, casi en la frontera con Eslovenia (tan cerca de la frontera que después de la Segunda Guerra Mundial, en la parte de la antigua Yugoslavia, y a tan sólo dos kilómetros se fundó Nueva Gorica -Gorizia en eslavo-). 
     En los jardines públicos de Gorizia, en la década de 1850-60, se plantó una magnolia, cuyo desarrollo permitió que, con el tiempo, un jardinero acodase* doce ramas a la misma distancia. Posiblemente la idea era permitir que enraizasen, rodeando al tronco principal, para luego cortar las uniones. Una vez enraizadas, las ramas dieron lugar a nuevos árboles que permanecían unidos al progenitor. La historia oficial dice que fue un olvido, pero este olvido se convirtió en permanente. En la actualidad, rodeadas por una verja para evitar daños, continúan creciendo unidas aquellas 1+12 magnolias, posiblemente en una formación única en el mundo, que ahora son un atractivo más del lugar. 
 
Fotos de Internet
* Acodo o amorgonamiento es un método artificial de propagación vegetal, que consiste en hacer posible la aparición de raíces, por medio del calor, de la humedad, de la tierra preparada y de incisiones o ligaduras en las ramas acodadas, formando nuevos individuos


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