El Reino Unido cuenta con una gran cantidad de árboles antiguos, muchos de ellos asociados a diversas leyendas e historias. A menudo es difícil saber dónde acaba la historia y dónde empieza la fantasía.
Uno de los árboles más célebres del Reino Unido es el llamado espino de Glastonbury. En diciembre de 2010 sufrió la mutilación de todas sus ramas pero lentamente se regeneró.
Se alza sobre la cima de una colina cerca de la ciudad del mismo nombre en Somerset, al suroeste de Inglaterra. Es uno de los muchos espinos que crecen en la zona pero misteriosamente florece en pleno invierno además de hacerlo, como todos los demás, también en primavera.
La leyenda dice que, cuando el cuerpo de Cristo fue bajado de la cruz, fue depositado en una tumba que petenecía a José de Arimatea, tío de María, madre de Jesús, y que asustado por la vida que había llevado, José emigró de Palestina llevando consigo el Santo Grial y refugiándose en Britania. Al llegar a la cima de una colina, entonces rodeada de pantanos, cerca de Gltoastonbury, hincó en tierra el bastón de espino que traía, indicando que había llegado al final del viaje. Ese bastón echó raíces y el día de Navidad, en pleno invierno, floreció. El “milagro” se conmemoró construyendo la primera iglesia cristiana en tierra extraña.
Al lugar llegaron muchos peregrinos y con el tiempo se construyó una abadía, hoy derrruída. Los peregrinos cortaban retoños del “árbol sagrado”, práctica que habría continuado a lo largo de los siglos de modo que todos los espinos de la zona podrían ser descendientes directos del de José de Arimatea. Los devotos también dejaban sus anhelos colgados del espino con la esperanza de que se cumplieran.
Lógicamente el espino que ahora crece en la colina es un descendiente de aquel original que sería originario del Líbano y su nombre en latín es: Crateagus monogyna praecox.
Todos los años, antes del día de Navidad, se envían a la realeza inglesa ramilletes del espino de Glastonbury y se dice que la Reina Isabel los ponía sobre la mesa y presidían el desayuno del 25 de diciembre.
"Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos, después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser, si no por una vida al menos por un rato..." Mario Benedetti. A los amantes de los árboles,... localización, poesía, cuentos/leyendas, etc.
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6/12/2024
El Espino de José
El espino de José de Arimatea, Glastonbury, Reino Unido
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5/10/2011
GABRIELA MISTRAL (Chile, 1889-1957)
El espino prende a una roca
su enloquecida contorsión,
y es el espíritu del yermo,
retorcido de angustia y sol.
La encina es bella como Júpiter,
y es un Narciso el mirto en flor.
A él lo hicieron como a Vulcano,
el horrible dios forjador.
A él lo hicieron sin el encaje
del claro álamo temblador,
porque el alma del caminante
ni le conozca la aflicción.
De las greñas le nacen flores.
(Así el verso le nació a Job.)
Y como el salmo del leproso,
es de agudo su intenso dolor.
Pero aunque llene el aire ardiente
de las siestas su exhalación,
no ha sentido en su greña oscura
temblarle un nido turbador...
Me ha contado que me conoce,
que en una noche de dolor
en su espeso millón de espinas
magullaron mi corazón.
Le he abrazado como a una hermana,
cual si Agar abrazara a Job,
en un nudo que no es ternura,
porque es más: ¡desesperación!
El espino
El espino prende a una roca
su enloquecida contorsión,
y es el espíritu del yermo,
retorcido de angustia y sol.

y es un Narciso el mirto en flor.
A él lo hicieron como a Vulcano,
el horrible dios forjador.
A él lo hicieron sin el encaje
del claro álamo temblador,
porque el alma del caminante
ni le conozca la aflicción.
De las greñas le nacen flores.
(Así el verso le nació a Job.)
Y como el salmo del leproso,
es de agudo su intenso dolor.
Pero aunque llene el aire ardiente
de las siestas su exhalación,
no ha sentido en su greña oscura
temblarle un nido turbador...
Me ha contado que me conoce,
que en una noche de dolor
en su espeso millón de espinas
magullaron mi corazón.
Le he abrazado como a una hermana,
cual si Agar abrazara a Job,
en un nudo que no es ternura,
porque es más: ¡desesperación!
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2/12/2009
LUIS CERNUDA - Los espinos
LUIS CERNUDA (Sevilla, 1902-1963)
Los espinos
Los espinos

Verdor nuevo los espinos
Tienen ya por la colina,
Toda de púrpura y nieve
En el aire estremecida.
Cuántos dichos florecidos
Les has visto; aunque a la cita
Ellos serán siempre fieles,
Tú no los verás un día.
Antes que la sombra caiga,
Aprende cómo es la dicha
Ante los espinos blancos
Y rojos en flor. Ve. Mira
Tienen ya por la colina,
Toda de púrpura y nieve
En el aire estremecida.
Cuántos dichos florecidos
Les has visto; aunque a la cita
Ellos serán siempre fieles,
Tú no los verás un día.
Antes que la sombra caiga,
Aprende cómo es la dicha
Ante los espinos blancos
Y rojos en flor. Ve. Mira
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