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3/13/2025

El drago del Parque Princesa Sofía, La Línea, Cádiz

UN DECENIO DEL TRASLADO DE UN DRAGO EN LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN, CÁDIZ
Propietarios de la finca y responsables municipales, bajo el drago, año 2015.
Este drago centenario fue donado por la familia Arana al ayuntamiento en 2015. En una operación muy delicada se llevó al Parque Princesa Sofía desde la Villa San Juan.
      El drago y su traslado llamaron la atención por su espectacularidad. Se dijo entonces que el trasplante fue el mayor a nivel mundial registrado de esa especie ya que tenía un peso de 67 toneladas.
     La familia Arana, que también pagó los gastos, comentó a la Redacción de La Línea: "Ha sido un trabajo muy costoso, superior a los 72.000 euros, pero del que nos sentimos muy orgullosos porque ha contado con la supervisión de cinco biólogos y se ha llevado a cabo con todas las garantías de éxito. Se trata, además, de un ejemplar del que han salido la práctica totalidad de dragos mas jóvenes que existen en La Línea y Campamento, como el ahora situado en la rotonda del nuevo hospital, hijo de este, que pesa 5.500 kilos. Este árbol es una joya y para mí, que soy del País Vasco, es el Guernica de la Línea".
     A su vez el alcalde subrayó la importancia de que La Línea contara con esta joya botánica en un lugar tan emblemático como el parque Princesa Sofía: "Reconozco la gran labor logística y económica que han soportado las familias propietarias del inmueble. Este drago se ha convertido en algo muy nuestro y creo que puede llegar a ser un atractivo turístico, dado el porte que tiene y su antigüedad paralela a la de la propia ciudad. Merece que lo cuidemos y dejemos este legado a generaciones futuras".
     El drago que preside la entrada del Princesa Sofía desde la Avenida del Ejército se plantó 1829. Creció como testigo del amor de un naviero americano por una calabresa residente en Gibraltar, a la que en 1829 le regaló una enorme finca de 10.000 metros cuadrados -en la actual calle Jardines-.
Así se hablaba en el 2020 del seguimiento del cuidado del árbol...

"El drago centenario, en perfectas condiciones cinco años después de ser trasplantado al parque Princesa Sofía"

     La delegación de Medio Ambiente, dirigida por Raquel Ñeco, ha informado del buen estado del drago centenario tras la retirada de los últimos cables de sujeción que ayudaban al árbol a afianzarse sobre el terreno del parque Princesa Sofía.
     Hay que recordar que el ejemplar, de unos 105 años de antigüedad, fue donado a la ciudad por las familias Arana y Amado, propietarias de la finca de la calle Jardines en la que creció. El traslado, iniciado el 1 de junio de 2015, supuso una experiencia sin precedentes en el mundo para un drago de este tamaño, e incluso fue objeto de reportajes en revistas especializadas españolas e internacionales.
Daniel González, de la empresa Grupo Raga, encargada de los cuidados durante estos cinco años, afirma que el árbol se ha adaptado muy bien al terreno: “está creciendo e incluso han surgido nuevas brotaciones de las heridas que sufrió durante el trasplante”, afirmó.

     Durante este tiempo se ha realizado un estrecho seguimiento profesional al ejemplar. Uno los problemas surgió en los últimos meses con la aparición de un plaga de picudo negro que suele atacar a los dragos. No obstante, gracias a una rápida actuación, se consiguió controlar y hoy está totalmente erradicada.
     Por otro lado, tras el anclaje inicial, hace tres años se realizó un primer destensado de los cables de sujeción que ha tenido continuidad con un segundo destensado hace tres meses. Coincidió este momento con un temporal de fuertes vientos al que el drago respondió muy bien, por lo que al comprobarse que el ejemplar no se ha movido, en la mañana de hoy se han eliminado totalmente las sujeciones.
     Las delegaciones de Medio Ambiente y Parques y jardines estudian, junto a la empresa, acondicionar el entorno para dar mayor realce al drago centenario y colocar información sobre su historia.
     El drago de La Línea es el segundo más grande de todo el continente europeo, pues solo en las islas Canarias existen ejemplares mayores. Por ello, la edil de Medio Ambiente ha mostrado su satisfacción por el buen desarrollo de los trabajos y ha manifestado “el orgullo que supone para esta ciudad contar con este drago impresionante que merece todos los cuidados prestados”.


Información:
https://www.europasur.es/lalinea/centenario-oficial-propiedad-pueblo-Linea_0_937706774.html
https://www.europasur.es/vivir-el-sur/drago-centenario-Linea-roba-corazon-influencers_0_1804620215.html
https://lalinea.es/el-drago-centenario-en-perfectas-condiciones-cinco-anos-despues-de-ser-trasplantado-al-parque-princesa-sofia/ 
https://www.grupoquorum.com/libro/ver/712568-50-arboles-de-las-calles-de-cadiz.html
https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=DRAGO+EN+LA+L%C3%8DNEA%2C+C%C3%A1diz#vhid=/g/11ffv48n5m&vssid=lcl&lpg=
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3/04/2025

La sabina de Chirivel, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Una sabina solitaria

Esta es la sabina albar (Juniperus thurifera) que crece en el paraje del Pozo Franco (Ayuntamiento de Chirivel), en el extremo oriental de la Cordillera Bética y dentro ya del Parque Natural Sierra María-Los Vélez, en Almería. 
     Se trata de un ejemplar, declarado Monumento Natural de Andalucía el 1 de octubre de 2003, posiblemente milenario, que crece en un altiplano a más de 1600 msnm, en una región de duro clima continental, con grandes variaciones térmicas y períodos de sequía estivales. Esta especie constituye una reliquia de los bosques esteparios del Terciario. Se caracteriza por su lento crecimiento y sus hojas en forma de escama para evitar la pérdida de agua. Su madera es dura y de buena calidad, rica en resinas y muy apreciada en ebanistería, lo que provocó su tala masiva en el pasado. 
     Su altura total es de ocho metros, con un tronco de dos metros de altura y un perímetro -medido a 1,30 del suelo- de 3 metros. Su fisonomía es consecuencia de las duras condiciones meteorológicas en las que vive, especialmente de la nieve, de forma que para disminuir su exposición presenta un aspecto achaparrado y piramidal. 
     Antiguamente en la zona se cultivó cereal (más de subsistencia que otra cosa) y en la actualidad presenta escasos matorrales y un elevado porcentaje de roca caliza descubierta.


Otra entrada para esta sabina
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8/27/2024

El enigma de la sequoia de La Alhambra

JAVIER JIMÉNEZ en Xakata, junio 2024
El enigma de la secuoya de la Alhambra: el árbol que se plantó en Granada años antes de que los botánicos las descubrieran

En 1926, llegó una carta al botánico W. L. Jepson. Empezaba un misterio que aún no hemos resuelto

En 1926, ya de vuelta en su casa de Sevilla tras un viaje por Granada, Harriet N. Dimond escribió una carta a un conocido botánico californiano, Willis L. Jepson, que en aquella época ya era profesor en Berkeley. En ella, Dimond describía un "cedro centenario" (como lo llamaba el guía) que medía "unos 38 metros de altura, quizá un metro veinte de diámetro y ya se elevaba por encima de los demás de la ladera". Además, le enviaba una hoja.
      Jepson se dio cuenta en seguida que no era un cedro. Las hojas eran de Sequoia sempervirens, la descomunal secuoya roja de la costa de California. No obstante, eso no era ni siquiera raro: para 1926 las secuoyas costeras llevaban casi un siglo documentadas en la literatura botánica anglosajona y había muchos jardines europeos llenos de ellas. 

El enigma del tamaño

     En su carta, Dimond explicaba que, según el guía, los árboles los había plantado el Duque de Wellington. Entre otras muchas cosas, Wellington es recordado como el comandante inglés que derrotó a Napoleón en Waterloo; pero antes de eso tuvo un papel destacado en la Guerra de la Independencia y, en agradecimiento, las Cortes de Cádiz le regalaron una enorme finca en el corazón de la vega granadina conocida como "el Soto de Roma".
     Desde entonces el 1er Duque, sus descendientes y el resto de la nobleza británica han tenido una relación bastante estrecha con la ciudad de Granada. La historia popular sobre el origen de los árboles era, como poco, plausible. De hecho, aunque ni Dimond ni Jepson lo supieran, al norte de la provincia había otra plantación de secuoyas cuyo origen también se ha relacionado con Wellington.
     El problema es que por el tamaño y el grosor del árbol que vio Dimond, las fechas no cuadraban. Según los cálculos de Jepson, el árbol de la Alhambra debía tener 120 años. Eso no solo era previo a la primera vez que Wellington pisó la península, sino que era contemporáneo de la 'Expedición Vancouver' en la que Archibal Menzies había recogido los primeros especímenes de la especie. ¿Qué hacía una secuoya en la Alhambra a finales del siglo XVIII?
     ¿Qué hace un árbol como tú en un sitio como este?
      Jepson tardó tres años en encontrar una explicación razonable. Menzies no había sido el primero en recolectar (botánicamente hablando) muestras, semillas y hojas de la secuoya roja. El primero, por lógica, debía de haber sido Thaddaeus Haenke, el botánico 'jefe' de la expedición Malaspina que, entre 1789 y 1794, realizó un "viaje científico [...] alrededor de todo el Imperio".
      Y digo "por lógica", porque la expedición llegó a la bahía californiana de Monterey en 1791 y Haenke recolectó material en septiembre, durante la temporada seca. El momento perfecto para pillar las enormes secuoyas que había en la zona en el momento perfecto.
      El problema es que cuando Jepson repasó el "material californiano" de Haenke que había publicado C. B. Presl muchos años después, no pudo encontrar ninguna referencia a las secuoyas bajo ninguna denominación conocida ni, de hecho, pudo identificar ninguna conífera que cuadrara con el tipo de árbol que estaba buscando. O sea, era una hipótesis brillante, pero una hipótesis sin pruebas al fin y al cabo.
     Por eso, cuando años después de la carta de Dimond, Jepson visitó los Jardines de Kew en Inglaterra (uno de los centros botánicos de referencia en el mundo), no dudó en revisar el Epimeliae Botanicae del mismo Prels. El listado más completo de todas las cosas que había recolectado Haenke a lo largo del viaje. Allí, en la página 237 del libro, encontró lo que buscaba: efectivamente, Haenke había recolectado semillas de secuoya y otras muestras de los árboles para investigarlas en un futuro. 

La conexión española

     Para Jepson, aquello no sólo confirmaba su teoría sobre el 'descubrimiento botánico' de las secuoyas rojas, sino que permitía explicar el misterioso árbol de la Alhambra. Al fin y al cabo, como reconocía el mismo Jepson en su artículo de 1929, "algunos oficiales de marina, como es bien conocido, también recolectaban sus propias semillas de árboles nativos". Solo hacía falta que algún miembro de la Malaspina hubiera acabado pocos años después en la ciudad de Granada.

      En los últimos años hemos sabido que, de hecho, los españoles habían tenido algunas oportunidades previas para recolectar semillas y llevarlas de vuelta a la península.
     Como cuenta Antonio Madridejos, en 1768, "Carlos III ordenó a José de Gálvez, su virrey en la ciudad de México, la organización de cuatro expediciones -dos por tierra y dos por mar- para consolidar la presencia española en la Alta California y así evitar el desembarco de colonos ingleses y rusos".
     En unos de esos viajes, el comandado por Gaspar de Portolá, los expedicionarios acamparon cerca de la localización actual de la ciudad de Watsonville y visitaron el Lago Pinto. Allí, en la entrada del 10 de octubre, Juan Crespí escribió que se habían encontrado con "mucha abundancia" de "unos palos muy altos de madera colorada, árboles no conocidos que tienen la hoja muy diferente de la de los cedros". Curiosamente ese parece ser el origen de Palo Alto; que fue como los expedicionarios llamaron al siguiente campamento, ya en la bahía de San Francisco.

Entonces, ¿hay una secuoya en la Alhambra?

      Con todo esto en mente y, aunque pueda parecer sorprendente, la pregunta relevante no es si hay una secuoya en la Alhambra. Hay secuoyas en el conjunto monumental de la Alhambra, tanto en el Generalife como en otras zonas de la ciudad. El problema es que, según el Patronato del monumento, esas secuoyas fueron plantadas entre 1854 y 1856, coincidiendo con la construcción de los Jardines altos del Generalife (que, en aquel momento, pertenecían a un particular).
     Sin embargo, estas no pudieron ser las secuoyas de las que hablaba Dimond porque no podían tener ese tamaño cuando la vio. Por eso la pregunta relevante es si existió esa secuoya en 1926 y ahí la situación se complica.

Lo hemos leído aquí

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8/24/2024

EL CIPRÉS DE LA SULTANA
¿Testigo de una traición?
Fotos: Alfonso Alegre Heitzmann

Según la leyenda que recogió el novelista renacentista Ginés Pérez de Hita en 1525 un ciprés plantado en el patio del Generalife, fue testigo mudo de los amores furtivos de Morayma, esposa del rey Boabdil, y un apuesto caballero de la tribu de los Abencerrajes. Los encuentros de los amantes a su sombra, en noches de luna llena, fueron delatados al último rey moro de Granada. La ira de Boabdil fue tal que en represalia mandó degollar a varios caballeros de la noble tribu musulmana. La leyenda identifica aún hoy las manchas de óxido de hierro existentes en el fondo de la fuente de la Sala de los Abencerrajes de la Alhambra con la sangre derramada en la venganza.
     Fue posiblemente la divulgación de los viajeros románticos que visitaron Granada en el siglo XVIII la que generalizó este fantástico relato. Aunque si el bautizado como Ciprés de la Sultana pudiera hablar quizá contara historias aún más fabulosas.

     Los botánicos José Tito y Manuel Casares creen que este ejemplar de Cupressus sempervirens fue, hasta que murió no hace muchos años, el ciprés más antiguo de Granada.
     Aparece ya bastante crecido en un grabado fechado en el año 1500, integrado en una hilera de árboles de la misma especie que dio nombre al lugar del Generalife donde se encontraban: Patio de los cipreses.
     Para los botánicos no hay duda de que, por su enorme tamaño, fue plantado en época árabe y que pudo vivir más de 600 años. Muríó en los años 80 del pasado siglo. La leyenda atribuye su muerte a un rayo. Sin embargo, Tito y Contreras opinan que, en realidad, murió de viejo.
     Los turistas que visitan la Alhambra sólo pueden contemplar hoy su tronco seco, apenas una ruina de su antiguo esplendor, junto a una inscripción que recuerda su leyenda. El ciprés forma parte de uno de las estancias con más encanto de la residencia de verano de los monarcas de la dinastía nazarí. Junto a otros árboles -ya desaparecidos- flanqueaba un patio con un estanque cercado por setos de arrayán y en medio de él islotes con frondosa vegetación y otro estanquillo central con una fuente de piedra.
     Alfonso Alegre Heitzmann nos dice en su blog: "Vale la pena señalar la singular belleza de este patio cuya extraña forma debe interpretarse como fruto de una armoniosa evolución. Hacia 1920, el paisajista francés J.C.N. Forestier, se entretuvo en buscar su geometría y averiguar cuál era la base matemática que generaba tanta perfección formal. Al parecer experimentó con su trazado en algunos de los jardines que hizo, añadiendo y variando elementos y proporciones. No es de extrañar, pues, que este pequeño patio sea uno de los más bellos e insólitos de la historia de la jardinería".



Información: 

https://www.waymarking.com/waymarks/wm1776X_Ciprs_del_Patio_de_La_Acequia_del_Generalife_Alhambra_Granada
https://www.alhambra-patronato.es/el-patio-del-cipres-de-la-sultana

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8/15/2024

EL CHAPARRO DE LA VEGA, CORIPE, SEVILLA


El Chaparro de la Vega es un ejemplar de encina de grandes dimensiones que se localiza en el paraje de La Vega, a unos 3 km de Coripe. Este ejemplar que puede estar en torno a los 300 o 400 años, mide 13 m de altura y el radio de su copa es de unos 23 m. Estas excepcionales características determinaron que fuese declarado Monumento Natural por la Junta de Andalucía en 23 de nov. de 2001. El límite del espacio protegido viene dado por el perímetro de la circunferencia cuyo centro se corresponde con la proyección de la copa del chaparro, más o menos un radio de 25 m en torno al tronco.
     El árbol está rodeado de un característico paisaje serrano con relieve suavemente alomado y zonas adehesadas, propio de la Sierra Sur de Sevilla, en el que destaca además la existencia de algunas moles calizas de paredes escarpadas, como el peñón de Zaframagón. En el espacio a la sombra del chaparro de la Vega se llevan a cabo actividades educativas y de ocio, siendo un lugar muy popular entre los vecinos del municipio, que celebran en él la romería de la Virgen de Fátima a mediados del mes de mayo.
     Sus sobresalientes dimensiones hacen de este ejemplar una clara referencia para los lugareños que lo han hecho testigo de su vida cotidiana. 
 

Información:
https://www.caminosvivos.com/recurso-detalle/3448/chaparro-de-la-vega
https://www.arbolybosquedelaño.es/chaparro-de-la-vega-coripe-sevilla/
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6/18/2024

Premio AEMO 2017, Olivo Caracol de Periana, Málaga

EL OLIVO "CARACOL" de Periana, Málaga, olivo monumental de España en el año 2017

Olivo entre melocotones
Hoy nos encontramos en el municipio de Periana, Málaga, para visitar el olivo que llaman "Caracol", propiedad de Rafael Toledo. Este extraño olivo fue el ganador del Concurso de AEMO en 2019 (Asociación Española de Municipios del Olivo). Es un Verdial de Vélez injertado en acebuche, que se encuentra en un paraje denominado Fuente Piojo, muy cercano a la Villa Turística de la Axarquía, y conviviendo con otros ejemplares, tanto jóvenes como viejos.
      Su singular tronco está acostado sobre una albarrada (pared de piedra seca) y  se retuerce sobre sí mismo configurando una forma muy peculiar. El olivo es un auténtico coloso con un tronco que da fe de su longevidad, pudiendo muy bien alcanzar los 400 o 500 años. La mayoría de los olivos de esta zona son Verdiales de Vélez, variedad ancestral que se injertó en acebuches cuando se domesticaba el cultivo del olivo en la Península Ibérica.
      La zona atesora un rico patrimonio natural de olivos monumentales por lo que no es de extrañar que alguno fuera testigo de las luchas entre las huestes comandadas por Umar Ibn Hafsun y los castellanos cuando éstos tomaron el cercano castillo de Zaila en 1485, previo paso para la conquista de Vélez-Málaga.
     El ayuntamiento de Periana incluyó este olivo en la Primera Ruta de Olivos Singulares, por lo que se ha hecho muy popular.

En este enlace de Wikiloc tenéis la ruta, de la que hemos tomado las fotos.

Información de los Premios AEMO 


 
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3/11/2024

Árboles singulares de Sevilla

ÁRBOLES SINGULARES DE LA CIUDAD DE SEVILLA

El día 26 de febrero, el Alcalde de Sevilla presentó en la Glorieta de Bécquer el libro Árboles singulares de Sevilla. Se trata de una nueva versión, más reducida y a modo de guía de campo, del catálogo que se publicó en 2022 sobre los ejemplares más sobresalientes del rico patrimonio arbóreo de nuestra ciudad. Nosotros colaboramos activamente en esta relación de árboles singulares a través de nuestro blog y de un dosier sobre la ubicación y características de estos árboles que fue entregado a los funcionarios de Parques y Jardines. (...)

La versión degital de la guía de campo "Árboles singulares de Sevilla" se puede consultar aquí
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1/20/2024

ANTONIO AGUDO, en COPE, feb21
El pino "Galapán", el señor de la Sierra de Segura, cumple más de 4 siglos

Este pino preside, con 40 metros de altura y 400 años, una de las laderas del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas
 


El parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas se extiende por las tres serranías del mismo nombre al este de la provincia de Jaén por más de 200.000 hectáreas. Se trata de una zona de bosques y espesuras madereras que le dieron, en tiempos pretéritos, la denominación de Provincia Marítima a Jaén. De su masa forestal salieron las maderas que se convirtieron en buques de la Armada Española. Troncos que bajaban los almadieros río Guadalquivir abajo para ser convertidos en las herramientas del poderío marítimo del Imperio Español. Centenarios árboles fueron talados para convertirse en mástiles y soportar el velamen desde el palo mayor al de mesana con el empuje de los vientos oceánicos.
     Uno de los árboles supervivientes al hacha y a la necesidad naviera fue este ejemplar de pino laricio, “Galapán” que fue bautizado con ese apelativo por los lugareños “por ser tan espigado y buen mozo” mientras que otras versiones aseguran que el mote le viene por dar sombra a la guarida de un ladrón también conocido como “Galapán”. Bandido que escondía sus botines en una cueva en la que se hunden las añosas raíces de este enorme árbol. Sea como fuera Galapán sobrevivió a la voraz demanda de madera y alcanza una altura de casi 40 metros, un tronco de más de 10 metros de perímetro y una edad, se calcula, en más de 400 años.


     Este enorme pino es muy popular en el Parque Natural y la ruta que pasa por su pie se llama del mismos modo: “Ruta Galapán” y que en la guía de la Junta de Andalucía se describe de esta manera: el entorno se sitúa a casi 1.600 metros de altitud y discurre junto al arroyo de la Fuenfría, junto al que se observa un denso pinar con ejemplares esbeltos que se han desarrollado buscando los rayos del sol, y entre ellos el pino descrito que es el que más destaca. Dispersos en la masa se identifica algún abeto (Abies alba), que también se intercala con cipreses en la linde del camino. Los arbustos que aparecen son el majuelo, el herguen, el rosal y la retama.
     El pino Galapán es un autentico tesoro viviente y está catalogado como uno de los gigantes de los bosques españoles y el emblema de la Sierra de Segura. Si quieres visitarlo sigue estas indicaciones:
     Desde Santiago de la Espada hay que seguir la carretera A-317 en dirección a La Matea, y atravesando esta localidad continuar hasta la aldea de Don Domingo. Una vez allí hay que coger una pista forestal en perfecto estado, señalizada para senderismo como GR 144. Esta pista se dirige hacia Rambla Seca y los Campos de Hernán Perea. Al pasar un puente encontrarás un primer cruce donde, a la derecha, está indicada la ruta hasta el Pino Galapán. A 2,6 km de este cruce lo encontrarás en el margen derecho del camino.

Lo hemos leído aquí

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11/20/2023

CSIC, 2011
Historia de la Pajarera de Doñana
En Doñana, el término “pajarera” se utiliza para denominar las colonias de nidificación de garzas, cigüeñas y espátulas. Las primeras referencias escritas que se tienen de las pajareras de Doñana datan del siglo XVIII, aunque por aquellas fechas se localizaban en la Laguna de Santa Olalla, los Sotos y el Lomo del Grullo. Con el transcurso del tiempo, las pajareras han ido ocupando distintos emplazamientos, abandonando unos y colonizando otros. De todas ellas, la más conocida y espectacular, que se ha apropiado del nombre “Pajarera”*, es la que se ha venido situando en la Vera de Doñana, zona de ecotono entre el monte y la marisma.
     La Pajarera de la Vera se descubrió para la ciencia allá por los años 50 del pasado siglo, cuando Francisco Bernis (fundador de la Sociedad Española de Ornitología), José Antonio Valverde (primer director de la Estación Biológica de Doñana y primer conservador del Parque Nacional de Doñana) y José Manuel Rubio (catedrático de Geografía de la Universidad de Sevilla), describieron y censaron la colonia. En esas fechas, no se encontraba en el mismo lugar que ahora, sino que ocupaba los brezales y alcornoques de la Algaida, una finca situada al norte de la Reserva Biológica. Por aquel entonces, no existía la actual carretera de Almonte al Rocío, sino que el acceso al Palacio de Doñana, se efectuaba desde Sanlúcar de Barrameda, tras una agotadora jornada en caballerías a través de las arenas, después de cruzar el Guadalquivir en barca. Una vez en el Palacio, había que recorrer, a pie o en mula, varios kilómetros hasta la colonia. Tiene un enorme mérito la información aportada por estos científicos, teniendo en cuenta los medios con los que contaban. Por otra parte, fueron los primeros que alertaron sobre el efecto pernicioso de los excrementos de las aves sobre la vegetación, al constatar que tras varios años de ocupación, los brezales y alcornoques, donde las aves construían sus nidos, quedaban completamente arrasados.
     A mediados de los años 60, la Pajarera se desplazó hacia el sur ocupando la Vera de la Reserva Biológica de Doñana, en donde permanece en la actualidad, asentándose sobre alcornoques, álamos, sauces y algún que otro acebuche. Antes de finalizar el invierno, grupos de garzas y cigüeñas comienzan a llegar para iniciar el proceso reproductivo que llega a su máximo apogeo en primavera y se prolonga hasta el hasta el verano. Actualmente, la colonia se compone de siete especies: cigüeñas (Ciconia ciconia) garzas reales (Ardea cinerea), espátulas (Platalea leucorodia), garcetas (Egretta garzetta), garcillas bueyeras (Bubulcus ibis), martinetes (Nycticorax nyticorax) y garcillas cangrejeras (Ardeolla ralloides). Su tamaño, según el año, puede oscilar desde unas decenas de parejas hasta varios miles, dependiendo de las condiciones de inundación de la marisma, que es el hábitat principal en donde encuentran su alimento.
Fotos de Manuel Rubio (1ª y2ª) y del CSIC 
 * La "Pajerera", en tiempos más recientes, se llama a los alconoques donde cientos de aves se establecieron
Lo hemos leído aquí
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11/15/2023

Adios a la Pajarera de Doñana...

15Nov23
Sucumbe a la 'seca' y a los temporales la icónica Pajarera de Doñana 
El biólogo de la Estación Biológica de Doñana Jorge Monje lo ha dado a conocer hoy: la mítica pajarera de Doñana, un árbol que sale en libros de historia medioambiental de medio mundo, y una de las imágenes icónicas del Parque Nacional, ha sucumbido a los temporales... y también a los enormes daños acumulados a causa de la seca del encinar y las sucesivas sequía.
Antes y después, Foto de Jorge Monje
     Así el alcornoque de la imperial, en la Pajarera de Doñana, no ha aguantado las tormentas de este otoño. Estaba muy afectado por Cerambyx (seca), de hecho, hacía años que ya había perdido la mitad de su copa. Muchos alcornoques en Doñana están siguiendo el mismo camino.
     La foto pone sobre la mesa un problema que no es exclusivo de esta pajarera sino de muchos árboles del Parque Nacional.
     La casi totalidad de los alcornoques de Doñana, uno de los árboles míticos de la Reserva de la Biosfera, están afectados ya por la enfermedad de la seca, según pone de manifiesto un informe recopilado en el proyecto científico de seguimiento Life Adaptamed.
     El problema no es que sea específico del Parque Nacional pero puede acabar definitivamente con una de las imágenes icónicas más visualizadas en el mundo entero sobre la biodiversidad de Doñana: las pajareras. Un lugar emblemático donde se han tomado gran cantidad de fotografías y que ahora, esos árboles, presentan una imagen 'ruinosa tras décadas de decaimiento.
     Cabe recordar que la provincia de Huelva ha perdido en poco más de diez años unas 10.000 hectáreas de encinas en las dehesas a causa de la seca del quercus.
La Pajarera en el pasado
Lo hemos leído aquí

Este artículo está confundiendo "la seca", un hongo, con Cerambyx, un coleóptero, pero lo que nos interesa es el hecho, la caída de un árbol tan emblemático como la "Pajarera", un árbol mundialmente 
famoso
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3/05/2023

Recordando a Félix..., del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El pino Félix Rodríguez de la Fuente

Este es el llamado Pino de Félix Rodríguez de la Fuente (Pinus nigra subsp. salzmannii). Este hermosísimo pino recibe ese nombre porque en sus proximidades se grabaron varios capítulos de la famosa serie de Rodríguez de la Fuente y junto a él tiene una piedra que tiene esculpido su nombre.
     Tiene las raíces someras y se encuentra descalzado en la orientación sur debido a que está junto a un camino de menor cota que su base. Está situado en el ayuntamiento de Cazorla (Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y las Villas) en la provincia de Jaén, flanqueado por cerros que superan los 1.700 m.s.m. Con una altura de 24 metros, tiene un tronco prácticamente liso de cinco metros que luego forma una amplia copa de más de 20 ramas que cubre una superficie de unos 400 m2. El perímetro del tronco a 1,30 de altura es de 4,5 metros, ampliándose en la base hasta los casi 13 metros. Se la atribuyen más de 300 años de edad.

 

 Ficha de la Junta de Andalucía

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10/27/2022

¿El pueblo español odia los árboles?

RAFAEL JIMÉNEZ ÁLVAREZ
Árboles centenarios perdidos en Córdoba

En septiembre de 1943, Enrique Romero de Torres como presidente apoderado del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional se une a la protesta de la Comisión Nacional de Monumentos por la tala de un ciprés bicentenario que crecía junto a la fachada barroca de la Iglesia de San Pablo, y la eleva al Director General de Bellas Artes.
 
A continuación transcribimos aquella protesta:
 
"Ilmo. Sr.: Reunida la Comisión Provincial de Monumentos para conocer el hecho de haber sido privada esta ciudad de uno de sus motivos públicos ornamentales más visibles; el ciprés, dos veces centenario que embellecía, daba aspecto pintoresco y decoraba la portada principal barroca del Real Convento de San Pablo que se alza en el centro topográfico de esta capital; y estimando que le incumbe, según las leyes vigentes, velar por el patrimonio que el pasado de Córdoba ha legado al presente, y que este tesoro abarca desde lo histórico, arqueológico y artístico, hasta lo simplemente pintoresco; y habida cuenta también de que no es éste el primer caso de lamentable desaparición, en la mayor parte de los casos injustificada, de tales aditamentos incorporados a la arquitectura urbana para embellecer su conjunto pues que, recientemente, fueron cortados ejemplares de esta clase de árboles simbólicos, que entraban por mucho en la singularidad del aspecto del jardín del Seminario Conciliar de San Pelagio, bello panorama que se ofrece al viajero a su entrada por el Puente Romano desde el Campo de la Verdad, y otros que respetaban en patios-jardines cordobeses, y eran vistos por ocupar el más alto nivel de la ciudad desde todas las torres y desde muchos lugares de ella, acordó por unanimidad:
1º.- Ver con disgusto que se atente contra el aspecto pintoresco de Córdoba, privándola de estos elementos decorativos, con menosprecio de la estética urbana, de los edificios en que hace años y siglos, crecían y se desarrollaban estos árboles y aún de la Comisión que tiene a su cargo la defensa de tales intereses de toda la provincia.
2º.- Que se solicite de la Com[u]nidad Religiosa que hoy tiene cedida por el Obispado de Córdoba, la iglesia de San Pablo, así como del Sr. Rector del nombrado Seminario la reposición -llegada que sea la época conveniente para el transplante de árboles- de los ejemplares talados, emprendiendo el cultivo de otros nuevos de altura, ahora no inferior a tres metros, los mejores que hubiere en el mercado de arboricultura, para que al paso de los años, y cuidados con esmero, pueda ser devuelto a los respectivos lugares donde la tala impremeditada que [se] efectuó, su aspecto artístico; y
3º.- Que se prevenga a los dueños o poseedores de edificios, como el Convento de Santa Isabel de los Ángeles, el Eremitorio de Belén en la Sierra, y otros, la obligación en que están de respetar estos elementos decorativos que embellecen, dan carácter y hasta hablan de ideas nobles y elevadas en su simbolismo tradicional en los sitios donde un día fueron plantados.
Esta Junta del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional hace suyos la protesta y acuerdos de la Comisión Provincial de Monumentos y al tener el honor de ponerlos en conocimiento de V.S., se permite con todo respeto someter a su alto criterio, si creyera conveniente dictar una orden o declaración, para evitar en lo sucesivo, que se repitan hechos semejantes en menoscabo de los intereses artísticos de Córdoba.
Dios guarde a V.S. muchos años. Córdoba 20 de septiembre de 1943. El Presidente Apoderado [Enrique Romero de Torres].
 
[Dirigido al] Ilmo. Sr. Director General de Bellas Artes."
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1/19/2022

In memoriam... Diario de Sevilla

LUIS SÁNCHEZ-MOLINÍ, en "diario de Sevilla"
Los olmos de Reina Mercedes

La sentencia ya se está ejecutando: un total de 36 olmos del campus de Reina Mercedes pasarán a mejor vida debido a que su estado puede suponer un peligro para los viandantes. No tenemos nada que objetar a la decisión de los técnicos de la Universidad de Sevilla. Ellos sabrán. Pero eso no debe impedir que entonemos aquí nuestra particular endecha en memoria de un árbol, el olmo, que durante un tiempo fue un símbolo de la vieja Europa y que debido a la grafiosis y a la urbanización indiscriminada ha pasado a ser casi un proscrito en nuestros campos y ciudades. Bajo no pocos olmos o negrillos (como se le llamaba popularmente) se sentaron muchos de los concejos de las aldeas y lugares de España a tratar sus asuntos, y el hecho de que el antiguo y ya desaparecido edificio del gobierno municipal de Sevilla (ubicado en la actual plaza Virgen de los Reyes) se llamase el Corral de los Olmos nos indica hasta qué punto el ulmus romano fue un príncipe en la arboleda ibérica. En alguna otra ocasión ya hemos mostrado nuestra intención de fundar una cofradía para dar culto a la Virgen de los Olmos (quizás con la jubilación), anónima imagen medieval que actualmente se encuentra en la capilla de San Antonio de la Catedral y cuya réplica, realizada por Juan Luis Coto en el último tramo del siglo XX, adorna una hornacina de la Giralda. Entre pocos devotos podríamos proveer las ceras, aceites y latines necesarios para honrar esta imagen de tan bello nombre, factura y significado, patrona y abogada de los bosquetes sevillanos.
     Los niños de la Transición hemos visto crecer poco a poco el campus de Reina Mercedes. Lo vimos pasar de su condición de descampado polvoriento, con cines de verano (Los bingueros, Se acabó el petróleo, etcétera) y algunos edificios aislados (pero de buena calidad arquitectónica, como las escuelas de Ingenieros y Arquitectura), al muy digno campus de carreras científicas y técnicas actual, aunque algo apelmazado y con muchos menos metros cuadrados verdes de los que hubieran sido deseables. Ahora nos enteramos del patíbulo que han levantado a estos 36 olmos, cuya sombra buena y fresca será sustituida por la que proporcionarán otras especies mejor adaptadas a los nuevos tiempos: sóforas japónicas, catalpas y árboles del amor. Son especies hermosas y con floraciones muy vistosas, pero nunca podrán sustituir la compostura del olmo, el árbol que don Antonio Machado eligió para cantar en un conocido poema la dignidad de la vejez.


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9/26/2021

Un nombre propio

Muere el Pino de los Mil Duros de 300 años, Árbol Singular de Andalucía

Es la triste noticia que recorre diversas redacciones informativas, tanto dentro como fuera de Andalucía. Este magnífico ejemplar de pino piñonero se encuentra en la ruta rociera de Hinojos. A su sombra se paraban las carretas para reponer fuerzas y proseguir la ruta al Rocío. Aunque a 1,3m de altura tenía una circunferencia de 3,3m era un emblema de la comarca, de Huelva y de Andalucía. La Junta lo tenía catalogado como árbol singular y figuraba en el libro que dedicó a los árboles de la provincia de Huelva en 2003.
     El Ayuntamiento de Hinojos no ha decidido todavía el cómo va a preservar la memoria de este árbol que contaba con unos 300 años de edad, algo que el mismo árbol ya se encargó en su momento pues muchos de los pinos de los alrededores son hijos suyos ya que era uno de los ejemplares de los que se sacaba simiente para los viveros.
     En 2008 al detectarse ramas bajeras secas los técnicos de Espacio Natural de Doñana iniciaron su seguimiento. En el año 2013 la Red de Alerta Fitosanitaria Forestal abrió un expediente para analizar los daños. Así pues el Pino de los Mil Duros ha contado con un estudio de evaluación de su estado fitosanitario y se han seguido todas las pautas que se han recomendado. Todo indica que el pino ha cumplido su ciclo vital como cualquier ser vivo.
      En Hinojos es conociada la historia del nombre de este pino. En 1.934 la Hermandad del Rocío de Hinojos expresó su deseo de construir una Casa de Hermandad en la aldea de Almonte para sustituirla por la choza que tenía en la calle Sanlúcar. Durante la peregrinación de ese año, la hermandad hizo una parada en el paraje la Matanza, donde se ubica este pino y bajo su sombra, un invitado de la familia Martín de Oliva, Lorenzo el 'Valenciano', decidió donar las primeras 5.000 pesetas para iniciar la construcción. Desde entonces, cuando se habla del nombre de este pino, se hace referencia a esa primera donación del "Valenciano" y se realiza allí la parada hacia el Rocío que hasta entonces se realizaba en el Charco del Cura. 
     Las coordenadas en google son las siguientes: 37º 11' 10" N  -  6º 25' 59" W,  
     Datos: Altura: 20m  Perímetro a 1,3m: 3,30m   Proyección de la copa: 380 m²    Altitud: 18 m
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7/14/2021

El ombú de la Cartuja

ANA S. AMENEIRO, en Diario de Sevilla
Historia del ombú, el árbol de Sevilla vinculado a Colón 

Vista del impresionante tronco del ombú más longevo de Sevilla y de Europa. / José Ángel García

La historia del precioso ombú de Sevilla que el Ayuntamiento quiere incluir en el Catálogo de Especies Singulares junto a otro millar de árboles tiene ingredientes para una serie de Netflix. Llegó hace 500 años a la Cartuja de Sevilla de la mano de la familia de Colón, 1529. El hijo del Almirante, Hernando Colón, que lo había plantado en su arboreto con semillas del continente americano, donó algunas semillas de ombú a los frailes del monasterio de la Cartuja cuando su padre falleció.
     Lo hizo porque Cristóbal Colón había pasado temporadas de su vida en este apacible cenobio preparando sus viajes a América. Así pues, el ombú de la Cartuja puede ser el primer ejemplar europeo de esta especie, señala Ricardo Librero, paisajista y miembro de "Salva tus árboles Sevilla".
     La parte dramática es que el árbol estuvo a punto de morir hace casi 30 años cuando se sometió a una restauración mal planteada por encargo de la administración andaluza. "Quien restauró en 1992 para la Junta los jardines de la Cartuja, territorio de la Junta, llenó todas las oquedades que sufría el ombú por exceso de humedad con una técnica en desuso: meterle espuma de poliuretano. No consultaron a nadie. Cuando los técnicos de la Expo vimos lo que se había hecho y que el árbol estaba a punto de morir, retiraron rápidamente la espuma de poliuretano", relata Librero, que trabajó como técnico en el Programa de Forestación y Jardinería de la isla de la Cartuja para la Expo92.
      El experto explica que, por su formación en cirugía arbórea en Barcelona, sabían que esta espuma empeoraba el estado del árbol al absorber agua que genera hongos. "En cirugía arbórea cuando hay mucha humedad hay que meter cánulas en el árbol para que salga el agua. Si la herida está seca el árbol la cierra. Pero si está húmeda proliferan hongos, con lo que al final se hace un chancro mayor", comenta.

      El tratamiento para mejorarlo aumentó aún más el problema que se quería corregir. "Afortunadamente dieron marcha atrás y terminaron quitando al árbol aquella masa pegajosa. Aún le hicieron más daño al árbol porque tuvieron que abrir las oquedades para retirar el poliuretano. Al final se consiguió salvarlo", cuenta Librero.
      Desde 1992 no se ha tocado el árbol, que tampoco admite bien la poda. "Cada poda que le hagas genera una oquedad muy difícil de cerrar", advierte Librero.

La prioridad debe ser protegerlos

      Librero señala la importancia de que Sevilla disponga de un Catálogo de Especies Singulares para proteger bien estos árboles con vallas a su alrededor en las que se identifique el ejemplar, también en el caso del ombú. "El ombú tendrían que vallarlo para que nadie entre, como se hace en Inglaterra o en los parques públicos de Lisboa, y dejarle un perímetro de copa por fuera para que la gente lo admire sin tocarlo ni hacerse fotos subida al tronco. Un zapato daña el tronco porque este es muy blando, no es madera leñosa".
          Protegerlo con antelación a publicar el catálogo es clave. "Hacer un catálogo puede ser contraproducente sin realizar una serie de medidas de protección y de concienciación previas porque puedes señalizar aún más los lugares donde ir a hacerse una foto encima del árbol. Hay que procurar que sea al lado del árbol, no encima". Protegerlos es alargar su vida. "Si no los señalizas y los proteges bien de la entrada de las personas, estos árboles pueden tener una vida muy limitada, cuando aún les quedarían 300 a 400 años con nosotros", explica Librero.
      El plan municipal de ofrecer estos árboles singulares a la visita turística le parece bien al experto porque los árboles valiosos de las ciudades son parte del patrimonio de ésta y en todas existe un catálogo de árboles singulares que en Sevilla hace muchos años que debería estar hecho. Recalca que ese catálogo es bueno "si sirve para que se le tenga mucho más respeto a esos árboles singulares desde los servicios de conservación de la ciudad".
      En esta protección entrarían los ficus de los Jardines de Murillo, de la Plaza de San Pedro, la Plaza del Museo, de la Universidad, etc., que ya están sufriendo al estar contenidos por muretes. Cree que hay que incluir también los primeros eucaliptos del Parque de María Luisa, de los primeros que entraron en España por Santander procedentes de Australia, aunque sea una especie denostada por sus efectos en los acuíferos. Las casas reales y aristocráticas los compraron para tenerlos en sus jardines. Así como los primeros ginkgo biloba de Sevilla en el jardín inglés del Alcázar, que llevan en la ciudad más de 100 años.
      El ombú es originario de las zonas sub-tropicales de América del Sur (Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina). En Uruguay está el bosque de ombúes más grande del mundo en la Laguna de Castillos, a 50 kilómetros al noreste de la capital, y hay quien dice que todos los ombúes de Sevilla proceden de la bahía de Montevideo.

      En opinión de los jardineros, es un árbol porque tiene un solo tronco dominante que termina formando una copa. "No es una hierba, es un árbol considerable. Solo hay que ver cómo han crecido en poco tiempo los que plantaron en la avenida que va al Hospital Virgen Macarena al lado del Parlamento", recalca. Con todo, aclara que el árbol funciona como un arbusto cuando se corta, ya que se le puede quedar una oquedad. 

Laguna de Castillos, Uruguay


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