La familia Arana, que también pagó los gastos, comentó a la Redacción de La Línea: "Ha sido un trabajo muy costoso, superior a los 72.000 euros, pero del que nos sentimos muy orgullosos porque ha contado con la supervisión de cinco biólogos y se ha llevado a cabo con todas las garantías de éxito. Se trata, además, de un ejemplar del que han salido la práctica totalidad de dragos mas jóvenes que existen en La Línea y Campamento, como el ahora situado en la rotonda del nuevo hospital, hijo de este, que pesa 5.500 kilos. Este árbol es una joya y para mí, que soy del País Vasco, es el Guernica de la Línea".

A su vez el alcalde subrayó la importancia de que La Línea contara con esta joya botánica en un lugar tan emblemático como el parque Princesa Sofía: "Reconozco la gran labor logística y económica que han soportado las familias propietarias del inmueble. Este drago se ha convertido en algo muy nuestro y creo que puede llegar a ser un atractivo turístico, dado el porte que tiene y su antigüedad paralela a la de la propia ciudad. Merece que lo cuidemos y dejemos este legado a generaciones futuras".
El drago que preside la entrada del Princesa Sofía desde la Avenida del Ejército se plantó 1829. Creció como testigo del amor de un naviero americano por una calabresa residente en Gibraltar, a la que en 1829 le regaló una enorme finca de 10.000 metros cuadrados -en la actual calle Jardines-.Así se hablaba en el 2020 del seguimiento del cuidado del árbol...
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