TAKAHASHI HIROSHI (Yamagata, 1960)
El Sakishimasuōnoki del río Nakamagawa (prefectura de Okinawa)-Japón
Dirección: Haemi, Taketomi-chō, Yaeyama-gun, Okinawa-ken 907-1434
Perímetro del tronco: 35, 1 m. Altura: 18 m. Edad: 400 años
Tamaño ★★★★★ Vigor ★★★★ Porte ★★★★★ Calidad del ramaje ★★★
Majestuosidad ★★★★
El sakishimasuōnoki (Heritiera littoralis)
es una especie arbórea de hoja perenne que encontramos en Japón en
latitudes meridionales, a partir de la isla de Amami Ōshima. Un ejemplar
que crece en el curso superior del río Nakamagawa, en la isla de
Iriomote (prefectura de Okinawa) está considerado el mayor de Japón en
su especie. Cada año llegan a la isla cerca de 300.000 visitantes y en
los folletos turísticos nunca falta una fotografía de este árbol, que
arranca muchas exclamaciones entre quienes ya han tenido noticia de él.
Desde su descubrimiento en 1982, su fama ha ido extendiéndose por todo
el país hasta convertirse en un elemento imprescindible en la promoción
turística de la isla. Junto al carro tirado por un buey que, con la
marea baja, lleva a los turistas a la vecina isla de Yubujima, puede
considerarse la principal atracción de Iriomote.
Es una pena que
la fotografía no pueda hacer justicia a las proporciones del árbol.
Quien visite el lugar se quedará pasmado por lo descomunal de su tamaño.
Por el perímetro de su base, no tiene nada que envidiar al famoso Gran
Alcanforero de Kamō, considerado el mayor de Japón en esa categoría.
Realmente merece la pena rendirle una visita. El aspecto perfectamente
normal que tiene el tronco no hace sino acentuar, por contraste, la
enormidad y la peculiaridad de sus raíces tabulares. Estas, en número de
10, alcanzan una altura máxima de 3,1 metros y con sus ondulantes
formas nos confirman que la naturaleza es un artista inigualable. Las
raíces tabulares de esta especie son muy resistentes y se dice que
fueron utilizadas por los isleños para construir los timones de sus sabani (embarcaciones tradicionales).
Las
islas Sakishima, que comprenden la de Iriomote, están situadas en el
centro de una zona marítima en la que los tifones adquieren su mayor
desarrollo. A menudo, los vientos acometen las islas con una virulencia
desconocida en las islas principales de Japón. Y ahí tenemos a estos
árboles de gigantescas raíces, que han medido fuerzas una y otra vez con
los tifones y que, invirtiendo años y siglos, han evolucionado hasta
adoptar las formas más adecuadas a las condiciones de la tierra, formas
que ahora les permiten mantenerse firmes e inmutables ante los vientos
más impetuosos. Contemplando estos árboles se siente, de una forma muy
real, que también los vegetales continúan evolucionando cada día.
Árbol nº 043 -----
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