REVISTA ESPORES - La veu del botànic de Velencia - Las plantas mágicas de la Isla de Socotra, Yemen
Socotra es un pequeño archipiélago yemení de cuatro islas situado en el Océano Índico. La isla más grande, contiene alrededor del 95% de la masa terrestre del archipiélago, y el resto son como pequeñas salpicaduras en el océano que albergan algunas de las especies más curiosas del planeta.
Socotra es un pequeño archipiélago yemení de cuatro islas situado en el Océano Índico. La isla más grande, contiene alrededor del 95% de la masa terrestre del archipiélago, y el resto son como pequeñas salpicaduras en el océano que albergan algunas de las especies más curiosas del planeta.
Socotra es la isla
más extraterrestre del mundo. Se encuentra unos 240 kilómetros al este
del Cuerno de África y 380 kilómetros al sur de la Península Arábiga. La
isla está muy alejada, como perdida en la nada, como si hubiese
aparecido ahí de repente. Nada de lo que conocemos en nuestro planeta se
parece a Socotra. Es un lugar único cuya magia radica en su
singularidad de especies, tanto vegetales como animales.
Curiosamente, es
precisamente el hecho de que se encuentre tan aislada lo que ha
producido un proceso de especiación único, por el que un tercio de la
vida vegetal de la isla sólo existe allí. Al igual que sucede en islas
Galápagos, Socotra tiene 825 plantas endémicas, y
por eso son muchos los que piensan, en forma de confabulación, que si
Darwin hubiera visitado esta isla su Teoría sobre la Evolución de las
Especies se hubiera matizado de forma todavía más clara. Sin embargo, y a
diferencia de las Galápagos, Socotra está significativamente más
habitada, y lo ha estado durante unos 2.000 años. Más de 50.000 personas
viven en la isla principal del archipiélago. La pesca, la ganadería y
el cultivo de dátiles son las principales ocupaciones de la población
indígena.
Dragones, botellas y árboles con forma humana
Una de las plantas más llamativas de Socotra es el árbol de sangre de dragón (Dracaena cinnabari),
que tiene un aspecto extraño y cuya leyenda, como no puede ser de otra
forma, está relacionada con la magia. Se trata de un árbol con forma de
paraguas descrito por vez primera en 1882 por Isaac Bayley Balfour. (...) Los
antiguos pensaban que su savia roja producida en el tronco del árbol era
la sangre del dragón, buscada como medicina y medio de contraste, y en
la actualidad utilizada como pintura y barniz.
Entre los tesoros vegetales de la Isla de Socotra encontramos el árbol del pepino Dendrosicyos socotranus,
un monotípico género de las curcubitáceas, especie endémica de estas
islas siendo esta variedad la única que crece en forma de árbol. Estos
árboles, de cuerpo grueso y ramas pequeñas, que se asemejan en aspecto a
una botella, son una reliquia en la isla, donde han crecido de forma
inalterable desde hace cientos de años porque se adaptan perfectamente
al clima árido y seco imperante en la zona. Las flores del árbol pepino
son masculinas y femeninas al mismo tiempo y tienen un color cálido,
entre el amarillo y el naranja. Sus pétalos largos y sus frutos ovales
tienen primero un color verde que se transforma en rojo al madurar. Se
reproducen únicamente a través de semillas y no cabe duda que estas
especies son raras y diferentes y habrá que cuidarlas para que no
desaparezcan.
Otra de las plantas típicas de la isla es la Dorstenia gigas,
una planta suculenta de familia de los baobabs que puede albergar en su
interior cientos de litros de agua. Esta planta, conocida también como
“la higuera de Socotra”, es una especie de la que quedan muy pocos
ejemplares en el mundo. Es muy difícil que se reproduzca por esquejes,
al igual que es complicado que sus semillas germinen dando paso a nuevos
ejemplares adultos.
El granado de Socotra (Punica protopunica)
es otra de esas especies que alertan a biólogos y viajeros de hasta que
punto la flora de la isla ha permanecido intacta desde hace miles de
años. La Punica protopunica es una de las dos únicas especies del género Punica que hay en el mundo. A
diferencia del granado común, este árbol endémico de Socotra da unos
frutos rosas, cuyo sabor es menos dulce que la granada. Evidentemente, y
al igual que la higuera de Socotra, este árbol es muy codiciado en la
isla por sus frutos.
Los antiguos habitantes de Socotra recurrían a la magia de los aloes para su uso medicinal y cosmético. El Aloe perryi
(que recibe su nombre en honor de Wykeham Perry, recolector de plantas
en Socotra a finales del siglo XIX) es una variedad de aloe que tiene
como principal peculiaridad unos dientes de color marrón en sus hojas.
Otra característica es que crece de forma individual, alcanzando un
tamaño de 30 cm de largo. Cada ejemplar posee entre 12 y 30 hojas
lanceoladas que forman densas rosetas. Las hojas son de color verde,
teñido de rojizo de 35 centímetros de largo y 7,5 centímetros de ancho.
La inflorescencia es por lo general de dos a tres ramas y alcanza una
longitud de 50 a 60 centímetros.
La Boswellia socotrana
cierra el círculo de grandes especies endémicas de Socotra. En este
caso, se trata de una rarísima variedad del género de las Boswelias, un
reducido grupo de especies arbóreas muy populares por producir resinas
aromáticas. Estas gomorresinas tienen diversos usos como son el
farmacéutico (particularmente como anti inflamatorios), elaboración de
sub-productos aromáticos y ya directamente como el popular incienso. De
hecho, se documenta que el incienso bíblico fue probablemente un
extracto de la resina de Boswellia sacra. El extracto de leche de la Boswellia socotrana
es una de las actividades comerciales más importantes de la Isla de
Socotra, pues los usos de esta savia blanca son variados en construcción
de casas, barcos y utensilios para la pesca de la población local.
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