La resurrección del drago de Nazaret, el drago de Güímar brota en el Buen Retiro, Tenerife
“No podemos lanzar las campanas al aire, porque igual todavía no ha pegado bien, pero brotes verdes sí se le ven”, señala Mario Díaz, propietario del espectacular Buen Retiro, una casona en Chacaica, Güímar, que fuera residencia de la familia destacada familia güimarera Delgado-Trinidad, marqueses de La Florida y hotel en el siglo XVIII, refiriéndose el centenario drago (más de 130 años de vida) que trasplantó en agosto en sus terrenos tras haberse desplomado en el patio del colegio Nazaret (hoy Santo Domingo), apenas a cien metros de distancia. Aunque él remarca que no es católico, no le moleste que se hable de una resurrección, de una resurrección botánica.
Los brotes verdes ya son evidentes en el drago desahuciado en agosto / NORCHI |
Hay que recordar que técnicos del Cabildo de Tenerife dieron por imposible la recuperación del drago el pasado 19 agosto de 2022, un mes después del colapso que sufrió en el patio del colegio. Explicaron que no podía ya ser salvado debido a problemas biológicos y a los desperfectos de la caída en el mes de julio, según declaró la consejera insular de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García. Estaba, pues, desahuciado. Su destino era secarse, que es la muerte de los vegetales.
El informe recabado por el Cabildo señalaba que “no es lo mismo trasplantar un drago con su cepellón de raíces en buen estado fisiológico, que replantar un drago caído con serias patologías y en un lamentable estado de conservación”. “Incluso el posible enraizamiento de sus brazos es también muy limitado, dado que el ramaje carece de raíces aéreas, añadían los expertos en ese dictamen.
El 20 de julio se desplomó el centenario ejemplar en el patio del colegio Nazaret / DA |
“Yo no quiero meterme en polémicas con los técnicos del Cabildo, solo intenté hacer un esfuerzo por salvar al drago y por lo pronto ha valido la pena el esfuerzo, aunque todavía es pronto, porque aunque se ve que ha comenzado a brotar, igual todavía no está bien enraizado”, comenta precavido Mario Díaz, quien relata que “al principio lo regaba, pero me acordé que un botánico me aconsejó que no lo hiciera, que el drago no lleva agua”.
Además el copropietario del Buen Retiro, junto a su hermana Elsa, -su familia lo adquirió hace tres décadas a los sobrinos herederos de la marquesa de La Florida- se ha preocupado de recibir consejos de destacados botánicos, de manera desinteresada, como Miguel Torres, que hace apenas dos años salvó de su desaparición al conocido árbol (esquisúchil) que el Hermano Pedro plantó en 1.657 en su estancia en Guatemala, además de contratar a la empresa Biogarden para el mantenimiento de este Dracaena draco cuya semilla es la misma que ejemplares como que el Mario Díaz ya tenía en su casona: “Son coetáneos, se diría que hermanos”, resalta, recordando que el suyo lo plantó la marquesa de La Florida antes de morir, sin descendencia, en 1927.
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