Árbol
Caña de voz y gesto,
una y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire del ayer.
La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.
¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
Un minuto después,
sesenta flores grises
enredaban en sus pies.
Mira como se mece
una y otra vez,
virgen de la flor y rama,
en el aire de ayer.
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