HOPE JAHREN (EE.UU., 1969)
La memoria secreta de las hojas
Hope Jahren da un repaso a la naturaleza de una forma especial que cambia nuestra manera de mirar el entorno. Es la historia de una vocación científica que surge en el laboratorio de ciencias de un pueblo pequeño de Estados Unidos y termina, de momento, en la Universidad de Hawái. En medio, todas las plantas y mucha vida.
Hope Jahren da un repaso a la naturaleza de una forma especial que cambia nuestra manera de mirar el entorno. Es la historia de una vocación científica que surge en el laboratorio de ciencias de un pueblo pequeño de Estados Unidos y termina, de momento, en la Universidad de Hawái. En medio, todas las plantas y mucha vida.
Escrito en una llamativa primera persona, mezclando la historia de su familia noruega, llegada a Minnesota hacia 1880, con su carrera
profesional, la autora contagia su pasión por las plantas, su
fascinación por hojas, flores, frutos y troncos, notablemente
“superiores en belleza, diversidad e importancia al resto de los seres
del planeta”, según Jahren. El repaso a los vegetales y la forma de
hacerlo, la cantidad de datos aportados y las vivencias que los
acompañan convierten a este libro en algo poco común y, sobre todo, algo
que cambia nuestra manera de mirar el entorno. Por ejemplo, dice la
autora, en el mar hay cuatro plantas por cada animal, mientras que en
tierra hay casi mil por cabeza. En el planeta tenemos unos tres billones
de árboles, y Canadá es el país con más ejemplares, 318.180.524.032,
más o menos; en el lugar favorito de la autora, los bosques protegidos
del oeste de Estados Unidos, hay unos 80.000 millones de árboles.
Decía Joaquín Costa, con una frase que seguro que Jahren haría suya, que todo se lo debemos a los árboles, desde que nos acogen en las cuatro tablas de la cuna hasta que nos envuelven en las cuatro tablas del ataúd. En este antropoceno de cambio climático y de incendios forestales desaforados —aunque la superficie arbolada de España se haya incrementado en un 33% en los últimos 25 años—, es bueno ensalzar la importancia de los bosques genuinos y de su protección, sobre todo si es con un libro que contiene tanta vida y tanta emoción. Evitemos la frase del Julio César de Goscinny y Uderzo: “Talaremos el bosque para construir un parque natural”.
Decía Joaquín Costa, con una frase que seguro que Jahren haría suya, que todo se lo debemos a los árboles, desde que nos acogen en las cuatro tablas de la cuna hasta que nos envuelven en las cuatro tablas del ataúd. En este antropoceno de cambio climático y de incendios forestales desaforados —aunque la superficie arbolada de España se haya incrementado en un 33% en los últimos 25 años—, es bueno ensalzar la importancia de los bosques genuinos y de su protección, sobre todo si es con un libro que contiene tanta vida y tanta emoción. Evitemos la frase del Julio César de Goscinny y Uderzo: “Talaremos el bosque para construir un parque natural”.
Tomado de Babelia, El País
La memoria secreta de las hojas. Hope Jahren. Traducción de María José Viejo e Ignacio Villaro. Paidós, 2017. 336 páginas. 20 euros.
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