lunes, 21 de julio de 2014

ESOPO (Tracia +/- 570-526 a. C.)
El labrador y el árbol


En el campo de un labriego había un árbol estéril que únicamente servía de refugio a los gorriones y a las cigarras ruidosas.
El labrador, viendo su esterilidad, se dispuso a abatirlo y descargó contra él su hacha. Suplicáronle los gorriones y las cigarras que no abatiera su asilo, para que en él pudieran cantar y agradarle a él mismo. Más sin hacerles caso, le asestó un segundo golpe, luego un tercero. Rajado el árbol, dio un panal de abejas y gustó su miel, con lo que arrojó el hacha, honrando y cuidando desde entonces el árbol con gran esmero, como si fuera sagrado.

Esto demuestra que los hombres, por naturaleza, sienten menos amor y respeto por la justicia que afán por el beneficio
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