11 enero 2024

Takahashi en Chiba, el cronista de Japón (102)

TAKAHASHI HIROSHI
El Cerezo de Yoshitaka (prefectura de Chiba)


Especie: Yamazakura (Cerasus jamasakura), familia de las rosáceas, género Cerasus.
Dirección: Yoshitaka 930, Inzai-shi, Chiba-ken 270-1603          Perímetro del tronco: 6,85 m.
Altura: 10,6 m.
Edad: Más de 300 años (según panel explicativo)
Designado Monumento Natural Municipal 

Tamaño ★★★★    Vigor ★★★★★    Porte ★★★★    Calidad del ramaje ★★★★★
Majestuosidad ★★★

Los cerezos sakura catalogados como árboles gigantes son, en su gran mayoría, de la especie edohigan (Cerasus spachiana var. spachiana forma ascendens), y el Cerezo de Yoshitaka es la excepción que confirma la regla. Se trata de un yamazakura (Cerasus jamasakura) gigante conocido principalmente en círculos de entendidos. La especie yamazakura, al igual que la 
edohigan, es muy longeva y algunos ejemplares llegan a los mil años.

     Este ejemplar, ubicado en la comarca de Hokusō (norte de la prefectura de Chiba), es todavía joven y tiene una gran vitalidad. Su copa se recubre de bellas flores rosadas con un retraso aproximado de una semana con respecto a los sakura de la especie someiyoshino que lo rodean. La especie yamazakura desarrolla hojas casi simultáneamente a la floración, por lo que no es fácil ver las copas de estos árboles completamente tomadas por las flores, algo que solo es posible durante un corto periodo de unos dos días. Algunos lo llaman “sakura del milagro” precisamente por lo difícil que es disfrutar del espectáculo de una floración plena y limpia. Se cuenta que, cuando se aproxima este momento, los alrededores del árbol están permanentemente copados por fotógrafos decididos a no dejar pasar la oportunidad.
     El Cerezo de Yoshitaka crece dividido en varios troncos desde la raíz y su porte se caracteriza por la gran extensión que alcanzan sus ramas. Su copa está muy bien formada, a modo de semiesfera sin ningún defecto visible, y cuando se cubre de flores el observador cree estar ante una pequeña colina rosada. Debido quizás a que se encuentra en medio de un campo sin otros árboles demasiado cerca, no ha tenido competencia y ha podido crecer a sus anchas, recibiendo a placer la luz solar. Lo imponente de su figura y el tono ligeramente apagado de su flores le dan a este árbol un aire distinguido y un atractivo muy especial.
     El campo en el que se alza aparece en esta época del año cubierto por amarillas flores de colza, un contraste también muy bonito. Y el árbol, al ser un ejemplar aislado, puede contemplarse desde todos los ángulos. Todo este campo está circunvalado a cierta distancia por una senda turística y se han tomado medidas para proteger el árbol, como regular el acceso en vehículo durante la floración del mismo. Un yamazakura gigante que va a ser objeto de creciente atención.


Nº 102


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08 enero 2024

ARMAND PAZ RICO, en Facebook
El ciprés de Silos

El 17 de noviembre de 1835 la vida monástica de Silos se interrumpe a consecuencia y efectos de la desamortización de Mendizábal que implicaron la pérdida por expolio de parte de sus riquezas artísticas y documentales. Por fin, el 18 de diciembre de 1880 se establece una nueva comunidad de monjes benedictinos llegados de la abadía francesa de Ligugé, dirigidos por el monje Ildelfonso Guépin.  (de Wikipedia)

En 1880 fueron plantados cuatro cipreses por los monjes franceses de Solesmes que reabrieron el monasterio (cerrado por la Desamortización en 1836). Trajeron con ellos la tradición del canto gregoriano, que se había perdido aquí, y entre otras mejoras plantaron cuatro cipreses (de la forma estirada de Cupressus sempervirens) en cada esquina del Claustro románico. Uno salió normal, no apuntado; junto con otros tres fue languideciendo, y muriendo, por las heladas burgalesas; dos al menos por falta de sol. 

El poeta Gerardo Diego impresionado por el más lanzal* (ya con 45 años) le escribió en 1924 uno de los sonetos castellanos más conocidos, que solíamos recitar (de broma) empezando por:

“Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acojonas el cielo con tu lanza…” 

El superviviente, que quedó en posición anormal y asimétrica, tiene ahora algo más de 145 años y casi 30 de altura. Estuvo también a punto de irse también con sus hermanos, fue salvado por el agrónomo del IVIA de València Juan Tuset hace unos 30 años. La receta fue sencilla: eliminación del césped regado a sus pies, y reducir los riegos a sólo dos (profundos) al año. Lo difícil era saber qué pasaba y qué hacer.

*Lanzal: adxectivo Alto, delgado e bin proporcionado, coma unha lanza. Corpo lanzal (Real Academia Galega)

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05 enero 2024

Castaño de Ypres, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El castaño de Ypres, Bélgica

Nombrado “Árbol del Año 2020”en Bélgica, el castaño de Ypres o Ieper, como se lo conoce entre los belgas de habla flamenca, es el único árbol superviviente de una avenida de castaños plantada hacia 1860 cuando las fortificaciones medievales de la ciudad se convirtieron en un parque público.
     Durante la 1ª Guerra Mundial, se quedó en tan sólo un tronco, pero las raíces del árbol eran lo suficientemente profundas y fuertes como para volver a renovar el árbol en cuatro troncos separados, como la propia ciudad que fue reconstruida en los años posteriores a la Gran Guerra. Llegó a flanquear la puerta de Menin, a través de la cual los soldados británicos habían marchado en su camino hacia el frente cercano.
      Durante la ocupación alemana de Bélgica en la Segunda Guerra Mundial, sobrevivió a la búsqueda de leña. En esa época la gente de la ciudad cortó muchos árboles porque hacía frío y necesitaban leña para quemar en las estufas. Debido a que el árbol está en una pendiente no se taló porque los troncos amenazaban con caer sobre las casas.
     Ahora el árbol mide 20 metros de altura con una copa de 30 metros de ancho. El tronco tiene una circunferencia de 9,2 metros. Es uno de los dos únicos árboles de Ypres que han sobrevivido a las dos guerras mundiales. El segundo es un avellano de tres tallos junto a las murallas de la ciudad. Tras esa nominación representaró a su país como candidato a “Árbol Europeo de 2021”


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01 enero 2024

ALFONSINA STORNI, (Argentina, 1892-1938)
La piedad del ciprés

Viajero: este ciprés que se levanta
a un metro de tus pies y en cuya copa
un pajarillo sus amores canta,
tiene alma fina bajo dura ropa.

Él se eleva tan alto desde el suelo
por darte una visión inmaculada,
pues si busca su extremo tu mirada
te tropiezas, humano, con el cielo.
  
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29 diciembre 2023

CSIC - Andalucía y Extremadura
Doñana estudia las especies que juegan un papel fundamental en la dispersión de semillas de la sabina negra

 

Un grupo científico de la Estación Biológica de Doñana, del CSIC, ha analizado el papel de las interacciones planta-animal para conocer la dispersión de semillas. En particular, se ha estudiado cómo la sabina negra, Juniperus phoenicea, se ha expandido en el Parque Nacional de Doñana.

      Juniperus phoenicea subsp. turbinata es una subespecie de J. phoenicea, una conífera que se puede encontrar en el sur de España. Se trata de una especie endozoocora, es decir, que dispersa sus semillas gracias a que animales vertebrados consumen sus frutos. Desde la protección de Doñana, esta especie se ha expandido rápidamente por esta área natural en pocas décadas y desconocemos realmente el papel de los animales en este proceso.

     Esto ha motivado el estudio en torno a cómo las diferentes especies de aves y mamíferos están interaccionando con la sabina a lo largo de un gradiente de expansión natural. Este hecho permitirá entender mejor el rol de estas interacciones en este tipo de contexto ecológico. 

Zorro alimentándose de frutos de sabina captado por cámara de fototrampeo. Imagen: Jorge Isla.

     Es clave comprender que las interacciones entre plantas y animales determinan, de manera crucial, la persistencia de la biodiversidad. De hecho, entre el 70% y el 90% de las especies leñosas conocidas dependen de animales vertebrados para la dispersión de sus semillas, un proceso esencial en la regeneración y expansión de las poblaciones naturales

El trabajo con Juniperus phoenicea

     El estudio que se ha efectuado sobre la dispersión de semillas de la sabina negra se basa en la toma de datos sobre las interacciones entre planta y animal, así como el análisis de redes complejas.
     En relación a las interacciones entre los individuos de sabina negra y animales frugívoros se emplearon cámaras de fototrampeo y ADN-Barcoding. Gracias a las cámaras trampa se pudieron observar los animales, evitando la presencia humana, que se alimentaban de los frutos de esta planta. Con respecto al ADN-Barcoding, esta técnica permite identificar que especies están interviniendo en la dispersión tras el análisis del ADN animal presente en los excrementos o en las semillas regurgitadas.
     Como resultado de la combinación de ambas técnicas se construyó una red de interacción y se evaluó si las interacciones se estaban viendo reconfiguradas a lo largo del gradiente de expansión.

Red de interacciones planta-animal basada en individuos de Juniperus phoenicea y animales frugívoros a lo largo de un gradiente de expansión.

La regeneración de los bosques

     Según manifiesta Jorge Isla, perteneciente al paquete de trabajo 5 del proyecto SUMHAL, “en un mundo que cada vez cambia más rápido, se ha vuelto muy común la regeneración natural de nuevas áreas disponibles. Esta regeneración consiste primero en la llegada a nuevas zonas de especies vegetales pioneras que inician procesos sucesionales que finalmente terminan con el establecimiento de nuevos bosques maduros”.
     Lo cierto es que está previsto que, en pocas décadas, gran parte de los bosques europeos serán bosques secundarios, que se están formando y regenerando ahora mismo.

     Por consiguiente, puesto que una gran cantidad de estas especies vegetales necesitan de sus interacciones con animales para lograr reproducirse (polinización por insectos) y/o dispersarse (dispersión por aves y mamíferos), es fundamental entender qué especies juegan un papel determinante en estos procesos de expansión.

Ciencia y toma de decisiones

     Los sectores relacionados y con implicación directa en la toma de decisiones en torno a la gestión y conservación de la biodiversidad necesitan de evidencias científicas que avalen tales acciones y, en este caso concreto, sobre el potencial de los ecosistemas para su propia regeneración.
     Una de las conclusiones claves de este estudio es que hay que intervenir para conservar las interacciones que mantienen la funcionalidad de los ecosistemas naturales y les hacen adaptables y resilientes a las condiciones cambiantes.
     Por tanto, centrando el foco en la perspectiva de gestión, los resultados obtenidos en este estudio sirven para apoyar la idea de que tiene más sentido el trabajo en planes de gestión dirigidos a conservar estos interactuantes (animales frugívoros), que el desarrollo de protocolos de reforestación manual masivos.
     “Los sistemas naturales están preparados para hacer por ellos mismos aquello que tanto esfuerzo y recursos nos cuesta a nosotros”, asevera Jorge Isla, investigador de la Estación Biológica de Doñana y del proyecto SUMHAL. “De hecho, ésta es la primera vez en la que se muestra una reconfiguración de este tipo de interacciones durante procesos de expansión natural”.
     A causa de lo anteriormente citado, esta reconfiguración resulta en un potencial dispersivo mayor desde los frentes de colonización, facilitando y acelerando la regeneración natural de los ecosistemas.

El proyecto LifeWatch ERIC – SUMHAL

El proyecto SUMHAL, Sustainability for Mediterraean Hotspots in Andalusia integrating LifeWatch ERIC, es un proyecto europeo encuadrado dentro del programa FEDER de actuaciones relacionadas con la infraestructura distribuida paneuropea de e-Ciencia LifeWatch ERIC, con Sede Central en Andalucía-España. Se encuentra financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) [SUMHAL, LIFEWATCH-2019-09-CSIC-4, POPE 2014-2020].

El propósito clave del proyecto es contribuir a la conservación de la biodiversidad en sistemas naturales o seminaturales del Mediterráneo occidental, haciendo uso para ello de infraestructuras de alta tecnología, trabajo de campo, integración de datos y el desarrollo de entornos virtuales de investigación (VREs), así como la combinación entre personal investigador altamente especializado y la ciudadanía, a través de acciones de ciencia ciudadana.
Referencia:

Jorge Isla, Miguel Jácome-Flores, Juan M. Arroyo, Pedro Jordano. ‘The turnover of plant–frugivore interactions along plant range expansion: consequences for natural colonization processes’. Proceedings of the Royal Society B, 290, 20222547 (2023)

Lo hemos leído aquí

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