9/09/2020

Tamadaba resucita

MARÍA SANTOS
Tamadaba resucita un año después


Termina una semana de auténtico inferno para las islas afortunadas. El archipiélago canario se ha enfrentado nuevamente a un episodio extremo de altas temperaturas, polvo sahariano en suspensión, apenas humedad y vientos fuertes del este. Ingredientes que encienden todas las alarmas por riesgo extremo para la salud y de incendios.
      Durante el miércoles 26 de agosto se superaron los 40 grados en las medianías, zonas interiores de las islas por encima de los 300 metros de altitud, de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, por la noche no se bajó de 30 grados en algunos puntos del archipiélago donde la temperatura mínima fue de 32 grados centígrados.
      La situación geográfica de las islas, su relieve con elevadas montañas y barrancos, que acumulan calor en esas simas y provoca subidas súbitas de temperaturas, ponen al archipiélago ante uno de sus mayores riesgos, agravados por el cambio climático, la sequía, el cambio en el territorio o el abandono del sector primario: el fuego.
      Esta semana se cumplía un año de uno de los peores incendios vividos en las Islas Canarias de los último 30 años, y, sin duda el más grande de los registrados en 2019 con una extensión de 78 kilómetros de perímetro, desde Valleseco al Parque Natural de Tamadaba y 12.000 hectáreas calcinadas.
      Más allá de la superficie quemada el fuego de Gran Canaria es considerado como “el peor incendio forestal de los últimos años en España” porque afectó a un “rico patrimonio natural, numerosas especies endémicas y amenazadas y que es vital para el abastecimiento de agua potable en la isla”.

      Poco antes del triste aniversario, y en vísperas de ponerse al frente del incendio que estos días ha consumido parte de La Garafía en la isla de La Palma, el jefe de Emergencias, Federico Grillo, detalló que el incendio del año pasado se llevó por delante el 32% del Parque Natural de Tamadaba, pero “se está recuperando sin problema, incluso ya se pueden ver muchísmos rebrotes y pinocha”.
      Ya explicaba a este medio el año pasado la importancia de las especies endémicas del archipiélago, como los madroños, las fayas o el pino canario, un árbol ignífugo con una gran capacidad de recuperación tras el paso de las llamas.
 

Perfil del pino canario
Pinar de Tamadaba, Gran Canaria
Características: El pino canario (Pinus canariensis) es una conífera única en el mundo, que crece solo en Canarias y tiene la capacidad, a diferencia de otros pinos, de ser relativamente tolerante al fuego y ser capaz de reverdecer después de un incendio. De porte piramidal, puede alcanzar los 40 metros aunque lo normal es que se sitúe entre los 15 y 25 metros. En Canarias existen ejemplares monumentales, como los famosos pinos de Villaflor, en Tenerife, que llegan a los 60 metros. Sus hojas son aciculares, finas y aparecen agrupadas de tres en tres.
Hábitat: Es un árbol que se adapta a superficies muy variadas y es capaz de desarrollarse en paredes de roca casi verticales. La especie,se extiende por Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro. También existen plantaciones en el área mediterránea, y en algunos puntos de EEUU como California, todos ellos, lugares de clima templado-cálido.
Distribución: El 60% de toda la superficie forestal de Canarias (unas 120.000 hectáreas) está poblada por esta especie.
Situación: Los pinos canarios pueden formar bosques mixtos, con palmeras y sabinas (zonas cálidas) o con brezos y fayas (zonas húmedas). También puede extenderse en grandes extensiones de bosque como especie predominante.
Usos: Su principal uso es la reforestación aunque también tiene aplicaciones ornamentales. La pinocha se usa como cama de ganado y para abonar huertas.
Amenazas: Le perjudica el cambio climático, los incendios demasiado frecuentes y las plagas.

     Hoy, poco más de 365 días después, gracias a la contribución de 150 ciudadanos anónimos podemos constatar la evolución de las zonas afectadas por los incendios forestales de agosto de 2019 que el proyecto Fénix realiza desde noviembre enviando sus fotografías desde alguno de los 16 puntos de observación (tótems) que ha instalado en las cumbres.

Deetalle del incendio de Gran Canaria y del área del parque natural de Tamadaba uniendo capturas de luz visible e infrarrojos. Foto: Agencia Espacial Europea
      Gestionado por un equipo multidisciplinar, ajeno a la administración pero impulsado por el Cabildo de Gran Canaria, Fénix Gran Canaria estudiará al menos hasta octubre de 2021 las distintas velocidades y condiciones de recuperación de la flora y las ha analizado con motivo del primer aniversario de los tres fuegos que quemaron unas 12.00 hectáreas y obligaron a evacuar a 20.000 vecinos de distintos municipios.

Tamadaba 

En Tamadaba, el pulmón de la isla, allí donde el coordinador de la lucha contra el fuego, Federico Grilllo, llegó a decir que el incendio “era inextinguible y que ningún hombre era capaz de detener esas tormentas de fuego”, el estado de recuperación es bueno tras este incendio de sexta generación.
Bomberos en 2019
Tamadaba
     El suelo está cubierto por especies herbáceas arbustivas como las Jaras, Corazoncillos o Gamonas, características estas por su floración blanquecina tras un incendio. Las huellas en este pinar son variables y menores a medida que se entra en su interior.
      El grado de recuperación del arbolado es alto, dominando de nuevo el verde general pese a las cortezas ennegrecidas.
Sin embargo, afirma el informe de Fenix Gran Canaria, el daño “es apreciable en algunas repoblaciones de enriquecimiento” aunque con muchos nuevos brotes.
      En masas jóvenes o repobladas con especies de sotobosque de monteverde se han producido daños al observarse brotaciones basales. Algunos ejemplares no han sobrevivido, no por el efecto de las llamas sino por una exposición prolongada por un paso lento de las llamas. La recuperación de las masas adultas de pinar es bueno, con abundante rebrote de acículas (hojas).

Artenara

Artenara 2020. Fenix Gran Canaria En Artenara y Tejeda los incendios, junto a la crisis sanitaria de los últimos meses, han supuesto “un duro golpe para la población” y para la apuesta por el turismo de
Artenara 2020
naturaleza, natural y gastronómico del que se sustenta la región, concluye el informe del proyecto Fénix.
      En Artenara, ”la marca sobre el paisaje y sobre todo sobre las conciencias de los vecinos sigue siendo patente”. Allí el incendio despejó bancales abandonados que evidencian su potencial agrícola.
Desde Lugarejos se ve cómo el abandono agrícola y la proliferación del matorral y el cañaveral son mechas para conducir el fuego, usando las pendientes como lanzaderas hacia Tamadaba.
      Albarrada o bancal de piedra para contener la erosión del suelo Desde Las Hoyas o El Sargento, se observa cómo castigó al pinar canario repoblado y que a estas masas les está costando recuperarse y precisen de claras para ganar fuerza.
      Además, «gran parte del suelo permanece desprotegido», por lo que se ha hecho un esfuerzo para construir albarradas (bancales sostenidos por un muro de piedra sin argamasa) para contener la erosión.
      En Tejeda, donde la población tuvo que ser evacuada en dos ocasiones, el paisaje se ve «muy recuperado y sólo se ha echado en falta el esplendoroso florecer de los almendros de comienzos de año». Bajo Riscos de Chapín aún se aprecian las manchas sobre las rocas dejadas por el fuego y también se notan desde el mirador de Los Almendros.

Evolución de la vegetación en la zona 0 de Tamadaba | Foto: fenixgrancanaria
Valleseco: zona cero del incendio
      En la zona cero la intensidad del fuego fue elevada por la presencia de barrancos con mucha pendiente que provocan mayor longitud de llama, mayor velocidad de propagación y un efecto chimenea.     Desde Cueva Corcho la vista sugiere un alto grado de recuperación, «pero se trata de vegetación herbácea anual y helechal que rebrota por las buenas condiciones del fondo de barranco».
      En las laderas observables desde Galaz o Montaña Pajaritos los efectos «son notables» porque afectó a pino radiata que no rebrota como el autóctono. De hecho, en algunas zonas ya empezó su tala para ser repobladas en invierno con especies canarias.
     También se ven madroños, fayas o pinos canarios repoblados hace 10 años logrando rebrotar, «lo cual es un ejemplo claro de la resistencia y adaptación de la flora canaria».



       En la dorsal de la cumbre que va desde cerca de los pinos de Gáldar hasta la dorsal que separa las vertientes Norte y Sur, desde Doña Paca, en la trasera del Monte de Pavón, se nota un gran rebrote del helecho en una ladera repoblada hace 12 años con monteverde desarrollado que aún no ha rebrotado y debe despuntar en unos meses sobre el helechal.
      Desde Fuente Fría, pese al rebrote de especies herbáceas tapizantes, todavía se ven marcas del incendio: olmos con una profusa brotación de raíz y pinos radiata calcinados que aprovechan los pájaros carpintero.

Evolución de la vegetación en la zona 0 de Tamadaba | Foto: fenixgrancanaria
Evolución del Pinar de Tamadaba
      Vista desde Cueva Caballero la recuperación «está siendo algo más lenta, con un tímido rebrote del pinar más afectado y ejemplares dispersos de alelíes y salvias». En este pinar de repoblación las quemas prescritas lograron que, pese a la intensidad del fuego, «algunas copas siempre permanecieron verdes».
      El incombustible corazón de Gran Canaria Tras un recorrido por los últimos 20 años de historia de incendios en Gran Canaria, solo tres han generado la mayor superficie quemada: el de 2007 (18.000 hectáreas), el de 2017 (2.000 hectáreas) y los de 2019 (9.800 sumando el de Artenara y Cazadores).

      Pero si echamos la vista atrás, la joya forestal de Gran Canaria que llevaba treinta años sin vivir un incendio hasta 2019 sufrió una docena de quemas en 160 años.
      1860 es el primer año que queda registrado en un documento oficial un incendio de Tamadaba. Pero realmente el primer gran fuego recogido por la prensa local data de julio de 1861. Lo anecdótico del mismo es que la población de la Isla se enteró días después de que comenzase gracias a que las llamas fueron atisbadas por la tripulación y pasajeros de la goleta ‘Tinerfe’ cuando se dirigía hacia el Puerto de Las Nieves. Ese fuego acabó con todo el monte de Tamadaba desde Artenara.
      La Reserva de la Biosfera de Tamadaba llegó a sufrir seis incendios en siete años, desde 1919 hasta 1936. Algunos de ellos llegaron a quemar el pinar al completo. Pero éste renacía una y otra vez y de su extinción siempre se encargaban los vecinos de Agaete y Artenara, quizá los réditos obtenidos por ganaderos y agricultores favorecieran estos “fuegos regeneradores”.
      El 28 de julio de 1959, las llamas aparecieron en el llamado Lomo de la Diferencia cuyo sendero dirige hacia las Presas de Lugarejos y Los Pérez. En ese fuego, los jóvenes que se encontraban en el Campamento del Frente de Juventudes se convirtieron en los héroes del momento, ya que fueron los primeros en atacar a las llamas hasta que llegaron los refuerzos, de nuevo, desde Agaete y Artenara.
      El siguiente de importancia ocurrió el domingo 7 de agosto de 1988 obligó a evacuar a 200 personas y quemó 4 kilómetros de terreno y 200 hectáreas de pinar.


       Aunque parezca que la resistencia del pino canario no tenga fin y la capacidad regeneradora de las tierras volcánicas de estas Islas Afortunadas sea infinita no hay que bajar la guardia.
     En esta ocasión el pino isleño responde nuevamente y la fortuna vuelve a sonreir a Tamadaba con unas temperaturas suavizadas por el paso de los alisios que recorren la isla de Gran Canaria, que otra vez verá reverdecer, como ave Fenix de las cenizas, su pulmón verde y su fuente de agua.

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9/07/2020

El cardón cuicateco

JOEL Y NELY en CuicatecoSoyYo
El cardón cuicateco

Desde que nací he procurado los días de lluvia y el ligero rocío de las mañanas frescas.
     Con mis grandes raíces me he aferrado al suelo y resistido los intempestivos vientos. Mis brazos de candelabro han soportado el cabello dorado del sol que se funde en la inmensa tierra colorada y mis rígidas espinas han logrado defenderme de los depredadores más feroces.
     He sido hogar de aves y mamíferos, y les he brindado alimento en los días difíciles de su existencia.
     En cientos de años, he visto pasar un sin fin de caminantes y nacer y morir miles de plantas y animales.
     He visto la guerra, la ira del hombre y he contemplado la destrucción de los bosques y los ríos, he llorado y compartido el sufrimiento de mis hermanos, observando cómo han sido heridos de muerte sin razón.
     No veas solo la apariencia de este afable y vigoroso cuerpo, busca en mi interior y encontrarás al ser semejante a ti, que comparte el mismo orgullo de nacer en esta tierra, el que te pide respeto; porque estoy aquí como tu, para enaltecer a mi región; para soñar, sentir y compartir, porque soy Cuicateco y merezco vivir.


Este cardón gigante (Pachycereus weberi) ramifica cerca del suelo y tiene un crecimiento más rápido que el saguaro (Carnegiea gigantea). Resiste hasta -2º.
 Esta foto de 1895 de Leon Diguet es de otro tipo de cardón -Pachycereus plingle- del norte de México - Baja California
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9/05/2020

El sahuaro de la "Expo 92"

 JOSÉ ELÍAS BONELLS
Una joya botánica abandonada a su suerte

Paseando por el recinto actual de lo que fue la Exposición Universal de Sevilla Expo 92 me lo encontré, solo, aislado, triste junto al Pabellón de Méjico, sin ninguna protección, ningún cartel que describiera sus orígenes y su existencia en la ciudad, un “cacto “para muchos, una joya botánica para los amantes de la naturaleza.
      Estas plantas singulares tienen su historia, que debe ser contada a las futuras generaciones. Han pasado solo treinta años de su llegada a Sevilla, se trata de un sahuaro. -Carnegiea gigantea-, procedente del Valle de los Gigantes de Mexicali en Nueva California, México; que fue regalada a la ciudad con motivo de la celebración del certamen, junto al Pabellón que representaba al país en la Exposición Universal.
      Me valgo del reportaje escrito en el blog Esa Sevilla con la colaboración de Dña. Concepción Guzmán (Mexicali, México) por su aportación para la elaboración del mismo para dar a conocer el valor y la importancia de esta joya botánica.
     

El reportaje dice así:
      VINO PARA LA EXPO Y SE QUEDÓ A VIVIR EN LA CARTUJA. -31 de mayo de 2008   

       Pocos saben de su existencia, pero en la Cartuja tenemos un cactus que tiene 14 metros de altura, un peso de 18 toneladas y cientos de años de edad, 1500 según algunas estimaciones.
      El cactus gigante, también llamado Sahuaro o Cardón, fue un regalo del gobierno de México a España y se situó en el hermoso jardín del pabellón mexicano diseñado por Juan Siles Aguilera.
      Trasladar el Sahuaro a Sevilla fue toda una odisea. Primero se seleccionó el ejemplar de entre los cientos que hay en el Valle de los Gigantes de Mexicali, en Nueva California.
      Se escogió el que se encontraba en mejor estado de entre los más esbeltos que además tenía una historia curiosa puesto que en 1975 ya se barajó la posibilidad de trasladarlo al Ayuntamiento de Mexicali por su belleza, aunque se desechó la idea por su coste y su complejidad técnica. En su lugar se erigió una réplica en hormigón.
      El 14 de diciembre de 1991 comenzaron los trabajos para trasladar el cactus a Sevilla. La noticia corrió como la pólvora entre los habitantes de la zona. Muchos se sintieron orgullosos de que algo suyo viajara a España para representar a su país en la Exposición Universal pero también hubo otros que se manifestaron en contra e intentaron impedirlo, incluso se trató el tema en el Congreso del Estado suspendiéndose los trabajos el 23 de enero.
      Un mes después se reanudaron al asegurar los técnicos que el cactus no sufriría ningún daño al ser extraído completo con sus 10 metros de raíces. Para conseguirlo se diseñó una enorme jaula metálica y se trabajó sin descanso, día y noche.
      La extracción del cactus se convirtió en un acontecimiento mediático y prensa y televisión informaban de la marcha de los trabajos. Cientos de personas, muchos de ellos turistas norteamericanos, se trasladaron hasta el Valle de los Gigantes para ver los trabajos in situ.
      La polémica surgida en torno al traslado del cactus provocó que el congreso mexicano declarara el lugar Santuario de los Cardones gracias a lo cual la zona está actualmente protegida y es punto de atracción turística.

Labores del trasplante del sahuaro

            
     El 17 de marzo y con la ayuda de tres grúas se consiguió extraer el cactus. El cajón ideado para las raíces se rellenó de material sintético para mantenerlo húmedo.
Para trasladarlo se utilizó un tráiler de treinta ruedas que sufrió un hundimiento en la arena del que tuvo que ser auxiliado por varias grúas, algunas de las cuales también sufrieron las consecuencias del desierto.
      El día 18 de marzo el cardón llegó a la localidad de San Felipe donde miles de personas esperaban para despedirlo entonando cánticos populares. Algunos grupos ecologistas intentaron boicotear el acto. En la jaula del cactus se leía la inscripción:

“SAHUARO, SAN FELIPE, B. C. PUEBLO NATAL, TE DESEA FELIZ VIAJE A ESPAÑA”
      Si la extracción del cactus fue una odisea, el viaje no lo fue menos debido a la precariedad de las carreteras de la zona, a lo especial del transporte y a la inminente fecha de inauguración de la Expo. Para colmo los ecologistas esperaban en el puerto de Veracruz para sabotear la salida. ¡¡¡NO LLEGARÍAN A TIEMPO!!!
      Pero cuando todo estaba perdido ocurrió el milagro, un avión ruso se encontraba varado en San Diego por falta de dinero. Juan Siles llegó a un acuerdo económico con ellos para el traslado del cactus desde Hermosillo (Sonora) hasta Sevilla.

      El tráiler tuvo que recorrer unas treinta horas más de viaje y la jaula se resintió, por lo que tuvo que ser reparada. El cactus llegó al aeropuerto de Hermosillo el día 21 de marzo escoltado por la policía federal.
      Una vez cargado en el avión éste despegó rumbo a Miami (Florida) donde hacía escala sin percatarse de que dentro viajaba uno de los técnicos del traslado, Alfredo Silvestre, que estaba terminando de ajustar la jaula dentro del avión y que al no hablar inglés no entendió las indicaciones de los pilotos, por lo que se encontró viajando a España sin equipaje y sin pasaporte, ni dinero.
      En la noche del día 22 el avión partió de Miami hacia el aeropuerto de Sevilla donde llegó en la mañana del 23 de marzo de 1992. Las autoridades españolas se encontraron con Alfredo en el avión que les declaró que estaba muy cansado y que había perdido la noción del tiempo, pero que estaba muy feliz de estar en la madre patria a la que traía un presente milenario para la Expo. La policía se hizo cargo de la situación de indocumentación del técnico concediéndole un permiso especial: “Estás en tu casa, como mexicano eres bienvenido a España”.
      Pero los problemas no habían acabado, no se encontró ninguna grua adecuada para descargar el cactus y hubo que hacerlo con las propias del aeropuerto y la ayuda de decenas de voluntarios que arrastraron la jaula fuera de la pista para que el aeropuerto pudiera seguir operando.
      Por la tarde un tráiler trasladó el cactus a la Isla de la Cartuja donde continuaron los problemas al no poder entrar por el puente del Alamillo y tener que desviarse por la recién construida ronda Supermartes. Al llegar al pabellón, más inconvenientes, el acceso a la zona donde debía colocarse estaba bloqueado y había que contratar dos enormes guas para elevar el sahuaro por encima del pabellón de México.
      En la tarde del 23 de marzo el bello ejemplar quedó colocado en su lugar definitivo, momento en el que Alfredo por fin pudo respirar tranquilo. Jacinto Pellón invitó al técnico mexicano a visitar las obras de la Expo y se hizo cargo de los gastos de estancia y repatriación de Alfredo. Pero el pobre hombre al llegar a Estados Unidos fue arrestado por no llevar documentación y tuvo que mediar la embajada española ya que la historia que el hombre contaba de que había llevado un cactus gigante a España como que no era muy creíble. Le dejaron ir no sin antes multarle con con 90 dólares.
      Durante los seis meses de la Exposición Universal el sahuaro gigante lució en todo su explendor junto al pabellón de México donde los visitantes se hacían fotos ignorando la odisea que supuso traerlo a Sevilla. Después, como tantos otros legados de la Exposición, quedó en el olvido…, aunque ahí sigue el sahuaro, aclimatándose como puede al clima sevillano.
      Vino a visitar la Expo y se quedó a vivir entre nosotros regalándonos cada día una de las imágenes más evocadoras de las que se puede disfrutar en la Cartuja. Creo que ya va tocando que las autoridades muestren interés por él y se le dote de unos cuidados periódicos y de un mantenimiento que asegure su supervivencia.

Así finaliza el reportaje, con el comentario de un ciudadano en el año 2013:
Sahuaro recien plantado
     
Desde 1992 vive en Sevilla un saguaro gigante (como los del Coyote y el Correcaminos) trasladado por las autoridades mexicanas por motivo del expo de ese mismo año, desde entonces uno de los pocos saguaros gigantes que sobreviven fuera de su ecosistema sufre la dejadez y desidia de la administración andaluza.
      Hoy doy un toque de atención a quien corresponda para que el sahuaro reciba las atenciones y el mantenimiento adecuado, abonos, oxigenación de raíces, riegos etc… que hagan falta para conservar este monumento vegetal que con tanto cariño nos envió Méjico.
      Vino como cardón Pachycereus pringlei y se le conoce también como “Sahuaro gigante", pero las características son distintas de la Carnegiea gigantea que es el que está plantado en Sevilla, especie endémica del desierto de la Baja California y Sonora.
      La cactácea de mayores dimensiones del mundo, Carnegiea gigantea (Engelmann), Saguaro o cactus gigante, tiene tallos de más de 25 cm de diámetro, más anchos donde surgen las ramas proximales. Flores usualmente terminales, 6.5-8.5 cm diam.; escamas en tubos de flores ampliamente triangulares a redondeadas, verdes con ápices rojos; ovario con lóculo a 25 mm; filamentos blancos, cortos; anteras bronceadas. Semillas: testa delgada. 2n = 22. Floración desde principios de mayo hasta finales de junio. Desierto de Sonora.
      En su hábitat Carnegiea gigantea, el saguaro (también llamado sahuaro) es el cactus norteamericano más conspicuo y más estudiado. Es el cactus más alto de la flora, de hecho, estos son los árboles más altos de los desiertos de los Estados Unidos.
      Sus flores, que se abren dos horas después de la puesta del sol y son visitadas de noche y durante el día por una gran variedad de posibles polinizadores, incluidos aves, murciélagos e insectos, que en conjunto contribuyen a la producción de frutos.
      Las frutas y semillas de Saguaro son alimento importante para la vida silvestre. Los pájaros carpinteros y los pequeños búhos anidan en los tallos. El tejido cicatricial que se forma alrededor de las cavidades de
nidos excavadas en tallos de saguaro se encuentra más tarde entre los restos de un saguaro muerto como una concha dura y marrón conocida como “bota de saguaro” debido a su forma. Las observaciones descuidadas o distantes de los frutos rojos brillantes dehiscentes son responsables de informes anuales y erróneos de “saguaros de flores rojas”. La pulpa de las sabrosas frutas es comestible, y durante siglos los frutos, disponibles durante la mitad del verano, han sido cosechados por los nativos americanos como un alimento anual confiable para producir vino, mermelada y obtener semillas. El saguaro es la flor del estado de Arizona.
     Conocida su historia y sus aventuras para traer tan insigne monumento a la ciudad de Sevilla, bien vale que se identifique con un cartel informativo que relate la trascendencia que supuso el regalo a la ciudad de una cactácea excepcional datada de mas de 1.500 años, que se la proteja y cuide como la joya botánica que es.
LA SEVILLA CULTURAL AGRADECERÁ TODO CUANTO SE HAGA EN BENEFICIO DEL SAHUARO.

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---Foto del 18 de Abril de 2021---
 
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9/02/2020

El ábol de Wanaka

EL ÁRBOL DE WANAKA, Nueva Zelanda
Un árbol solitario 
      Enmarcado por los impresionantes Alpes del Sur de la Isla Sur, un árbol solitario ha crecido para extender sus alas frente a la costa en el extremo sur del lago Wanaka. Conocido como 'The Wanaka Tree', pertenece a la familia del Salix fragilis, un sauce que crece en las orillas fluviales.
      Conocido como el "árbol solitario del lago Wanaka", se dice que es uno de los árboles más fotografiados de toda Nueva Zelanda. Sin embargo, hay que tener suerte para encontrarlo porque no hay señales que lo indiquen. Está lo suficientemente fuera de los circuitos como para no ser molestado por demasiados turistas, a menos que se hayan molestado en investigar.
      Caminar a lo largo del lago hasta encontrar el árbol solitario es una bonita forma de visitar el lugar,  perfecto para hacer un picnic y ver la puesta de sol. Nadar en el agua fría del lago Wanaka es una excelente manera de despertar los sentidos.
      El árbol solitario está justo al pie del Parque Nacional Mount Aspiring, un lugar Patrimonio de la Humanidad que actúa como puerta de entrada a los impresionantes paisajes que encarnan la Isla Sur de Nueva Zelanda. La mejor hora para conseguir buena luz es al atardecer, momento en que es más probable que encuentres menos gentes en el  lago Wanaka.
      El 17 de marzo de 2020 sufrió un acto vandálico, alguien le cortó la rama inferior. Wanaka Tree es un símbolo más de este lugar sagrado para los maoríes, quienes habitaron estas tierras desde hace cientos de años.