martes, 23 de junio de 2020

Elogio de la planta

FRANCIS HALLÉ (Francia, 1938)
Eloge de la plante - Elogio de la planta
(traducido por Ignacio Abella)

      A decir verdad, predación y ayuda mutua no son mecanismos tan distintos como podría creerse: se precisa la mirada del/la biólog@ para diferenciarlos pues, para el animal todo es predación. Rinde a la planta servicios esenciales, pero todo sucede a espaldas del propio animal que se alimenta del néctar o de polen y al hacerlo poliniza la planta; o se nutre de un fruto azucarado y al hacerlo dispersa las semillas.
     El animal sabe lo que toma pero ignora lo que da, y la sutilidad de la planta se manifiesta en la posibilidad que tiene de manipular al animal, creando sustancias tóxicas, coloreadas o volátiles. Dejemos de lado nuestro sentimiento innato de condescendencia hacia nuestras verdes primas y observemos esta manipulación del animal por la planta.
     Defensas bioquímicas adaptadas, botones florales verdes que no se distinguen del follaje, les bastan para mantenerlos alejados cuando no se desea su presencia. Pero la planta sabe también atraerlos, cuando los necesita, mediante una corola brillantemente coloreada, a veces acompañada de un delicioso perfume, promesa de un banquete de néctar.
Ophrys insectifera
     Pero para dejar a las semillas tiempo para madurar, es preciso de nuevo apartar al animal suprimiendo aquello que lo atraía: la corola cae y tan solo quedan frutos verdes, inodoros, herméticamente cerrados y con frecuencia cubiertos de espinas e incluso tóxicos, en cuyo interior las semillas crecen tranquilamente.
     Pobre animal, su papel no ha terminado aún; se le va a necesitar de nuevo para dispersar las semillas y satisfacer así las ambiciones expansivas de la planta. Los frutos adquieren una apetitosa coloración, o bien se abren mostrando aspecto de pizza o de pastel de manzana, mientras que aromas aperitivos se extienden alrededor como el olor de un asador de pollos en una calle comercial. Y el animal, claro está, se precipita; se cree victorioso, no tiene ni idea de que se limita a hacer lo que se espera de él.
     La astucia es convertir al animal en asociado, incluso sin que se de cuenta. Se cree predador y actúa como tal, mientras en realidad se ha convertido en un ayudante, incluso en un criado, a veces un gigoló, como en el caso de las Ophrys* de las que hablaremos en otra ocasión.

* La polinización de las Ophrys tiene lugar por engaño sexual o pseudocopulación, ya que el labelo imita a las hembras de ciertos himenópteros, e inclusive a otros grupos de insectos.

Del libro original en francés "Eloge de la plante", de Francis Hallé. También disponible el libro completo traducido por Lander Renteria en la edición de http://www.librosdeljata.com/ "Elogio de la planta. Por una nueva biología".

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