jueves, 7 de enero de 2016

VINCENT VAN GOGH, (Países Bajos, 1853-1890)
... y los árboles (1)

 

 

Jean-Baptiste Camille Corot, Ville d'Avray, 1873

Este primer cuadro es una pintura del realista francés del siglo XIX, Corot. Vang Gohg conoció y amó su pintura durante su estancia en París antes de de desplazarse al Midi francés, donde desarrolló toda su carrera pictórica.

Alameda en otoño, 1884 (óleo), Amsterdan RVVG
     Estos paisajes de atardecer tan amados por Vincent, son fiel representación de la influencia del impresionismo que él conocía de su estancia en Paris. Este magnífico paisaje que abunda en naranjas, con esa calle o camino rural flanqueado de álamos, bien podría ser una composicion de Corot (pintor un poco anterior y mas realista, incluso de Curbert que es de los primeros pintores franceses que deja el estudio y sale al campo, a la naturaleza a descubirla y pintarla al natural). Vincent también sale a nutrirse y a desarrollar su sensibilidad mirando, caminando, pateando los campos del mediodía francés. No hay que olvidar que primero se entonaba con absenta y luego vivía una experiencia de empatía extrema con lo que veía. Este es el ánimo y la predisposición de V. Gogh: un sistema nervioso muy excitado, una sensibilidad a flor de piel y un fuerte amor a la naturaleza y a la vida, que le llevaron a apasionarse por la pintura como único vehículo de expresión de su sensibilidad.
     Podemos decir que tuvo una vida trágica y extrema y fue, lo que hoy diríamos, un inadaptado, pero en su afán y amor por dar lo mejor de sí lo consiguió con la pintura, a costa de su tragedia vital.

 Avenida entre álamos en el ocaso, 1884 (óleo), Otterlo RK-M
     Decía que esos primeros cuadros que recuerdan composiciones de Corot -hay que detenerse en la casa al fondo que tiene un trazado torpe, casi infantil-. También la figura femenina es torpe, de factura inexacta o limitada, desde el punto de vista de la realización. 
     V. Gogh consideraba que nunca llegaría a ser un gran pintor por la torpeza de su dibujo, conocía su falta de habilidad, no hay que olvidar que es de los primeros pintores enteramente autodidactas. 
      Pero qué decir de la luz y de la atmósfera naranja envolvente y emocionante que pocos impresionistas consiguieron hacer. Aquí hay que detenerse. Esos árboles son impactantes (no conozco personalmente ninguno de estos dos cuadros y he visto mucha obra en vivo de nuestro amado V. G.) 
     Estos árboles tienen su alma, están mucho más vivos que los de Corot (la composicion es similar, la luz y frescura del natural también, pero en Corot con un gran conocimiento naturalista de pintor académico). V. G. suple su torpeza de dibujo naturalista con su expresividad. Y aquí está una de las cosas que ha dejado para la historia y que ha marcado todo el siglo XX posterior a él. Todo el expresionismo, ese gran estilo que nace en él se irá reinventando a lo largo del siglo pasado (Blau Reiter, Jinete Azul, Expresionistas Alemanes de principios del siglo XX, Expresionistas Abstractos Americanos de los 50, Informalistas, Neoexpresionistas de los 80 y pintores actuales). Todos estamos marcados por algo que tienen ya estos cuadros primeros de V. G.. 
     No me importa repetirme en esta idea para que quede clara. Él no pinta sólo con la mirada, pinta con el corazón, con el alma...  Él se hace árbol, empatiza tanto que no es fiel a la realidad como hacía Corot, al que amaba tanto e intentaba imitar. Se separa de ese realismo porque no sabe hacerlo, no tiene academia, pero lo sustituye con la deformación, la simplificación y ganando emocion.

Texto: Juan Belzunegui, pintor 

Pensamiento: (Trasncripción de una charla con Juan Belzunegui a propósito de los árboles en la pintura de Van Gogh)
      Toda experiencia artística tiene un componente de sutilidad, si no lo alcanzamos no hay esperiencia espiritual, se pierde la espiritualidad.
      Y ¿qué es la sutilidad? Un ejemplo nos lo aclarará. Cuando vemos cuadros reproducidos en el ordenador o en libros... nos perdemos una vibración cromática que sólo la encontramos en el cuadro original y que es la que el pintor ha puesto. Cuando escuchamos música sabemos claramente que es muy distinto escuchar a Mahler en concierto a escucharlo en CD. Esa diferencia es la que explica la gran diferencia al ver estos árboles de Van Gogh en la reprodución que arriba tenemos.
Sería coveniente que nos acercáramos a los museos, lo mismo que a las salas de concierto, etc.
En las artes las diferencias más visibles están en la pintura, la música, el teatro...  porque en la poesía el poema se hace vivo cada vez que alguien lo recrea, lo lee, entonces vuelve a existir.
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1 comentario:

Ana S. dijo...

¡Qué interesante! Estos comentarios tuyos no solo no sitúan ante la obra sino que también nos conectan con la emoción del autor, con su pulsión creativa.