lunes, 14 de junio de 2010

AL CIPRÉS
Fernando Jiménez


En el cuadrante limpio del claustro solitario
eres tú la varilla que marcas el horario
del tiempo desgranado a ritmo de rosario
con música de fondo de viejo antifonario.

Aunque eres menos viejo de lo que cree la gente
de pensar tantas horas se marcan en tu frente
las arrugas del monje cantor y penitente
con los pies en el suelo, pero del suelo ausente.

Yo no creo que crezcas para mirar afuera
la baraúnda loca de ciega tolvanera.
Tú te vas alargando en tu vigilia austera
en busca de ese cielo que tu cabeza espera.

Hoy –sólo de momento– con verso berceano
me despido de ti con añorar de hermano
abrazando tu tronco y ofreciendo mi mano.
Tú mi mejor recuerdo de mi andar de un verano.

31-8-1959

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