lunes, 7 de septiembre de 2009

MARTÍN CHICO SUÁREZ (Murcia, 1864-1964)

Mi amigo el árbol (edición original de 1910)

Las nubes y el arbolado

Yo vivía en la provincia de Toledo.
El fertilísimo suelo de la Sagra, que como la tierra de Barros de Extremadura, los campos de Lorca, la tierra de Campos en Castilla y los Monegros en Aragón, necesitan lluvias abundantes para dar cosechas enormes de cereales, se extendía a lo lejos cubierto de trigales, cabadas y avenas, pero sin un árbol.
Era una primavera calurosa y seca, un sol de fuego resquebrajaba la tierra endurecida, las plantas de cebada se agostaban sin haber formado las espigas y los trigos, secos y mustios, se inclinaban al suelo.
Celebrábanse fervorosas rogativas para que Dios enviase la lluvia (…)

Obsevaciones

Las grandes masas de arbolado detienen el agua de las lluvias, que lentamente se filtra en el terreno, y disminuye la evaporación interceptando el paso de los rayos solares y de los vientos.
Y no sólo conservan la humedad en el suelo, sino que la prestan en gran cantidad a la atmósfera por la exhalación acuosa de sus hojas y sus tallos.
Atraen las nubes y dan lugar a benéficas lluvias.

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Nota: Este entrañable libro de Martín Chico también se hace eco de la afortunada y singular repoblación que se llevó a cabo en Sierra Espuña por parte de Ricardo Codorniu y su equipo, en los años anteriores a la primera edición de este libro.
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