Los bosques preceden a las civilizaciones, los desierto las siguen
François-René de Chateaubriand (1768-1848)
Aquel al que la Naturaleza comience a desvelarle su secreto manifiesto, experimentará un anhelo irresistible por conocer a su más digno intérprete: el arte
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)
Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego
León Nikoláyevich Tolstói (1828-1910)
Místicos desiertos, exuberantes selvas, gélidos pinares, nobles sabanas, misteriosos acedos, adustos encinares,… Dime en qué bosque creciste y te diré quien eres.
El hombre ha construido un bosque con materiales ignotos: ríos de asfalto, troncos de acero y hormigón, follaje de cristal,… El hombre moderno ha construido un bosque donde perderse. ¿Nos encontraremos?
José Francisco Gata Maya (Muchamiel, exposición sobre el bosque)
“Cuando el jardín de la memoria comienza a secarse, uno tiembla con amor por los últimos árboles y rosales que le quedan. Los riego y los acaricio de la mañana a la noche para que no se sequen: ¡recuerdo, recuerdo que no quiero olvidar!”
Orhan Pamuk (1952), “El Libro Negro”
Entre el ser humano y el árbol hay un imperceptible vínculo vital que une sus destinos.
Anónimo
François-René de Chateaubriand (1768-1848)
Aquel al que la Naturaleza comience a desvelarle su secreto manifiesto, experimentará un anhelo irresistible por conocer a su más digno intérprete: el arte
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)
Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego
León Nikoláyevich Tolstói (1828-1910)
Místicos desiertos, exuberantes selvas, gélidos pinares, nobles sabanas, misteriosos acedos, adustos encinares,… Dime en qué bosque creciste y te diré quien eres.
El hombre ha construido un bosque con materiales ignotos: ríos de asfalto, troncos de acero y hormigón, follaje de cristal,… El hombre moderno ha construido un bosque donde perderse. ¿Nos encontraremos?
José Francisco Gata Maya (Muchamiel, exposición sobre el bosque)
“Cuando el jardín de la memoria comienza a secarse, uno tiembla con amor por los últimos árboles y rosales que le quedan. Los riego y los acaricio de la mañana a la noche para que no se sequen: ¡recuerdo, recuerdo que no quiero olvidar!”
Orhan Pamuk (1952), “El Libro Negro”
Entre el ser humano y el árbol hay un imperceptible vínculo vital que une sus destinos.
Anónimo
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