martes, 10 de diciembre de 2024

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De pie, frente al Palacio de Justicia del Condado de Goliad, un edificio de piedra caliza particularmente hermoso terminado en 1894, hay un enorme roble* con ramas gruesas y bajas. Una placa histórica señala que a mediados del siglo XIX, cuando se dictaba una sentencia a muerte, ésta se ejecutaba inmediatamente en el inocente árbol. La placa también señala que algunos de los ahorcados no tuvieron derecho a juicio. No es de extrañar que al leer esto te entren escalofríos. Los Texas Rangers pusieron fin, formalmente, a los ahorcamientos en 1870, pero los atropellos siguieron sucediéndose.
      La historia no debe olvidarse para que no se repita. Hace dos años, una fraternidad (organización estudiantil) de la Universidad de Oklahoma fue noticia cuando fue captada por una cámara gritando un canto racista contra los afroamericanos, insinuando que el único buen lugar para un candidato fraternal de color era debajo de un árbol (es decir, linchado). Desde entonces, la fraternidad ha sido cerrada y se le ha prohibido la entrada al campus.
     El hecho de que semejante virulencia se pueda repetir en el siglo XXI es inquietante. Si bien la soga ha sido identificada como emblema de la violencia y la opresión hacia los afroamericanos, a menudo se pasa por alto que también fue un símbolo de terror para los mexicano-estadounidenses.
     Ninguna región vio más de cerca esta práctica contra los mexicano-estadounidenses que el sur de Texas. Entre 1846 a 1870 se dictaron sentencias de muerte a lo largo del césped del palacio de justicia, donde más de 100 víctimas fueron ahorcadas bajo el famoso "Árbol del Ahorcado", muchas de ellas linchadas y sin derecho a juicio. Otros muchos fueron azotados en “postes de azotes” por lo que se definieron como delitos contra la esfera pública. 
      Durante otros muchos juicios y ejecuciones públicas del siglo XIX, las familias anglosajonas presenciaron estas atrocidades en una atmósfera carnavalesca, llevando cestas de picnic y tomando fotografías. Estas acciones kafkianas son episodios que revuelven el estómago y no entiendo cómo el Árbol del Ahorcado de Goliad está etiquetado como una atracción turística, además de un lugar histórico.
     Los documentos registran 871 mexicano-estadounidenses linchados en 13 estados del oeste después de la Guerra Civil (1861-1865). Pero estas cifras no se pueden comparar con lo que se hizo en Texas. Según los historiadores William D. Carrigan y Clive Webb, entre 1910 y 1920, 5.000 mexicano-estadounidenses fueron asesinados en una ola de terror, muchos de ellos a manos de los Rangers de Texas. Éstos no eran ajenos a la injusticia colectiva y los linchamientos deliberados. Los Rangers comenzaron como una milicia, financiada y apoyada por ganaderos de la zona que querían más tierras y detestaban a sus vecinos de habla hispana.
      Los ahorcamientos entre mexico-americanos no eran exclusivos contra el género masculino. Josefa “Chipita” Rodríguez, la primera mujer "legalmente" ahorcada en Texas, fue ejecutada en 1863. Rodríguez vivía a orillas del río Aransas, en una humilde cabaña que también servía como casa de huéspedes para los excursionistas que buscaban comida y refugio en la costa del sur de Texas. En agosto de 1863, en el apogeo de la Guerra Civil, Rodríguez junto con Juan Silvera (presuntamente su hijo ilegítimo), fueron acusados de asesinar a John Savage, un comerciante de caballos. Ella fue sospechosa del crimen sólo porque encontraron el cuerpo en el río cerca de su casa. Savage, después de hacer un trato comercial con el ejército confederado, viajaba con las carteras llenas de oro. Debido a que muchos excursionistas frecuentaban la cabaña de Rodríguez, ella fue considerada la principal sospechosa. Si bien Silvera se declaró culpable de un cargo menor de asesinato en segundo grado, Rodríguez se negó a admitir un delito que no cometió y se declaró inocente. Negándose a dignificar estas acusaciones falsas y las burlas en un absurdo juicio, guardó silencio y mantuvo su dignidad. El hecho de que una mera evidencia circunstancial fuera suficiente para sentenciar a muerte a una anciana es una prueba histórica de la abominable justicia impartida hacia los mexicano-estadounidenses. 

* No he encontrado referencias al tipo de roble ni de su edad. Probablemente ya estaba allí cuando se construyó el Palacio de Justicia

*Los Rodríguez fueron "indultados" después de un siglo, en 1985,  por el gobernador Mark White. Los texanos deben aprender a perdonar, pero nunca olvidar los pecados del pasado para que no vuelvan a repetirse estos hechos. 
  
 Información: 
Alfredo Torres Jr. es editor de CTN: a Journal of Pedagogy and Ideas, e historiador independiente que trabaja en Palo Alto College.
https://www.mysanantonio.com/opinion/commentary/article/The-noose-plagued-Mexican-Americans-too-12381761.php
Hay una entrada anterior en este blog que también aborda este tema y otra entrada con la
Canción del compositor  James Newton Howard     
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