NATIONAL GEOGRAPHIC España
El verdadero pulmón del planeta está en los océanos
El fitoplancton, y no los bosques, producen entre el 50% y el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera
Hace tan solo algunas semanas contemplábamos desolados como ardía la selva Amazónica.
Y durante la avalancha mediática, informativa y de opinión que un
suceso de tal magnitud despierta, pudimos leer y escuchar una afirmación
que, sin restar gravedad a lo que aconteció - y de hecho sigue
aconteciendo en uno de los lugares más importantes para la biodiversidad
de nuestro planeta- no paraba de repetirse: "arde el pulmón del planeta".
Cuando no responden a causas naturales -no hemos de olvidar que en ocasiones la vegetación de un ecosistema y su equilibrio están adaptados a un régimen natural de incendios- los incendios son una auténtica desgracia. Los bosques y selvas de nuestro planeta, y quizá en especial la Selva Amazónica, son entes imprescindibles para la vida en la Tierra.
Podríamos encontrar cientos de razones para afirmar que su conservación debería ser una prioridad en toda agenda política. Sin embargo, existe la extendida y errónea creencia de que los bosques los principales productores de oxígeno de nuestro planeta, lo que conviene desmentir, no por restar importancia al papel de que selvas y bosques desempeñan, si no por dársela a los verdaderos responsables de que hoy tú y yo podamos respirar: los océanos.
Nuestro planeta se observa azul desde el espacio por que en su mayor
parte la superficie del mismo esta cubierta de agua. Aunque el cómo aún
continúa siendo un misterio, la vida en la Tierra surgió en el preciado
líquido, y si
hemos de encontrar al responsable de la mayor parte de los servicios
que nuestro planeta nos ofrece, es precisamente en el agua, en concreto en nuestros océanos donde debemos buscar.
La respuesta la hallaremos en los organismos unicelulares del fitoplancton, que flotan por miles en la denominada zona eufótica del océano - que puede alcanzar los 200 primeros metros de profundidad- y en el que se incluyen dos grupos principales de organismos: las algas unicelulares y las cianobacterias fotosintéticas. Así, podríamos pensar que son los bosques y praderas jóvenes en tierra firme los grandes productores de oxigeno, sin embargo, nada más lejos de la realidad, el balance neto de oxígeno que se produce entre los periodos de respiración y fotosíntesis de las plantas terrestres, aunque puede ser positivo, en general es mínimo en comparación con el servicio que ofrece el fitoplancton.
Los organismos responsables de que podamos respirar se encuentran en los océanos: sin estos microorganismos autótrofos -aquellos
que elaboran materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas- que
hallamos mares y océanos serían un vasto y yermo páramo líquido. Gracias
a su trabajo fotosintético, estas microscópicas criaturas producen entre el 50 y el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera.El verdadero pulmón del planeta está en los océanos
El fitoplancton, y no los bosques, producen entre el 50% y el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera
Foto: iStoc |
Cuando no responden a causas naturales -no hemos de olvidar que en ocasiones la vegetación de un ecosistema y su equilibrio están adaptados a un régimen natural de incendios- los incendios son una auténtica desgracia. Los bosques y selvas de nuestro planeta, y quizá en especial la Selva Amazónica, son entes imprescindibles para la vida en la Tierra.
Podríamos encontrar cientos de razones para afirmar que su conservación debería ser una prioridad en toda agenda política. Sin embargo, existe la extendida y errónea creencia de que los bosques los principales productores de oxígeno de nuestro planeta, lo que conviene desmentir, no por restar importancia al papel de que selvas y bosques desempeñan, si no por dársela a los verdaderos responsables de que hoy tú y yo podamos respirar: los océanos.
Cianobacterias vistas al microscopio. Foto: iStock |
La respuesta la hallaremos en los organismos unicelulares del fitoplancton, que flotan por miles en la denominada zona eufótica del océano - que puede alcanzar los 200 primeros metros de profundidad- y en el que se incluyen dos grupos principales de organismos: las algas unicelulares y las cianobacterias fotosintéticas. Así, podríamos pensar que son los bosques y praderas jóvenes en tierra firme los grandes productores de oxigeno, sin embargo, nada más lejos de la realidad, el balance neto de oxígeno que se produce entre los periodos de respiración y fotosíntesis de las plantas terrestres, aunque puede ser positivo, en general es mínimo en comparación con el servicio que ofrece el fitoplancton.
El fitoplancton genera al menos la mitad del oxígeno que respiramos -unos 27.000 millones de toneladas al año- "enterrando" a su vez unas 10 gigatoneladas de carbono de la atmósfera las profundidades del océano anualmente. La acción por tanto de estos microorganismos en nuestro planeta cumple una doble función, cediendo por un lado el imprescindible oxígeno a la atmósfera, y retirando de ella a su vez el CO2, transformando el este carbono en carbohidratos que, tarde o temprano los demás organismos vivos podrán incluir en sus estructuras biológicas.
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