LOS PINSAPOS DE LA SIERRA DE LAS NIEVES, Málaga
Información: Diario Sur, extracto del escrito de PILAR R. QUIRÓS
La compra del pinsapar por el Patrimonio forestal para protegerlo a mediados del siglo XX, la regeneración ejecutada por los ingenieros forestales y la dotación de un número adecuado de guardas han sido claves para supervivencia del pinsapo en esta sierra
Información: Diario Sur, extracto del escrito de PILAR R. QUIRÓS
La compra del pinsapar por el Patrimonio forestal para protegerlo a mediados del siglo XX, la regeneración ejecutada por los ingenieros forestales y la dotación de un número adecuado de guardas han sido claves para supervivencia del pinsapo en esta sierra
En 1858 el ingeniero de Montes Laynez habla de la gravedad en que se encuentra la especie, con árboles reviejos y en decadencia, sin regeneración. Allí menciona una cifra: quedaban 26.000 pinsapos en la sierra de las Nieves, todos ellos de las últimas edades, cuenta Quintanilla.
La situación sigue deteriorándose y en 1874 el primer presidente de la Sociedad Malagueña de Ciencias, Domingo de Orueta y Aguirre, declara la situación tan penosa del árbol, llamando la atención a las autoridades del Gobierno, donde ya había leyes para preservarlos que no se cumplían.
En 1928 el ingeniero de Montes Luis Ceballos hace alusión a la publicación en el Diario El Sol de la compra del pinsapar por el Estado a causa del deterioro manifiesto, la alta mortandad de árboles viejos y la falta de regeneración para que lo sustituyese, y así mismo con la intención de declararlo parque nacional. Luis Ceballos ponía de ejemplo las montañas de Sicilia donde el ‘Abies nebrodensis’ estaba desapareciendo y decía que en Málaga acabaría pasando lo mismo si no se ponía remedio.
El ingeniero forestal Máximo Laguna en 1958 hacía hincapié en que su destrucción, en breve plazo, era inevitable. Y explicaba que, aunque tiene poca importancia por su capital y renta (piensen que en aquella época sólo se pensaba en montes que fuesen productivos, no en parques naturales, como ahora), su importancia botánica y paisajística es importantísima. En esa época se llevaban semillas del abeto a los principales parques y jardines de otros países europeos, que eran “el orgullo y el primer adorno”.
Miguel Álvarez Calvente y José Ángel Carrera Morales |
Por fin, la verdadera restauración empieza cuando el Patrimonio Forestal del Estado se hace cargo de las gestión de los montes de El Burgo, Yunquera, Tolox y Parauta, como bien cuenta Quintanilla, y es con la llegada de los ingenieros de Montes José Ángel Carrera Morente y Miguel Álvarez Calvente cuando se empieza a repoblar la sierra de las Nieves. En concreto, a partir de 1958 se realiza una repoblación de más de 74.000 hectáreas de los montes de El Burgo y Tolox y otras muchas sierras de la provincia para mejorar las masas forestales. Ceballos cuenta que en 1959 se realizan reforestaciones en la Sierra de las Nieves con 20.000 pinsapos criados en macetas, y se alegra de que los citados esfuerzos hayan mejorado ostensiblemente este enclave. A este trabajo de repoblación se sumó la dotación de guardas forestales para llevar a cabo los trabajos y para controlar el exceso de ganado en el monte.
Álvarez Calvente consiguió revertir la situación de retroceso de este árbol rey, que en 1962 contaba tan sólo con 400 hectáreas (de masa dispersa y ejemplares sueltos) a las 1.006 hectáreas actuales de bosque continuo en Yunquera, que es el municipio que ostenta más masa forestal de este árbol.
La marquesa de Casa Valdés se hace eco de las enseñanzas del botánico Modesto Laza Palacios, y escribe en un artículo en el ABC en 1964 sobre la imperiosa necesidad de que la sierra de las Nieves sea declardo parque nacional.
Más tarde, ya en 1989, cuando la sierra de las Nieves es declarada parque natural, su primer director conservador Miguel Ángel Catalina, que más tarde sería director del Infoca, se encargó de realizar la defensa forestal contra los incendios, que en este siglo han sido su peor enemigo. Por último, el actual director de la sierra Rafael Haro lleva cerca de siete años trabajando con ahínco para que se declare parque nacional, lo que supondrá un gran espaldarazo para este espacio natural, como hace hincapié Quintanilla, que le ha dedicado a esta sierra más de dos décadas de su vida.
La protección de estos bosques, su regeneración, la reboblación, la vigilancia a través de la guardería forestal y la lucha contra los incendios forestales han posibilitado que hoy día contemos con estos pinsapares de los que podemos enorgullecernos en el mundo entero por su singularidad y altísimo valor botánico.
-----
No hay comentarios:
Publicar un comentario