LA SABINA... del Bosque Habitado
Arbolario
Mira, soy un árbol casi exclusivo de la península ibérica y ocupo el arco oriental interior ibérico, alcanzando mi máxima extensión en la provincia de Teruel, aunque también soy muy abundante en Soria, Burgos, Guadalajara o Cuenca… donde destaca mi silueta en el horizonte. Una silueta, cómo te diría yo, entre la forma cónica del ciprés y la globosa de la encina… ¡Ah! Y un perfil… más bien oscuro ¡Ése soy yo... o ésa, pues me llaman Sabina!…
Sí, soy la sabina, el Juniperus… experta en formar bosques abiertos, algo adehesados, con buenos prados y pastos que pronto se me agostan pues son muy apreciados por los pastores… Me suelen acompañar los espinos, los rosales silvestres y los enebros, primos hermanos de las sabinas… Vamos, que vivo en la gloria… La verdad es que suele llamaros mucho la atención mi corteza… pecular, así, como deshilachada a tiras, retorcida o espiralada… Y es que mi corteza no se pudre nunca y espanta a las polillas y a los xilófagos… Bueno, es que estamos hablando de mi madera, ¡madera preciosa donde las haya! ¡Fíjate que las las hojas de la sierra se mellan al cortarla! Eso, y que quemarla, mi leña desprende un fuerte olor que se “agarra a la cabeza.
Te voy a contar un secreto, para que una sabina como yo nazca se necesita que un animal haya comido mi falso fruto, o gálbulo y que haya pasado por su estómago. ¡Ah, y que me encanta nacer bajo los dormideros de algunas aves como los tordos... Las sabinas jóvenes crecen deprisa, pero luego el crecimiento se vuelve muy lento, del orden de 2 mm. de grosor al año o menos…
Por cierto, siempre habrá alguien a quien le veas compararme con ese enchufado de El bosque habitado… ya sabes… Sí, ése, ¡el tejo! Bueno, tal vez porque… porque es sagrado… como yo… Yo, el árbol sereno y austero, propiedad que comunico al paisaje… Y, si no, que se lo digan al famoso etnobotánico Emilio Blanco, que me ha estudiado de arriba abajo, del derecho y del revés, y lo sabe todo de mí… Hasta creo que en breve, él mismo, Emilio Blanco, se transmutará en un árbol sabina también…
Arbolario
Mira, soy un árbol casi exclusivo de la península ibérica y ocupo el arco oriental interior ibérico, alcanzando mi máxima extensión en la provincia de Teruel, aunque también soy muy abundante en Soria, Burgos, Guadalajara o Cuenca… donde destaca mi silueta en el horizonte. Una silueta, cómo te diría yo, entre la forma cónica del ciprés y la globosa de la encina… ¡Ah! Y un perfil… más bien oscuro ¡Ése soy yo... o ésa, pues me llaman Sabina!…
Sí, soy la sabina, el Juniperus… experta en formar bosques abiertos, algo adehesados, con buenos prados y pastos que pronto se me agostan pues son muy apreciados por los pastores… Me suelen acompañar los espinos, los rosales silvestres y los enebros, primos hermanos de las sabinas… Vamos, que vivo en la gloria… La verdad es que suele llamaros mucho la atención mi corteza… pecular, así, como deshilachada a tiras, retorcida o espiralada… Y es que mi corteza no se pudre nunca y espanta a las polillas y a los xilófagos… Bueno, es que estamos hablando de mi madera, ¡madera preciosa donde las haya! ¡Fíjate que las las hojas de la sierra se mellan al cortarla! Eso, y que quemarla, mi leña desprende un fuerte olor que se “agarra a la cabeza.
Te voy a contar un secreto, para que una sabina como yo nazca se necesita que un animal haya comido mi falso fruto, o gálbulo y que haya pasado por su estómago. ¡Ah, y que me encanta nacer bajo los dormideros de algunas aves como los tordos... Las sabinas jóvenes crecen deprisa, pero luego el crecimiento se vuelve muy lento, del orden de 2 mm. de grosor al año o menos…
Por cierto, siempre habrá alguien a quien le veas compararme con ese enchufado de El bosque habitado… ya sabes… Sí, ése, ¡el tejo! Bueno, tal vez porque… porque es sagrado… como yo… Yo, el árbol sereno y austero, propiedad que comunico al paisaje… Y, si no, que se lo digan al famoso etnobotánico Emilio Blanco, que me ha estudiado de arriba abajo, del derecho y del revés, y lo sabe todo de mí… Hasta creo que en breve, él mismo, Emilio Blanco, se transmutará en un árbol sabina también…
-----
No hay comentarios:
Publicar un comentario