jueves, 10 de enero de 2013

JOAQUÍN GRAU TASA (Bilbao, 1956)
EL TEJO (Taxus baccata)

Bajo la sagrada copa de un tejo milenario
Se sentó un grupo feliz y sonriente
Se anunciaba la tarde desde el campanario
Las comadres hablaban ignorando a la gente

Desde su recio tronco a modo de atalaya
Divisaron los guías las huestes de romanos
Como burla al invasor se emplearon sus bayas
Antes la muerte que servir como esclavos

Testigo mudo de afrentas entre hermanos
Harto ya de ser guardián del cementerio
En su corteza quedan las huellas de las balas
Bajo su sombra descansa el alma del vencido

Abrazarán su tronco cinco hombres enlazados
Jugarán los niños en su raíz escondidos
Escribirán su nombre los enamorados
Llorará una mujer a su hombre perdido

Recogerá su copa el agua de la lluvia
Degustarán los pájaros su fruto carnoso
Agitará sus ramas el viento del oeste
Se vestirán sus hojas con un manto de nieve

En una eterna rueda pasan las estaciones
Testimonio inmutable del transcurrir del tiempo
Altivo en tu colina, sordo a las emociones
Te ríes de los hombres, sus gozos y lamentos


San Cristóbal de Valdueza
12 de octubre del 2012
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