JOAQUÍN GRAU TASA (Bilbao, 1956)
Bajo la sagrada copa de un tejo milenario
Se sentó un grupo feliz y sonriente
EL TEJO (Taxus
baccata)
Bajo la sagrada copa de un tejo milenario
Se sentó un grupo feliz y sonriente
Se anunciaba la
tarde desde el campanario
Las comadres
hablaban ignorando a la gente
Desde su recio
tronco a modo de atalaya
Divisaron los guías
las huestes de romanos
Como burla al
invasor se emplearon sus bayas
Antes la muerte que
servir como esclavos
Testigo mudo de
afrentas entre hermanos
Harto ya de ser
guardián del cementerio
En su corteza quedan
las huellas de las balas
Bajo su sombra
descansa el alma del vencido
Abrazarán su tronco
cinco hombres enlazados
Jugarán los niños
en su raíz escondidos
Escribirán su
nombre los enamorados
Llorará una mujer a
su hombre perdido
Recogerá su copa el
agua de la lluvia
Degustarán los
pájaros su fruto carnoso
Agitará sus ramas
el viento del oeste
Se vestirán sus
hojas con un manto de nieve
En una eterna rueda
pasan las estaciones
Testimonio inmutable
del transcurrir del tiempo
Altivo en tu colina,
sordo a las emociones
Te ríes de los
hombres, sus gozos y lamentos
12 de octubre del
2012
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