"Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos, después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser, si no por una vida al menos por un rato..." Mario Benedetti. A los amantes de los árboles,... localización, poesía, cuentos/leyendas, etc.
16 mayo 2015
13 mayo 2015
JORGE ERNESTO LEIVA (Colombia, 1937)
El árbol
El Gran Tsun-Tzu, Jefe de la Guerra,
movió a combate a los pusilánimes.
¡Brava fue mi cimitarra!
Un día
hizo luchar a las concubinas del Dinasta
hasta quedar estáticas.
¡Grande fue su valor!
Al ser atravesado por su grueso venablo,
se incorporó diciendo:
"Dejen que en mí eche raíces..."
Después,
un árbol nació de sus entrañas,
y el guerrero, ahora,
da sombra al caminante.
El árbol
El Gran Tsun-Tzu, Jefe de la Guerra,
movió a combate a los pusilánimes.
¡Brava fue mi cimitarra!
Un día
hizo luchar a las concubinas del Dinasta
hasta quedar estáticas.
¡Grande fue su valor!
Al ser atravesado por su grueso venablo,
se incorporó diciendo:
"Dejen que en mí eche raíces..."
Después,
un árbol nació de sus entrañas,
y el guerrero, ahora,
da sombra al caminante.
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Jorge E. Pardo, Lola de Acosta y Jorge Ernesto Leiva |
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10 mayo 2015
TU ÁRBOL - PROYECTO DIDÁCTICO
PARA ALUMNOS DE ESO (1º Y 2º)

Una de las acciones del proyecto LIFE+ enArbolar – BIGTREES4LIFE, promovido por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF), consiste en elaborar y distribuir a todos los centros de Secundaria del Estado español un proyecto didáctico destinado al alumnado que estudia Ciencias de la Naturaleza en los dos primeros cursos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Pretende despertar en el alumnado una serie de inquietudes científicas agrupadas en torno a un gran árbol cercano como foco de biodiversidad y conocimiento. Igualmente le ayudará a desarrollar diferentes competencias básicas fundamentales en su proceso de aprendizaje.
Sus objetivos principales son:
La FFRF hará llegar este proyecto didáctico a los más de 8.000 centros de Educación Secundaria Obligatoria de España para su utilización como recurso en las aulas.
Está disponible en formato electrónico, con versiones en castellano y en inglés, y puede ser descargado en los siguientes enlaces:
PARA ALUMNOS DE ESO (1º Y 2º)

Una de las acciones del proyecto LIFE+ enArbolar – BIGTREES4LIFE, promovido por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF), consiste en elaborar y distribuir a todos los centros de Secundaria del Estado español un proyecto didáctico destinado al alumnado que estudia Ciencias de la Naturaleza en los dos primeros cursos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Pretende despertar en el alumnado una serie de inquietudes científicas agrupadas en torno a un gran árbol cercano como foco de biodiversidad y conocimiento. Igualmente le ayudará a desarrollar diferentes competencias básicas fundamentales en su proceso de aprendizaje.
Sus objetivos principales son:
-
Descubrir la naturaleza como un laboratorio vivo donde poner en práctica los conocimientos adquiridos en el aula.
-
Favorecer el intercambio y el aprendizaje del alumnado a través del trabajo colaborativo.
-
Promover el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
-
Conocer la Red Natura 2000 y su biodiversidad asociada.
-
Implicar a los jóvenes en la protección del patrimonio natural de su localidad.
La FFRF hará llegar este proyecto didáctico a los más de 8.000 centros de Educación Secundaria Obligatoria de España para su utilización como recurso en las aulas.
Está disponible en formato electrónico, con versiones en castellano y en inglés, y puede ser descargado en los siguientes enlaces:
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07 mayo 2015
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Miraflores de la Sierra |
de "Madrid, Cuentos, leyendas y anécdotas, Vol II"

MIRAFLORES DE LA SIERRA. Vicente Aleixandre, la olma del poeta.
A José Uceda y Manuel de Riaza les pareció interesante la idea de comprar un árbol. Claro que no era un árbol cualquiera, no, se trataba de un olmo especial, de una especie singular, histórica, símbolo de un pueblo y con el tiempo lugar de reunión de gentes y enamorados. En aquellas fechas -diciembre de 1834- el árbol en cuestión ya destacaba por sus poderosas ramas y tronco atlético y posiblemente fuera plantado el siglo anterior, en tiempos de Carlos III. El caso es que los dos vecinos de Miraflores decidieron invertir una parte de sus caudales en comprar “el primer olmo que hay en el Paseo de los Álamos, yendo del pueblo para el Calvario, frente de la casa de José Uceda...” Tuvieron que pagar 80 reales de vellón más 14 maravedís como derechos de inscripción en el Registro de la Propiedad de Colmenar Viejo, como era menester. La escritura de compra del árbol gordo, la popular olma de Miraflores, es de propiedad privada, aunque su uso y disfrute siempre ha sido comunal.
En el contrato de venta se indicaba
además “que dicho árbol u olmo no ha de poder ser cortado, bajo
ningún pretexto ni motivo, ni por el D. José ni D. Manuel, ni por
persona alguna, a no ser que se secase enteramente -como ocurrió por
desgracia-, cuya leña, en tal caso, ha de venir a beneficio del
común de vecinos de esta Villa, pero en ningún otro caso se ha de
poder cortar, ni por ellos ni por sus herederos ni sucesores, ni
ninguna otra apersona como dicho queda...”
Pasaron los años y aquella olma -los
biólogos siempre han proclamado su feminidad- o álamo negro,
negrillo, se adueñó de la plaza del pueblo, y todos los lugareños
se cobijaron bajo sus sombra y melena de hojas y ramas. Uno de esos
amigos del árbol fue Don Vicente, vecino ocasional que pasaba los
veranos en el pueblo acompañando a sus padres. Los que le conocieron
le recuerdan con agrado y respeto. A partir de 1925 empezó a
frecuentar el pueblo, quizá debido a su enfermedad, una nefritis
tuberculosa que le obligaba a consumir los aires sanos del
Guadarrama. Probablemente coincidió con Niceto Alcalá Zamora, por
entonces presidente de la Segunda República, y con Santiago Ramón y
Cajal, ilustres veraneantes de Miraflores.
Don Vicente paseaba y escribía
hasta que sus libros fueron conocidos y publicados. En 1977 recibió
el Premio Nobel de Literatura y el consistorio le dedicó una calle,
su calle, la de su casa Vistalegre: calle de Vicente Aleixandere
decía la placa. Uno de sus últimos deseos consistió en pedir hojas
del abuelo, su árbol gordo y favorito. Y a Madrid le llevaron una
rama y una bolsa de semillas. Don Vicente, poeta, murió en 1984.
Unos años más tarde, durante el invierno de 1989, la grafiosis
terminó con la olma de Miraflores y entonces comenzó su leyenda....

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05 mayo 2015
VICENTE ALEIXANDRE (Sevilla, 1898-1984)
El álamo
En el centro del pueblo
quedaba el árbol grande.
Era una plaza mínima,
pero el árbol viejísimo
la desbordaba entera.
Las casas bajas como animales tristes
a su sombra dormían. Creeríase
que a veces levantaban una cabeza, alzasen
una noble mirada y viesen aquel cielo de verdor
que hacía música o sueño.
Todo dormía, y vigilante alzaba
su grandeza el gran álamo.
Diez hombres no rodearían su tronco.
¡Con cuánto amor lo abrazarían midiéndolo!
El álamo
En el centro del pueblo
quedaba el árbol grande.
Era una plaza mínima,
pero el árbol viejísimo
la desbordaba entera.
Las casas bajas como animales tristes
a su sombra dormían. Creeríase
que a veces levantaban una cabeza, alzasen
una noble mirada y viesen aquel cielo de verdor
que hacía música o sueño.
Todo dormía, y vigilante alzaba
su grandeza el gran álamo.
Diez hombres no rodearían su tronco.
¡Con cuánto amor lo abrazarían midiéndolo!
Pero el árbol, si fue en su origen (¿quién lo sabría ya?)
una enorme ola de tierra que desde un fondo reventó, y quédose,
hoy es un árbol vivo. Abuelo siempre vivo del pueblo, augusto
por edad y presencia.
A su sombra yacen las casas, viven,
se despiertan, se abren: salen los hombres, luchan,
trabajan, vuelven, póstrense. Descansan.
A veces vuelven y allí cobijan su postrer aliento.
Bajo el árbol se acaban.
una enorme ola de tierra que desde un fondo reventó, y quédose,
hoy es un árbol vivo. Abuelo siempre vivo del pueblo, augusto
por edad y presencia.
A su sombra yacen las casas, viven,
se despiertan, se abren: salen los hombres, luchan,
trabajan, vuelven, póstrense. Descansan.
A veces vuelven y allí cobijan su postrer aliento.
Bajo el árbol se acaban.
El pueblo está en la escarpa de una sierra.
Arriba Najara.
Abajo la llanura, como una sed enorme de perderse.
Despeñado, colgante, quedó el pueblo agrupado bajo el árbol.
Quizá contenido por él sobre el abismo.
Y sus hombres se asoman
en su materia pobre de siglos
y echan sus verdes ojos, sus miradas azules,
sus dorados reflejos, sus limpios ojos claros y oscurísimos,
ladera abajo, hasta rodar en la llanura insomne
y perderse a lo lejos, hasta el confín sin límites que brilla
y finge un mar, un puro mar sin bordes.
El árbol:
un álamo negro, un negrillo, como allí se nombra.
El álamo: "Vamos al álamo." "Estamos en el álamo" Todo es
álamo.
Y no hay ya más que álamo, que es el único cielo de estos
hombres.

Arriba Najara.
Abajo la llanura, como una sed enorme de perderse.
Despeñado, colgante, quedó el pueblo agrupado bajo el árbol.
Quizá contenido por él sobre el abismo.
Y sus hombres se asoman
en su materia pobre de siglos
y echan sus verdes ojos, sus miradas azules,
sus dorados reflejos, sus limpios ojos claros y oscurísimos,
ladera abajo, hasta rodar en la llanura insomne
y perderse a lo lejos, hasta el confín sin límites que brilla
y finge un mar, un puro mar sin bordes.
El árbol:
un álamo negro, un negrillo, como allí se nombra.
El álamo: "Vamos al álamo." "Estamos en el álamo" Todo es
álamo.
Y no hay ya más que álamo, que es el único cielo de estos
hombres.
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Principios del siglo XX |

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