07 septiembre 2013

JULIA "BUTTERFLY" HILL
De www.mundonuevo.cl 

     El 23 de agosto de 2013, nos recordaba en este artículo la hazaña de esta chica que se subió a una sequoia para evitar su tala y no bajó en dos años, 10 de diciembre de 1997. Es conveniente no olvidarla. En este blog hay una entrada de julio de 2009, con un trocito de su libro "El legado de Luna".

“Nadie tiene derecho a robar al futuro para conseguir beneficios rápidos en el presente. Hay que saber cuándo tenemos suficiente…”   
Julia Butterfly Hill en su libro “El legado de Luna”

      Cuando Colón pisó América por primera vez, Luna (una sequoia de 60 metros de altura) tenía ya 500 años. El 10 de diciembre de 1997 cuando su tronco sobrepasaba los 1000 anillos, el destino y una motosierra se cruzaron en su cepa. Julia Butterfly Hill, una activista de 23 años, decidió interrumpir lo inevitable y encaramándose al árbol impidió la inminente tala. Pasó 738 días entre sus ramas y sin poner un solo pie en tierra obligó a la compañía maderera, tras durísimas negociaciones, a indultar el árbol y a todos sus hermanos cercanos.
      Luna es una de las milenarias secuoyas del bosque de la ciudad de Stanford en California. A finales de 1997 la Pacific Lumber Company irrumpió en la arboleda de 60 mil hectáreas para iniciar la deforestación de uno de los ecosistemas más importantes de la zona. Pero en su camino se topó con una tozuda mariposa.
      Julia Butterfly Hill nació el 18 de febrero de 1974 en Arkansas. De familia muy humilde estudió en su casa hasta los 12 años. Su padre era un predicador itinerante y su casa una caravana que compartía con sus tres hermanos. La vida nómada y ambulante y la influencia paterna la educaron en la escasez y el pragmatismo.

La mariposa y Julia
      Cuenta en su biografía que cuando era ya una adolescente, en una de las asiduas caminatas por la naturaleza con su familia, una mariposa aterrizó en su hombro y permaneció con ella durante todo el trayecto… metáfora de la aventura de su vida sirvió también para acompañar su nombre para el resto de sus días.
Localización de Luna en el bosque de Stanford. Fuente
    
Pero fue con 22 años y una experiencia traumática a modo de grave accidente de tráfico lo que convirtió a Julia en la activista verde que conmocionó a un país entero. El percance dejó graves secuelas cerebrales que requirieron un lento proceso y terapia intensiva. La proporción y el valor del tiempo cambiaron para siempre en Julia que dedicaba sus largas horas de rehabilitación a la contemplación subversiva de los fastuosos bosques Californianos. La crisálida dejó paso entonces a la mariposa.
Julia subida en uno de los brazos de Luna.

 “Me adentré en el bosque y por primera vez experimenté lo que significa de verdad estar vivo. Entendí que yo formaba parte de aquello. Poco después supe que la Pacific Lumber Maxxam Corporation estaba talando esos bosques y mi confusión fue total. Contacté con la asociación Earth First, que hacía sentadas en los árboles para impedir su tala. Así conocí a “Luna”…”

La dura vida en el árbol
      La vida en el árbol fue muy dura y cambió por completo a Julia. La idea era estar dos semanas hasta el relevo de un compañero. Pero este relevo nunca se produjo. Un pequeño equipo le suministraba con cuerdas y poleas los víveres necesarios para la subsistencia incluyendo unos pequeños paneles solares para cargar el móvil con el que organizaba las entrevistas, captar adeptos para la causa o incluso hablar en directo con el senado norteamericano. Su pequeño hogar, a 50 metros de altura, consistía en una plataforma de tres metros cuadrados cubierta por una lona impermeable, un pequeño hornillo, un cubo con una bolsa hermética para hacer sus necesidades y una esponja con la que recogía el agua de lluvia o nieve para lavarse.

–“[…] Sí, la Pacific Lumber comenzó entonces a talar árboles a mi alrededor. Aparecieron helicópteros que me echaban chorros de agua. Quemaron los bosques durante seis días, el humo destrozó mis ojos y mi garganta, y me llené de ampollas. Luego montaron guardia día y noche para que no me pudieran suministrar comida. Acabe amargada, chillando, dando golpes, al borde de la locura. […] Para consolarme pensaba en las familias de Stanford que a causa de la tala del bosque se inundaron y se quedaron sin casa…” –Julia Butterfly Hill.

      Pero lo peor estaba por llegar. En el invierno de 1998 una impresionante tormenta de más de dos semanas estuvo a punto de separar a Julia de Luna. Vientos racheados acabaron con la lona y empujaron a Julia hacia el vacío. Abrazada a la secuoya y próxima a la rendición, escuchó “la voz de la luna” recordándole que “sólo las ramas que son rígidas se rompen”. Abandonó entonces el apoyo estable para agarrar la inmadurez y flexibilidad de las verdes ramas más jóvenes que fueron las que, a la postre, resistieron el envate y con ello salvaron la vida de Julia.
     Salvar esa tormenta supuso un cambio de actitud. Julia se deshizo del arnés y de los zapatos y se fundió con su entorno alcanzando su apogeo espiritual. No iba a volver a vivir con miedo. Una importante dolencia de origen vírico en los riñones la encaró de manera simbiótica, medicándose con extractos de plantas cercanas suministradas por su equipo. Conocía cada insecto, cada rincón de Luna y esto le permitió encarar con certeza y ventaja psicológica la negociación con los deforestadores que dejaron por entonces de llamarla “eco-terrorista”.

El respeto de los medios
      El tiempo fortaleció la imagen activista de Julia y poco a poco fue ganándose el respeto y los apoyos de muchas organizaciones ecologistas y de los medios. El desfile de famosos que subieron al árbol a visitarla fue tan grande como el impacto mediático del desafío.
      El 18 de diciembre de 1999 Julia descendió de Luna con las manos verdes del musgo y los pies encallecidos, en medio de una gran ceremonia y entregando esta carta. Culminó con éxito las negociaciones con la maderera quién se comprometió no sólo a respetar a Luna y todos los árboles cercanos en un radio de 60 metros, sino a incluir una política medioambiental en todos sus futuros trabajos.
      Hoy en día Julia sigue al frente de un importante grupo ecologista y activista. Ayudó a crear la ONG Circle of Life, participando regularmente en muchos de los Tree-Sit fecundados con su hazaña y desperdigados por todos los rincones del planeta verde. Contó su experiencia en la copa de Luna en el Libro “El legado de Luna” impreso en papel reciclado y bajo el sello de tolerancia ecológica “SmartWood Certified“.

“…Permaneciendo en la unidad, la solidaridad y el amor, sanaremos las heridas en la tierra y en cada uno de nosotros. Podemos marcar la diferencia positiva a través de nuestras acciones…” Julia Butterfly Hill en “El legado de Luna”

      En noviembre de 2001 un desaprensivo buscador de reliquias (un infructuoso Mark Chapman) intentó cercenar a Luna y asestó un tajo con motosierra de 35 centímetros de profundidad en su cepa. Desde entonces unas gigantescas grapas consolidan el árbol.

Julia y Luna en su estado actual. Grandes grapas protegen la herida vandálica.
     La exitosa empresa de Julia ha ayudado a prestigiar a toda una generación olvidada para el activismo verde tan de moda en los 60’s. La fortaleza física y mental que puede proporcionar el reto de conseguir los propios ideales debe ser ejemplarizante y suficiente para desenmascarar otras actitudes de pancarta y cacerola tan incoherentes como egoístamente confortables.
      Julia Butterfly Hill consiguió encontrar el desafío de su vida. ¿Cuál es tu árbol?
 
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      Julia “Butterfly” Hilles una activista y ambientalista estadounidense famosa por oponerse a la tala de una sequoia de 1.500 años a quien bautizó como Luna. Permaneció en su copa por 738 días para así evitar su tala por la empresa Pacific Lumber Company. Es autora del libro El legado de luna y One makes the difference.
 

www.juliabutterfly.com Publicado el 23 Ago, 2013

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04 septiembre 2013

DENITH URANGO TUIRÁN (Colombia)
Guayacán

De junio a julio de julio a agosto
hay un festín dorado
una orgía amarilla
que sucede silvestre.

Se desbocan se extienden
castillos primaverales
donde sucede la fiesta
mágica de los insectos.

Lira callada de los montes
canta rítmico al son del aire
mientras uno a uno desgaja sus pétalos.

Quiero fundar una ciudad poética
donde sea verso el guayacán,
donde se enfilen los árboles
como poemas vegetales
y den una lírica amarilla.

Si no eres sensible
el guayacán no te exitará,
no conquistarás la palabra
que no has logrado
en el idioma del ambiente,
no sulfurarás materia poética,
no serás el dominante versador,
dominador del lenguaje guayacán.

Te llevará esa lengua
a conquistar un verso
que de junio a julio de julio a agosto
dice en los montes todo es poesía.

Y mientras canta y mientras se vuelve poema
y árbol férreo, hierro vegetal
sembrado sobre el suelo que fenece
guarda en los archivos de la tierra
su epopeya.
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31 agosto 2013

Tree of Life, ¿morir de éxito?

¿MORIR DE ÉXITO?
Tree of Life - Prosopis juliflora - Bahrein

Este parece ser el peligro para este árbol solitario. Se ubica en mitad de la nada cerca de la carretera que recorre la isla de norte a sur y recibe la visita de cientos de visitantes. Le han rodeado de una cerca de hierro que no impide que algunos  "admiradores" trepen por sus ramas, marquen su corteza o pisen el espacio de las raíces cercano al tronco.
     
Los locales le atribuyen misteriosas cualidades y cuentan algunas leyendas como que su emplazamiento marca el punto exacto del Jardín del Edén.

Nombre y aprovechamiento:
      Shajarat-al-Hayat (Prosopis juliflora). Es un tipo de mezquite, nosotros las conocemos como mimosas, árboles bien adaptados a condiciones extremas de aridez. Todo de él se aprovecha, semillas, hojas, flores y tronco. Además la bacterias de sus raíces enriquecen el suelo porque fijan el nitrógeno. Es originario de México y Sudamérica. 
 
Stefano Mancuso escribe en "El increíble viaje de las plantas": "Gracias a su raíz pivotante -que puede alcanzar profundidades increíbles (53m, Walter S. Phillips)-, sus hojas pequeñas y compuestas -que le permiten disipar el exceso de calor con mucha eficacia y niminimizar las pérdidas de agua-, su capacidad para fijar el nitrógeno en virtud de su simbiosis con bacterias fijadoras de nitrógeno y, por último, su capacidad intrínseca para resistir al agua con una alta concentración salina -la única que sus raíces pueden encontrar en la profundidades del suelo desértico-, este árbol está preparado para subsistir en las condiciones más difíciles que puedan imaginarse para una planta."
El mismo Mancuso apunta a la posibilidad de que fueran los portugueses que habían conquistado la isla en 1521 y que la abandonaron en 1602, quienes plantaron lo que fuera un bosquete del que solo queda este único superviviente.
 
Coordenadas: N 25º 59' 39" - E 50º 34' 59"
Datos: Altura 9,75m; Diámetro de la copa: 25m; Edad: Dicen que fue plantado en 1583 (vaya precisión), por tanto tendría 430 años; Altitud: 10 msnm.
 


      Muy cerca crecen unos cuantos árboles más pequeños y también aislados. La fuente de agua de la que se nutre no es un gran misterio porque este tipo de árboles hunden sus raíces a profundidades considerables. En este caso el nivel freático se encuentra entre los 7-8 metros. Por otra parte las noches son muy húmedas, lo que proporciona al árbol de otra fuente de agua. Tenemos que apuntar que en el pasado esta zona no era tan árida como lo es ahora. En tiempos pretéritos había granjas y campos de cultivo, donde se cultivaban frutas y hortalizas.


Fotos e información en la wed
 
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28 agosto 2013

MAGDA STELLA QUINTERO (Colombia, 1935-1998) 
El araguaney o guayacán

Árbol nacional de Venezuela

¿Has visto cómo cambia
todos los Mayos,
el araguaney que crece
en medio del campo?

Va perdiendo las hojas,
flores brotando,
como un rey que se pone
traje dorado.

Después caen las flores
sólo quedando
las semillas aladas
que van volando.
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  • Guayacán amarillo / Tabebuia chrysantha
    El Guayacán amarillo -Tabebuia chrysantha-, originario de Colombia, Ecuador y Venezuela, es un árbol abundante en Medellín. Por esta época están florecidos, como para celebrar la Feria de las Flores de Medellín. Este año florecieron todos al mismo tiempo, tal vez por el clima irregular por "La Niña", ya que la mayor parte del año ha llovido pero hace una semana hay tiempo seco. Hay una "traviesa" de floración de algunos de estos árboles en febrero. Las flores caen rápidamente, formando una alfombra de flores.
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  • 24 agosto 2013

    MANUEL CORNEJO GLEZ. (Sevilla, 1930) 
    A la olvidada higuera

    La torcida higuera
    de enferma esperanza,
    la del huerto humilde
    por fea olvidada,
    coqueta sonríe
    aún con viejas ramas.

    Suspira entre dicha
    llena de arrogancia,
    igual a otro árbol
    ha sido admirada.

    Perdió la tristeza
    y el goce la embarga,
    al compás del viento
    parece que canta,
    parece que ríe
    llena de prestancia
    porque una poeta
    la versificaba.

    Recogió el piropo
    que siempre anhelaba
    porque nunca, nunca,
    la llamaron "GUAPA",
    y en la umbría huerta
    creció desolada.

    Hoy sin esperarlo
    fue piropeada
    y un ramo de verso
    su tronco abrazaba.
    “Hermosa le han dicho
    y gozo derrama”
    ¡La rugosa higuera,
    de contenta estalla!
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