11/11/2017

LOS CEDROS DEL LÍBANO...
como nunca se habían visto, de "Lebanon Culture"



The Cedar may be the emblem of the Lebanese flag, but it represents much more than that as well. For as far back as history can remember, the Cedar has been cherished for its beauty, majesty, mystical and healing powers.

El cedro puede ser el emblema de la bandera libanesa, pero representa mucho más que eso. Por lo que la historia nos puede recordar, el cedro ha sido apreciado por su belleza, su majestad, su misticismo y por sus poderes curativos.

Cedrus libani (Lebanon Cedar or Cedar of Lebanon), is an evergreen coniferous tree growing up to 40 m tall, with a trunk up to 2.5 m in diameter. The crown is conic when young, becoming broadly tabular with age with fairly level branches. The cedar of Lebanon is a plant of cold high mountainous regions.it occurs most abundantly at altitudes of 1,000-2,000 m.

Cedrus libani (Cedro del Líbano), es un árbol conífero de hoja perenne que crece hasta 40 m de altura, con un tronco de hasta 2,5 m de diámetro. La corona es cónica cuando es joven, siendo ampliamente tabular con la edad con ramas bastante niveladas. El cedro del Líbano es una planta de frías regiones montañosas altas. Se produce más abundantemente a altitudes de 1.000-2.000 m.



In the past, Lebanese mountains were covered with Cedars. In fact, the Cedars of Lebanon formed one great big forest. Sadly enough and due to deforestation and over exploitation, all that is left today is 18 scattered patches of protected Cedar land. In total, protected forests (both Cedar and other) make up approximately 4 to 8% of the Lebanese territory.

En el pasado, las montañas libanesas estaban cubiertas de cedros. De hecho, los cedros del Líbano formaron un gran bosque. Lamentablemente, y debido a la deforestación y la explotación excesiva, todo lo que queda hoy son 18 dispersas manchas de cedro protegidas. En total, los bosques protegidos (Cedros y otros) representan aproximadamente del 4 al 8% del territorio libanés.

Therefore the Lebanese state has created several Cedar Reserves or nature reserves that contain cedars, including the Chouf Cedar Reserves, the Jaj Cedar Reserve, the Tannourine Reserve, the Ammouaa and Karm Shbat Reserves in the Akkar district, and the most famous reserve is the Forest of the Cedars of God near Bcharri.

Por lo tanto, el estado libanés ha creado varias reservas de cedro o reservas naturales que contienen cedros, incluyendo las reservas de cedro de Chouf, la reserva de cedro de Jaj, la reserva de Tannourine, las reservas de Ammouaa y Karm Shbat en el distrito de Akkar y la reserva más famosa es el bosque de los Cedros de Dios cerca de Bcharri.


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11/08/2017

EVIE KARLSSON (EE.UU., 1956)
The tree song

One day as I walked along,
Straight as an arrow and pointing to the sky growing tall and strong
How do you grow so tall and strong I said to the riverside tree,
This is the song that my tree friend sang to me.

I've got roots growing down to the water,
I've got leaves growing up to the sunshine and the fruit that I bear is a sign of life in me,
I am shade from the hot summer sundown,
I am nest for the birds of the heaven,
I'm becoming what the Lord of trees has meant me to be.

I saw a tree by the city street where buildings blocked the sun,
Green and lovely I could see it gave joy to everyone.
How do you grow in the city streets I said to the downtown tree,
This is the song that my tree friend sang to me.


by Ken Medema (EE.UU., 1943)


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11/05/2017

LOS INCENDIOS, ABC Natural  
Los incendios pueden favorecer la diversidad de fauna y flora
El fuego promueve que en muchos ecosistemas haya más variedad de especies animales y vegetales, porque crea una mayor diversidad de ambientes para vivir
El fuego promueve que en muchos ecosistemas haya más variedad de especies animales y vegetales, porque crea una mayor diversidad de ambientes para vivir - ABC
     El fuego promueve que en muchos ecosistemas haya más variedad de especies animales y vegetales, porque crea una mayor diversidad de ambientes para vivir. Este efecto no es universal y requiere un conocimiento profundo sobre las especies y el régimen de incendios de cada región. Es esencial para planificar estrategias de gestión del combustible, quemas controladas y supresión de incendios en todo el mundo.
     Los incendios podrían utilizarse para promover la biodiversidad. Esta es la idea principal de un reportaje publicado en Science, y firmado por Lluís Brotons (investigador del CSIC en el CREAF Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), y Luke T. Kelly (investigador de la Universidad de Melbourne). Los autores recalcan que la aparición de fuegos naturales variados —grandes y pequeños, de copa y de sotobosque, que afectan a especies más adaptadas o menos adaptadas al fuego— en algunos ecosistemas permite que se creen hábitats únicos y diversos, que de otra manera no aparecerían. Estos nuevos hábitats permiten que viva una variedad de especies mayor de la que había originariamente antes del fuego, explica Verónica Couto, técnico de Comunicación en el CREAF.
     De hecho, hay casos muy específicos, como el pico ártico (Picoides articus), que dependen de las zonas post-incendio para vivir. Pero, a pesar de que una parte de la fauna y flora de una zona pueda resultar beneficiada por la aparición de fuegos de diferentes tipos, también necesita un tiempo mínimo para recuperarse.
      «Todo parece indicar que los hábitats más heterogéneos favorecen la coexistencia de un mayor número de especies. Los fuegos potencian esta heterogeneidad, pero no quiere decir que haya siempre una relación directa entre más incendios y más biodiversidad», aclara Brotons. Y advierte que «hay que conocer las características de cada zona. Por ejemplo, si un pinar de pino carrasco y de pino silvestre convive con fuegos demasiado frecuentes, acabará desapareciendo, así como una parte importante de su fauna y flora asociada, porque los nuevos pinos no tienen tiempo para madurar y reproducirse».
     «Una de las cosas más importantes que queremos transmitir es que el fuego no es necesariamente malo. De hecho, hace tiempo que conocemos que hay algunas plantas y animales que lo necesitan para vivir», comenta Kelly. «Lo que es nuevo y excitante es que estamos aprendiendo suficiente sobre cómo responde la biodiversidad a los incendios para poderlo aplicar en la gestión de los hábitats. Podremos ayudar a los gestores a decidir cuándo y dónde hacer quemas controladas», añade.
      Cuando los expertos planifiquen una serie de fuegos controlados o estrategias de supresión de los incendios, donde la biodiversidad pueda resultar favorecida, los autores recomiendan tener en cuenta tres factores: el ciclo de vida de la vegetación que se quemará, cómo afecta el cambio climáticoen esa zona concreta y qué efecto tienen los fuegos conducidos directa o indirectamente por humanos. Según Brotons, «el fuego es parte de nuestros ecosistemas y lo seguirá siendo. Tenemos dos opciones: podemos utilizar estos nuevos conocimientos que estamos generando desde el mundo de la ecología y reforzar los aspectos positivos del fuego, o podemos esperar y responder a un ciclo de incendios impetuoso con impactos que pueden ser catastróficos».
      El cambio climático reduce el intervalo entre los incendios y pone en peligro a muchas especies que tienen los períodos de recuperación largos. «En el escenario que nos encontramos, muchas especies no podrán seguir este ritmo tan rápido de afectación por el fuego y se acabará alterando toda la estructura del ecosistema. Esto se acentúa en regiones de clima seco y en hábitats que están afectados por otras actividades humanas, como es el caso del Mediterráneo», alerta el investigador.
      Por otra parte, los investigadores recuerdan que el cambio climático es sólo uno de los factores que afectan el ciclo natural de incendios, y que el cambio de usos del suelo o la fragmentación de los hábitats también ayudan a modificar este ciclo. La deforestación que sufren Asia y América del Sur o el abandono de los campos en la región mediterránea son dos ejemplos de estas alteraciones en el régimen de incendios y, de rebote, en la biodiversidad de la zona.

Información
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11/02/2017

Sabino de Xochimilco, Ciudad de México

SABINO DE XOCHIMILCO
Plazuela de San Juan Bautista, Ciudad de México

    
Ciudad de México está asentada en lo que fue una zona lacustre. Cuatro pontones daban acceso a la capital del imperio azteca. En este ambiente húmedo prosperaron bien los ahuehuetes, "señores del agua". Hoy día aún podemos visitar algunos de estos árboles ilustres. En la Plazuela de San Juan Bautista de Xochimilco, visitamos al gran sabino que tiene tres pies.
 
   
Según me contaron, hasta no hace mucho tiempo eran los propios vecinos los que se encargaban de cuidar el recinto del árbol. Allí tenían sus tertulias y allí exponían los trabajos los artesanos del papel maché. Después llegaron los organismos públicos -Universidad de Antropología de Chapingo- que se otorgaron dicha responsabilidad, -"Salid de este espacio, nosotros nos hacemos cargo". -¿Por qué, si este es un espacio del pueblo?. A partir de ese momento nadie más se ocupó de árbol, sólo le quitaron las ramas muertas y le liberaron de los anillos de hierro que le habían colocado en los años 60 pensando que podría abrirse y colapsar, y nada más. Ahora nadie se ocupa del Sabino. Este recinto está abandonado -basura, perros bravos- la plazuela debería estar limpia y libre de coches para uso de los vecinos. El ahuehuete requiere espacio, es un árbol de gran embergadura y su tamaño, si le dejan, puede llegar a ser descomunal.
     Artesanos como Lorenzo Mendoza y demás gentes deben emprender una campaña para recuperar dicho espacio. Si antes era suyo y lo cuidaban ahora deben recuperarlo. 
     Según relató Rodolfo Cordero López, cronista de Xochimilco, este árbol fue plantado en 1521 por el tlatoani Cuauhtémoc en agradecimiento a los xochimilcas por haber defendido Tenochtitlán junto con los tlateloalcas, y establecer una alianza permanente contra los conquistadores.
     Una de las leyendas cuenta que en un templo del Barrio de la Santísima, a finales del siglo XIX, se cayó la imagen de Dios Padre y no se pudo recomponer. Para reponer esa imagen los vecinos pidieron a los viejos de San Juan que les aportaran un pedazo del ahuehuete que tenía tres pies, uno de ellos seco. Cortaron el seco y con él labraron una imagen. Con el tiempo un tercer pie se formó en la base del árbol. Los viejos xochimilcas dijeron al haber tallado la imagen de Dios Padre con el tronco del sabino, en éste reprodujo la divina trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Se aprecia la huella que dejaron por los anillos de hierro
     Este árbol ha visto, con el paso de las generaciones, el paso del México postcolonial a la ciudad moderna, cómo se secaban los canales y se urbanizaba el espacio. De entre las raíces del árbol brotaba un manantial que vertía las aguas a los canales de la zona. Ahora ya no hay manantial pero me aseguran que al árbol se le riega.


Ubicación: Calle Sabino, plaza de San Juan Bautista, Xochimilco, Ciudad de México
Patrimonio Histórico por el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) en 1987
Edad: +/- 500 años
Altura: 19 m
Circunferencia a 1,30m.: unos 14m (se ramifica a poca altura)

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Una ciudad en el lago
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