5/10/2010

¿CÓMO NO ESTAR "CABREAO"? y pronto de luto

La famosa "Sabina del Hierro", atormentada y endurecida por los vientos aliseos, se ve ahora invadida por cientos de gentes que, en algunos casos no tienen conciencia del valor patrimonial de estos monumentos vivos. El Cabildo debe comenzar a pensar en proteger su/nuestro patrimonio con el fin de legarlo a las futuras generaciones.

Foto del periódico "Público"

Hacen falta pocos salvajes como éste, y no es canario, para que todo se vaya al garete.
Por favor que le pongan puertas a ESE campo.
El pueblo herreño y todos nosotros deberíamos levantarnos frente a estos idiotas.
-----

HOWARD NEMEROV - El consenso

HOWARD NEMEROV (EE.UU., 1920-1991)
El consenso

A fines de noviembre, en sólo una noche, 
que ni siquiera heló, los árboles de ginkgo 
se desprenden del todo de todas sus hojas. 
En un consenso, no con la lluvia o el viento,
sino con el tiempo: las doradas y verdes 
hojas cubren hoy el césped, aún ayer
aleteaban como abanicos de luz.
¿Qué signo de las estrellas? ¿Qué sentimiento
en ellos influyó? ¿Qué en esos maderos
decidió sacudir sus hojas y botarlas, 
rebelión o rendición? y si esto acontece
así, ¿qué estirpe podrá estar exenta? 
De qué sirve aprender lecciones del tiempo,
si un astro al azar puede decir: Ahora.

en "The Western Approaches" , 1975
Traducción: Eduardo Arancibia Díaz
 

-----

5/06/2010

JOSE MARÍA DE AGUIRRE Y ESCALANTE (Santander, 1877-1911)

¡Desarbolados valles ya huérfanos de abrigo,
no bajan mansas lluvias calmando vuestra sed,
que bajan torrenciales de Dios como un castigo
subiendo el cauce al río que rueda por la mies!


-----

5/02/2010

ROBERT BROWNING (1812-1889)  
Overhead the tree-tops meet


Overhead the tree-tops meet,
Flowers and grass spring 'neath one's feet;
There was nought above me, and nought below,
My childhood had not learned to know:
For what are the voices of birds
—Ay, and of beasts,—but words—our words,
Only so much more sweet?
The knowledge of that with my life begun!
But I had so near made out the sun,
And counted your stars, the Seven and One,
Like the fingers of my hand:
Nay, I could all but understand
Wherefore through heaven the white moon ranges,
And just when out of her soft fifty changes
No unfamiliar face might overlook me—
Suddenly God took me!

-----