lunes, 20 de febrero de 2023

Baobabs de Madagascar (1)

Gran baobab en la península de Oronjia, 
norte de Madagascar

Adansonia madagascariensis
Distribución de esta especie

Esta vez los senderos nos llevan muy lejos, a la isla mítica de los baobabs, Madagascar. Partimos de Diego Suárez (Antsiranana), la capital del norte, en "taxi-brousse" hacia la popular playa de Ramena, en la península de Oronjia. Le decimos al chófer que nos pare en el camino que conduce a las playas Sakalava, el paraíso de kitesurf. Parte de esta península está protegida, pero de aquí se extrae la arena que la capital utiliza para la construcción, (curioso modo de protección). En un principio un dédalo de caminos inducen a la confusión, pero no hay problema, la zona está habitada y, si tienes dudas, los lugareños te indicarán la dirección correcta. También haremos caso de los letreros de kitesurfing que conducen hasta las playas del viento. Son apenas 4 km hasta el gran baobab pero tardamos una hora porque lo tomamos con calma y el piso es de arena.

Es un Adansonia madagascariensisque parece estar fuera de su ubicación natural ya que es el único que vemos en la zona.  De todas formas, a lo largo del viaje, estamos viendo que los baobabs crecen muy dispersos, como evitando la competencia. Adansonia es el nombre científico con el que Linneo honró al sabio francés que describió por primera al baobab visto en Cabo Verde, Michel Adanson (1737-1806).

Esta especie de baobab también tiene otro nombre, Adansonia bernieri Baill. en honor de Alphonse C. J. Bernier (1802-1858) que visitó el extremo norte de Madagascar y recolectó gran número de plantas, incluido este especimen de baobab. Pero fue Henri E. Baillon quien lo catalogó en 1874. Tiene la corteza gris y puede llegar a los 20 m de altura. Es el único baobab cuyas flores tienen los pétalos de color rojo oscuro. Florece de febrero a abril. Se distribuye por el tercio superior de la costa oeste de la gran isla (mapa superior). El mapa de la distribución de la especie se ha sacado de: especies en peligro de extinción.

De las ocho especies de baobabs existentes en el mundo, siete están presentes en Madagascar y seis de ellas son endémicas. En Australia se encuentra la octava especie. 

En nuestro caso son las 10 de la mañana cuando visitamos al baobab. Comienza a hacer calor pero tenemos víveres para afrontar la vuelta completa a la península. Desde el baobab se puede continuar por el camino que se indica en el mapa, pero también se puede ir por las playas hasta la "Baie des Pigeons", donde hay que continuar por el interior hacia Ramena. Los lugareños estarán encantados de que aceptemos comida y bebida en alguno de sus puestos. Después de un refrigerio en la playa de Pigeons continuamos para alcanzar las playas de Ramena. Es una pequeña vuelta a esta encantadora península de playas vírgenes. Llegamos a Ramena a las 14 horas, una hora excelente para encargar la comida y tomar un baño. 

Por desgracia desconozco la botánica de la zona constituida por lo que llaman bosque seco espinoso. Estamos en noviembre, en puertas de la llegada de la lluvia. El impenetrable bosque parece triste pero encierra el espíritu del sueño de la lluvia. Sí distinguimos los omnipresentes y espectaculares Pachypodium lamerei, los rastros flamboyán (Delonix regia) expulsando las semillas, aún sin su espectacular floración... Madagascar es el sueño de cualquiera al que le interese la botánica. Aunque seas un profano aquí verás formas de vida absolutamente diferente al resto que hayas visto en tu lugar de origen.

En la playa des Pigeons he descubierto, a través de la documentación que me traje del viaje, un baobab del tipo Adansonia za (punto naranja)

 Pachypodium lamerei



 
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