TOMÁS CASAL PITA
¿Un peral de 390 años?
El “peral de Endicott” es un peral europeo (Pyrus communis) que está plantado en Danvers, condado de Essex (Massachusetts, en la costa este de EEUU), del que se dice que es el árbol frutal cultivado más antiguo de América del Norte. Los primeros colonos europeos desembarcaron en Plymouth Rock en 1620, entre ellos un puritano inglés llamado John Endicott quien, en 1629, fue el primer colonizador de la bahía de Massachusetts y se propuso hacer allí un lugar agradable para los nuevos colonos. Aproximadamente en 1630, con sus hijos como testigos, Endicott plantó uno de los primeros frutales cultivados en América: Una muestra de peral importada a través del Atlántico. Se dice que declaró en ese momento: “Espero que el árbol ame la tierra del nuevo mundo y que cuando nosotros ya no estemos, él todavía siga vivo” (una frase muy elocuente a día de hoy, que posiblemente ni sea cierta).
Según los residentes de la zona, el árbol sigue vivo después de 390 años. La historia está narrada de la siguiente manera: en 1763 los colonos notaron que el árbol, apodado el peral Endicott, ya era “muy viejo” y mostraba señales de decaimiento. Pero aun así persistió y continúo dando frutas. En 1809, el árbol era tan famoso que incluso se dice que el presidente John Adams recibió una entrega especial de sus peras. Después de resistir tres fuertes huracanes que abatieron a la región durante la primera mitad del siglo XIX, el árbol se convirtió en una figura querida, e incluso se colocó una reja para protegerlo. En 1852, ya se proclamaba al peral de Endicott “el frutal de mayor edad en Nueva Inglaterra”. Para celebrar el día del árbol en 1890, la poetisa Lucy Larcom compuso un poema acerca del árbol enraizado hace tanto tiempo en la historia de América. Durante el siglo XX, el peral de Endicott perduró mientras los Estados Unidos – la nación a la que precede por 153 años – continuó creciendo a su alrededor. Mientras resistía fuertes huracanes, e incluso el ataque de un vándalo en la década de 1960, el árbol nunca dejó da dar fruta, calificada como “mediana, sin atractivo y de textura áspera”. Pese a ello, la fama del mismo llevó al Banco Nacional para la Conservación del Germoplasma (Departamento de Agricultura de EEUU) a clonar el peral de Endicott.
Hasta aquí un resumen de lo que dicen los estadounidenses acerca de su árbol. Sin embargo, como en toda leyenda que se precie, no todos lo tienen asumido. No está claro que este venerado árbol sea el que plantó Endicott, puesto que está alejado de lo que fue su granja original. Desde su supuesta plantación hasta el siglo XX, hay tanto tiempo sin noticias de él, que la propia Wikipedia americana plantea sus dudas. La foto de los injertos tras el ataque del vándalo en los años 60, tampoco ayuda. En resumidas cuentas, cada cual tomará la parte que más le guste o aborrezca en función de su opinión. Yo solo lo he contado.
El “peral de Endicott” es un peral europeo (Pyrus communis) que está plantado en Danvers, condado de Essex (Massachusetts, en la costa este de EEUU), del que se dice que es el árbol frutal cultivado más antiguo de América del Norte. Los primeros colonos europeos desembarcaron en Plymouth Rock en 1620, entre ellos un puritano inglés llamado John Endicott quien, en 1629, fue el primer colonizador de la bahía de Massachusetts y se propuso hacer allí un lugar agradable para los nuevos colonos. Aproximadamente en 1630, con sus hijos como testigos, Endicott plantó uno de los primeros frutales cultivados en América: Una muestra de peral importada a través del Atlántico. Se dice que declaró en ese momento: “Espero que el árbol ame la tierra del nuevo mundo y que cuando nosotros ya no estemos, él todavía siga vivo” (una frase muy elocuente a día de hoy, que posiblemente ni sea cierta).
Según los residentes de la zona, el árbol sigue vivo después de 390 años. La historia está narrada de la siguiente manera: en 1763 los colonos notaron que el árbol, apodado el peral Endicott, ya era “muy viejo” y mostraba señales de decaimiento. Pero aun así persistió y continúo dando frutas. En 1809, el árbol era tan famoso que incluso se dice que el presidente John Adams recibió una entrega especial de sus peras. Después de resistir tres fuertes huracanes que abatieron a la región durante la primera mitad del siglo XIX, el árbol se convirtió en una figura querida, e incluso se colocó una reja para protegerlo. En 1852, ya se proclamaba al peral de Endicott “el frutal de mayor edad en Nueva Inglaterra”. Para celebrar el día del árbol en 1890, la poetisa Lucy Larcom compuso un poema acerca del árbol enraizado hace tanto tiempo en la historia de América. Durante el siglo XX, el peral de Endicott perduró mientras los Estados Unidos – la nación a la que precede por 153 años – continuó creciendo a su alrededor. Mientras resistía fuertes huracanes, e incluso el ataque de un vándalo en la década de 1960, el árbol nunca dejó da dar fruta, calificada como “mediana, sin atractivo y de textura áspera”. Pese a ello, la fama del mismo llevó al Banco Nacional para la Conservación del Germoplasma (Departamento de Agricultura de EEUU) a clonar el peral de Endicott.
Hasta aquí un resumen de lo que dicen los estadounidenses acerca de su árbol. Sin embargo, como en toda leyenda que se precie, no todos lo tienen asumido. No está claro que este venerado árbol sea el que plantó Endicott, puesto que está alejado de lo que fue su granja original. Desde su supuesta plantación hasta el siglo XX, hay tanto tiempo sin noticias de él, que la propia Wikipedia americana plantea sus dudas. La foto de los injertos tras el ataque del vándalo en los años 60, tampoco ayuda. En resumidas cuentas, cada cual tomará la parte que más le guste o aborrezca en función de su opinión. Yo solo lo he contado.
-----
No hay comentarios:
Publicar un comentario