(guayacán, ipé, aranguaney, cortez blanco y amarillo cañahuato, puy, cañada, curarire, palo de arco, apamate, tajy, polvillo, primavera, etc)
Cuenta la historia, que cuando Dios estaba preparando el mundo, se reunió una tarde con todos los árboles y pidió que cada árbol eligiera la época en la que cada uno de ellos quisiera florecer y así, embellecer la tierra.
En un estallido de alegría comenzaron todos a gritar: “otoño, verano, primavera!”
Dios vio que ninguno elegía la estación de invierno, entonces preguntó:
- ¿Por qué nadie elige la época de invierno?
Cada uno tenía su razón. ¡Muy seco! ¡muy frío! ¡muchos incendios! ...
Entonces Dios dijo:
Necesito al menos un árbol que embelese el invierno, que sea valiente y capaz de enfrentarse al frío, la sequía y las quemas y en ese frío poder embellecer el mundo...
Se quedaron todos en silencio.
Fue entonces que un árbol callado y tranquilo al fondo, sacudió sus hojas y dijo:
-¡Yo voy!...
Y Dios con una sonrisa preguntó:
- ¿Cuál es tu nombre?
¡Me llamo Lapacho, Señor!
Los otros árboles quedaron asombrados del coraje del Lapacho y su locura de querer florecer en invierno.
Entonces Dios dijo:
- Por atender mi pedido te haré florecer en el invierno no sólo con un color, sino con varios, para que también en invierno, el mundo sea colorido.
Tendrás diferentes colores y texturas y tu linaje será enorme.
Y así Dios hizo uno de los más hermosos árboles que da color al invierno. Y así tenemos al Lapacho: blanco, amarillo, amarillo del pantano, amarillo de la hoja lisa, amarillo niebla, rosa, púrpura, morado...