lunes, 10 de septiembre de 2018

FORMENTERA FOREVER
Posidonia oceanica
Fotos: Manu San Felix

     Hay quien habla de la magia de las aguas de Formentera. El color y la transparencia se comparan con los de mares lejanos. Pero no es magia: es biología. También garantía de futuro para la economía local, basada en un tipo de turismo que aprecia los rasgos diferenciales de la oferta formenterense, y sus playas.
     El secreto está en la posidonia, una planta submarina que juega un papel primordial entre el medio marino y el terrestre. Hay posidonia porque las aguas litorales son transparentes, con visibilidades medias de 30 y 40 metros, e incluso de 70. Y las aguas son transparentes porque hay posidonia.
     En prácticamente todas las aguas litorales de Formentera hay colonias de posidonia. Pero esta ruta discurre por la comunidad de las playas de arena de la zona norte, dentro del Parque Natural de ses Salines. Una zona de gran belleza donde, además, en apenas unos pasos podemos pasar de una playa abierta a poniente a otra abierta a levante.
     Recorreremos las playas des Cavall d'en Borràs, de ses Illetes, des Pas, des Trocadors y de Llevant, un continuo de playas de arena que, en el mapa, están situadas en el istmo que desde el norte de Formentera parece buscar Ibiza.
     Obviamente, la forma más directa de ver las praderas de posidonia es sumergiéndose en las aguas claras que las cubren. Pero la propuesta es —sin mojarse ni un dedo— ver cómo interactúan el mar y la tierra en una zona ecológicamente muy frágil.

¿Qué es la posidonia?
     El diccionario del Institut d'Estudis Catalans, entre las locuciones de la posidonia (Posidonia oceanica) incluye la de "alga de los vidrieros", que define como "planta fanerógama de la familia de las posidoniáceas, de rizoma horizontal, cubierta de restos fibrosos de las hojas muertas, hojas cintiformes, flores pequeñas en inflorescencias espiciformes y fruto carnoso, que forma extensas praderas marinas en las profundidades costeras, sobre sustratos predominantemente arenosos, cuyas hojas muertas eran utilizadas por los vidrieros para embalar los objetos frágiles".
     La posidonia, popularmente denominada alga, no es un alga sino una planta que vive en los fondos marinos, principalmente arenosos de relieve suave donde llega la luz solar. Es de color verde oscuro y sus hojas, en forma de cinta, pueden llegar a los 2 metros de largo. Florece y da frutos. Vive en extensas praderas.
     Las "algas" de Formentera han servido para situar a la isla en todas las publicaciones científicas y de divulgación mundial, cuando un equipo científico del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) localizó en aguas formenterenses el organismo vivo mayor y más viejo del mundo: 8 kilómetros de longitud y una edad estimada de 100.000 años. Es un ejemplar de Posidonia oceanica.
     Antiguamente en Formentera las "algas" recogidas de las playas se utilizaban como lecho para el ganado y, sobre todo, como aislamiento de los techos en la construcción tradicional.

Beneficios

     Los científicos atribuyen a la posidonia del Mediterráneo algunos beneficios que no se pueden manifestar en una ruta, como la de absorber 25 millones de toneladas de carbono de la atmósfera. La posidonia es también un pulmón del Mediterráneo: cada metro cuadrado de pradera libera hasta 14 litros de oxígeno por día gracias a la fotosíntesis. Las praderas de posidonia son soporte de vida para otros seres, además de producir una gran cantidad de materia orgánica. Y tienen otras funciones como:
     - Generación de arena. En el paseo podremos ver, a ras de mar, una arena especialmente fina y blanca; es arena biógena, que llega a las playas desde las praderas de posidonia. Está formada por restos de algas y esqueletos de los microorganismos que viven en ellas (moluscos, briozoos —invertebrados externamente parecidos a los musgos—, equinodermos —como las estrellas y los erizos de mar—, etc.). Se calcula que cada metro cuadrado de pradera de posidonia genera al año entre 10 y 100 gramos de esta arena.
     - Arrecifes naturales. Auténticas barreras de protección de las playas, que llegan a tener hasta 4 metros de altura y debilitan la fuerza del oleaje, como lo haría un arrecife de coral. A veces son visibles desde la playa.
     - "Mantas" flotantes. Las hojas muertas, largas y fuertes, forman una especie de mantas flotantes que se mantienen a unos metros de las playas, constituyendo una masa flexible y esponjosa que absorbe buena parte de la fuerza de los temporales, evitando que estos se lleven la arena de las playas.
     - Montones de hojas en las playas. Son la manifestación más visible. Su función más primaria es la de impedir que el agua de mar se lleve la arena. Aquí empieza el milagro de la formación de dunas.
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