jueves, 17 de diciembre de 2009

FERNANDO DELGADO - Drago

FERNANDO DELGADO (Tenerife, 1947)
Drago


Por todas tus raíces milenarias fluye
la fuerza de la tierra.
Clamas como las ánimas.
No desde un purgatorio: desde un cielo telúrico,
hondo, bajo;
infierno de volcanes que es un cielo de fuego.
Así eres, drago.
Igual que abiertas manos o puños florecidos en la altura,
brazos que buscan brazos,
o brote caprichoso,
alada nervadura de una copa celeste,
cáliz que se desborda.
Y sube y se derrama, ancho.

Dame a beber tus llamas, drago,
isla que hacia arriba se ensancha y crece sola.
Hazme una calavera bíblica
de raíces que buscan
en la nube la calma del rocío en que hierven
las voces aborígenes que convierten la nada
(eso fuimos antes y que somos ahora y que después seremos)
en el ronco gemido de un volcán que escupe la ceniza
de nuestros cuerpos. Logra
fundirlas con el valle donde la isla sirve,
sin levantar raíces, de impulso de tu vuelo.
Como si te agitaran la copa y derramases
el néctar de las vidas, de las muertes,
de los espacios sucesivos
de un interminable tránsito de almas que se aferran
al tronco vegetal de sus ancestros.

Dame a beber tus llamas, drago,
ya que sólo tu fuego al apagarse vive,
y yo he visto a los míos, muertos,
buscar sus nubes por tus ramas, drago.
Por eso te saludo como parte de ti,
sustancia que te enciende
desde mi apagada condición de muerto,
al tiempo que me elevo
contigo en mis cenizas
y comparto contigo
la vida vegetal que nos alumbra, drago.

Faura de les Valls, julio 1999
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