05 diciembre 2025

Los Royal Oaks, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
The Royal Oak
 
El Royal Oak era el roble inglés en el que se escondió el futuro rey Carlos II de Inglaterra para escapar de los soldados de Oliver Cromwell tras la batalla de Worcester, en 1651, durante la guerra civil inglesa. En esta huída tubo de esconderse de sus perseguidores en el roble. Carlos II hizo un viaje a pie de algo más de 1.000 km hasta conseguir escapar del país (a donde regresaría ya como rey en 1660), y fue ayudado por los hermanos Penderels (estos recibieron una asignación anual, que aún se paga en la actualidad) y el coronel Careless. A ambos se les concedió un escudo de armas, representado por un roble y tres coronas reales, diferenciadas sólo por el color.
    Carlos le dijo a Samuel Pepys en 1680 que mientras estaba escondido en el árbol, un soldado parlamentario pasó directamente debajo de él. (Samuel Pepys fue secretario del Almirantazgo inglés y su diario es una combinación de revelación personal y relatos de testigos presenciales de los grandes eventos de su época). 
     La historia se hizo popular después de la restauración monárquica y se recuerda cada año en las tradiciones inglesas del Royal Oak Day el 29 de mayo, día que, durante muchos años, fue festivo nacional. Actualmente sigue siendo festivo en varias localidades.
     El Royal Oak original ya no existe, era un árbol trasmocho de edad desconocida, que crecía en el bosque próximo a la casa Boscobel. Al parecer fue destruido durante los siglos XVII y XVIII por turistas que cortaron ramas y trozos como recuerdo. En la actualidad otro árbol recibe ese nombre, del que se cree que es un descendiente del original de doscientos o trescientos años.
     Se le conoce como 'Hijo de Royal Oak'. En 2000, este hijo del Royal Oak resultó gravemente herido durante una violenta tormenta y perdió muchas ramas. En septiembre de 2010, se descubrió que tenía grandes y peligrosas grietas. Desde 2011 está rodeado por una valla perimetral exterior para garantizar la seguridad de los visitantes. El campo en el que se encuentra el árbol es propiedad privada, pero se permite el acceso del público a lo largo de un camino desde el jardín de la casa. Tres descendientes de tercera generación del Royal Oak se han plantado ceremonialmente cerca: uno en 1897, para celebrar el aniversario de la Reina Victoria, otro en 1951, para celebrar el tricentenario de la fuga de Carlos II y un tercero en 2001 por el príncipe Carlos de Inglaterra. Además de estos, cada año se venden numerosos plantones en la tienda de la casa Boscobel, todos ellos con certificado de ser nacidos de bellotas del “hijo del Roble Real”. 
    Este árbol tiene tal importancia en la historia británica que multitud de lugares y cosas (escuelas, estaciones, empresas, relojes, etc.) han recibido el nombre de “Royal Oak”. Por ejemplo, The Royal Oak es el tercer nombre más común entre los pubs de Gran Bretaña y han existido hasta ocho buques de guerra de la Marina Real llamados ”Royal Oak”.
 
 
 
         Pero también existe otro roble llamado “Royal Oak” o roble de Meavy, situado en el pueblo de ese nombre en el condado de Devon, del que se conoce su existencia documentada al menos desde el reinado del rey Juan (1166-1216). También la leyenda supone que en él se escondió el rey Carlos, aunque no está cerca del teatro de los sucesos de 1651 (con las leyendas uno nunca sabe cuánto hay de cierto). Se sabe que su tronco hueco sirvió como tienda de turba. El anticuario, sacerdote y folclorista Sabine Baring-Gould (1834-1924) dejó anotado que el árbol era antiguamente un árbol sagrado y que la cruz del pueblo fue colocada a su sombra para consagrarlo y poner fin a los ritos supersticiosos. Este árbol es la pieza central de la Feria anual del Roble de Meavy, que se celebra el tercer sábado de junio. Una revisión del mismo en 2019 reveló que el árbol se encuentra en una "etapa muy avanzada de declive", con el tronco decaído luchando por soportar el peso de las ramas. Parece, pues, que el roble está en sus años de crepúsculo.
(Mi agradecimiento a Chris Burridge-Barney, por sus fotos y notas del roble de Meavy)

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02 diciembre 2025

LUIGI MARÁEZ (Sevilla)
Álamo viejo

¡Oh! Álamo viejo
último vestigio de mi infancia,
solo a ti te encontrara, sólo,
solo contigo me encontrara. 
 
¡Dónde tus otros compañeros!
donde sus añejas ramas,
sus troncos centenarios
sus raíces ancladas,
donde la infancia guarda
la secreta memoria
de los pájaros sin jaula… 
 
Cual un reverdecido centinela
sobre tu grueso tronco se alza
la memoria centenaria de los años
rodeada tu sombra de edificios
mientras mustio y triste te desangras. 
 
Herido de muerte sombra blanca
te asemejas a un fantasma
que ya se desvanece
para no dejar ni mancha
sobre el suelo gris donde se pierde,
la débil silueta de éste que te habla. 
 
Aquella boca túnel del camino
aquella frescura de la bóveda sagrada
donde los niños fuéramos siempre,
felices feligreses sin campanas. 
 
¡Dónde ahora está tu templo!
el de la vieja carretera abandonada,
¡Qué hicieron con tu sombra amiga
los actos de la torpeza humana ¡
 
Nadie ha de comprender
el drama de tu sombra triste,
cuando un día el amor fuera refugio
de los besos soñadores…
Solo los amantes y los niños
fueran dignos de habitarte
¡0h! muerta carretera solitaria.
 
¡Álamo viejo! Carcomido…
Ya no crece a tus pies la hierba,
ni el viento mece la alta rama.
Cercenados tus brazos para siempre.
aún bendices sin embargo
la esperanza donde aún te reverdeces. 
 
Como el último estertor de una belleza
te prodigas regalándonos tu muerte,
en este dolor de abrazarte cual si fueras
un crucificado que en madero muere. 
 
He venido a buscarte ¡oh! amigo,
sin saber tu solitaria suerte,
morir aquí sin más memoria
que en la que en ti guardas silente
acaso perdurando más de lo debido
en un mundo que ya no te merece. 
 
Más allá del polvo y las edades
tus compañeros duermen,
se fueron con el vuelo de los pájaros
se fueron con lo que ya no vuelve.
 
También yo como tú, un día,
sin raíz me secaré deshojado.
Inútil esqueleto sin memoria
deshabitado de pájaros.
Tronco arriba tronco abajo
las hormigas te recorren en tu agreste
arrugada corteza de anciano.
 
Ten seguro amigo mío
que en los años que me resten
de seguir viviendo en lo amado
yo nunca habré de olvidarte,
pues en tu hueco sagrado
dejé mi infancia por siempre.
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29 noviembre 2025

D. SÁNCHEZ, en "La Gaceta de Salamanca", nov-25
El haya de Herguijuela de la Sierra, derribado por la fuerza del viento 

Este árbol contaba con más de 400 años de vida y 28 metros de altura 

La riqueza natural de la provincia, y más concretamente la de Herguijuela de la Sierra, ha perdido en estos días uno de sus tesoros más preciados y únicos. El Haya de esta localidad, un imponente árbol de más de 400 años de antigüedad y una altura superior a los 28 metros e incluido en el listado de árboles singulares de Castilla y León, ha caído derribado por los fuertes vientos de los últimos días.
     Según denuncian los vecinos en redes sociales, durante los últimos tiempos habían advertido del estado de esta joya natural «pidiendo que le bajaran de altura, debido a que su media copa ya no podía aguantar el fuerte viento que en diferentes épocas azota esta zona» y que además, «el avispón europeo hace unos años debilitó dos enormes ramas de este haya». Este árbol era una rareza en la provincia y en el conjunto de Castilla y León al estar en el punto más meridional de la península ibérica

     La haya contaba con tres ramas, de las cuales dos se bifurcaban a su vez y se encontraba en el margen del arroyo que fluye cercano al municipio, enclavado en el Parque Natural de las Batuecas - Sierra de Francia y había objeto de múltiples investigaciones. Durante los últimos años, el Ayuntamiento de Herguijuela y la Junta de Castilla y León llevaron a cabo una serie de actuaciones medioambientales para asegurar su conservación y evitar su deterioro. En 2014 una nevada hizo que perdiera una de sus ramas, lo que disparó todas las alarmas entre los vecinos de la localidad, que han mostrado en numerosas ocasiones su preocupación por su estado. Una perdida muy «dolorosa», tal y como señala el alcalde la localidad, Jorge Sánchez.
     Este árbol era el protagonista también de una ruta senderista muy popular y que permitía al caminantes adentrarse en el bello entorno de esta pequeña localidad serrana, ya que este haya se situada a poco más de 2 kilómetros del núcleo urbano. Era tal la singularidad de este imponente haya que Iberia incluyó su visita en la revista oficial que lanza esta compañía entre sus viajeros. 
     Por desgracia, la fuerza del viento de los últimos días de las diferentes borrascas que han cruzado la provincia salmantina hicieron mella en el tronco de este elemento natural, derribándolo y poniendo fin a su longevidad. Por su parte, los vecinos piden a la Junta de Castilla y León que tome medidas «en las otras 19 hayas próximas, que se protejan de los corzos, porque apenas tienen 60 años». La provincia charra pierde por tanto una de la joyas naturales de la Sierra de Francia.

Árboles singulares en la provincia
     Esta haya de Herguijuela formaba parte del listado de los árboles singulares de la provincia de Salamanca que confecciona la Junta de Castilla y León, con el objetivo de regular su protección y conservación por su valor monumental, histórico o científico con especial relevancia de determinados ejemplares de especies arbóreas cuyo valor monumental, histórico o científico. 

Otros árboles destacados
     Hasta la caída de este haya, un total de 14 árboles formaban el listado en la provincia charra, estando la mayoría de ellos en la zona suroeste. En Salamanca se encuentra la Sequoia de la Universidad, ubicada en el claustro de las Escuelas Mayores; en Béjar, otra sequoia preside el Jardín de El Bosque mientras que el Cedro centenario es parada obligada en la finca de La Francesa; en la Sierra de Francia quedan el Roble de la Pradera y La Alberca, el pino albercano o el Tejo del Monasterio de las Batuecas; mientras que en Miróbriga están el gran cedro del parque de La Florida o el ciprés junto a la catedral.

 

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26 noviembre 2025

NATXO GUTIÉRREZ, en diario de Navarra, nov-25
La nao San Juan emerge de su historia con madera de Navarra

La réplica del ballenero, hundido en 1565 en Canadá, reposa en aguas de Pasajes tras la botadura de su casco, construido con 270 robles de Sakana (Navarra)
A ritmo lento y seguro, sujeta a un cable, la réplica del ballenero San Juan reposa ya sobre el agua. Una maniobra de poco más de diez minutos ha puesto fin a una década en el interior del astillero de Albaola Istas Kultur, en Pasajes (Gipuzkoa). 
     La botadura de su casco, 29 metros de eslora y 7,5 de manga del barco, supone un avance en su singladura.
     Algo más de diez minutos ha durado la maniobra pausada del casco de la embarcación, con el alma mater de su proyecto de construcción encaramado en la proa. Xabier Agote ha colocado una rama de olivo, poco antes de que unas gotas de sidra rociase la reproducción.
     Se han escuchado irrintzis y el sonido del cuerno, poco después de las cinco de la tarde y después de una jornada de discursos y repaso a la fase inicial de construcción. 
Multitud de gente no quiso perderse el histórico acto en la localidad guipuzcoana /EL DIARIO VASCO

   En presencia de las autoridades invitadas, entre las que se encontraba el presidente de la Mancomunidad de Sakana, Aitor Larraza (EH Bildu), la nao se ha deslizado por la rampa hacia el agua para ser remolcado al interior del puerto donde se continuará con su segunda fase de elaboración.
     Tiene especial significado su botadura para Navarra, en especial, para dos zonas: Sakana, de donde partieron los 270 robles seleccionados, y los abetos de la selva de Irati.
     El protocolo de esta tarde tiene además un significado histórico por rescatar el episodio del ballenero original, hundido en Red Bay. Pereció en 1565, a los dos años de su construcción, a los embates de una intensa tempestad. Sus restos descansaron en el lecho marino, entre la incógnita y la expectación que siempre despierta la búsqueda de un barco caído en desgracia. En 1978, el enigma de su localización desapareció. Con su hallazgo resurgió la historia de un pionero de la navegación.
     Solía decir Xabier Agote, presidente de Albaola, que “mirar al barco es mirar a Navarra”, por la contribución que realizó con el abastecimiento de la materia prima de una otrora pródiga construcción naval.
     La nao San Juan es emblema del Patrimonio Subacuático de la Unesco. Volverá a navegar de nuevo, aunque sea con un esqueleto renovado y diferente del que acabó en el fondo en la península canadiense de Labrador.

La réplica del ballenero San Juan reposa sobre el agua en el puerto de Pasajes, EL DIARIO VASCO

BOTADURA CON SIDRA

     Como curiosidad en la botadura de esta tarde se ha empleado sidra. Xabier Agote, protagonista del protocolo, ha anunciado en las horas previas que Albaola ha contactado ya con el Museo del Traje de Madrid para colaborar en las réplicas de la vestimenta de los 40 marineros con los que en 2027 pretende reconstruir uno de los viajes de la nao hasta Canadá, del mismo modo en que se hacían en el siglo XVI. Además, ha iniciado conversaciones con representantes de la etnia gitana: los caldereros que por aquel entonces se encargaban de hacer las enormes tinas en los que se derretía la grasa de ballena y que también quiere transportar cuando por fin acabe la construcción de la San Juan. Una labor que, según ha explicado Agote, a lo largo de todos estos años ha hecho posible recuperar una forma de trabajar que había sido "completamente olvidada". "Hemos partido de la nada para recuperar un universo extraordinario" y "devolver una memoria colectiva" que quedó atrás. 

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